Asturias es naturaleza. De hecho es el “paraíso natural” de España y la cuna del turismo rural. ¿Quién no imagina unas bonitas vacas pastando en el campo cuando piensa en Asturias? Pues nosotros hemos decidido nadar a contracorriente y nos hemos propuesto conocer la “otra Asturias”, la de sus ciudades. En nuestro último viaje a la comunidad autónoma, las protagonistas han sido Gijón/Xixón, Oviedo y Avilés. Ese “triángulo redondo” rodeado por la naturaleza. Y nos han gustado tanto que te damos nada menos que 30 razones para visitar las ciudades de Asturias.
Las razones “top” para viajar a las ciudades de Asturias
- La animación de las playas de Gijón. Si le preguntas a cualquier asturiano –y no sólo– lo primero que asocia con Xixón, todos te dirán: sus playas y su ambiente. Hay playas de ensueño en muchos pueblos de Asturias, pero tan animadas como la playa de San Lorenzo o la de Poniente en verano ninguna. No podía faltar la playa de San Lorenzo en nuestros 12+1 lugares que visitar en Gijón/Xixón.
- El arte prerrománico en Oviedo. Esto son palabras mayores: señoras y señores estamos ante una de las grandes joyas culturales no sólo de Asturias sino de toda España. Imposible no emocionarse al poner un pie en San Julián de los Prados, en Santa María del Naranco, en San Miguel de Lillo o en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo. Todos los detalles en nuestro artículo el prerrománico asturiano en Oviedo: Santa María del Naranco, San Miguel de Lillo y San Julián de los Prados.
- El casco histórico de Avilés. Un entramado de calles de origen medieval, casi 4 km de soportales, edificios coloridos… Sí, Avilés tiene uno de los cascos históricos más bonitos de Asturias. Pero lo mejor no es eso. Lo mejor es que no sólo es bonito, sino que “está vivo”. No es un decorado para turistas, es el lugar de encuentro de los avilesinos. Será la primera sorpresa entre los lugares que ver en Avilés.
- Cocina tradicional asturiana… y un toque más. En Asturias se come genial. Pero hay mundo más allá de la fabada, del chorizo a la sidra o de los escalopines al cabrales –que también encuentras–. Los dos restaurantes con estrella Michelin de Gijón o sitios como la Taberna del Zurdo en Oviedo o El Pañol en Avilés son prueba de ello. Si quieres saber más, tienes nuestros artículos Dónde comer en Gijón: restaurantes, sidrerías y más sitios deliciosos y Dónde comer en Oviedo: restaurantes, sidrerías, chigres y más.
- Vida cultural. En la mayor ciudad de Asturias, Gijón, siempre hay exposiciones, conciertos, espectáculos en el Teatro de Jovellanos o en la Laboral… Pero Oviedo, con la ópera y la zarzuela del Teatro Campoamor –el de los premios princesa de Asturias– o Avilés, con sus estrenos de teatro o las exposiciones del Centro Niemeyer, tampoco se quedan atrás.
Unas joyas más de Gijón, Oviedo y Avilés
- La Laboral y el Jardín Botánico Atlántico de Gijón. Más allá de sus playas, hay muchísimos lugares interesantes que descubrir en Xixón. Dos de los que más nos sorprendieron fueron la gigantesca Laboral Ciudad de la Cultura con su LABoral Centro de Arte y Creación Industrial y el cercano Jardín Botánico Atlántico, una Asturias que no esperas.
- La catedral de Oviedo. En ningún pueblo de Asturias vas a encontrarte con una catedral, para ello tendrás que viajar a la capital del principado. Aquí, además de con la Cámara Santa y el Santo Sudario, te sorprenderás con una de las tinajas de la boda de Caná, con ostentosos retablos barrocos o con los singulares capiteles, todos diferentes, de su claustro. Sin duda, una de las cosas que tienes que ver en Oviedo.
- El Centro Niemeyer en Avilés. No todo el arte asturiano tiene siglos de historia. Si viajas a Asturias y te fascina la arquitectura contemporánea, como a nosotros, tendrás que dirigirte a las ciudades. En Avilés fue donde volvimos a enamorarnos de los edificios de Niemeyer después de Brasil: curvas, blancos, colores primarios y belleza pura. Te contamos todo sobre el edificio en el Centro Niemeyer de Avilés: las curvas más seductoras de Asturias.
