Si hay algo que no falta en Francia son pueblos con encanto y muy bien cuidados, que en eso de cuidar su patrimonio los franceses son unos maestros. En nuestros viajes por el país no hemos dejado de encontrarnos con pueblecitos “ideales” de todo tipo y ubicación, de norte a sur, de este a oeste, en lo alto de colinas, en mitad de viñedos, de cara al mar o a orillas de un río. Nacidos alrededor de iglesias o castillos medievales, con palacetes renacentistas, casitas de pescadores, casas de entramado de madera o casonas de piedra medievales. Todos llenos de historia y de muchas historias y tradiciones.
Aquí está nuestra lista de 12 pueblos con encanto de Francia que tienes que visitar. Es solo una pequeña selección que no quiere, ni puede, ser exhaustiva. Como en todas nuestras recopilaciones “no están todos los que son, pero sí son todos los que están”. Te garantizamos que ninguna de estas visitas te decepcionará.
¿Te vienes a recorrer con nosotros un pedacito de Francia a través de sus pueblos?
Saltaconmiconsejo
Antes de lanzarte a la caza del pueblo francés ideal, no olvides leer nuestros consejos para viajar a Francia.
Cordes-sur-Ciel: el pueblo francés sobre las nubes
Nos vamos a Occitania, al departamento de Tarn, para encontrarnos con el primero de nuestros pueblos con encanto de Francia: Cordes-sur-Ciel. Hace unos años los mismos franceses lo eligieron en un concurso televisivo como el pueblo más bonito de Francia –bueno, en realidad “pueblo favorito de los franceses”, el programa en cuestión es Le Village préféré des Français de France 3–. Y por algo será…
Si buscas el típico pueblecito medieval con sus callejuelas empedradas, sus edificios con siglos de historia y su plaza del mercado, Cordes-sur-Ciel es tu sitio. Además de recorrer su casco histórico, no dejes de alejarte y coger perspectiva. Las vistas desde su famoso mirador son siempre mágicas, aunque más si tienes la suerte de verlo flotar sobre un mar de nubes al amanecer –por lo visto, en otoño es cuando es más común–. Nosotros no lo conseguimos, pero te contamos todo sobre él –incluida la localización del mirador– en nuestro artículo Cordes-sur-ciel, el pueblo más bonito de Francia.
Honfleur: pueblo con “encanto impresionista”
Nos movemos al norte de Francia, más concretamente al departamento de Calvados, en Normandía. Aquí es complicado elegir, la densidad de pueblos con encanto es muy alta. Pequeños pueblos con casas de entramado de madera como Beuvron-en-Auge o el precioso casco histórico medieval de Bayeux –el pueblo del tapiz de Bayeux– nos han hecho dudar sobre la elección. Pero, como dijimos en nuestro artículo sobre lugares que ver en Normandía, si solo pudieras ver un pueblo en la región, tendría que ser Honfleur.
Su luz enamoró a los impresionistas. Monet, Courbet o Boudin retrataron esas casas altas y estrechas y su reflejo en el Vieux-Bassin, hoy una de las postales más típicas de Normandía. Más allá de esa foto, recorre las callejuelas de su casco histórico, con sus casas de entramado de madera, y párate en la iglesia de Santa Catalina. Es del siglo XV y está hecha completamente de madera. ¿Quieres saber más? Echa un vistazo a nuestro artículo Qué ver en Honfleur: una de las perlas de Normandía.
Montrésor: no solo hay castillos en el Valle del Loira
Llega el turno del departamento de Indre-et-Loire, en el Centro-Valle del Loira. Los que llegan a esta región suelen tener un objetivo claro: los castillos. Hay tantos que es difícil, primero, elegir –te echamos una mano con nuestros castillos del Valle del Loira imprescindibles–, y segundo, sacar tiempo para más visitas. Pero en nuestro último viaje por la región lo conseguimos. Y nos encontramos con muchas joyitas, como Chartres y su catedral y Montrésor –uno de los “Pueblos más bonitos de Francia”, Les Plus Beaux Villages de France–.
Este pequeño pueblo, casi una aldea –tiene unos 350 habitantes–, a orillas del río Indrois es increíblemente tranquilo para estar en una de las regiones más turísticas de Francia. Casas de toba blanca, otras de entramado de madera y otras excavadas en la roca, ¿qué más se puede pedir? Pues los restos de una antigua fortaleza y, cómo no, un castillo renacentista. Eso sí, el rincón con más encanto de todos es el paseo a orillas del Indrois.
Rochefort-en-terre: uno de los pueblos más bonitos de la Bretaña francesa
Llegamos al departamento de Morbihan en una de nuestras regiones favoritas de Francia: la Bretaña. Aquí también es muy complicado elegir –tenemos un artículo solo sobre los pueblos más bonitos de la Bretaña francesa y algunos de ellos, como Josselin y Auray, están en Morbihan–, pero nos vamos a decidir por Rochefort-en-terre. Y es que, para nosotros, encarna el pueblo bretón ideal.
