Cuando la crisis del coronavirus pase, llegará un momento en el que se podrá volver a viajar. Para cuando ese momento llegue, una reciente campaña en Twitter nos invita y exhorta a que nos quedemos en España. El mensaje “Quédate en España” es el nuevo “Quédate en Casa” del mundo de los viajes y, como este, tiene su propio hashtag: #QuédateEnEspaña.
Más allá de que seguramente no se pueda hacer otra cosa que quedarse en España al principio, nos cuestionamos el sentido de la campaña, dando nuestra humilde y no solicitada opinión. Te contamos por qué ese imperativo de “Quédate en España” no nos encaja del todo y podría resultar hasta contraproducente. Y añadimos la opinión de otros viajeros en algunos de sus tuits, que esto de citar tuits está muy de moda últimamente.
Primero lo primero, todavía no sabemos cuándo podremos volver a viajar
Nos queremos preguntar adónde, pero todavía el sector turístico y los amantes de los viajes estamos pensando en el cuándo. ¿Cuándo se podrá volver a viajar, incluso dentro de nuestro mismo país? Sin duda, no es algo prioritario. Hay muchos otros problemas e interrogantes más preocupantes y apremiantes. Nos encontramos en un mundo golpeado por el coronavirus primero desde el punto de vista humano y, segundo, desde el económico.
No sabremos cuánta gente dispondrá de los recursos económicos para viajar; si tendrá miedo a hacerlo ni durante cuánto tiempo; si cambiará sus preferencias hacia lugares más abiertos y con menos aglomeraciones… Hay muchos estudios de expertos y más especulaciones, pero la verdad es que nunca, en la era de la globalización, había pasado nada parecido, así que cualquier previsión tiene un poco de tiro al aire. Además de que no sabemos cuándo habrá vacuna, si la hay, ni si habrá segunda, tercera o enésima oleada.
Pero, claro, hay que ser positivos y pensar en el después, sea cuando sea. Hay que seguir estando ahí, haciendo que la gente te recuerde. La comunicación de crisis fue el tema de mi tesis de carrera. Y sí, en crisis hay que comunicar más que nunca. Ahora los destinos turísticos y las empresas del sector quieren que nos acordemos de ellos. Pero también hay que elegir el momento más oportuno. Hacer tantas campañas ya desde la primera semana de confinamiento, si seguramente falta mucho para que todavía podamos volver a planificar viajes, ¿tiene sentido? Esta es una reflexión más genérica, que no tiene que ver solo, ni particularmente, con esta campaña, pero también nos interesaba ponerla sobre la mesa.
Si te quedas en España, ¿de verdad ayudas a los negocios locales?
Vamos al meollo. Seguramente, en una primera fase, cuando se pueda volver a viajar por placer, solo se pueda hacer dentro del país donde vivimos –puede que solo a algunas zonas y con algunos medios de transporte–. En nuestro caso, en España. Los primeros viajes serán para visitar a familiares, pero también llegarán las vacaciones. Si solo se nos permite hacer eso, el imperativo tendrá sentido: “quédate en España”, no puedes salir. Como ahora “quédate en casa”, porque tampoco puedes, ni debes si no es estrictamente necesario, salir.
Por eso no nos gusta el imperativo, habría sido mejor un #YoMeQuedoEnEspaña, porque elijo hacerlo, porque hay mucho que ver y, si no puedo salir, disfrutaré igual y seguiré haciéndolo cuando abran las fronteras. Formalidades aparte –mi formación en marketing hace que me desvié–, la premisa de la campaña es que quedándote en España ayudarás a la economía de tu país y, en definitiva, a tus vecinos, a tus familiares, a tus amigos.
