Si en Bilbao fue un museo el que despertó el turismo, en Millau fue un puente. Hablando con propiedad, un viaducto, porque une los dos lados de un valle en lugar de superar solo un río. El viaducto de Millau, en el sur de Francia, ha puesto la región en el mapa de la modernidad, de la arquitectura y del turismo. Pero no vayas a pensar que la ciudad “no existía” antes de la llegada de Norman Foster. Siguiendo con el símil de los mapas, Millau ya estaba en los de la historia, la naturaleza y los deportes.

Si eres un enamorado de la obra de Norman Foster –sí, el viaducto de Millau es diseño suyo– no necesitarás más motivos. Pero, si dudas de que merezca la pena hacer el viaje para ver “solo un puente”, aquí tienes un listado de lugares que ver en Millau y alrededores.
No vas a tener excusa, Millau es mucho más que un viaducto y te lo vamos a demostrar.
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El viaducto de Millau: el puente colgante más alto del mundo está en Francia
No es de extrañar que el viaducto de Millau haya sido capaz de atraer la atención sobre la ciudad. Vista entre las montañas del macizo central, la obra del arquitecto inglés Norman Foster y del ingeniero francés Michel Virlogeux parece la sutil estela de un avión a reacción. Una fina línea blanca que flota sobre siete pilares. Es cuando uno se va acercando cuando esa “fina línea” se va convirtiendo en una gigantesca obra de ingeniería.

El viaducto de Millau ostenta el récord de puente colgante más alto del mundo. Bueno, vamos a concretar, porque estas cosas de los récords y “los más” siempre llevan alguna coletilla. En el caso del viaducto de Millau, es el puente colgante con carretera más alto del mundo y, además, en el que los coches pasan a más altura. Los pilares alcanzan los 343 metros en su punto más elevado y la carretera se encuentra a 270 metros del suelo. En el tema de la longitud no tiene récord, pero hablamos de unos nada despreciables 2.460 metros de viaducto.

Semejante obra de ingeniería requirió unos catorce años de estudio y preparación en los que intervinieron más de 500 personas. Finalmente, las obras comenzaron en octubre de 2001 y el viaducto se inauguró en diciembre de 2004, tras poco más de tres años de trabajo. El peso de la “sutil estela” es de más de 36.000 toneladas. En su construcción participaron unos 3.000 trabajadores. El número de vehículos que lo transitan siguiendo la carretera A75 también marea: unos cinco millones al año.
Información práctica: dónde está, cómo llegar, miradores…
El viaducto de Millau está en, o mejor dicho forma parte de, la carretera A75, La Méridienne. Con este dato es evidente cómo llegar hasta él: siguiendo la carretera. Eso sí, tras pagar los 6,50 € de peaje te quedarás con las ganas de verlo. Sí, desde donde menos se ve es desde el propio viaducto.

Si buscas un mirador para disfrutar del viaducto de Millau, buscas el Aire du Viaduc. Es el único lugar preparado para verlo en todo su esplendor y poder parar –hay aparcamiento y hasta un restaurante con vistas–. Se puede llegar hasta allí por la salida 45 de la A75, antes del peaje, siguiendo el Boulevard du Viaduc o por la D911 siguiendo los carteles Aire du Viaduc. Nosotros no fuimos al mirador… pero pasamos en barca por debajo, que eso también da puntos y una perspectiva muy diferente. Eso sí, si no quieres parar, puedes verlo desde casi cualquier punto en la zona.

En barco bajo el viaducto de Millau
Como decíamos, la otra forma de tener una panorámica distinta del viaducto de Millau es desde abajo. Desde una barca en el río Tarn con los barqueros del viaducto, les bateliers du viaduc. La posibilidad de pasar debajo de esa mole de hormigón y metal es un motivo más que suficiente para lanzarse a navegar por el Tarn. Pero, además, durante la travesía de una hora y media el barquero habla de flora, fauna y geología de la zona y también hay algunos momentos de emoción al pasar los rápidos que forma el río.

El final de la travesía es poco después del pueblo de Peyre excavado directamente en la montaña. Nos contaron que la construcción del viaducto hizo pensar a sus habitantes que iban a perder su maravillosa vista. Algunos incluso llegaron a vender sus casas creyendo que se devaluarían… ¡Error! El turismo y la vista del viaducto han lanzado los precios de Peyre, donde todo el mundo quiere tener un balcón para disfrutar de los mejores miradores del viaducto de Millau.
Horarios: De abril a octubre cada 45 minutos de 9.00 a 17.30
Precios: 24 € con descuentos para familias y grupos.
Turismo en Millau más allá del viaducto
Tenemos que confesar una cosa, la razón para viajar a Millau no está en la propia ciudad. En nuestro caso, fue el viaducto, pero, una vez allí, descubrimos que había más lugares que visitar y actividades que disfrutar en sus alrededores. Desde pequeños pueblos hasta un parque natural. De vías ferratas a catas de queso. De productos artesanos a parapente –aunque, lamentablemente, el clima no acompañó para despegar del suelo–.
El pueblo de Peyre
Vimos el pueblo de Peyre solo desde el río Tarn y ya nos enamoró. Tampoco pudimos asomarnos a uno de sus balcones para disfrutar de la vista del viaducto ni caminar por sus escarpadas calles abiertas en la ladera de la montaña. Nuestro fallo fue que no sabíamos que estaba allí hasta que lo vimos desde la barca y ya no hubo ocasión de cambiar el programa para visitarlo. Tú ya vas avisado, así que, reserva un rato para él.

