Seguramente, admirar los edificios de Gaudí sea uno de los motivos por los que estás pensando en visitar la Ciudad Condal, por supuesto los incluimos en nuestras 60 cosas que hacer y que ver en Barcelona –la mayoría, incluso en nuestro itinerario de fin de semana en Barcelona–. Pero, ¿sabías que hay muchos más edificios modernistas en Barcelona? Gaudí es, sin duda, el arquitecto más conocido de este movimiento artístico, pero ni fue el primero ni, obviamente, el único.
Pasear por Barcelona es descubrir fachadas llenas de formas imposibles creadas en piedra, en hierro forjado o con esos pequeños trozos de azulejos, el “trencadís”. Durante poco más de una década, entre 1897 y 1910, no hubo familia burguesa en Barcelona que no quisiera poseer un edificio modernista en el nuevo barrio de moda: el Eixample. Las líneas rectas y los colores grises no mostraban todo el poder económico de esa nueva clase social que quería hacerse notar.
Y vaya que se hicieron notar…
Saltaconmiconsejo
Algunos edificios modernistas de Barcelona pueden visitarse. En función de en cuántos planees entrar, puede resultarte rentable hacerte con una Tarjeta Modernista. Incluye la entrada a varios de ellos en la ciudad y a otros en toda la provincia –aquí puedes ver los detalles y comprarla–. Otra opción de ahorro es la tarjeta Barcelona Pass, no solo para modernismo –aquí puedes ver sus características–.
- La Sagrada Familia: el más visitado de los edificios modernistas de Barcelona
- La Casa Batllò: la casa modernista de Barcelona más deseada por los turistas
- La Pedrera (Casa Milà): más Gaudí, ¡es la guerra!
- La Casa Amatller: la otra casa visitable en la “manzana de la discordia”
- El Palau de la Música Catalana: otro de los edificios modernistas más espectaculares de Barcelona
- El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau: el modernismo catalán en un complejo hospitalario
- La Casa Vicens: más Gaudí aunque un Gaudí (algo) menos conocido
- El Palau Güell: otra obra de Gaudí para el gran mecenas del modernismo catalán
- La Casa de les Punxes, aunque por dentro no merezca mucho la pena…
- Más edificios modernistas de Barcelona que visitar por dentro
- Otros edificios modernistas de Barcelona que ver por fuera
- Mapa de los edificios modernistas de Barcelona
- La ruta modernista de Barcelona
La Sagrada Familia: el más visitado de los edificios modernistas de Barcelona
La Sagrada Familia de Gaudí no es solo el edificio modernista de Barcelona más visitado… es el lugar más visitado de toda la ciudad. Y, la verdad, es que lo entendemos perfectamente. El templo expiatorio de la Sagrada Familia –o basílica de la Sagrada Familia– es algo único en el mundo. Más allá de su estilo modernista, llega a conmover por su ligereza y elegancia. El bosque de columnas que sostienen las hojas que forman el techo, la luz entrando por los laterales como entre los troncos de los árboles tiñendo las piedras, a través de las vidrieras, de colores diferentes según la hora del día…
Está previsto que sus obras finalicen en 2026, conmemorando el centenario de la muerte de Gaudí –murió el 10 de junio de 1926 por las heridas causadas al ser atropellado por un tranvía tres días antes–. Aunque siga en construcción, su visita sigue siendo la más codiciada de la ciudad: tendrás que reservar tu entrada con antelación –más aún si quieres subir a las torres–. El número de turistas que la visitan cada día supera con creces los 10.000 –obviamente, antes del coronavirus, ahora se ha limitado el aforo, te lo contamos en nuestro artículo sobre la Sagrada Familia de Barcelona–. Puedes hacerte con una entrada con antelación y saltarte las colas desde aquí –el acceso será siempre después de las 17:00–.
Vistas de la Sagrada Familia y visita a la cripta
Desde la plaza Gaudí, frente a la fachada del nacimiento, puedes disfrutar de la Sagrada Familia “al cuadrado”, al verse reflejada sobre el estanque del parque. Eso sí, tendrás que esperar y hacerte un hueco, porque es el lugar oficial para sacar la foto.
