Visitar Carcasona es uno de esos sueños viajeros que estamos felices de haber cumplido. Un lugar con un ambiente especial y un clásico en las novelas históricas. De hecho, casi se conoce más por esas novelas y las leyendas que recogen, o directamente inventan, que por su historia real. Tenemos que confesar que, con toda esa aura casi mística, no las teníamos todas con nosotros. ¿Acabaríamos defraudados con los lugares que ver en Carcasona o se cumplirían todas nuestras expectativas?

Por si acaso, intentamos no ver fotos antes del viaje. No queríamos que unas imágenes ideales se quedaran en nuestra retina y luego “lucharan” con la realidad. Seguimos con las descripciones de las novelas e imaginamos el perfil de su ciudadela medieval. Por fin la imaginación dejó paso a la realidad. Y ya te adelantamos que Carcassonne cumplió con creces.
Después de cumplir nuestro sueño, te invitamos a que sigas nuestros pasos. Aquí tienes nuestras sugerencias con una selección de 10 cosas que hacer y que ver en Carcasona, además de información práctica. Eso sí, también te vamos a enseñar unas fotos… pero es que, ¡es tan bonita!
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Antes de lanzarte a ese viaje soñado, echa un vistazo a nuestros consejos para viajar a Francia, que más vale saber ciertas cosas antes de llegar. Y no dejes de contratar el mejor seguro de viajes para Europa, que la sanidad en Francia no es gratuita ni con la Tarjeta Sanitaria Europea.
Qué hacer y qué ver en Carcasona, nuestros imprescindibles
Has oído hablar de ella innumerables veces. No hay libro sobre los cátaros –ya sea histórico o novela– en el que no aparezca. Sabes que tiene una ciudadela medieval que parece recién construida. Y algo de “recién” tiene… De acuerdo que fue a mediados del siglo XIX, pero hay que decir que fue más una recreación que una restauración por parte de Viollet-le-Duc. Ahora bien, hay que organizarse para no perderse nada. Estas son nuestras 10 cosas que hacer y que ver en Carcasona imprescindibles.
¿Empezamos?
Lo primero que tienes que hacer en Carcassone: conocer su historia y sus leyendas
Los más de 2.500 años de historia de Carcasona han sido muy intensos y no te voy a aburrir contándote detalles históricos aquí. Bueno, tampoco conozco tantos que solo hicimos una visita, no una tesis doctoral.
Eso sí, hay un episodio que destaca sobre todos los demás. Estamos en el siglo XIII y Simon de Monfort llega a Carcasona al mando del ejército cruzado enviado por el Papa Inocencio III para combatir la herejía cátara. El asedio a la ciudadela medieval en 1209 dura solo quince días. Acaba con la toma de la ciudad y con Raimond-Roger Trencavel, vizconde de Carcasona, hecho prisionero. Unos años más tarde, la ciudad se anexiona al Reino de Francia y Luis IX, San Luis, la transforma en fortaleza real.

Ser protagonista de un hecho histórico tan relevante –hablamos de la herejía cátara, con todo el imaginario que la rodea– le da a Carcasona un atractivo único y gran parte de la fama que mencionábamos antes. Conocer algunos detalles de la historia de la ciudad, además de sus muchas leyendas, es una de las cosas que tienes que hacer en Carcasona. Por eso recomendamos una visita guiada –no la encontramos en español, así que la hicimos en inglés, aquí tienes los detalles–. La nuestra empezó en la puerta de Narbona con la leyenda del origen del nombre de la ciudad… porque el cerdo de la Dama Carcás gana a la romana Iulia Carcasso.
Las mejores vistas panorámicas de Carcasona a todas horas
Adentrarse en la ciudadela de Carcasona es una experiencia inolvidable, pero la mejor vista se tiene desde fuera. Paradójicamente, es alejándose de esa maravilla y admirándola desde lejos cuando la idea de un viaje al pasado parece hacerse real. Sin acercarte a los edificios, con sus modernidades y sus turistas del siglo XXI, y contemplando la imponente muralla con sus 48 torres rodeada de naturaleza, puedes imaginarte, por un segundo, en un caballo viendo pasar el ejército de Simon de Monfort.

