Anibal Barca decidió que había que atacar Roma y así nació la Hispania romana. Para evitar que el ejército cartaginés recibiera suministros desde Cartago Nova, Roma envió a los hermanos Escipión a cortar la vía de comunicación… y a fundar Tarraco. Roma llegaba a Iberia y lo hacía con un campamento militar que después se transformaría en ciudad y que llegó a ser la capital de todo el imperio durante los tres años que Augusto vivió en ella. Tarragona se ha esforzado mucho por volver a sacar a la luz esa historia romana y, gracias a la tecnología, hoy podemos incluso ver cómo vivían los ciudadanos de Tarraco en el siglo II.
Lugares de interés de la Tarragona romana, Tarraco patrimonio de la Humanidad
Son muchos los lugares de interés de Tarraco, por eso os los ponemos en un mapa de la Tarragona romana –marcamos en amarillo los que fueron declarados patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000–. La actual ciudad de Tarragona es “más pequeña” que la Tarraco romana, otros núcleos de población han aparecido en sus alrededores, con lo que alguno de los monumentos se encuentran, hoy en día, fuera de la ciudad. En cualquier caso, prácticamente, toda Tarragona es un yacimiento arqueológico.
En Tarragona ciudad encontramos:
Las Murallas romanas y el paseo arqueológico
La muralla romana delimita la ciudad alta de Tarragona, aunque antes de la Edad Media su longitud era de 4 km y llegaba hasta el puerto. Se han abierto huecos para balcones y ventanas de casas que se construyeron sobre ella, pero un tramo se ha recuperado como museo al aire libre: el paseo arqueológico, entre la muralla romana y los baluartes para la guerra de sucesión del siglo XVIII.
Es allí donde se encuentra la estatua de Augusto en bronce, a los pies de la torre del arzobispo. La estatua es una copia de la original de mármol regalada por el gobierno italiano en 1934 y que tuvo que ser trasladada para protegerla de los bombardeos de la guerra civil por parte de la aviación italiana. Otras curiosidades de la muralla es que tiene la inscripción romana más antigua fuera de Italia y la primera escultura romana de la península ibérica.
El foro provincial
Es poco lo que se ve en la plaza del antiguo foro provincial romano. En sus casi 60.000 metros cuadrados se construyó la ciudad medieval tras la reconquista y no se conservó mucho de la antigua Tarraco. Pero tampoco está todo a la vista. En uno de los edificios de la plaza del Rey se encuentra el antiguo pretorio romano que permitía la comunicación del foro con el circo.
El circo
En Tarraco no se andaron con chiquitas a la hora de construir el circo. Es el único circo romano que va de lado a lado de la muralla, con una capacidad de 30.000 espectadores para una ciudad de 40.000 habitantes. Casi 60 bóvedas mantenían las gradas y, años después, las casas.
Siete vueltas daban los aurigas en sus carros tirados por dos o cuatro caballos, y las estuvieron dando durante tres siglos. Aunque, al final, las carreras de carros fueron dando paso a carreras de caballos y a exhibiciones de monta.
El circo, el foro provincial y el templo capitolino –donde ahora se alza la catedral, se pueden ver restos en su claustro– estaban en los tres planos de la antigua Tarraco, a imagen de la ciudad de Roma donde el Circo Massimo estaba a una altura inferior a los Fori Imperiali y en el punto más alto el templo de Apolo Palatino.
El foro de la colonia o foro local
Cimientos de casas, de calles, parte de un templo y de la basílica –nada que ver con temas religiosos, era donde se impartía justicia y se cerraban acuerdos comerciales– están a la vista en el foro de la colonia o foro local. Si el provincial estaba en la zona alta, noble, de Tarraco, el local estaba integrado en la zona residencial.
Lo primero que sorprende es que los restos romanos se encuentran a mayor altura que las construcciones actuales, y las cuatro columnas que se alzan para mostrar lo imponente de la basílica –por cierto, las cuatro son reproducciones modernas antes de que os lo preguntéis–.
El anfiteatro
A orillas del Mediterráneo se encuentra el anfiteatro romano de Tarraco, el último de los grandes edificios de la ciudad construido a principios del siglo II. En el centro de la arena se conserva parte de una iglesia románica construida sobre una basílica visigoda que recordaba el lugar en que fueron ajusticiados el obispo Fructuoso y sus diáconos.