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Cada día, por la tarde hay misa en la cripta de la Sagrada Familia –donde está enterrado Gaudí–. Es posible entrar desde una hora antes, por el carrer de Sardenya, y es gratis. Los horarios de las misas son de lunes a viernes a las 20:15, los sábados a las 19:30 y los domingos a las 18:30 –aunque no estamos seguros de que los domingos se pueda acceder–.
La Casa Batllò: la casa modernista de Barcelona más deseada por los turistas
La inmensidad de la Sagrada Familia, una vez finalizada alcanzará los 172,5 metros de altura, hace que el posado más popular de Barcelona sea frente a la Casa Batlló –siempre en lo que a edificios modernistas se refiere–. Sufras o no de pareidolia, no podrás evitar ver caras en las terrazas de este edificio –es conocida como la casa de los huesos o de los bostezos por la forma de bocas abiertas de sus balcones– y hasta un dragón en el tejado… Te lo contamos todo en nuestro artículo La Casa Batlló de Gaudí: visita y curiosidades.
Esa fachada monumental nació para “competir” con las de la Casa Amatller y de la Casa Lleó i Morera que ya lucían modernismo en la que se conoce como “manzana de la discordia”. Pero, obviamente, no hay que quedarse en la calle. Dentro de la Casa Batllò se aprecia todo el genio de Gaudí, desde las escaleras hasta los tiradores de las puertas, desde la decoración de paredes y techos hasta la tribuna más famosa del Paseo de Gracia, desde el patio interior hasta la lavandería del desván.
Todo un lujo que, además, cuenta con réplicas del mobiliario original –también diseñado por Gaudí– y hasta conciertos de música en la azotea durante los meses de verano.
¿Sabías que…?
Esa “discordia” a la que hace referencia el nombre popular de la manzana existía solo entre los dueños de las casas. Los arquitectos, Gaudí, Puig i Cadafalch –de la Casa Amatller– y Domènech i Montaner –de la Casa Lleó i Morera–, tenían buena relación entre ellos.
Un extra de la visita que nos encantó fue la posibilidad de ver la casa en tiempos de la familia Batllò gracias a la audioguía con realidad aumentada. Visita que, si quieres estar seguro de poder hacer o no quieres esperar colas en la puerta, puedes reservar con antelación desde aquí.
La Pedrera (Casa Milà): más Gaudí, ¡es la guerra!
La tercera joya de Gaudí en Barcelona también está en el mismo Paseo de Gracia, pero en el número 92. Como la Casa Batllò, la Casa Milà tomó el nombre de la familia que contrató al arquitecto. Pero, en este caso, no fue una reforma del edificio existente: Gaudí lo levantó desde cero. Te lo contamos en detalle en La Casa Milà: todo sobre la visita a la Pedrera.
¿Sabías que…?
Durante las obras de construcción de la Casa Milà, era tal la cantidad de polvo que salía del solar que los barceloneses empezaron a referirse a ella como “la pedrera”, la cantera. La familia Milà no estaba nada contenta con el nombre popular, pero, con el paso de los años, la casa lo luce ahora con orgullo.
Justo después de terminar las obras de la Casa Batllò, en 1906, Gaudí recibió el encargo de construir una casa señorial y que mostrara el poder económico del matrimonio Milà. Desavenencias en la decoración interior llevaron al arquitecto a abandonar la obra y a tener que luchar por sus honorarios en los tribunales. Esos honorarios fueron donados a los jesuitas y, a día de hoy, el coste de las entradas también se destina a proyectos sociales en la ciudad.
En su interior se visita solo la planta noble, donde vivía la familia Milà, y la azotea con sus famosas chimeneas en las que también verás caras, todo acompañado de una audioguía. En este caso también te puedes hacer con tus entradas con antelación y saltarte la cola aquí. Otra opción es visitarla de noche con un espectáculo de videomapping en la azotea –aquí puedes ver los detalles y precios–.
No entrarás con la idea de disfrutar de las vistas desde la azotea, pero no deja de ser uno de nuestros miradores de Barcelona imprescindibles.
La Casa Amatller: la otra casa visitable en la “manzana de la discordia”
Ya hemos mencionado la “manzana de la discordia” y ahora toca hablar del primero de los edificios modernistas que la conforma: la Casa Amattler. En 1898, Josep Puig i Cadafalch recibió el encargo de reconstruir el edificio por parte de Antoni Amatller. Dos años después, la obra estaba terminada y Antoni y su hija se mudaron al Paseo de Gracia.
