El castillo de Beynac-et-Cazenac, Francia: vive la historia y la ficción

Otro castillo medieval sobre el río Dordoña. Otro pueblo que nos recordaba un decorado de Juego de Tronos y en el que esperábamos que apareciera Drogon volando y echando fuego por sus amenazantes fauces en cualquier momento. Otro más, pero no, nunca nos cansábamos. Nuestra ruta por Dordoña-Périgord, y en particular por el Périgord Noir, al fin y al cabo, era eso: una caza al pueblo y al castillo medieval. Y cuanto más cazabamos, lejos de saciarnos, más famélicos nos quedábamos.

Además, el pueblo de Beynac-et-Cazenac no era un pueblo cualquiera: era uno de los “pueblos más bonitos de Francia”. Sí, vale, pero de esos en el Périgord Noir sabíamos que había unos cuantos. ¿Y su castillo? Hay muchos castillos en Dordoña, pero el de Beynac tampoco era uno más… Por aquí habían pasado desde Ricardo Corazón de León hasta “Juana de Arco”. OK, ella sólo en una película, ¡pero son detalles!

Beynac-et-Cazenac, Francia: río, pueblo y castillo

Castillo, río y pueblo. Son las tres almas de Beynac-et-Cazenac. Un castillo asomado al Dordoña, en la cumbre de un peñasco a 150 metros de altura. Un río que un tiempo fue la frontera entre Francia e Inglaterra. Y un pueblo crecido alrededor de su castillo, con sus casas de piel clara –sus paredes de piedra– y cabello negro –sus tejados de pizarra–.

Hay que tomar aliento porque la cuesta para subir al castillo es de las que cuestan, perdón, ¡tenía que decirlo! Pero siempre puedes pararte en el camino a admirar cada rincón, a cada cual más precioso, del pueblo, con sus plantas, su decoración, sus detalles… ¿Cómo lo hacen los franceses para mantener tan bien sus pueblecitos? Y, de vez en cuando, verás abrirse una “ventana” hacia el Dordoña. Así la cuesta cuesta menos.

El castillo de Beynac-et-Cazenac: una historia más que intensa

Al final de la cuesta hay recompensa. Ahí está el castillo de Beynac-et-Cazenac. Nos lo presentaron como una de las fortalezas medievales mejor conservadas del valle de Dordoña y una de las más bonitas de Francia. No hemos podido comprobarlo porque, muy a nuestro pesar, no hemos visitado todas las fortalezas francesas. Pero, en ese momento, poco nos importaban las demás.

Al cruzar su umbral, notamos ese hormigueo que sólo sientes en sitios cargados de historia. Más adelante descubriríamos que no era sólo una impresión: por ahí habían pasado “pesos pesados” de la historia del Viejo Continente.

Uno de ellos, el rey inglés Ricardo Corazón de León, había asediado y conquistado el castillo. En esa época, a finales del siglo XII, el castillo de Beynac era una de las plazas fuertes francesas y el río Dordoña era la frontera natural con la zona controlada por los ingleses. Al otro lado del río, el castillo de Castelnaud, eterno rival de Beynac, estaba en manos inglesas.

Otro de esos personajes, Simon de Monfort, jefe militar de la cruzada contra los cátaros –en nuestra ruta de los castillos cátaros y Carcasona y en Albi aprenderíamos mucho de él–, también atacó el castillo, a pesar de que los señores de Beynac fueran fieles al rey de Francia, aliado del Papa.

Luego llegaron la Guerra de los Cien Años y las guerras de religión de Francia. Como buen castillo, ha vivido asedios, guerras y luchas de poder, pero ahí sigue, con casi mil años de historia sobre sus… torreones.

El castillo de Beynac y el cine

No sólo la historia ha hecho famoso el castillo de Beynac, sino también la ficción. Nada menos que 17 películas se han rodado en este castillo.

Algunas de ellas son Los Visitantes, La hija de d’Artagnan, Chocolat y, sobre todo, Juana de Arco de Luc Besson. Sí, ¿quién mejor que Juana de Arco para hacer famoso un castillo francés?

La visita del castillo de Beynac: salas y vistas para quitar el aliento

Cruzar la muralla bajo su matacán y entrar en el gran patio del castillo, pasando del lugar del asediante al del asediado, es la primera experiencia que te espera en Beynac. Desde ese gran patio tendrás las primeras vistas al río Dordoña y el acceso a las salas del castillo.

Te encontrarás con la sala de los guardias –salle des gardes–, construida justo al lado de la mazmorra de finales del siglo XII, y podrás imaginarte al señor de Beynac entrar, montado a caballo y escoltado por sus guardias al volver de la guerra. Entrarás en la enorme sala de los Estados del Périgord –Salle des Etats du Périgord– donde podrás “ver” a los cuatro barones del Périgord –los de Bourdeille, Biron, Mareuille y, por supuesto, Beynac– decidiendo el destino de la región en el siglo XV, tras la Guerra de los Cien Años.

Te maravillarás con las vistas sobre el valle de Dordoña desde la terraza en lo alto del castillo –la terrasse de l’éperon– y acompañarás al señor de Beynac admirando sus tierras seguro de su poder a pesar de las amenazantes vistas del castillo de su eterno enemigo, el señor de Castelnaud.

Y acabarás en la cocina oliendo pan recién horneado y asado de carne de caza recién salidos de la gran chimenea o embutidos colgando de los ganchos del techo. Ahí estará la servidumbre ajetreada y un poco nerviosa intentando que el banquete de su señor salga perfecto.

Precios y horarios del castillo de Beynac

En la página oficial del castillo de Beynac se encuentra toda la información práctica actualizada para la visita al castillo. El precio de la entrada para adultos es de 8 € y, de abril a octubre, incluye una visita guiada (cada media hora, de 10h a 12h y de 14h a 18:30h en francés). Los horarios del castillo de Beynac son: todos los días de 10h a 18:30h (última entrada) con cierre en el mes de enero.

Cómo llegar a Beynac-et-Cezenac y su castillo

Beynac-et-Cezenac se encuentra a 12 km al suroeste de Sarlat-la-Canéda, a unos 20 minutos en coche. Hay un parking en lo alto del pueblo, a un minuto andando del castillo, y otros en la parte baja del pueblo, en la página web de turismo de Sarlat hay información sobre los precios de los parkings.

Ricardo Corazón de León, Simon de Monfort, el señor de Beynac y hasta Juana de Arco te esperan, ¿nos vamos a Beynac?