¿Visitar Roma en 3 días es posible? Diría que sí, aunque no vas a poder conocer todos sus lugares de interés y no vas a podértelo tomar con mucha calma, si quieres ver lo más posible. Digamos que puede ser una primera toma de contacto con la Ciudad Eterna en un fin de semana largo o en un puente, por ejemplo, para luego volver con más calma. Porque seguro que querrás volver… Bueno, yo soy una enamorada de Roma y he estado decenas de veces, así que no soy muy objetiva.
Lo difícil es escoger… A mí me ha costado mucho, sin duda, pero creo que este itinerario de cosas que ver en Roma en 3 días incluye más o menos todos los “súperimprescindibles” de la capital italiana que se encuentran en el área más céntrica.
Antes de lanzarte a la aventura, echa un vistazo a nuestros consejos para viajar a Roma y a los consejos para viajar a Italia. Y, como sabemos que uno no viaja a la Ciudad Eterna para no disfrutar de la gastronomía, también hemos preparado Dónde comer en Roma: restaurantes y más.
Por cierto, si tu visita a la ciudad es a final de año, además de este itinerario, te hemos preparado 10 cosas que hacer en Roma en Navidad y Nochevieja, para que disfrutes de las fiestas al máximo. También si es en Pascua: Qué ver en Roma en Semana Santa.
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Roma no es una ciudad barata, así que cualquier idea para reducir el gasto es bienvenida. Te hablamos de las tarjetas OMNIA Card y Roma Pass que permiten el acceso sin colas y gratuito a algunos de los principales monumentos de la ciudad y transporte público ilimitado (que, aunque todo el mundo piense que los autobuses en Roma son gratis, no lo son), aquí puedes ver más detalles y precios.
Qué ver en Roma en 3 días: itinerario del primer día
El primer día en la ciudad empieza con el icono más clásico, nunca mejor dicho, de la capital de Italia: el Coliseo, Colosseo en italiano. Necesitaríamos un artículo entero para hablar de él… y, de hecho, aquí lo tienes: La visita al Coliseo de Roma: el icono de Italia por excelencia.
Si quieres entrar y enterarte de los mecanismos que había detrás de sus espectáculos –incluidos los de gladiadores–, tendrás que reservar la visita al comprar tu entrada. La cantidad de turistas provocó que se tuvieran que organizar las horas de acceso para evitar saturación. Lo más recomendables es contratar un tour guiado, incluyendo el Foro y el Palatino, que te permitirá saltarte las colas, aquí puedes ver el precio. Otra opción, más completa, es un tour guiado que, además del Coliseo, el Foro y el Palatino, incluye el Vaticano –siempre sin colas–, aquí puedes ver el precio para que decidas cuál te conviene más. Te contamos nuestra experiencia en El tour de Vaticano más Coliseo, Foro y Palatino en un día.
La siguiente etapa, justo al lado del Coliseo, es el Arco de Constantino. Arco del triunfo mandado construir por el emperador, a principios del siglo IV, para conmemorar la victoria en la batalla del Puente Milvio.
De ahí puedes ir hasta el colle Palatino, la más céntrica de las colinas de Roma, donde tendrás unas preciosas vistas del Foro Romano desde arriba. Tanto si has reservado un tour, como si has comprado las entradas por tu cuenta, la entrada al Coliseo incluye el Foro y el Palatino.
Después de verlo desde arriba, toca bajar hasta el Foro Romano, el antiguo Forum Magnum de los romanos, centro de la vida social, política y religiosa de la ciudad. Ahí te esperan otro arco triunfal, el Arco de Tito, y la Basílica de Majencio, uno de los edificios civiles más importantes de la antigua Roma, entre otros muchos restos. Al salir, tendrás otra bonita vista del Foro Romano desde la plaza frente a la iglesia de los Santos Luca y Martina.
Ya será hora de comer. Podrás hacerlo en un bar, en una paninoteca o en una pizzeria al taglio.
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Lee las 15 cosas que no debes hacer en Italia en un restaurante para disfrutar de la experiencia como un local… y echarte unas risas.