La ruptura con las fachadas colindantes del paseo fue tal que llamó la atención de toda la burguesía catalana. Pero, obviamente, el interior no le iba a la zaga. Puig i Cadafalch construyó la primera tribuna a la calle, con una columna de mármol rosa decorativa visible desde el exterior solo como ostentación. Columna que, más tarde, aparecería también en la Casa Lleó i Morera –aunque solo la mitad superior es de mármol–.
Además de todos los elementos del modernismo, no hay que despistarse ni un momento durante la visita guiada –puedes ver los horarios en su página oficial– porque todo tiene un significado: añadió elementos de decoración para Antoni y para su hija. El búho y la urraca –sabiduría y ahorro– en el caso de Antoni y el gato y el perro –elegancia y fidelidad– para su hija. También nos encontramos con un auténtico museo. Una impresionante colección de vidrio de todas las épocas ocupa algunos espacios del piso noble. Te contamos más de la historia y de la visita en nuestro artículo La visita a la Casa Amatller de Barcelona.
¿Sabías que…?
La ordenanza municipal de la época no permitía que las casas ganaran altura con la restauración. Si te fijas, la fachada de la Casa Amatller reproduce la forma de las casas del norte de Europa a dos aguas escalonadas. Esa zona superior contravenía las normas y se mantuvo porque no se consideró zona habitable sino estudio fotográfico del señor. Eso sí, la multa la tuvo que pagar.
El Palau de la Música Catalana: otro de los edificios modernistas más espectaculares de Barcelona
Habíamos mencionado de pasada a Domènech i Montaner –el tercero en la “manzana de la discordia” y otro de los grandes del modernismo catalán–, pero ahora llega su momento. El arquitecto se encargó, además de la construcción de casas privadas, de la de edificios públicos de gran prestigio. Entre ellos, del Palau de la Música Catalana, una de las salas de conciertos más espectaculares que hemos visto nunca. Tanto, que le hemos dedicado un artículo entero: La visita al Palau de la Música Catalana.
De entrada, además de modernista, tiene el “honor” de ser el primer edificio construido con hormigón armado en la ciudad. Gracias a su uso, se terminó en solo tres años, de 1905 a 1908. La fachada, por supuesto con una tribuna llena de coloridas columnas, queda encajonada entre los edificios del carrer de Sant Pere més Alt, pero ya da una idea de lo que vas a encontrar dentro.
Desde el vestíbulo, con la escalera doble y las farolas, hasta la sala Lluís Millet –donde se encuentra la terraza al carrer de Sant Pere més Alt–, no dejamos de sorprendernos con la cantidad de detalles que Domènech i Montaner introdujo en la decoración. Pero quedaba el plato fuerte: la sala de conciertos.
En la sala de conciertos propiamente dicha, Beethoven y José Anselmo Clavé están colocados a los lados del escenario. Escenario que los artistas comparten con 18 musas modernistas –en trencadís y relieve–. El techo lo forma una gigantesca gota en cristal que hace las veces de Sol.
¿Sabías que…?
Cada una de las musas del escenario hace referencia a épocas y culturas diferentes. Todas tocan un instrumento, excepto la séptima por la derecha, que está cantando. La sexta por la izquierda, toca unas castañuelas y lleva un vestido flamenco.
Si quieres estar seguro de tener tu entrada cuando visites Barcelona, puedes comprarla desde aquí con antelación, incluye una visita guiada.
El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau: el modernismo catalán en un complejo hospitalario
¿Quién quiere diseñar un edificio modernista pudiendo diseñar todo un complejo? Eso debió pensar Domènech i Montaner cuando recibió el encargo de levantar el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Nos gustó tanto, que le hemos dedicado un artículo entero: La visita al recinto modernista del hospital de Sant Pau. Pero te damos unas pinceladas aquí para que sepas lo que «oculta» el mayor complejo de arquitectura modernista de Europa.
A principios del siglo XIX comenzó a construirse la nueva sede del Hospital de la Santa Creu en lo que, en aquella época, era un arrabal en las afueras de Barcelona. Durante once años, Domènech i Montaner levantó trece edificios entre pabellones, edificio de recepción y otros equipamientos. A su muerte, su hijo, Pere Domènech i Roura, construyó otros seis “menos modernistas”.