- Llagares y sidrerías. La cultura de la sidra invade todos los rincones de Asturias y en sus ciudades late con fuerza. Los llagares de Gijón incluidos en la ruta de la sidra –¡hasta me metí en un tonel!–, el bulevar de la sidra en Oviedo –ahí escuchamos nuestro primer canto de chigre– o sidrerías con carácter marinero como Casa Lin en Avilés son prueba de ello. Eso sí, no te dejes engañar, no todos los asturianos son expertos escanciadores… no te creas todos los mitos y leyendas de Asturias.
- La marcha nocturna. Nosotros no somos muy fiesteros, pero sabemos que somos la excepción. Si tú lo eres, la marcha nocturna de Gijón será uno de los puntos fuertes de tu viaje a Asturias. Y no te olvides del bulevar de la sidra de Oviedo o de unos vinitos al abrigo de los soportales en centro de Avilés.
Barrios, esculturas y compras gastronómicas en las ciudades de Asturias
- El barrio de Cimavilla en Gijón. En las ciudades asturianas cada barrio tiene su carácter muy marcado. El antiguo barrio de pescadores de Cimavilla, en Xixón, conserva su trazado y su espíritu marinero. De ahí se sube al cerro de Santa Catalina donde el Elogio del Horizonte de Chillida y la vista al mar te invitarán a quedarte todo lo que puedas.
- Oviedo y sus estatuas. Si cada barrio de las ciudades asturianas tiene carácter propio, uno de los elementos que marcan el del casco antiguo de Oviedo es que en cada esquina te encuentras con una estatua. Las más fotografiadas son las de la Regenta, la lechera con la burra de la plaza Trascorrales y Mafalda, pero hay ¡unas 120!
- El cementerio de Avilés. En Avilés las estatuas más bellas de la ciudad están en… su cementerio: La Carriona. A nosotros nos gusta visitar cementerios monumentales, así de raros somos, pero es que el de La Carriona, incluido en la ruta europea de los cementerios, le debería fascinar a cualquier amante del arte.
- Ciudades golosas. Las pastelerías asturianas de más renombres están en las ciudades. Los carbayones de Camilo de Blas, las moscovitas y princesitas de Rialto o los bombones de Peñalba, en Oviedo, son míticos. De Avilés no puedes irte sin probar un bollo mantecado de Pascua. Y en Gijón hasta hay una ruta por sus mejores pastelerías: “Gijón goloso”.
- Mercados. Los mejores productos de Asturias acaban en los mercados de las grandes ciudades. Pasar por el mercado de Fontán en Oviedo, por el del sur en Gijón o por el de Avilés, encajado en su preciosa plaza –mejor un lunes, cuando bajan las “paisanas” de los pueblos con productos que venden en pequeños puestos–, es un imprescindible.
Seguimos estando en Asturias: ciudades en medio de la naturaleza
- Las rutas de senderismo de Gijón. Sí, vale, arte, cultura, fiesta… pero seguimos en Asturias. Lo bueno es que en las ciudades asturianas también hay “paraíso natural”. El 80% del concejo de Gijón, por ejemplo, es rural. Y hay rutas muy chulas, como la del Cervigón con sus acantilados de vértigo y el “toque urbano” de las esculturas contemporáneas.
- El monte Naranco en Oviedo. A la capital de Asturias no le falta nada, tiene hasta su “Cristo del Corcovado”: el monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el monte Naranco. Como en su parecido brasileño, además del monumento en sí, lo bonito son las vistas: todo Oviedo y su entorno de ese “verde asturiano” tan intenso.
- La playa de Salinas. Nos salimos del concejo de Avilés, pero estamos todavía en su comarca y a diez minutos en coche de su centro histórico. La enorme playa de Salinas lo tiene todo: dunas salvajes a un lado, un curioso museo de anclas al aire libre y un busto de Philippe Cousteau en la roca al otro y en medio un restaurante con estrella Michelin.
- Surf. Gijón es una de las ciudades surferas del norte de España por excelencia. Nosotros también intentamos subirnos a una tabla en un curso de iniciación y fue muy divertido, aunque no se nos dio tan bien. Eso sí, mirar a los que sí saben es un espectáculo, tanto aquí como en la playa de Salinas, a las puertas de Avilés.