Alejarse está bien, pero, ¿hacía dónde? Probablemente la mejor vistas panorámica de Carcasona, y por ende el mejor sitio para hacer una foto, sea la que se tiene desde la terraza del Tribe Carcassonne, donde nos alojamos nosotros. En la última planta del hotel hay una terraza en la que se sirven cócteles con vistas, así que no es necesario alojarse para entrar.

La otra vista famosa de la ciudadela de Carcasona es la que se tiene desde el sur, con los viñedos en primer plano. Para hacer esa foto hay que ir en coche por el Chemin des Anglais y luego por el Chemin de Sainte-Croix girando a la derecha hacia la Rocade Sud – carretera D 342. En el mapa indicamos dónde están los puntos panorámicos y Google te sabrá llevar.
Dónde ver la puesta de sol en Carcasona
Tanto desde el sur, con los viñedos, como desde la terraza del Tribe Carcassonne, hay buenas vistas de la puesta de sol en Carcasona. En el primer caso, en el fondo se ve el cielo teñirse de rojo, mientras que en el segundo es la muralla la que se ilumina con los colores cálidos del atardecer.

Perderse por las callejuelas medievales de la ciudadela
Después de buscar la mejor vista, hay que visitar la ciudadela medieval de Carcasona. No en vano es una de las mejor conservadas y restauradas de Europa y, como adelantamos, está en la lista de Patrimonio de la Humanidad UNESCO. Eso sí, a pesar de lo imponente de su muralla, hay que decir que es relativamente pequeña, así que podrás recorrer todas sus callejuelas. De hecho, aunque tampoco te vas a perder –antes o después llegarás siempre a la muralla–, te recomendamos un cierto orden si no quieres pasar varias veces por la misma calle y dejar otras sin pisar. Es lo que tienen los intrincados trazados medievales.

Tómatelo con calma, hay cientos de fotos que esperan irse a casa contigo y muchos rincones que merecen ser descubiertos. Busca, por ejemplo, sus pozos, el grande y el pequeño. En el primero se dice que hay un tesoro escondido, ¿lo encontrarás? Nosotros, aunque lo buscamos, ya te decimos que no…
Madrugar: Carcasona para ti a primera hora
Ya hemos dicho que la ciudadela medieval de Carcasona es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Súmale que está en Francia, uno de los países más visitados del mundo. Resultado: no vas a estar solo cuando la visites. Miles de turistas llegan cada día en autocares acompañados de guías con paraguas dispuestos a llevarse fotos y souvenirs –lo de los souvenirs se lo ponen fácil con las muchas tiendas de recuerdos–. Y no hablamos solo de chinos y japoneses, ¿eh?

¿Eso significa que no deberías ir? Absolutamente no. Carcasona es una joya aunque esté abarrotada. Si no te gusta la masificación y quieres disfrutar de la belleza de la ciudadela con tranquilidad, aquí está nuestro consejo: tienes que visitarla pronto por la mañana. ¿Cuánto de pronto? Antes de que lleguen los grupos organizados, sobre las 9 – 9.30. Con las tiendas cerradas y los turistas en la cama o desayunando, la tendrás casi para ti. Incluso podrás escuchar los cascos de los caballos sobre el suelo adoquinado. Vale, con imaginación.

Cierto es que eso te obligará a madrugar mucho o a dormir en Carcasona, lo que hará que el madrugón sea más llevadero. Echa un vistazo a nuestra elección de alojamiento más abajo.
Dar la vuelta completa a las lizas y admirar la muralla exterior
Si nunca has oído la palabra lizas, aquí estamos para que la descubras. Las lizas son el espacio entre dos murallas concéntricas. Sí, hay dos murallas alrededor de Carcasona. Entre ellas, durante la Edad Media, los caballeros se ejercitaban para la guerra a base de justas. Échale un poco más de imaginación y tendrás a Ivanhoe participando en una de ellas. Y, si Ivanhoe te queda muy atrás en el tiempo, piensa en los combates de la Montaña en Juego de Tronos.