Esa premisa se basa en que no haya nadie aquí que viva del turismo al extranjero. Que no haya hoteleros con propiedades en el extranjero, agentes de viajes que venden viajes al extranjero, aseguradoras que venden seguros para viajes internacionales, guías, periodistas y comunicadores que escriban de viajes a todo el mundo. Ellos también son tus vecinos. Nosotros conocemos a Carmen y Antonio de Panipuri y a David de Viajar por Asia, dos pequeñas empresas especializadas en viajes personalizados a India y Japón. Son españoles, son amigos, sus ingresos dependen de los viajes al extranjero. Pero, más allá de ello, si viven en España o emplean a españoles, hacen también que la economía gire. Creemos que la compañera bloguera de Travel me Softly lo ha explicado muy bien en este hilo de Twitter, con el ejemplo de Juanita.
Hace días que surgió un movimiento para promocionar el turismo en España cuando acabe el confinamiento: #yomequedoenespaña. Estoy reflexionando mucho sobre el tema y a raíz de ello ha surgido la historia de Juanita. #Coronavirus #VolveremosaViajar @TaconesViajes
⬇️Abro hilo⬇️— Travel me Softly (@travelmesoftly) April 10, 2020
¿Y si todos nos encerramos? ¿Y si prosperan los nacionalismos?
Las crisis suelen ser territorio fértil para que prosperen los nacionalismos y para que cada uno vuelva a mirarse aún más el ombligo. Cosa que, por otro lado, en un mundo globalizado, suele ser contraproducente desde un punto de vista económico. Por eso lo que nos preocupa un poco es que parte del movimiento del “me quedo en España” esté fomentado por ese espíritu nacionalista.
Ojo, no decimos que no sea normal tener más empatía hacia lo que es más cercano a ti: tu barrio, tu pueblo, tu ciudad, tu región, tu país. Nosotros no somos “ciudadanos del mundo” ni nada de eso. De hecho yo misma he pensado que me encantaría, en cuanto se pueda, viajar por mi país, Italia, y especialmente por Bérgamo y el resto de Lombardía, la zona más afectada por la epidemia de coronavirus.
Pero otra cosa es que ese amor por lo tuyo sea tan irracional que se convierta en odio o sentido de superioridad hacia lo ajeno. Por poner un ejemplo, en Italia, realidad que conozco de cerca, el “odio hacia la Europa que no nos está ayudando” es más fuerte que nunca. Y cada vez es más común escuchar “ya no viajaré a Alemania ni a Países Bajos” o “ya no compraré en el Lidl, ni me acercaré a los quesos holandeses”.
Cuando se pueda volver a viajar fuera, ¿se podría llegar a estigmatizar el turismo al extranjero? ¿No le estábamos diciendo a la gente que no anulara sus viajes sino que los aplazara? ¿Y si han aplazado un viaje al extranjero?
¿Y si ya nadie viene a España?
A nosotros los boicots nos han parecido siempre tontos. Porque son irracionales. Porque tiene sentido consumir más local pero también apreciar lo bueno que viene de fuera. Porque no conoces la realidad de las personas que están detrás de ese producto/servicio. Y porque si boicoteas tú es probable que te boicoteen a ti y puede que tú o alguien cercano a ti tengáis más que perder.
En el caso del turismo en España está clarísimo. Una parte importante del PIB del país depende del turismo. Es uno de los países que más turistas extranjeros reciben. Así que en una lucha al “yo me quedo en mi país” sería un claro perdedor. ¿Cómo podrían recuperarse los 84 millones de visitantes internacionales de 2019 con un total de 47 millones de habitantes, no todos viajeros y muchos golpeados económicamente por la crisis?
¿Qué tal “empiezo por España”? ¿O “redescubro España”?
No te vamos a mentir, a nosotros nos encanta viajar por España. Yo probablemente, al llevar los 16 años más viajeros de mi vida aquí, ya haya viajado más por España que por mi propio país, Italia. Y JAAC desde luego es por donde más ha viajado, a pesar de que haya estado un año conmigo por Sudamérica.
