Miradores en Roma: las 8 mejores vistas de la Ciudad Eterna

No le vamos a descubrir a nadie la belleza de Roma. Arquitectura con dos mil años de antigüedad, maravillas del Renacimiento, plazas llenas de encanto… La Ciudad Eterna está hecha para ser paseada con calma. Pero, ¿qué tal una mirada desde las alturas? ¿Hay forma de disfrutar de ella de un solo vistazo? ¡Por supuesto! Como enamorados confesos de las vistas panorámicas, no dejamos de buscarlas en la capital italiana y aquí te contamos cuáles son, en nuestra opinión, los mejores miradores en Roma.

Lo bueno de que una ciudad se construya sobre siete colinas es que, mínimo, tendrá siete puntos desde donde admirarla. Bueno, eso en teoría, porque no todas las colinas tienen vistas –el crecimiento de la ciudad ha “aplanado” algunas–. Pero, como siempre, también el hombre contribuye y, con sus edificios, ha creado alguna de las vistas panorámicas de Roma que no te puedes perder.

Nuestro mirador de Roma favorito: la terraza del Castel Sant’Angelo

Por llevar la contraria, nuestro mirador de Roma favorito es uno creado por el hombre, olvídate de las siete colinas y visita el antiguo mausoleo de Adriano. Ya hablamos de la visita a Castel Sant’Angelo y de sus vistas panorámicas. Desde las logias, pero, sobre todo, desde su terraza superior. Su localización, su cercanía a San Pedro y una de las mejores puestas de sol de la Ciudad Eterna son sus cartas de presentación. Ojo, que si no consigues visitarlo al atardecer también merece la pena: el cuppolone –así es como se conoce en romanesco, el dialecto de Roma, a la cúpula de San Pedro– y los tejados del casco antiguo están ahí a todas horas.

Las vistas de Roma desde la cúpula de San Pedro: ¡otro top!

Que una de las mejores vistas de Roma sea desde un país extranjero puede parecer extraño… pero es que Roma es diferente. Subimos a lo alto de la cúpula de San Pedro –bueno, no exactamente a lo alto, pero sí a la terraza superior que es hasta donde está permitido– para disfrutar del abrazo del columnario de Bernini. De acuerdo que, como pasaba al subir a la torre Eiffel en París, la cúpula deja de estar visible, pero, hay tanto que ver en Roma que no se echa demasiado en falta. Con todo y con eso, es una de nuestras visitas imprescindibles en el Vaticano.

La terraza del Pincio: vista panorámica gratis del cuppolone

A la tercera va la vencida. Es el momento de subir a una de las siete colinas históricas para disfrutar de la vista panorámica de Roma. Desde la terraza del Pincio, en el Quirinal, se tiene una vista perfecta de la piazza del Popolo y, al fondo, sobresale una vez más el cuppolone. No dejes de darte una vuelta por el primer gran parque urbano de la ciudad, Villa Borghese, con su museo –La Galleria Borghese: visitas y obras imprescindibles–.

El jardín de los Naranjos: San Pedro enmarcado por pinos romanos

Seguimos con las colinas romanas. Subimos el Aventino para disfrutar de la vista panorámica desde el jardín de los naranjos, Giardino degli Aranci. Allí, rodeados de pinos romanos, tendremos toda Roma a nuestros pies. Aunque hablamos de más de 2,5 km en línea recta hasta San Pedro, te parecerá que lo tienes al alcance de la mano: un gigante rodeado de niños. Que sea gratis hace que se congregue mucha gente en el mirador a la hora del atardecer, ¿quién no querría disfrutar del espectáculo de la puesta de sol tras el cuppolone sin pagar?

El mirador del Gianicolo, uno de los más famosos de la capital, pero…

Una colina más, el Gianicolo –Janículo en castellano–. Si estás pensando que no la hemos incluido entre las históricas es… porque no es histórica. La Roma original estaba en la orilla oriental del Tíber y el Gianicolo está al otro lado. Eso sí, sigue siendo una elevación de nada menos que 88 metros. Es una de las vistas más famosas de Roma, pero tenemos que confesar que a nosotros no nos acaba de enamorar: todo queda muy plano, sin nada que destaque más allá de las antenas de televisión en los tejados. Y los árboles no ayudan.