Un pueblo medieval, con un casco histórico del siglo XII, construido sobre un peñasco rocoso. En sus callejuelas y plazas adoquinadas, las casas de granito se alternan con las de entramado de madera, con sus balcones floridos todo el año. De hecho, Rochefort-en-terre, además de la distinción de “pueblo más bonito de Francia” y de ganar el concurso de “pueblo favorito de los franceses” otro año, también tiene la de pueblo “florido” –Villes et Villages Fleuris–. ¡Cómo le dan a los sellos y a los concursos estos franceses!
La Roque-Gageac: el pueblo asomado al río Dordoña
Es hora de bajar hacia el sur de Francia. Nos vamos al Périgord Noir, en el departamento de Dordoña, región de Nueva Aquitania. De nuevo, es otra de las zonas de Francia con más concentración de aldeas y pueblos con encanto, así que es muy complicado elegir. Aquí están, por ejemplo, Beynac y su castillo y uno de nuestros pueblos medievales favoritos del país galo: Sarlat-la-Caneda. Pero, por su peculiaridad, hemos escogido La Roque-Gageac.
Su posición, a los pie de un acantilado que da al río Dordoña, sus callejuelas empinadas, sus casas de piedra de techos puntiagudos, sus jardines suspendidos, sus cuevas prehistóricas excavadas en la misma roca del acantilado y los restos del fuerte para la defensa ante los ataques vikingos lo hacen único. ¿La mejor vista? Desde el mismo río Dordoña en un paseo en barco tradicional: la gabarra.
La Couvertoirade: uno de los pueblos templarios del sur de Francia
Seguimos bajando más hacia el sur de Francia, hasta el departamento de Aveyron, en Occitania. Aquí nos espera el siguiente de nuestra lista de pueblos con encanto de Francia: La Couvertoirade. Además de encanto y de una posición privilegiada –surge en medio de una causse, una planicie kárstica– tiene mucha historia a sus espaldas. Y es que en el siglo XII los templarios edificaron aquí un castillo: La Couvertoirade está en la ruta de los pueblos templarios del sur de Francia.
El castillo es visitable, pero está en ruinas. Eso sí, el pueblo construido a su alrededor en el siglo XV sigue casi intacto. Los hospitalarios lo rodearon de una muralla que hoy ya no lo defiende sino que da la bienvenida a los turistas –incluso se puede subir al camino de ronda–. Dentro del recinto amurallado te esperan bonitas casonas de los siglos XVI y XVII, la iglesia de Saint-Christol, un horno comunal del siglo XIV utilizado hasta los años ‘50 del siglo XX y muchos más rincones únicos.
Locronan: el pueblo de granito de Bretaña
Volvemos al norte de Francia y a la Bretaña, pero a otro departamento: Finistère. Aquí también hay muchos pueblos con encanto, como Pont-Aven, inspiración para Gauguin, o Huelgoat, con su increíble bosque. Pero nos vamos a decantar por Locronan donde, a diferencia de la mayoría de pueblos bretones que visitamos, no encontramos casas de entramado de madera. No, aquí triunfa el granito. Y eso solo puede significar una cosa: dinero. Locronan se enriqueció en el siglo XVI gracias a la industria de telas de lino y cáñamo para velas de barcos. Tenían como clientes a la mismísima Compañía de las Indias y parece que las velas de la Armada española también salían de aquí.
En el siglo XVII ese comercio decayó, el pueblo perdió su riqueza y se acabó la fiebre constructora. Malo para sus habitantes de entonces, pero una gran noticia para los turistas de hoy en día: su casco histórico se ha mantenido congelado. Está lleno de residencias renacentistas, además de la “joya de la corona”: su iglesia del siglo XV. Las reliquias de San Ronán –el fundador del pueblo en el siglo X– la convirtieron en meta de peregrinación desde su construcción, lo que le valió la exención de impuestos que hizo florecer el negocio de las velas.
San Juan Pie de Puerto: el pueblo más bonito del País Vasco francés
Volvemos a la región más grande de Francia: Nueva Aquitania. En este caso, más al sur aún, hasta su departamento de Pirineos Atlánticos. Dicho así, seguramente no te suene, pero, ¿y si te digo País Vasco francés? Ya estarás mejor ubicado y no te extrañará que lo hayamos incluido: el País Vasco está lleno de pueblos con encanto a los dos lados de la frontera. En el francés, además de lugares más conocidos como San Juan de Luz o Espelette, hay unos cuantos pueblos y aldeas que merecen una visita. Pero, el pueblo más bonito del País Vasco francés, en nuestra opinión, es San Juan Pie de Puerto, Saint-Jean-Pied-de-Port, comienzo del Camino Francés.
Poco más de 1.500 habitantes en un pueblo que es famoso en todo el mundo por ser el inicio del Camino de Santiago francés. Te esperan su muralla –con la puerta de Santiago y la de Notre-Dame–, las calles de su casco histórico, las vistas desde los puentes sobre el río Nive y desde lo alto de su ciudadela, la iglesia de Notre-Dame-du-Bout-du-Pont, artesanos, la puerta de España… Seas o no peregrino, tienes que visitar esta joya del Pays Basque. Si ya has decidido que quieres visitarlo, echa un vistazo a nuestro artículo Qué ver en San Juan Pie de Puerto para acabar de convencerte.
