En las playas del Nordeste de Brasil nos esperaban más días y más sorpresas, como si no fueran suficientes las que ya nos habían deparado…
Alagoas, de Carro Quebrado a Maragogi y su barrera de coral
Cuarta sorpresa: ¿cómo se llega a la famosa playa del Carro Quebrado?
Ubicada en un pueblo, Barra de Santo Antonio, y más lejana de Maceió, la capital de Alagoas, la playa del Carro Quebrado prometía no haber perdido su encanto. El color anaranjado de sus falesias, acantilados, es lo que la ha hecho famosa. Pero no lo suficiente como para que sea fácil llegar en transporte público. Después de una hora dando vueltas por Maceió –una ciudad que nos parecía cada vez menos atractiva– y otra en la carretera, un destartalado autobús, en el que nos cocimos, nos llevó hasta Barra de Santo Antonio. Allí fue donde descubrimos que la playa estaba a 6 km de distancia y que no había forma de llegar: no había autobuses ni taxis y, con las mochilas al hombro y la idea de salir de nuevo hacia el norte por la tarde, ir andando estaba descartado. Nos quedamos un rato intentando hacer autostop pero nada, por allí no pasaba nadie… ¡Tan cerca y tan lejos!
Quinta sorpresa: salir de Barra de Santo Antonio… ¿cómo?
Si llegar a la playa del Carro Quebrado era imposible, salir de Santo Antonio hacia Maragogi, al norte, tampoco parecía tarea fácil. Preguntamos al conductor del autobús y nos dijo que había que volver a Maceió, porque allí no paraban los autobuses de largo recorrido. ¡NO! No estábamos dispuestos a repetir ese viaje, así que, después de intentar hacer autostop, sin suerte, cogimos un minibus que tendría que llevarnos a otro pueblo donde cogeríamos otro minibus hasta Maragogi. Dos minibuses, muchos «compañeros de viaje» amontonados, y mucha música sertaneja después, llegamos a Maragogi.
El pequeño pueblo, aunque tuviera poca personalidad, nos pareció un paraíso después de ese viaje. Pero lo bueno estaba por llegar.
Sexta sorpresa: ¿la mayor barrera de coral de Brasil?
Pocos lo saben, incluso una servidora hasta hace poco, pero enfrente de la costa del Nordeste de Brasil se encuentra la barrera de coral más grande del país, –nos dijeron que era la segunda del mundo, después de la Gran Barrera de Coral australiana, pero hemos descubierto que no es así–. Maragogi es uno de sus mejores puntos de acceso, ya que se encuentra justo enfrente de unas piscinas naturales que se forman todos los días al bajar la marea, permitiendo hacer snorkel con facilidad. Sus corales y peces no tienen nada que envidiar a los australianos, lo decimos con conocimiento de causa. Un sitio poco conocido pero espectacular, que desde luego os recomendamos si pasáis por el Nordeste de Brasil. Hay muchos barcos dispuestos a llevarte a las piscinas –grandes, para muchos pasajeros, y pequeños, para excursiones más personalizadas–.
Los astros habían decidido darnos un respiro y además de las playas disfrutamos de la comida popular de las fiestas de Santo Antonio, rica y barata, ¿qué más se puede pedir?
De Alagoas a Pernambuco, adiós Porto de Galinhas
Séptima sorpresa: el diluvio universal
Después de la calma, en nuestro espléndido día de snorkel por la barrera de coral, llegó la tempestad. Literalmente. Nos despertamos al día siguiente con la idea de llegar por la tarde a Recife parando en Porto de Galinhas, para visitar una de las playas más conocidas de Brasil. El nombre de Porto de Galinhas se debe a que cuando la esclavitud estaba ya prohibida pero en la práctica seguía existiendo, al llegar un cargamento de esclavos de África se decía, en clave, que estaban llegando las «gallinas de Angola». Pero una lluvia torrencial nos impidió llegar a la famosa playa. Cuando en Barreiros, donde nos llevó un minivan, nos calamos hasta los huesos al cruzar la calle para ir a la rodoviaria, entendimos que Porto de Galinhas, como Carro Quebrado o São Cristóvão, tampoco entraba en el plan de viaje que los astros habían preparado para nosotros.
Pipa, ¿cuántos paraísos hay en Brasil?
Octava sorpresa: Pipa, sin más que decir
Después de la visita cultural a Recife y Olinda, llegaba otro punto fuerte playero: Pipa. Cercana a la más conocida Natal –famosa en España por ser meta de muchos paquetes de todo incluido en los últimos años–, Pipa fue otro los magníficos sitios cuya existencia descubrimos en el viaje. Al llegar en van, furgoneta, desde Goianinha –donde para el bus que viene de Recife– tuvimos un pequeño entrante de lo que nos esperaba. La vista sobre las maravillosas playas de Cacimbinha y del Madeiro, con sus impresionantes acantilados…