Después de retomar fuerzas, toca subir la colina del Campidoglio por la escalinata que lleva hasta la plaza del Campidoglio, la magnífica plaza proyectada por Miguel Ángel. La visita a los Museos Capitolinos –Musei Capitolini–, unos de los más importantes de Roma, probablemente haya que dejarla para otra ocasión, según el tiempo que te quede. Echa un vistazo a nuestro artículo Los Museos Capitolinos de Roma: más que la Loba Capitolina para saber qué te estarás perdiendo si no entras… Ya te advertimos de que es uno de nuestros museos de Roma imprescindibles.
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Detrás de la plaza del Campidoglio hay otra vista más del Foro Romano, el Belvedere di Via Monte Tarpeo, otro de nuestros miradores de Roma favoritos.
Bajamos camino de la plaza Venecia. Allí se encuentra el enorme y pomposo Vittoriano –el monumento nacional a Víctor Manuel II, llamado también altar de la patria–. Tampoco hay que dejar de acercarse a la columna de Trajano o columna trajana, con sus increíbles bajorrelieves en espiral que conmemoran las victorias del emperador contra los dacios.
Al otro lado de la plaza Venecia, se encuentra una joya poco conocida: la iglesia del Gesú. La iglesia madre de la compañía de Jesús, con su fachada barroca que fue replicada en muchas de las misiones jesuíticas de Sudamérica. Una de las iglesias más bonitas de Roma.
Si no has entrado en ningún sitio y te queda tiempo, puedes ir o bien andando o bien en bús –el 81 o el 628– hasta la famosa boca de la verdad –bocca della verità–, frente a Santa Maria in Cosmedin. Eso sí, te avisamos de que es muy probable que encuentres cola si quieres meter la mano…
Muy cerca están también otra de las iglesias más bonitas de Roma: la basílica de Santa Sabina –basilica di Santa Sabina all’Aventino–, una de las basílicas paleocristianas mejor conservadas y el centro de la orden dominica. Antes de llegar, nuestro consejo es entrar al jardín de los naranjos para disfrutar de una vista privilegiada de Roma.
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Desde ahí, no puedes dejar de asomarte a la cerradura del portón del edificio de los caballeros de Malta para ver la cúpula de San Pedro enmarcada.
Si por la noche todavía te quedan ganas de salir de fiesta, puedes ir al rione Monti –alrededor de la piazza degli zingari y la via del boschetto–, a la plaza de Campo de’ Fiori o al barrio universitario de San Lorenzo.
Qué ver en Roma en 3 días: itinerario del segundo día
El segundo día también empieza con un gran clásico… aunque no sea de Roma sino ¡de otro país! Vale, que está dentro de Roma y es uno de los países más pequeños del mundo, pero la Ciudad del Vaticano también cuenta. La increíble plaza de San Pedro, proyectada por arquitecto barroco Gian Lorenzo Bernini, merece ya un tiempo. Pero, la Basílica de San Pedro podría dar para un día completo por sí sola. Y es que el templo cristiano más grande del mundo y centro del poder de la Iglesia católica no podía ser para menos. La Piedad de Miguel Ángel es solo una de las obras que podrás encontrar aquí… ¡prepárate para el síndrome de Stendhal! Sin duda, la iglesia que ver en Roma.
Nuestra recomendación es que visites primero los Museos Vaticanos, Musei Vaticani. De nuevo, la mejor opción es hacerlo con un tour guiado para saltarse las colas, kilométricas, y porque es muy complicado elegir dónde mirar entre tanta obra de arte –aquí puedes ver el precio–. Hemos preparado una guía práctica para tu visita: Los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina, todo lo que necesitas saber. Como te comentamos antes, también existe la opción del tour guiado con el Vaticano, el Coliseo, el Foro y el Palatino, mira aquí el precio para ver cuál te conviene más.
Toca salir de la Ciudad del Vaticano para ir a Castel Sant’Angelo. Aunque otra opción sería volver por la tarde para admirar la puesta de sol desde su terraza. En la taquilla, ¡no olvides saludar a Giacomo, mi primo italiano!
¿Sabías que…?