Lagrasse: más que el pueblo de la abadía catara
Después de pasar por la región más grande de Francia, toca volver a la segunda: Occitania. En este caso, al departamento de Aude. Ahí nos espera Lagrasse, una de las paradas de nuestra ruta en coche por Carcasona y los castillos cátaros –también se puede llegar en una ruta desde Toulouse–. Nos llevó hasta ahí la abadía de Lagrasse. Una de las más grandes, mejor conservadas y con más historia –unos 1.200 años– de las abadías cátaras. Pero, una vez llegados, también nos enamoró el pueblo.
Su entorno, con sus colinas llenas de viñedos, su puente de piedra, que cruza el río Orbieu y conecta la abadía con el resto del pueblo, y sus casonas medievales y calles empedradas convierten a Lagrasse en uno de esos sitios idílicos a los que se nos va la mente cuando pensamos en Francia.
Cassel: la pequeña capital del Flandes francés
Viajamos al norte más norte: la región de Altos de Francia. Y, dentro de ella, a su departamento más septentrional. Tanto, que se llama “Norte”, ¡no se puede ser más descriptivo! Un tercio aproximadamente de este departamento, el más septentrional –ya no hay nada más al norte en Francia–, lo ocupa el llamado Flandes francés. Otra zona que, como el País Vasco francés, se caracteriza por su identidad bicultural. Su pasado está muy ligado al de Flandes –que está al lado– y, hasta principios del siglo XX, la mitad de su población hablaba flamenco. Solo diremos una cosa para que sea aún más fácil de entender: aquí les va más la cerveza que el vino.
La capital del Flandes francés es Cassel. Que lo de “capital” no te asuste, seguimos hablando de pueblos: son poco más de 2.000 habitantes en todo el municipio. Es el más septentrional de los “pueblos favoritos de los franceses” –fue elegido en 2018– y tiene ese encanto norteño único, con sus edificios de techos puntiagudos, su plaza mayor y su colegiata gótico-flamenca. No puedes dejar de subir al “monte” Cassel –entre comillas, porque tiene 176 metros de altura– donde se levanta un molino de viento de madera del siglo XVIII. Desde ahí, las vistas sobre la campiña de la llanura flamenco-francesa son preciosas.
Colliure: el pueblo mediterráneo ideal en el sur de Francia
Del más septentrional de nuestra selección de pueblos con encanto de Francia, nos vamos al más meridional. Y del Flandes francés a la “Cataluña del norte” –la región histórica del Rosellón–, hoy departamento de Pirineos Orientales de Occitania. De nuevo, un territorio fronterizo y de mezcla cultural. Su pueblo más famoso es Colliure, el que ya definimos como pueblo mediterráneo ideal.
Lo definimos así en nuestro artículo sobre qué ver en Colliure. Ahí te contamos más en detalle qué te espera en este pueblecito de cuestas empinadas, casas y barcos de colores, castillos medievales, playas, artistas y mucha historia ligada a la Guerra Civil española –aquí está la tumba de Antonio Machado–.
Dinan: la Bretaña francesa en un pueblo
Una última incursión al norte nos vuelve a transportar por tercera y última vez a Bretaña, esta vez al departamento de Côtes-d’Armor. Ahí están muchos de nuestros pueblos bretones favoritos, de Guingamp a Tréguier, pasando por Ploumanac’h y su costa de granito rosa –por cierto, Ploumanac’h también fue elegido “pueblo favorito de los franceses”–. Pero nosotros nos vamos a quedar con Dinan, uno de los pueblos más “clásicos” de la Bretaña francesa. Esos de los que no pueden faltar en ningún itinerario por la región –nuestra ruta en coche por la Bretaña francesa incluida, claro–.
Su castillo y su iglesia medievales, su Torre del Reloj, sus casas de piedra y de entramado de madera y sus casi tres kilómetros de muralla lo hacen imprescindible. Te contamos más en nuestro artículo sobre lugares que ver en Dinan.
Mapa de nuestros pueblos con encanto de Francia
Después de nuestra descripción y de las fotos, aquí tienes un mapa para ubicar nuestros pueblos con encanto de Francia.
Como ves, hay muchas zonas “vacías” y es que sabemos que con doce pueblos no cubrimos ni una pequeñísima parte de todos los que merecen una visita en el país. Pero para empezar, no está nada mal, ¿no?
¿Quieres viajar a Francia? Aquí puedes hacerlo:
- Busca tu vuelo más barato a Francia aquí
- Escoge el hotel que más te guste al mejor precio en París, los Castillos del Loira, Carcasona o Mont Saint-Michel.
- Alquila el coche en Francia al mejor precio comparando entre varias compañías aquí.
- Hazte con la mejor guía de Francia aquí.
- Contrata tu tour guiado en Francia aquí.
- Contrata tu seguro de viaje con un 5% de descuento aquí.