Ábsides lombardos. Arcos de medio punto. Bóvedas de cañón. Sí, ya lo has adivinado, ¡vamos a hablar de románico! Uno de mis estilos arquitectónicos favoritos. ¿Tú no tienes uno? ¿Soy muy friki? Bueno, que me disperso. Te llevamos por la provincia de Barcelona para enseñarte algunas de las iglesias y monasterios románicos más bonitos que hemos visitado. Ojo, no solo en un viaje, que hemos necesitado unos cuantos.
Como en todos nuestros listados, no están todos los que son pero sí son todos los que están. Vamos, que seguro que hay muchos más pero estos merecen la pena. Ah, el paisaje también puntúa, porque si a esos ábsides lombardos, a esos arcos de medio punto y a esas bóvedas de cañón de hace un milenio les añades las bellezas naturales del interior de Barcelona y del Prepirineo… pues, ¿qué más quieres, Baldomero?
Saltaconmiconsejo
Si quieres conocer más de la comunidad autónoma y no solo la provincia de Barcelona, echa un vistazo a nuestras 7 rutas en coche por Cataluña.
La iglesia de Sant Jaume de Frontanyà y su ábside románico
El Berguedà es una de las zonas más ricas en arte románico de la provincia de Barcelona: hay doce iglesias visitables desperdigadas por la comarca. A nosotros nos hacía particular ilusión visitar la de Sant Jaume de Frontanyà, un diminuto pueblo en medio de la nada que en otoño es escenario del espectáculo natural de la berrea del ciervo. Nosotros fuimos en verano, así que nos lo perdimos, pero la iglesia románica está ahí siempre.
Una vez llegados al pueblo, tuvimos claro que no iba a ser complicado encontrar la iglesia. Su ábside tan típico del románico lombardo nos dio la bienvenida desde la misma carretera. Nos habían comentado que la llave la tendríamos que pedir en la fonda Marxandó, una de las más antiguas de Cataluña, y al llegar nos enteramos de que, después de unos 250 años de actividad… ¡había cerrado! Sus dueños se han jubilado y no hay relevo generacional. Una pena. Pero la iglesia estaba abierta y, si no, siempre puedes preguntar en la plaza.
La primera noticia del pueblo es del año 905, cuando se consagró Sant Jaume Vell. El edificio actual es del siguiente siglo, de alrededor de 1070. La iglesia, con su cimborrio de doce caras único en Cataluña, era parte de un monasterio dependiente del de Ripoll en el que llegó a vivir una pequeña comunidad de monjes agustinianos. Del resto de edificios del monasterio no queda nada. ¿Y por qué se construyó aquí? Por lo visto, era una zona de paso hacia la Seu d’Urgell. Hoy es todo menos una zona de paso…
¿Sabías que…?
Hasta el 15 de enero de 2018 Sant Jaume de Frontanyà, con sus 30 habitantes, era considerado el pueblo más pequeño de Cataluña. En esa fecha le «robó» el récord Gisclareny, de 26 habitantes.
El monasterio de Sant Llorenç: románico y contemporáneo
Algunas de las iglesias románicas más interesantes de la comarca barcelonesa del Berguedà son accesibles gracias a visitas guiadas de la empresa Civitas Cultura. Su página web, donde se pueden consultar los horarios de las visitas, está solo en catalán, pero algunas visitas se pueden hacer a veces en castellano, hay que preguntar.
Nosotros les conocimos porque queríamos visitar Sant Quirze de Pedret, de la que hablamos más abajo, y gracias a ellos descubrimos el monasterio de Sant Llorenç prop Bagà, hoy en Guardiola de Berguedà. Tenemos que admitir que no lo conocíamos y resultó ser una visita interesantísima y nada típica.
Gracias a nuestro guía aprendimos sobre la historia más que intensa de este rincón del interior de Barcelona. De los eremitas que se instalaron aquí en el VI, del pequeño templo visigodo de los siglos VII y VIII, del origen y del desarrollo del monasterio benedictino entre los siglos IX y XII, del gran terremoto que lo golpeó en 1428, del intento fallido de reconstruirlo en 1620 y de su abandono definitivo.
Aunque fue su historia reciente la que más nos sorprendió. Porque una parte de la iglesia siempre quedó en uso y en los años ‘60/’70 del siglo pasado a su lado se construyó un seminario que se reconvirtió en casa de colonias para niños. Al afectarle la aluminosis se hicieron obras y, sorpresa, sorpresa, ¡se encontraron los restos del monasterio! Y luego de la parte «desconocida» de la iglesia.
Descubrimos todo esto mientras el guía nos señalaba detalles del monasterio medieval, como los restos del claustro o la única ventana románica conservada, y contemporáneos, como la celosía de cerámica o la estatua de la gata «Liza», con su curiosa historia. Lo que más nos gustó fue justamente esa armonía entre lo antiguo y lo contemporáneo.
La iglesia de Sant Quirze de Pedret: prerrománico y frescos exquisitos
Como decíamos arriba, la visita al monasterio de Sant Llorenç fue un «afortunado accidente», pero nuestro «objetivo» en esa zona era la iglesia de Sant Quirze de Pedret. ¿Por qué? Por sus famosos frescos. Aunque sean reproducciones, porque los originales están el Museo Diocesano de Solsona y en el MNAC de Barcelona.