Entonces, ¿no merece la pena llegar al mirador del Gianicolo? Sí y no. No, porque la vista desde el propio mirador no es gran cosa. Pero sí por dos motivos. El primero es por el cercano Tempietto di Bramante y el segundo, porque, camino del Vaticano, podrás disfrutar de una panorámica mucho más bonita. Puedes subir hasta el mirador con el autobús 870 por el lado norte –desde el Vaticano– o el 115 por el lado sur –desde Trastevere–.

Orti Farnesiani del Palatino: la Roma antigua desde las alturas

¿Qué te parece ver la Roma Antigua desde arriba? Subimos a los Orti Farnesiani del Palatino para sentirnos patricios privilegiados. Desde lo alto de la colina del Palatino tendrás a tus pies el Foro Romano y hasta el Coliseo. A poca imaginación que le eches y borres de tu mente los coches, serás capaz de ver togas, sandálias, carromatos…. Es un aperitivo perfecto antes de visitar el Museo della Civiltà Romana con su gigantesca maqueta de la Roma Imperial.

Los Orti Farnesiani del Palatino están dentro del recorrido del Foro Romano. Tendrás que comprar tu entrada para poder acceder a lo alto de la colina.

El Belvedere di Via Monte Tarpeo (tras la piazza del Campidoglio)

Estamos seguros de que visitarás el Foro Romano con el Coliseo en tu paso por Roma, pero, si quieres disfrutar de la vista de la Roma Antigua sin pagar entrada, también puedes. Solo tendrás que subir la Cordonata capitolina hasta llegar a la plaza del Campidoglio. Una vez arriba, pasa por debajo del arco al fondo de la plaza a la derecha y llegarás al Belvedere di Via Monte Tarpeo. Desde allí tendrás una panorámica histórica, de nuevo con el Foro Romano y el Coliseo, esta vez en una misma foto.

Los Musei Capitolini: las vistas de Roma desde la terraza y la cafetería

No hay mucha diferencia con la vista desde el Belvedere di Via Monte Tarpeo, pero en el interior de los Museos Capitolinos también se abre un mirador al Foro Romano. En la terraza subterránea del palazzo dei Conservatori. Si entras en los museos no deberías dejar de asomarte, pero, si solo quieres la vista, no te merece la pena entrar, quédate en el belvedere. En la planta superior de los museos, en la cafetería, también hay vistas de la ciudad de Roma… pero, de nuevo, no entraríamos solo por ellas.

Otros miradores en Roma

Por supuesto, hay más miradores en Roma. Alguno se nos ha quedado en el tintero en más de una ocasión –la cola para subir y el horario nos lo ha impedido– y otros, aunque los hemos visto, no nos han emocionado tanto. Pero, como para gustos los colores, aquí mencionamos algunos destacados más por si tu fijación con las alturas es todavía mayor que la nuestra.

La espina que tenemos clavada es el mirador del Vittoriano, desde la terrazza delle Quadrighe. Solo se puede subir con un ascensor –la entrada cuesta 10 €–. En nuestro último paso por la ciudad nos acercamos dos veces, los dos días más soleados, y el primero cerró antes y el segundo la cantidad de gente que había en la cola nos volvió a dejar en tierra. Prometemos subsanar esta falta y, quién sabe, puede que pase a ser uno de nuestros miradores de Roma imprescindibles.

Por donde seguro que también vas a pasar es por la plaza de España. ¿Un mirador en la plaza de España? Sí, en lo alto de las escaleras, la scalinata della Trinita’ dei Monti, se abre una terraza delante de la iglesia. Te recomendamos subir por la propia escalera y por la iglesia, pero la vista es un poco plana.

Dos miradores más que no hemos “probado”: la terraza panorámica del zodiaco en Monte Mario –un poco alejada al noroeste del Vaticano– y la vista con efecto óptico desde la Via Niccolò Piccolomini. En este caso, no es una vista desde las alturas, pero sí es curiosa: como sucedía con las torres de Bolonia, la cúpula de San Pedro parece alejarse –se hace más pequeña– según caminas por la calle hacia ella. Mientras que, al alejarse, se hace más grande.

Mapa de las mejores vistas panorámicas de Roma

Para que tengas claro qué mirador de Roma tienes más a mano en todo momento mientras visitas la ciudad, hemos preparado un mapa con las mejores vistas panorámicas de Roma.

La Ciudad Eterna sigue siendo hermosa desde arriba, tal vez… incluso más, si es posible.