Nos encantan los paisajes de Tenerife o de las Rías Baixas, los pueblos de la Costa Brava y del interior de Girona, el modernismo de Barcelona, el ambiente y los museos de Madrid, el alcázar de Segovia, la judería de Toledo, la mezquita-catedral de Córdoba, las ciudades de Asturias y sus montañas y playas, las catedrales de León, de Burgos y de Palma, la Alhambra, pueblos como Albarracín, las calas de Jávea, los campos de lavanda de Brihuega… ¡Que no se nos enfaden los habitantes de Comunidades Autónomas que no hemos mencionado, hay mucho más! Y las diferentes culturas, gastronomías, lenguas… en pocas palabras, las realidades locales que solo puedes conocer acercándote a la gente que vive ahí.
Por eso, que la obligación de quedarnos aquí cuando podamos volver a salir de casa sea vea como una oportunidad para descubrir más rincones de España y redescubrir otros nos encanta. ¿Qué tal un #RedescubroEspaña? Pero siempre como un primer paso. En Italia la campaña es #RipartoDallItalia, un #EmpiezoPorEspaña también podría estar bien.
El confinamiento también ha sido una oportunidad para hacer cosas nuevas: hacer ejercicio, cocinar más, pasar más tiempo con su familia, etc. Pero todos preferimos la libertad de elección, ¿no?
Deseamos que las culturas se sigan acercando
Otra de las razones para quedarse en España es que “aquí hay de todo”. Eso es cierto y no es cierto. Es cierto porque hay playas, montañas, volcanes, desiertos y ciudades y pueblos con patrimonio cultural de todo tipo, material e inmaterial. Pero no, no hay de todo. No están las pirámides de Giza, ni la Gran Barrera de Coral de Australia, ni leones fuera de jaulas, ni Angkor, ni las cataratas de Iguazú, ni los rascacielos de Nueva York, ni los cruces de Ginza. Ni puedes tener la experiencia de ir a ver una película de Bollywood rodeado de indios, de ver las obras de Rubens en el lugar para el que las pintó en Amberes o de hacer couchsurfing en un cuartel militar con una pareja brasileña. Y sí, hay comida de todo el mundo, pero en el restaurante te entenderán cuando la pidas, lo cual le quitará parte de la gracia. Y, además, nunca sabrá exactamente igual.
Todos tenemos de todo
Una vez más, pongo el ejemplo de Italia. Ahí también “tenemos de todo”. Las playas de Sicilia –como las de Favignana–, los pueblos y paisajes de los Dolomitas, la cima más alta de los Alpes –compartida con Francia–, urbes preciosas más allá de Roma, Florencia, Venecia o Nápoles –estas son las ciudades más bonitas de Italia para nosotros–, pueblos y castillos perdidos en las colinas de la Toscana o de Las Marcas, templos griegos, tumbas etruscas, monumentos romanos, etc. Y sí, en Italia también se dice “como aquí no se come en ningún sitio”.
¿Sabías que…?
En Italia existe un bulo, que la mayoría de la población se cree –yo misma admito que me lo creía–. Según la versión, en el país se encontraría del 50% al 70% del patrimonio mundial. Un bulo repetido hasta la saciedad durante decenios incluso en medios de comunicación de prestigio. Si te paras un momento a pensarlo, y aunque Italia sea el país con más bienes patrimonio UNESCO junto con China, 55 hasta el momento, es imposible. Pero la gente se lo cree. Porque lo que no hace es pararse a pensar. Y yo me incluyo en el grupo porque, como decía, también lo creía y lo repetía.
¿Y si ninguno tenemos todo? ¿Y si todos nos completamos?
El “aquí hay de todo” es un clásico, incluso de cuando se podía viajar fuera. Y nunca nos ha gustado. Porque a menudo lo decían personas que no viajaban ni siquiera por su país. ¿Quién puede convencerte de no viajar a Nueva York o a París porque en España hay de todo si nunca ha ido a ver la Alhambra, la Sagrada Familia o los cuadros de El Bosco o Velázquez en El Prado? ¿O de no ir al Himalaya si nunca ha visto los Pirineos o los Picos de Europa? ¿O de no ir a Maldivas si nunca ha visto las playas de las islas Cíes?
