España no existe todavía. De hecho, más de tres cuartas partes de la Península están todavía bajo control musulmán. Nos encontramos a principios del siglo XI, el comienzo de un nuevo milenio. Momento de luchas de reconquista, de luchas entre condados, de la aparición del feudalismo… y de peregrinaciones a Roma. Hasta allí fue el abad Oliba con algunos de los señores de la zona y, a su vuelta, trajo consigo un nuevo estilo arquitectónico: el románico lombardo.
Los señores de Erill, originarios de Erillcastell–que no de Erill la Vall–, también hicieron esa peregrinación. Sus incursiones en territorios musulmanes –y puede que en otros condados cristianos vecinos– les proporcionaban suficientes beneficios económicos para querer mostrar su riqueza y el respecto al clero con la construcción de grandes iglesias. Lo escarpado de sus terrenos les daba seguridad a la vuelta… Eso, y los campanarios de las iglesias, porque ganarse un lugar en el cielo no está reñido con guardar el que tienes en la tierra.
Llegar y toparse con los inconfundibles perfiles de los campanarios de las iglesias románicas de la Vall de Boí es todo uno. Y, si hoy en día nos sorprende su estilizada figura, ¿qué pensarían los viajeros de hace casi mil años cuando los vieran por primera vez? Estaba claro que los señores de aquellas tierras eran poderosos, y su poder subía hasta el cielo. Después, tras atravesar sus pórticos, la sorpresa sería aún mayor al contemplar las paredes completamente cubiertas con fantásticos frescos de vivos colores que funcionaban como una Biblia para los que no sabían leer. Ahora mismo estás pensando que te gustaría vivir en esa época sólo para poderte asombrar todavía más al contemplar estas maravillas escondidas casi en las faldas de los Pirineos…
Moverse por la Vall de Boí
Toda la zona formaba parte del territorio de los mismos señores feudales y, si ellos eran capaces de llegar de un sitio a otro en el siglo XI, ¿cómo no vamos a ser capaces de hacerlo nosotros ahora? Somos capaces, pero la verdad es que nos hemos vuelto mucho más cómodos. Entre todos los pueblos de la Vall de Boí existen caminos románicos que a día de hoy son perfectamente transitables. Aunque si, como nosotros, tienes poco tiempo o pocas ganas de andar, lo mejor es alquilar un coche para aprovechar al máximo tu estancia en la zona. Te damos todos los detalles en nuestra Guía práctica de la vall de Boí.
El conjunto románico de la Vall de Boí
Nada más y nada menos que nueve construcciones, ocho iglesias y una ermita, de los siglos XI y XII son las que forman el conjunto románico patrimonio de la humanidad desde el año 2000. Las iglesias de Sant Climent de Taüll, Santa María de Taüll, Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia de Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Natividad de Durro y Santa María de Cardet, esta última sólo en agosto, permiten el acceso de los turistas y algunas tienen visitas guiadas. La de la Asunción del Cóll y la ermita de Sant Quirc de Durro están cerradas.
La visita puede hacerse en el orden que uno quiera, pero no hay que dejar de pasar por el centro del Románico de la Vall de Boí para hacerse una idea de la imagen completa y del origen de estas fabulosas construcciones.
Imprescindibles en las iglesias románicas de la Vall de Boí
Si bien está claro que todas son dignas de estar en la lista de patrimonio de la humanidad por un buen motivo –y damos fe porque visitamos las nueve– hay ciertos puntos que sobresalen por encima de los demás en nuestra opinión. No deberías dejar de visitar…
El video-mapping de Sant Climent de Taüll
Sant Climent de Taüll es la imagen del conjunto románico con su campanario de seis plantas y su triple ábside, pero es en su interior donde está la joya de la corona. A pesar de que sus frescos románicos, como los de todas las iglesias del conjunto, fueron arrancados a principios del siglo XX, es posible ver cómo lucía el Pantocrator con una moderna proyección que devuelve a la vida los colores y los trazos. Antes de que os escandalicéis con lo de que las pinturas fueron “arrancadas”, hay que decir que el proceso se llevó a cabo con mimo, utilizando la técnica strappo, para evitar que fueran vendidas y sacadas del país –como pasó con las de Santa María de Mur, que hoy están en el museo de Boston–. Es posible ver los originales en el Museo nacional de arte de Cataluña.
La iglesia en el pueblo: Santa María de Taüll
Santa María de Taüll es la única iglesia del valle que se encuentra en el centro de una población. Cuando los señores de Erill decidieron demostrar su poder construyendo iglesias, los pueblos ya existían y no había sitio dentro de ellos para levantar lo que su dinero les permitía. Es la única con entrada gratuita del conjunto.
Los frescos de Sant Joan de Boí
En Sant Joan de Boí las réplicas de los frescos muestran desde santos pintados de frente hasta pecadores pintados de perfil; desde animales que representan virtudes como el gallo o el camello, hasta bestias que recuerdan el Apocalipsis.
El descendimiento de la cruz de Santa Eulàlia de Erill la Vall
En Santa Eulàlia de Erill la Vall no hay frescos, pero hay una reproducción de un descendimiento de la cruz románico, el único que se conserva completo del Taller de Erill. Sin olvidar el campanario de seis pisos alineado con el de Sant Climent y el de Sant Joan que servía de puesto de vigilancia y de comunicación.
El ábside de Santa María de Cardet
No es fácil de ver porque la iglesia de Santa María de Cardet está encajonada entre las últimas casas del pueblo, pero merece la pena dar la vuelta y alejarse para ver su ábside. El más alto de todos los del conjunto por la inclinación natural del terreno que permitió, incluso, la construcción de una cripta.
El paisaje de la ermita de Sant Quirc de Durro
La guinda del pastel: una solitaria ermita en lo alto del monte asomada al valle, eso es Sant Quirc de Durro y, aunque no es posible entrar, merece la pena llegar hasta allí sólo para disfrutar de un paisaje increíble.
Horarios: Consultar en la página los de cada iglesia
Precios: Entradas individuales – Sant Climent de Taüll 5 € / Sant Joan de Boí, Santa Eulàlia d’Erill la Vall, Sant Feliu de Barruera, la Natividad de Durro, Santa María de Cardet y el Centro del Románico 2 € / Santa María de Taüll gratuita
Entradas conjuntas – Tres iglesias 7 € / Tres iglesias + Centro del Románico 8 € / Cinco iglesias + Centro del Románico 10 € / Entrada Museo nacional de arte de Cataluña + Vall de Boí 15 €. Puedes comprar aquí tu entrada a las cinco iglesias de la vall de Boí.
Visitas guiadas (en las iglesias que las ofrecen) 2 €
Una maravilla de la historia perfectamente conservada en un paraje natural de ensueño… ¿qué más se puede pedir?
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