Más allá de la belleza de los edificios, de las cúpulas cubiertas por azulejos, de los mosaicos de las fachadas del edificio de recepción, de las estatuas que decoran las paredes… nos impresionó la organización. Todos los edificios están conectados por pasillos subterráneos para que médicos, enfermeras y pacientes pudieran ir de uno a otro sin salir al exterior. Exterior que se dedicó a un gran jardín y zona de descanso.
No solo belleza por belleza, también una precisión exquisita en cada detalle teniendo en cuenta el uso que se iba a dar al complejo. Tan bien pensado estaba, que fue utilizado como hospital hasta 2009 cuando se inauguró la nueva sede.
Si, además de entrar y recorrer sus salas, quieres una explicación histórica, puedes contratar una visita guiada –aquí tienes precios y características–.
La Casa Vicens: más Gaudí aunque un Gaudí (algo) menos conocido
La Casa Vicens es la primer obra de Gaudí en Barcelona… aunque fuera de Barcelona. Para el momento en que la construyó, la calle de las Carolinas pertenecía al municipio independiente de Gràcia. Aunque fue a principios del XX cuando todos los burgueses de Barcelona querían una casa de ese estilo, ya en 1883 Gaudí daba los primeros pasos.
A pesar de ser la más antigua, luce como la más nueva con los coloridos azulejos de su fachada. Esto se debe a que ha sufrido una intensa restauración –puedes ver el proceso en un vídeo en el interior del edificio– durante tres años hasta ser abierta al público en noviembre de 2017.
Sin llegar a encontrarse con la explosión modernista de sus obras más famosas, recorrer las salas de la Casa Vicens da una idea de la evolución de Gaudí. Además de que, gracias a un número controlado de visitantes diarios y simultáneos, la visita es mucho más relajada que en las otras obras del arquitecto –puedes comprar aquí tu entrada anticipada y saltarte las colas–. No te pierdas la verja con hojas de palma de la entrada.
El Palau Güell: otra obra de Gaudí para el gran mecenas del modernismo catalán
La riqueza de la familia Güell en la época de esplendor del modernismo catalán se estima, al cambio, en unos 75 millones de euros actuales. Eusebi Güell, según la revista Forbes, habría estado en la lista de los 25 hombres más ricos del mundo a principios del siglo XX. Y la familia, desde luego, no escatimó en gastos para demostrar ese poder. Nada habría sido lo mismo para Gaudí si no hubiera coincidido con Eusebi en sus salidas excursionistas del Círculo Catalán. Aunque el primer contacto entre ellos fue gracias a la Exposición Universal de París de 1878 donde el arquitecto llevó su vitrina para la Guantería Comella.
Justo tras terminar la Casa Vicens, Gaudí recibió el encargo de construir una casa señorial que ocupara toda una manzana, de ahí que sea considerada más un palacio y su nombre, Palau Güell. Lo primero que salta a la vista son las dos enormes puertas de hierro forjado –con la típica forma de arco parabólico de Gaudí– que sirven de entrada. La altura permitía entrar a caballo en el edificio y todavía hoy queda un escalón a la izquierda de la escalera para montar y descabalgar cómodamente.
Desde la zona de carruajes en la planta baja hasta la azotea con las primeras “cabezas de chimenea” comienzan a aparecer las formas sinuosas que han hecho famoso al arquitecto. Las celosías de los balcones del patio interior, las lámparas de forja… pero también grandes chimeneas y decoradísimos techos de madera.
Colócate en mitad del salón central para admirar su cúpula parabólica decorada para simular un cielo en el que cada agujerito fuera una estrella. Si quieres saber más, echa un vistazo a nuestro artículo La visita al Palau Güell de Barcelona para consultar sus horarios y organizar tu visita.
La Casa de les Punxes, aunque por dentro no merezca mucho la pena…
Dejamos para el final otro de los edificios modernistas de Barcelona que se pueden visitar y el único que, a nuestro parecer, no tiene un interior que lo merezca: la Casa de les Punxes. A diferencia de las otras “casas”, esta no recibe el nombre de una familia –no hay una familia Punxes– sino de los pinchos, punxes en catalán, que coronan su fachada.
A pesar de su aspecto monolítico, el edificio está formado por tres casas independientes. El proyecto, encargado a Puig i Cadafalch por Bartomeu Terradas Brutau, contemplaba la construcción de una casa para cada una de sus hermanas. De ahí que también se la conozca, aunque menos, como Casa Terradas.
