No vamos a decir que parece que fue ayer, porque a nosotros no nos lo parece. 2015 ha estado lleno de viajes y de cambios, así que lo hemos vivido día a día, los 365, sin que pareciera que alguno no llegara a tiempo a la llamada del despertador. Nuestro sueño de viajar sin billete de vuelta en 2013 dio paso, en 2014, al de tratar de encontrar una forma de vivir manteniendo nuestra pasión viajera intacta. En este 2015 podemos decir que vamos por el buen camino, aunque seguimos trabajando en ello –de hecho, trabajamos más ahora que cuando estábamos contratados por una empresa–.
Enero
Empezamos 2015 como lo terminamos, en Jesi, Italia. Las fiestas son para pasarlas en familia. Y, para cuando volvimos a Madrid, nos fuimos de viaje por todo el mundo en FITUR.
Febrero
En febrero vivimos la celebración del año nuevo chino en Madrid y después aparecí en la serranía de Cuenca con un paisaje ilustrado y una buena capa de nieve.
Marzo
Habíamos estado aletargados en invierno y con la primavera comenzaron los viajes. En marzo estuve en Villena, con su celebración medieval, y Sara en Roma que, aunque vieja conocida, le mostró una cara más alternativa.
Abril
Sara comenzó abril en Bucarest y alrededores –ella encontró los castillos de Peles y de Bran nevados, no como yo hace… muchos años–. Juntos nos fuimos a recorrer los castillos del valle del Loira en Francia. Yo pasé por Tarifa y por la costa valenciana: Gandía, Cullera y Oliva. Y acabamos el mes juntos de nuevo en el Baix Camp, en Tarragona.
Mayo
El TBEX –la reunión internacional de blogueros de viaje– europeo este año se celebró en Lloret de Mar y allá que fuimos. Aprovechando para ver un poco más de Tarragona –Monasterio de Poblet y Siurana incluidos–. Después viajamos con otros grandes sin salir de Madrid en las jornadas de los grandes viajes, y acabamos el mes subiendo a las azoteas de Madrid para ver puestas de Sol.
Junio
Volvimos a conducir, después de unos cuantos años, en Toulouse y alrededores. Sobrevivimos y, para celebrarlo, yo me fui una semana a Jordania –sí, a finales de junio con un poco de calor…– y Sara a los Pirineos Orientales –con mucho menos calor–.
Acabamos el mes con un viaje distinto: el camino de Santiago desde León. Trece días en los que pasó de todo, desde conocer a gente a ver postales, pasando por sensaciones y consejos varios.
Julio
El más tranquilo del año. Desde que volvimos a casa del camino de Santiago el día siete, utilizamos todo el resto del mes para recuperarnos, descansar, masajes, olvidarnos del terrible calor que habíamos sufrido… vacaciones, vaya.
Agosto
Con las pilas bien cargadas comenzamos el mes de agosto en Flandes –Brujas, Gante y Bruselas–. Lo acabamos en la vall de Boí, con iglesias románicas, paseos por la montaña y una temperatura que nos hacía olvidar que estábamos en agosto, y visitando la Seu Vella, la catedral vieja, de Lleida.
Septiembre
Si en Irlanda llueve siempre, ¿qué más da ir en septiembre? Pues allá que fuimos y: NO llovió (mucho). Castillos, acantilados, mar, fiesta, buena gente… todo eso fue Irlanda. Con la intención de no parar en casa nos fuimos a Uncastillo y nos movimos unos días entre Zaragoza y Navarra. Para volver a salir del país hacia Francia, concretamente Aquitania, al acabar el mes. ¡Ah! y una escapada a Belmonte para ver combates medievales.
Octubre
El mes más loco del año. La semana de la arquitectura de Madrid nos mantuvo entretenidos los primeros días. Después, mientras Sara estaba en una feria de turismo en Italia, en Rimini, yo viajaba a la República Checa, a Manchester y a la costa de Bizkaia –no os podéis imaginar lo divertida que es la cesta punta– sin solución de continuidad. A su vuelta nos fuimos a Tarragona, algún viaje había que hacer juntos. Y después nos volvimos a separar, ella viajaba a otra zona de la República Checa y yo a descubrir un Burgos diferente.
Noviembre
Otra vez hacía falta recuperarse y nos tomamos el mes de noviembre con calma. Tanta que decidimos que lo mejor para descansar era disfrutar del mejor clima del mundo: nos fuimos a las islas Canarias, concretamente a La Palma.
Diciembre
Sabíamos que acabaríamos el año en Italia. Pero lo que no sabíamos era que la mejor forma para ir desde Madrid a Jesi era pasando por Vietnam. Nuestro primer viaje al sudeste asiático nos dejó con ganas de más. Quién sabe si en este 2016 le daremos más tiempo…
Seguimos tratando de disfrutar de cada día y de conseguir cumplir el sueño que comenzó con un billete de ida y del que todavía no vemos –ni queremos ver– fecha de regreso.