- Relax termal. Si un día llueve –sí, “a veces” pasa en Asturias, que el verde no es gratis…–, ¿qué mejor que unos baños termales? En pleno Gijón disfrutamos de las aguas del Talasoponiente y en el concejo de Oviedo, aunque fuera de la ciudad, de las del balneario de Caldas. ¡Salimos como nuevos!
Perlas menos conocidas de Gijón, Oviedo y Avilés
- Parapente en Gijón. El parapente es nuestro deporte de aventura favorito: nos encanta la sensación de flotar en el aire y observar el mundo “a vista de dron”. Y que no requiere esfuerzo, que eso siempre ayuda. La primera vez que lo hicimos en España fue en Gijón, desde el Pico del Sol, ¡vaya vistas! Y también se puede hacer sobre el mar. Volveremos…
- El Museo de Bellas Artes de Asturias en Oviedo. Si buscas obras de grandes artistas asturianos y españoles e internacionales en Asturias, éste es tu lugar. Valle, Piñole, Ribera, Goya, Sorolla, Picasso, Dalí, El Greco… todo en tres edificios históricos unificados, uno de ellos reformado conjugando la arquitectura contemporánea con su antigua fachada.
- La rula de Avilés. Avilés es la ciudad marinera por excelencia de Asturias y es aquí donde se lleva a cabo una de las mayores subastas de pescado de España –dos diarias, para ser exactos–. En verano, hay visitas guiadas por la rula y es interesantísimo ver el proceso de puja y de dónde y cómo llega el pescado a nuestras mesas.
- De cervezas artesanas a vinos. Asturias es sidra, pero no sólo. Para los amantes de la cerveza y del vino –aunque nosotros no seamos muy de alcohol– también hay vida. Las cervecerías artesanas como Vor en Gijón o las muchas vinotecas de Avilés donde se celebra, por ejemplo, el Famous Wine Festival, son prueba de ello.
- Ciudades a escala humana. Aunque hablemos de ciudades, en Asturias no hay metrópolis: en toda la comunidad autónoma hay poco más de un millón de habitantes. El casco histórico de Oviedo y el de Avilés, por ejemplo, se pueden recorrer andando de cabo a rabo en nada de tiempo.
Viajando en el espacio y en el tiempo en las ciudades de Asturias
- La Gijón romana. El pasado romano de Asturias no ha sido muy publicitado: todos piensan únicamente en los “celtas”. Pues tendrás que cambiar de idea cuando visites las termas romanas de Campo Valdés, en pleno Gijón, o la villa de Veranes, en su concejo. ¡Alucinarás con su gran mosaico!
- El Museo Arqueológico de Oviedo. Para saltos en el tiempo, los que puedes dar en este museo. Un imprescindible si quieres conocer más sobre el pasado de Asturias. De la época prehistórica al arte medieval pasando por el prerrománico –aquí encontrarás piezas claves para entenderlo–. A nosotros nos conquistó.
- La mina de Arnao. Cerca de la playa de Salinas, siempre en Castrillón, en la comarca de Avilés, se encuentra uno de los lugares más interesantes que hemos visitado en el viaje: el museo de la mina de Arnao. Un viaje a un tiempo mucho más cercano y a las profundidades de la tierra. Imprescindible. Te contamos más detalles en El museo de la mina de Arnao, la mina de carbón más antigua de Asturas.
- El camino de Santiago. Esto es algo que une pueblos y ciudades. “Nuestro” camino de Santiago fue el francés, pero al pasar por las ciudades de Asturias nos han entrado ganas de probar otros. El Primitivo, el que empieza en Oviedo, lo fundó un rey asturiano, Alfonso II. Y el Camino del Norte une en una etapa las otras dos ciudades: Gijón y Avilés.
- Un viaje sin coche o un punto de partida. Si sólo quieres visitar una de las ciudades, o las tres, hay una ventaja más: no necesitas coche, puedes moverte andando o en transporte público a cualquier sitio y entre ellas. Y si quieres explorar el resto de Asturias, sus ciudades, en el centro de la comunidad autónoma, son el punto de partida ideal.
Punto de partida o punto de llegada… Asturias también son sus ciudades.