Casi tres meses viajando por Brasil, sin montar ni una vez en avión, dan para mucho –aunque muchas cosas se nos han quedado sin visitar ni conocer…–. Entendemos que no todo el mundo puede permitirse un viaje de esta duración, y por eso traemos un resumen organizado por categorías, para ayudarte a preparar un viaje a Brasil –no hace falta que sea a la Copa del Mundo de fútbol o a las Olimpiadas de Río, ya verás que Brasil tiene mucho más que ofrecer– tengas el tiempo que tengas. Además, hemos preparado una entrada con consejos para viajar a Brasil.
Qué ver en Brasil: Fiestas
Brasil es un país al que le encanta la fiesta. Por eso, sea cual sea el momento en que vayas a viajar a Brasil, una de las primeras cosas que tienes que hacer es mirar su calendario de festivales y hacer todo lo posible por estar en alguno de ellos. Nuestro viaje tuvo lugar en junio, mes de las festas juninas en el Nordeste de Brasil y visitamos todas las que pudimos: Mossoró, Barreirinhas, São Luiz –con su mumba-meu-boi–, Belem y Alter do Chão. Algún día escribiremos una entrada sobre estas fiestas. Justo antes de las juninas tuvieron lugar las Festas do Divina Espírito Santo, y allá que fuimos a Pirenópolis a ver sus Cavalhadas.
Río de Janeiro es la capital de la samba y la ciudad de la fiesta en Brasil. Como tal, no se puede dejar pasar la ocasión de asistir a un concierto de samba na rua, samba en la calle. Todos los lunes –segunda– y viernes –sexta– se puede disfrutar del espectáculo y de cómo se vive la samba de una forma especial en las calles de la Cidade Maravilhosa.
Si Río es la ciudad de la fiesta, Salvador de Bahía no le va a la zaga. Su carnaval es de Record Guinness y todos los días –excepto los lunes– hay conciertos en las calles del Pelourinho, su casco histórico. Si sólo vas a pasar un día en la primera capital brasileña, tiene que ser el martes. Después del «descanso» del lunes los baianos salen a la calle con muchas ganas. No dejes de pasar por la escadaria do Carmo y el Terreiro de Jesús.
Qué hacer en Brasil: aprender con sus gentes
La experiencia del couchsurfing nos ha permitido conocer a gente fabulosa a lo largo y ancho del país. Entrar en casas de desconocidos y salir, dos o tres días después, de casas de fantásticos amigos –en algunos casos hasta emocionándonos con los abrazos, como en Braslia–. Hemos paseado, visitado, charlado, aprendido e incluso saltado con ellos.
Nos enseñaron a cocinar strogonoff de pollo en São Paulo y brigadeiro en Salvador de Bahía. Hicimos caminatas en la selva Tijuca en Río de Janeiro y nos mostraron parques naturales en Ouro Preto. Nos llevaron a fiestas en São Paulo, en Río, en Brasilia, en Salvador, en São Luis, en Belém…, a jugar al poker y comer linguiça en Curitiba, al teatro en Manaus, donde también nos contaron muchas curiosidades de la historia del país –a nosotros y al taxista que nos llevaba a casa desde el teatro–. Nos descubrieron heladerías en Salvador y restaurantes de comida local en Brasilia, en Ouro Preto, en Manaus… Incluso pedimos pez asado para llevar en Manaus y saboreamos un delicioso churrasco familiar en São Paulo.
Hemos dormido en rascacielos y en casas bajas, en el centro de las ciudades y en las afueras, en barrios ricos y en barrios humildes, en zonas seguras y en zonas en las que era mejor no salir en cuanto se ponía el Sol. Por dormir, hemos dormido incluso dentro de una base militar. El ejército nos ha acogido varias veces en su casas: un paracaidista, un teniente del ejército de tierra, una sargento del aire y una teniente también del aire.
Sin ellos el viaje no habría sido lo mismo, porque también nos aconsejaron nuevos lugares que visitar que no conocíamos y que nos encantaron: ¡Muchas gracias! Otra de sus ventajas es que permite viajar barato por Brasil y por todo el mundo.