La ruta de los pueblos templarios
Poco podemos decir de la ruta de los pueblos templarios que no hayamos contado ya en el artículo dedicado a ellos: La ruta de los pueblos y castillos templarios en Francia. Solo recordarte que, en coche, podrás visitar La Couvertoirade, Sainte-Eulalie-de-Cernon, Viala-du-Pas-de-Jaux, La Cavalerie y Saint-Jean-d’Alcas en un día y volver a Millau.

El Parque Natural Regional de las Grands Causses
La naturaleza en Millau tiene nombre propio, el del Parque Natural Regional de las Grands Causses –mesetas calcáreas–, declarado patrimonio mundial por la UNESCO. La ciudad está enclavada en su interior y también lo está La Cité de Pierres, que, cuando la visitamos nosotros se conocía como Montpellier-le-Vieux.

Las rocas calcáreas negras de la meseta forman un gigantesco laberinto que podrás recorrer caminando o a bordo del tren turístico. Si buscas algo más de adrenalina en tu visita a La Cité de Pierres, tienes que probar las vías ferratas y sus tirolinas por las que lanzarse entre piedras y árboles. Diversión asegurada, también por los mosquetones y cascos que los guías te colocarán para asegurar tus pasos.

Turismo activo en Millau
Si el senderismo, las vías ferratas y las tirolinas de La Cité de Pierres no te parecen suficientes, Millau sigue siendo tu destino ideal. No en vano, se la conoce como la ciudad de los deportes extremos: kayak y rafting en las aguas del Tarn –dentro de la ciudad hay un tramo del río preparado para pruebas de kayak–, escalada y rutas de BTT en el parque de las Grand Causses y vuelos en parapente. Ya hemos dicho que nosotros nos quedamos con las ganas, el clima no fue propicio para el parapente ninguno de los dos días que pasamos en la ciudad.

La tradición en las manos: los guantes de Millau
Puede que no lo sepas, pero Millau está asociado históricamente a la fabricación de guantes de piel. Las mismas ovejas que dan la leche para el delicioso queso roquefort también aportan la piel con las que hasta 7.000 trabajadores a mediados del siglo XX fabricaban los mejores guantes de Francia. Las modas, los materiales sintéticos y las importaciones provocaron el cierre de casi todas las fábricas, pero una sobrevive, con el espíritu del indomable galo Astérix.

La fábrica de Causse elevó sus estándares y convirtió sus guantes en lujo. Marcas como Hermés, Chanel o Louis Vuitton fabrican sus guantes aquí. Ya sabes, la fábrica de guantes de Causse en Millau también se merece una visita. Además verás guantes de colección y fotos de famosos que los usaron y usan.
La visita a las cuevas de roquefort
Pues sí, puede que no supieras que la piel de las ovejas se usa para fabricar los mejores guantes, pero seguro que has oído hablar del queso roquefort. ¿Qué tal acercarse al cercano pueblo de Roquefort para visitar una de las cuevas en las que envejece? Dicho y hecho. Y contado, en nuestro artículo La experiencia de visitar las cuevas de Roquefort.

Dónde comer en Millau
Más allá del queso roquefort, la mesa nunca decepciona en Francia y Millau y sus alrededores no iban a ser la excepción. Probamos un par de restaurantes. En las afueras, concretamente en Creissels, el del Château de Creissels. Y, en la misma ciudad, La Mangeorie, bajo las murallas.
Comimos en el Château de Creissels –hotel además de restaurante–, en un château del siglo XII bajo las bóvedas de piedra. Platos con sabor a roquefort y toques de cocina moderna en semejante escenario con historia y una muy surtida tabla de quesos. Nuestro camarero nos sorprendió hablando en castellano y nos contó que había emigrado hacía años a Millau.

La cena fue en La Mangeorie, una parrilla regentada por la misma familia desde hace más de 50 años. Allí probamos las ostras y unos riquísimos postres. Mención aparte merece la carne, por algo es una parrilla: deliciosa y bien preparada. Todo el personal muy atento, incluso el chef nos buscó para charlar un rato con nosotros en español cuando vio que habíamos escrito un tuit mencionándoles.

Dormir en los alrededores de Millau
Estando en mitad de un parque natural, decidimos que lo mejor para dormir era en plena naturaleza y probamos los chalets de madera de Domaine Saint Estéve en la ladera del valle del Tarn con el viaducto de Millau en la distancia. Tranquilidad, vistas, aire puro… lo que nos costó salir por la mañana para hacer turismo.

Usamos Millau como base de operaciones para movernos por los alrededores, así que probamos un par de alojamientos. También descansamos, literalmente, en el Domaine de Jassenove, en un pequeño pueblo cerca de Millau, dentro de una granja. Y decimos descansar literalmente porque allí se va a vivir el campo: olvídate de internet y las nuevas tecnologías. A cambio, además de la tranquilidad, también disfrutamos de una deliciosa cena tradicional hecha en casa y con productos ecológicos que cultivan y crían en la granja.

Camino de Jassenove también pasamos por otras pequeñas aldeas como La Blaquiere, Saint Martin du Larzac y Les Baumes cerca del campo militar de Larzac.

Mapa del viaducto de Millau y alrededores
Como siempre, hemos preparado un mapa con los lugares que visitar en Millau y alrededores para que organices tus visitas como más te convenga. Eso sí, no te dejes nada por ver… o tendrás que volver.
¿Te han entrado ganas de ver el viaducto de Millau y todo lo que tiene alrededor? Estamos seguros de que sí.
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