Frente a Castel Sant’Angelo está el puente Sant’Angelo, probablemente el más bonito de Roma. Si te fijas con atención en sus estatuas, reconocerás los elementos de la pasión de Cristo. Por cierto, desde el mismo puente también podrás disfrutar de la puesta de sol.
Después de cruzar el Tíber y buscar algo de comer, toca llegar hasta la iglesia de Santa María de la Paz, con su claustro del arquitecto Bramante, uno de los más reconocidos del Renacimiento italiano.
Muy cerca de la iglesia, se encuentra mi plaza favorita de Roma: la barroca plaza Navona, construida en el espacio que ocupó el stadium de Domiciano, de ahí su forma. De sus tres fuentes, la más famosa es, sin duda, la central: la fuente de los cuatros ríos –Fontana dei Quattro Fiumi– de Bernini.
Se encuentra justo frente a la iglesia de Santa Inés en Agonía –chiesa di Sant’Agnese in Agone–, finalizada por Borromini, gran rival de Bernini. De ahí que se cuente que Bernini diseñó dos de las figuras esculpidas en la fuente para burlarse de su rival: la que representa al río de la Plata levantando las manos en señal de protección ante la caída del edificio y el Nilo escondiendo la cabeza bajo un velo para no ver la horrible iglesia. También puedes recorrer algunas de las plazas y fuentes más famosas de Roma, incluyendo la plaza Navona, con un tour guiado si quieres saber más detalles y no quieres ir pendiente del mapa, aquí puedes ver el precio.
Cerca de la plaza Navona se encuentra el Panteón de Agripa –Pantheon–, otra de las maravillas más conocidas de Roma, con su celebérrima cúpula y su “oculus”, por el que entra un halo de luz que parece mágico. Si estás en Roma el 21 de abril, verás la luz del sol incidir directamente sobre la puerta de entrada.
Al lado del Panteón se encuentra la basílica de Santa Maria sopra Minerva. Es la única iglesia gótica de Roma y segunda iglesia de los dominicos tras Santa Sabina, que, según nuestro recorrido, deberías haber visitado el primer día. Tiene obras de Miguel Ángel y Bernini, entre otros.
Pasando por la piazza Farnese, con su palacio Farnesio –actual embajada de Francia y obra renacenista de, entre otros, Miguel Ángel–, llegarás al puente Garibaldi. Antes de cruzar a la otra orilla del Tíber, date una vuelta por la isla tiberina.
Al otro lado del Tíber te espera uno de los barrios más emblemáticos de Roma: el Trastevere. Por cierto, por si no lo habías pensado antes, su nombre viene del latín trans Tiberim, o sea al otro lado del Tíber. Con su laberinto de callejuelas, sus sanpietrini –los adoquines típicos de Roma– y sus trattorie es una visita imprescindible. Eso sí, mucho cuidado porque hay gran cantidad de ellas en las que se come mal y muy caro, son verdaderas trampas para turistas.
La joya del barrio es la basílica de Santa María en Trastevere, con los mosaicos del siglo XII en su fachada y su precioso interior con techo de madera y columnas jónicas y corintias. Pero hay mucho más, te lo contamos en nuestro artículo Qué ver y hacer en el Trastevere.
Podrás cenar en Trastevere, te recomendamos Da Lucia, o volver a cruzar el puente y cenar en el antiguo gueto judío, por ejemplo en Da Giggetto al portico d’Ottavia. Después, si el cuerpo aguanta, toca disfrutar de la vida nocturna del Trastevere o del barrio de Testaccion, uno de los barrios de la Roma alternativa.
Qué ver en Roma en 3 días: itinerario del tercer día
Ni una ni dos… con tres iglesias empieza el tercer día. Da igual si no eres religioso, en una ciudad como Roma muchas obras de arte están conservadas en edificios de culto, así que no puedes dejar de entrar.
La primera es la basílica de San Pietro in Vincoli, con su famoso mausoleo del Papa Julio II y su escultura de Moisés de Miguel Ángel.