Qué ver en Brasil: naturaleza
Las playas brasileñas
Volvemos a decir que no somos muy playeros, pero las playas de Brasil son especiales. Hacer un listado sería como pedirle a un padre que elija entre sus hijos… pero nombramos: la Prainha de Itacaré, con ese camino por la selva que la aleja del turismo masivo –el resto de playas de Itacaré también son una maravilla de postal con su arena fina y sus palmeras–; Maragogi, con la barrera de coral más grande del país; las playas de Pipa, entre las mejores de Brasil en todos los listados; las playas casi vírgenes de Praia Argilla y la tercera y cuarta de Morro de São Paulo; Jericoacoara, con su duna y su Pedra Furada;…
Parques naturales
En esta categoría no hay duda: el Parque Nacional de los Lençois Maranheses. Si los desiertos son lugares que nos encantan, un desierto en el que el agua de lluvia crea más de 9.000 lagunas cada año es algo especial y mágico.
Decía que no había dudas, pero está el otro gran atractivo de Brasil: el Amazonas, el río de ríos. Navegar durante cinco días por él, conociendo a gente estupenda y viendo paisajes increíbles, es una experiencia inolvidable. Pero el Amazonas se vive desde más abajo en Alter do Chão, o desde dentro, en un hotel en la selva. Ver bosques inundados, nenúfares gigantes, árboles comestibles y otros que son farmacias con raíces… Ver monos, perezosos, tucanes, papagayos, delfines rosa… Oír sus ruidos –entre ellos el rugido de un caimán desde una pequeña barca– y dormir en la selva.
Una duda más, el hecho de ser la primera de las visitas en Brasil no le debe quitar protagonismo a las cataratas de Iguazú. Tanto del lado argentino como del brasileño son otro de esos puntos de referencia del país en el extranjero.
Transportes en Brasil
No sólo en autobuses –unos 40 de largo recorrido y más de 100 locales– hemos viajado por Brasil en estos tres meses, también ha habido metro, tren, taxi y ferry, como medios de transporte convencionales. Nosotros lo hemos hecho así porque íbamos improvisando, aunque en muchos casos, ;buscando los vuelos con antelación, se encuentran muy buenas ofertas, y a veces el avión resulta incluso más barato que el autobús en las largas distancias. Entre los no convencionales están todos los demás, desde 4×4 hasta barcas empujadas con pértigas: buggies de arena, lanchas fuera borda, canoas… Y, aunque parecía una locura, también auto-stop.
Qué ver en Brasil: Arquitectura
Aunque no parezca el mayor atractivo del país no hay que dejarlo de lado. Ciudades coloniales, como Paraty, Ouro Preto o São Luis, compiten en esta categoría con la capital, Braslia, una ciudad diseñada hace poco más de 60 años y cuyos edificios, casi todos de Niemeyer, son una obra de arte. Entre ellos no podemos dejar de destacar su fabulosa Catedral Metropolitana.
Otra arquitectura especial es la de las favelas, y no dejamos de recomendaros que visitéis alguna. En Río de Janeiro pasamos por la favela de Santa Marta y os podemos asegurar que es completamente segura y que no os dejará indiferentes.
Después de todo esto sólo podemos decir que nos ha encantado este país y que casi nos acostumbramos a mezclar toda la comida en el plato y que lloramos al ver como estampaban el sello de salida en el pasaporte…
A pesar de todo, nos faltaron muchas cosas por hacer: ala delta en Río, recorrer una Estrada Real, vivir un carnaval… y muchos lugares por visitar: Pantanal, Bonito, Chapada Diamantina, la FLONA de Alter do Chão…
Volveremos.
¿Te quieres de ir de viaje a Brasil por libre? Aquí puedes hacerlo:
- Busca tu vuelo más barato a Brasil aquí.
- Escoge el hotel que más te guste al mejor precio en Río de Janeiro, São Paulo, Salvador de Bahía y otras muchas ciudades.
- Alquila el coche en Brasil al mejor precio comparando entre varias compañías aquí.
- Las mejores guías de Brasil aquí.
- Contrata tu tour guiado en español en Brasil aquí.
- Contrata tu seguro de viaje con un 5% de descuento aquí.