Museo y necrópolis paleocristiana
Doble espacio que muestra los restos encontrados en sarcófagos paleocristianos en el interior del museo y tumbas y enterramientos en la zona exterior. Fue en esa zona exterior donde se enterraron los restos del obispo Fructuoso y sus diáconos dando origen a una gran necrópolis –más de 2.000 tumbas– en donde los fieles cristianos querían ser enterrados.
Fuera de la ciudad, pero todavía en Tarragona, están:
El acueducto de les Ferreres o Pont del Diable
Una ciudad romana necesitaba un enorme suministro de agua de calidad para las fuentes, las termas, los baños, etc. La Roma imperial tenía un consumo de mil litros de agua por persona y día –con su millón de habitantes y doce acueductos–. Aunque en todo el imperio la media bajaba a 286 litros por persona y día, pensad que la media actual es de 168.
El agua que llegaba a Tarraco por el Pont del Diable recorría unos 15 kilómetros desde el río Francolí. El tramo que se conserva tiene 217 metros de largo con una altura máxima de 27 y puede caminarse por él. ¿Vais a desaprovechar la ocasión de caminar sobre un acueducto romano del siglo I?
La Torre de los Escipiones
El único monumento funerario que se conserva a lo largo de este tramo de la vía Augusta. No se sabe quién fue enterrado aquí ni por qué no se destruyó como los demás. Las dos esculturas que se ven a los lados de la torre llevaron a pensar, equívocamente, que era la tumba de los hermanos Escipión, los fundadores del campamento militar original. Atentos al tráfico de la carretera si os queréis acercar.
El museo y necrópolis paleocristiana depende del Museo nacional arqueológico de Tarragona. La entrada, que incluye ambos recintos, tiene un precio de 4,50€.
El acueducto y la torre de los Escipiones tienen entrada gratuita.
Dado que hablamos de restos, en algunos casos poco más que basamentos, se hace imprescindible recorrer la ciudad con una visita guiada que dé vida a Tarraco. Nosotros contamos con las explicaciones de Paco Tovar que consiguió hacernos suspirar por ese Imperio Romano que le tiene enamorado. Podéis contactar con él aquí.
Más información en la web de Turismo de Tarragona.
Más patrimonio de la Humanidad romano
En la ciudad está el teatro romano, que se encuentra cerrado al público. También cerrada, la cantera de Médol está en las afueras de la ciudad. En otras poblaciones cercanas están la villa-mausoleo de Centcelles en Constantí, la villa dels Munts en Altafulla y el arco de Berá en Roda de Berá, que no visitamos.
Otros puntos de interés en la Tarraco romana
Sin estar declarados como patrimonio de la Humanidad, pero especialmente interesantes, está la maqueta de la antigua Tarraco tal y como se encontraba en el siglo II –la segunda maqueta más grande que muestra el aspecto de una ciudad del Imperio Romano después de la del Museo della Civiltà Romana, de Roma– y el museo arqueológico.
Tour guiado por la Tarragona Romana
Si quieres recorrer todos las huellas romanas de la antigua Tarraco pero quieres que alguien te lo explique para que no sean sólo piedras, también puedes reservar un tour guiado por la Tarragona Romana, aquí puedes ver los precios.
Visitando Tarraco, la tecnología al servicio del viaje en el tiempo
La preparación del documental Ingeniería Romana ha dado lugar a la creación de modelos 3D gracias al uso de la última tecnología que ayudan a explicar cómo eran y se construían los edificios romanos. Se trata de un documental con una clara intención didáctica y preparado desde el punto de vista de un ingeniero, aunque con asesoramiento de arqueólogos, lo que le da un nuevo enfoque.
Esos modelos, además de ser usados en el propio documental, forman el núcleo de una aplicación móvil, Imageen, que permite mostrar las calles de Tarragona tal y como estaban en el siglo II y cómo vivían sus habitantes. Si tienes unas gafas de realidad virtual será lo más cerca que has estado nunca de viajar en el tiempo.
Es posible descargarla de la App Store y de Google Play y se han habilitado varios puntos en la ciudad para su descarga gratuita. Muestra el antiguo templo capitalino, el foro provincial, el circo y el anfiteatro.
Según el historiador Tacito, Tarraco construyó un templo en honor a Augusto omnes provincias exemplum –ejemplo para todas las provincias–, hoy, vuelve a dar ejemplo con el uso de las nuevas tecnologías para acercar la antigua Roma al siglo XXI.
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