Hoy en día, ya sin combates, son uno de los lugares que ver en Carcasona para cualquier turista que se precie. Puedes rodear por completo las murallas, con sus torres y sus cuatro puertas dobles: la principal, Puerta de Narbona, y las otras tres: Puerta del Aude, Puerta del Burgo o de Rodez y Puerta de Saint-Nazaire.
El castillo condal, lo tienes que ver en Carcassonne
El castillo condal de Carcassonne, en el que se refugió el vizconde Trencavel y que San Luis volvió a fortificar tras la cruzada cátara y su correspondiente asedio, sigue en pie y es uno de los lugares que visitar en Carcasona obligatoriamente.

Bueno, lo de “sigue en pie” ya hemos dicho que es un decir. Un decir en el sentido de que no está como cuando era una fortaleza cátara y condal, ni como lo dejó San Luis al convertirlo en castillo real. El aspecto que tiene es una idealización de Viollet-le-Duc. Así “debía” ser un castillo medieval en el imaginario popular de mediados del siglo XIX y así se restauró, sin importar mucho la verdadera historia.

Eso no quita que sea una auténtica maravilla –en España pasó lo mismo con el castillo de Olite en Navarra y también merece la pena la visita–. Podrás recorrer sus salas; admirar algunos de sus frescos; descubrir algunas de las piezas que custodia, y recorrer sus caminos de ronda para disfrutar de una panorámica más sobre las murallas exteriores de la ciudadela y sobre la iglesia de Saint-Gimer –construida en el siglo XIX por Viollet-le-Duc, en estilo neogótico–.
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Si hay miles de turistas por la ciudadela, ya imaginarás que unos cuantos –por no decir todos– van a entrar también al castillo. Si no quieres pasar un rato en la cola esperando, puedes comprar aquí tu entrada al castillo y a las murallas saltándote las colas al precio oficial.
En la página web del castillo tienes la información sobre horarios y días de apertura.
La basílica de Saint-Nazaire, otro lugar que visitar en Carcasona
El otro lugar que tienes que visitar en Carcasona es la basílica de Saint-Nazaire. El edificio que vemos hoy fue levantado entre los siglos XII y XIII en estilos románico y gótico. ¿Está como en aquél momento? No, ya te habrás dado cuenta de que no hay nada en la ciudadela que no pasara por las manos de Viollet-le-Duc. En sus trabajos del siglo XIX, además de desordenar más aún si cabe los estilos, modificó el portal románico y también mezcló un poco las vidrieras.

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En el interior de la basílica podrás “presentar tus respetos” a Simon de Montfort, representado junto a un león, en la que se supone que fue su lápida funeraria. Inicialmente también estaba enterrado en la basílica, pero sus restos fueron trasladados a Toulouse.

Hasta principios del siglo XIX, la basílica de Saint-Nazaire tenía el rango de catedral de Carcasona. En 1801, el obispo trasladó su cátedra a la iglesia de Saint-Michel, fuera de la ciudadela. La ciudadela estaba siendo abandonada por sus habitantes y el obispo siguió a sus fieles. Durante todo el siglo XIX fue una “simple” iglesia, convirtiéndose en basílica en 1898.
Qué ver en el centro de Carcasona: de la ciudad medieval a la bastida de San Luis
El encanto que tiene la ciudadela medieval de Carcasona es único, pero hay más ciudad al otro lado de esas murallas. Bajo el reinado de San Luis, Luis IX, se construyó la que todavía se denomina “ciudad nueva”, aunque sea del siglo XIII –alguien debería pensar en cambiarle de nombre…– o bastida de San Luis. Merece la pena recorrer su calle principal, la Rue George Clemenceau; visitar sus iglesias, entre ellas la catedral de Saint-Michel, y llegar hasta el Canal du Midi, también Patrimonio de la Humanidad. Fue ahí donde se mudó toda la población dejando el camino libre al abandono de la ciudadela y a Viollet-le-Duc a finales del siglo XVIII.