A los que nos gusta viajar, normalmente nos gusta hacerlo también a sitios cercanos, aunque a veces los dejemos para “cuando seamos mayores” –dando por hecho que llegaremos a eso, pero esa es otra historia–.
Una de las maravillas de viajar es que tu entorno, mágicamente, se extiende y con él tu “rango de empatía”. Si tus amigos y conocidos ya no están solo en tu ciudad sino en otras regiones de tu país, si no están solo en tu país sino por todo tu continente o por todo el mundo, cuando algo malo pase en esas otras realidades te duele más y cuando pase algo bueno, te alegras como si te pasara a ti. Como decíamos antes, es normal tener más empatía hacia lo que es más cercano a ti. Pero también puede ser cercano algo lejano, si conoces esa realidad de cerca.
Otra compañera bloguera, Inés de Mis Viajes por Ahí, lo cuenta en este otro hilo de Twitter. Ella vivió en Camboya y tiene amigos que trabajan en el sector del turismo ahí y se están quedando sin trabajo en entornos más complicados que el español, ¿debería mirar a otro lado?
Pues yo no #mequedoenEspaña
Hay países en vías de desarrollo donde están viviendo un drama ahora que ha desaparecido de repente el turismo. Por ejemplo, he hablado con amigos de Camboya que no saben q harán. No entiendo por qué decís q hay que apoyar solo la economía de España.— Inés Fernández 🇬🇱 🏳️🌈 🇦🇶 (@Misviajesporahi) April 12, 2020
Si dejamos de viajar lejos, cada vez estaremos más lejos y nos conoceremos menos.
¿Hacia viajes más sostenibles y responsables?
Algunos dicen también que hay que viajar por España porque el viaje de cercanía es más sostenible. Y eso es cierto, en general. Sobre todo porque no tienes que coger el avión y puedes desplazarte hacia el destino en transportes más sostenibles como el tren –otros aspectos del viaje pueden ser tan poco sostenibles como en cualquier otro sitio, si no estás concienciado–. Claro que para un catalán o un vasco, entonces, es mucho más sostenible viajar a Francia que a Andalucía y para un extremeño o un gallego a Portugal antes que a Canarias.
¿Esta crisis podría ser la oportunidad para, por fin, darnos cuenta de que el futuro de los viajes está en la sostenibilidad? Nuestra personalísima respuesta está en el último tuit que mencionamos en este artículo y aquí parafraseamos: cuando todo esto acabe, no seremos mejores personas, seremos menos personas. Y añadimos nosotros, seremos más pobres.
https://twitter.com/davidmejiaNY/status/1248689807544459268
No, no solemos aprender de las crisis
Es verdad que las crisis pueden ser oportunidades –aunque parece que no es cierto que en chino se utilicen los mismos caracteres para los dos conceptos–. Pero, ¿de cuántas crisis hemos aprendido de verdad como sociedad? ¿Qué ha cambiado después de última crisis? Y en tu caso particular, ¿qué ha cambiado después del último evento dramático de tu vida? ¿Cuántos de los propósitos de Año Nuevo cumpliste el año pasado?
Mucha gente se está poniendo objetivos para después de la crisis del coronavirus. Pero, seamos sinceros, pocos se cumplirán. ¿De verdad vas a valorar más lo que tengas? ¿Cuánto te va a durar? En cuanto al turismo, desde hace años está abierto el debate sobre la insostenibilidad del modelo actual –bueno, el modelo precoronavirus–. Todos tenemos claro que el turismo tiene que ser más sostenible. Y también que hay que hacer algo para parar el cambio climático. Pero tampoco queremos renunciar a descubrir rincones lejanos del mundo ni a cambiar de ropa cada temporada. El problema es complejo y la concienciación no será sencilla.
Eso sí, habrá algo que condicionará desde un principio nuestras elecciones post-crisis coronavirus: el dinero. Se buscarán más ofertas, se valorará más la relación calidad-precio.
Nosotros tenemos claro que queremos volver a viajar, que empezaremos por España pero que esperamos hacerlo pronto por todo el mundo. Seguimos teniendo muchos sueños viajeros que cumplir.