La segunda es la basílica papal de Santa María la Mayor, en la colina del Esquilino, una de las cuatro basílicas papales de Roma y la única que ha conservado su estructura paleocristiana. La nave central tiene un increíble techo de madera dorado con, según la tradición, el primer oro llegado de las Indias. Mosaicos del siglo V y del XIII, frescos que son obras maestras del Renacimiento italiano… ¡no le falta nada!
La tercera iglesia es una de nuestras favoritas de Roma: la basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires, proyectada por Miguel Ángel sobre el frigidarium de las termas de Diocleciano, de las que conserva algunas estructuras. No te dejes influir por su sobria fachada de ladrillos… el interior es fastuoso. No hay que perderse su gran meridiana.
Dejamos a un lado la Iglesia y nos vamos a la piazza Barberini con su fuente del Tritón de Bernini. Sí, nos encontramos de nuevo con uno de los genios del barroco.
En la misma plaza se encuentra el palazzo Barberini que, además de hospedar la Galleria Nazionale d’Arte Antica –otro de los museos más importantes de Roma que en un viaje corto probablemente no te dé tiempo a visitar–, tiene dos de las escalinatas más famosas de Italia, de los dos artistas más célebres del barroco. Hablamos de la escalera helicoidal de Borromini y la escalinata de honor de Bernini.
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Las famosas escaleras del palazzo Barberini se pueden ver sin entrar en el museo. Se encuentran a los lados de la fachada y puedes asomarte desde abajo gratis.
Desde la plaza Barberini volvemos a una iglesia, Nuestra Señora de la Concepción de los capuchinos –Santa Maria della Concezione dei Cappuccini–. Junto a su entrada se encuentra la cripta de los capuchinos, decorada con los huesos de unos 4.000 frailes capuchinos y que acoge las momias de otros. Uno de los rincones más tétricos de Roma.
Después de la “oscuridad” y de comer algo, toca luz: ya no vamos a entrar en más edificios. De ahí, bajamos a uno de los rincones más famosos de Roma: la fontana di Trevi. La más grande de las fuentes monumentales del barroco en la capital italiana y que, desde noviembre de 2015 y después de unos años de restauración, ha recuperado todo su esplendor. Ahí puedes desde echar una moneda para volver a Roma –tengo que decir que yo no lo he hecho nunca y he vuelto muchas veces– hasta imitar a Anita Ekberg en la Dolce Vita y bañarte.. ¡si te dejan! Ojo, que es broma: está terminantemente prohibido bañarse en la fontana di Trevi.
La siguiente etapa es la plaza Colonna, dominada por la columna de Marco Aurelio –levantada para celebrar, en sus relieves, las victorias del emperador en guerra– que se encuentra ahí desde el año… ¡193!
De plaza a plaza y tiro porque me toca. Una de las más famosas de Roma: la barroca piazza di Spagna, con su fuente de la Barcaza –de Bernini y su padre– y, sobre todo, con su escalinata de Trinità dei Monti, construida para conectar la embajada de España con la iglesia de Trinità dei Monti.
¿Sabías que…?
Muchos saben que la plaza toma su nombre justamente de la embajada de España ante el Vaticano que está ubicada ahí. Pero, ¿sabías que hasta el siglo XVII se llamaba plaza de Francia?
Después de una pausa sentados en los escalones de la Trinità dei Monti, toca un paseo por la via Condotti, la más chic de Roma, con sus tiendas de alta costura, y por la via del Corso, la calle más comercial de la capital. Llegamos hasta el final de la via del Corso para conocer otra de las plazas más famosas de Roma: la piazza del Popolo, con sus iglesias gemelas.
Última etapa del día: el parque del Pincio y de Villa Borghese, para relajarse un poco en el pulmón del centro de la capital. No tendrás tiempo de entrar en la Galleria Borghese, será en otra ocasión.
Turismo en Roma en 3 días: mapa del itinerario
Aquí está el mapa del itinerario de Roma en 3 días con todos los puntos recorridos y organizado por días para que te resulte más fácil.
Claro que hay que volver pero, aunque acabes cansado, en estos 3 días habrás conocido mucho de Roma.
Buon viaggio!
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