Si, como nosotros, visitas Carcasona un sábado por la mañana, tienes que ir al mercado de fruta y verdura –y algunos productos golosos– de la Place Carnot. Está de 7:00 a 12:30. En el mapa indicamos todos los lugares que ver en la bastida de San Luis, la ciudad nueva de Carcasona.
Comer un cassoulet
La comida típica por excelencia de esta región de Francia es el cassoulet: un plato de cuchara con alubias blancas y diferentes tipos de carne. En teoría es originario de Castelnaudary, aunque Carcasona y Toulouse le disputan su nacimiento y cada una de las tres ciudades se precia de tener el mejor en sabor y calidad. Nosotros comimos cassoulet el día antes de llegar a Carcasona, así que no te podemos aconsejar ningún restaurante donde probarlo en la ciudad. Lo mejor, como siempre, preguntar a los locales, porque elegir debe ser difícil: hay cassoulet en casi todos.

Visitar los alrededores de Carcasona: no solo castillos cátaros
Si tienes algo más de tiempo y quieres saber qué visitar en los alrededores de Carcasona, también tenemos cosas que contarte. Echa un vistazo a nuestros artículos sobre los castillos cátaros, las abadías, la ciudad de Narbona… Lo puedes ver todo en una semana, y lo decimos con conocimiento de causa, es nuestra ruta en coche por el “país cátaro”.

La ciudadela medieval es la joya de la corona, pero no te creas que los demás lugares desmerecen y, en muchos casos, vas a encontrar muy pocos turistas. ¡No te quedes solo en Carcasona!
Mapa de los lugares que ver en Carcasona
Como siempre, hemos preparado un mapa con los lugares que ver en Carcasona. Tanto de la ciudadela medieval como de la bastida de San Luis y los puntos panorámicos para las fotos. ¡Más fácil, imposible!
En nuestro artículo de la ruta en coche por Carcasona y alrededores de una semana hay un mapa más amplio de la zona.
Dónde está Carcasona y cómo llegar
No sé tú, pero yo, antes de visitar Carcasona, no sabía ubicarla en un mapa. Sabía que se encontraba en el sur de Francia, pero no con precisión. Vamos con un poco de información geográfica: Carcasona es la capital del departamento de Aude, en la región de Occitania.

La forma más fácil de llegar a Carcasona desde España es volar a Toulouse o a Perpiñán, o al propio aeropuerto de Carcasona –aunque no tiene vuelos directos desde España–. Consulta precios y horarios aquí. Desde cualquiera de los aeropuertos puedes ir a Carcasona en transporte público o alquilar un coche –mira los precios aquí–, si quieres hacer una ruta por los castillos cátaros y alrededores.
También es posible viajar en tren, en el AVE de Renfe en cooperación con SNCF, la empresa de ferrocarriles francesa. Hay trenes desde Barcelona y desde Madrid. Es un viaje más cómodo, pero, obviamente, más largo y, aunque no lo creas, bastante más caro. Eso sí, desde Barcelona y alrededores es la mejor opción. Una vez en Narbona, puedes cambiar de tren hasta Carcasona.
Hoteles en Carcasona: el Tribe Carcassonne
A la hora de elegir un hotel en Carcasona, la primera duda es si dormir o no dentro de la ciudadela medieval. Por un lado, dormir ahí implica poder visitarla con más comodidad a primera y última hora –los mejores momentos para disfrutar de la ciudadela con tranquilidad–. Pero, por otro, la mejor vista de Carcasona está fuera de las murallas y el amanecer y el atardecer son momentos muy golosos para las fotografías.
Nuestra recomendación es el Tribe Carcassonne, donde nos alojábamos nosotros cuando todavía se llamaba Hôtel des Trois Couronnes –está en la Rue des Trois Couronnes–. Las vistas son las mejores de la ciudad y eso no tiene precio –aunque tenemos que decir que tampoco es particularmente caro, echa un vistazo aquí a los precios, desde 77 € la doble en temporada baja–. La habitación era muy cómoda y el personal muy atento. Aconsejamos el hotel sin duda. Puedes ver aquí más alojamientos en Carcasona y elegir el que más te convenga.
Si tienes pensado visitar la zona, echa un vistazo a nuestro artículo Hoteles en Carcasona y alrededores.

Como nos gusta cumplir sueños, ¡gracias, Carcasona!
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