El interior, a falta de detalles y de decoración modernista, se ha transformado en un recorrido multimedia por la leyenda del dragón de Sant Jordi. También se puede subir a la azotea y entrar en alguno de los “pinchos” que se ven desde la calle.
Aunque decidas no entrar, no dejes de acercarte a admirar su fachada, con los pinchos, desde la calle. Aquí puedes encontrar los horarios y precios de la entrada, en caso de que te animes a visitarla.
Más edificios modernistas de Barcelona que visitar por dentro
Si te has quedado con las ganas de entrar en más edificios modernistas, te vamos a complacer, aunque con alguna restricción: un día concreto de la semana, para tomar algo o a solo a algunas zonas.
- Palau Baró de Quadras, obra de Puig i Cadafalch, hoy sede del Instituto Ramon Llull que se puede visitar solo los miércoles.
- El restaurante Els Quatre Gats, también de Puig i Cadafalch, centro del modernismo catalán con tertulias, cenas y reuniones durante los seis años que estuvo activo, de 1897 a 1903. En la década de los ‘70 volvió a abrir al público como café restaurante.
- La fábrica Casaramona, hoy sede del CaixaForum de Barcelona. Fábrica algodonera de Puig i Cadafalch que, sí, también le daba a la arquitectura industrial. No te pierdas su techo ondulado.
Otros edificios modernistas de Barcelona que ver por fuera
No acaba la Barcelona modernista en estos edificios. Paseando por las calles de la ciudad nos encontramos con muchos otros de los que solo se puede disfrutar de la fachada. Nosotros nos acercamos a ver algunas.
- Casa Lleó i Morera, estamos seguros que te acercarás a la tercera de las casas más famosas de la “manzana de la discordia”, de Domènech i Montaner.
- Casa Calvet, todavía quedan más casas de Gaudí en Barcelona. Esta no se puede visitar, aunque sí se puede entrar en el restaurante que ocupa la planta baja. Entrar, para comer o cenar, no para visitar.
- Casa Fuster, otra obra de Domènech i Montaner, convertida en hotel de lujo en 2004.
- Casa Thomas, también de Domènech i Montaner, con un impresionante ventanal en la planta baja.
- Palau Montaner, justo al lado del anterior, con su precioso mosaico en la parte superior.
- Casa Comalat, piedra y forja en la avenida Diagonal, obra de Salvador Valeri i Pupurull. En los arcos de entrada se pueden ver formas muy parecidas a las de los balcones de la Casa Batllò.
- Casa Manuel Llopis Bofill, obra de Antoni Maria Gallissà, alumno de Domènech i Montaner.
- Casa Bruno Cuadros o Casa dels Paraigües, el gran dragón chino en hierro forjado que sobresale de su fachada en La Rambla hace que sea imposible que pase desapercibida.
- Casa Sayrach, uno de los últimos edificios del modernismo de Barcelona, con las bonitas formas curvas de su fachada.
- Casa Serra, del arquitecto Puig i Cadafalch, con aspecto de palacete en recuerdo de la desaparecida Casa Gralla, hoy es una de las sedes de la Diputació de Barcelona.
Mapa de los edificios modernistas de Barcelona
Como siempre, para que no te pierdas y puedas organizar tus visitas a los edificios modernistas de Barcelona mientras recorres la ciudad, los hemos colocado en un mapa.
La ruta modernista de Barcelona
Si lo tuyo es el modernismo, pero no lo de moverse con un mapa en la mano tratando de encontrar los edificios, siempre puedes reservar plaza en alguna de las visitas guiadas que recorren Barcelona en su busca. Conocemos dos, aunque bastante centradas en la figura de Gaudí, el más famoso de los arquitectos de este estilo: el free tour Gaudí y Barcelona modernista –aquí puedes reservar tu plaza– y el tour por las maravillas de Gaudí –aquí puedes ver los detalles y el precio–.
Eso sí, el ayuntamiento también colabora en que tu búsqueda de edificios no sea demasiado complicada y ha colocado placas de la ruta modernista en el suelo delante de cada uno de los edificios que la forman.
Confirmado, hay modernismo en Barcelona más allá de Gaudí.
¿Quieres viajar a Barcelona? Aquí puedes hacerlo:
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