Una vez más, la visita fue de 10. Gracias a nuestro guía, descubrimos más sobre la historia, la arquitectura y curiosidades de la iglesia, considerada uno de los mejores ejemplos del prerrománico catalán. Nos señaló su ábside trapezoidal típico del prerrománico visigótico, sus naves románicas, su porche con su gran portal románico o su torre que no está claro si nunca llegó a terminarse o si se cayó por un terremoto.
¿Sabías que…?
Puesto que puede que nunca se completara, la torre no se reconstruyó en ninguna de las dos –polémicas, por cierto– restauraciones. Por eso enfrente se ha colocado otro cuanto menos curioso «campanario» contemporáneo.
En el interior, otros detalles como los arcos de herradura –no, nos son mozárabes, ¡son visigodos!– o la fuente bautismal del siglo XII que antes estaba en el porche, porque los niños no bautizados no podían entrar en la iglesia.
El «plato fuerte» de los frescos, románicos y prerrománicos, llegó al final. Los más famosos: el misterioso Orante de Pedret y los muy coloridos de la absidiola sur, con la parábola de las “vírgenes prudentes e imprudentes” de San Mateo. ¿Muy chillones? Puede ser, ¡pero así eran originalmente, por lo visto!
Rincón SaltaConmigo
Antes de cruzar el puente medieval hacia la iglesia, a la derecha hay un camino que lleva a la vía verde del Llobregat, que sigue el cauce del río Llobregat a través del antiguo trazado del ferrocarril Manresa-Olván. Merece la pena recorrerlo aunque sea un poco, hasta el primer túnel.
El monasterio de Sant Pere de Casserres: románico y naturaleza en Barcelona
Las iglesias románicas conservadas casi intactas están a menudo perdidas en medio de la más absoluta nada. Y eso les da más encanto aún, si cabe. Pero algunas se encuentran en rincones que son particularmente sugestivos. Es el caso de Sant Pere de Casserres. Un antiguo monasterio benedictino ubicado en la punta de un meandro del pantano de Sau.
Un monasterio del siglo XI, construido sobre un castillo del siglo IX, que tuvo su máximo esplendor en el siglo XII y, a partir del XV, fue decayendo hasta convertirse en granja. Vale, he resumido muy rápidamente más de diez siglos de historia. Pero hay cantidad de información en el mismo monasterio. Uno de los puntos fuertes de la visita fue justamente ese: aunque aquí no hubo guía, hay paneles explicativos y maquetas en cada sala. De la bodega a la iglesia pasando por la cocina, el refectorio, la sala capitular, el scriptorium, el dormitorio de uno de los monjes, el del prior o el bonito claustro. Una exposición permanente cuenta la vida de los monjes en Casserres.
¿Sabías que…?
Según la leyenda, el hijo de los vizconde de Osona y Cardona habría hablado a los tres días de vida diciendo que no viviría más de treinta días. También explicó que sus restos debían ser cargados en una mula y que en el lugar donde la mula parara deberían levantar una iglesia dedicada a San Pedro y guardar sus reliquias.
En este caso el monasterio, como decía, es de acceso libre, no es obligatorio reservar una visita guiada. Abre de 10:00 a 19:30 de junio a septiembre y hasta las 17:30 el resto del año. En su página oficial tienes información más detallada en catalán.
La colegiata de Sant Vicenç de Cardona: grandiosidad y románico puro
Si hablamos del condado de Cardona, habrá que irse a su castillo. El castillo de Cardona es uno de los más bonitos e interesantes de la provincia de Barcelona. Y, además de la estructura fortificada en sí, también hay, cómo no, ¡una iglesia románica! De hecho, su ábside es lo que más sobresale de la silueta del castillo desde la carretera. El que te dará la bienvenida al complejo.
Es la colegiata de Sant Vicenç, consagrada en 1040, uno de los mejores ejemplos del románico lombardo de toda Cataluña. De dimensiones grandiosas para una iglesia románica: nada menos que 50 metros de largo y 18 de ancho y alto. Los muros tan altos y los juegos de luces y sombras hacen que sea muy sugestivo recorrer su interior. No olvides bajar a la cripta, subir al coro para ver la iglesia con otra perspectiva y pararte ante las rejas de hierro forjado originales del siglo XII. Y, antes de entrar, tampoco te pierdas los frescos del nártex –los originales están conservados en el MNAC–.
Nosotros fuimos entre semana, y conseguimos entrar rápidamente sin reservar y sin guía porque había una visita guiada para un grupo justo después, pero no es lo normal. Hay visitas guiadas en castellano los sábados y domingos a las 11:00 h por 8 €, en su página oficial tienes la información y puedes reservar online. La visita, además de la iglesia, recorre el interior del castillo.
Sant Benet de Bages y la experiencia de visitar el Món Sant Benet
Volvemos a un monasterio benedictino y a un precioso conjunto románico, aunque con añadidos posteriores. Nos vamos al monasterio de Sant Benet de Bages, con su iglesia del siglo XII y su maravilla de claustro con capiteles esculpidos con todo tipo de temáticas vegetales y figurativas. ¡Un paraíso para los amantes del románico!
Además, el conjunto restaurado es parte del curioso e interesantísimo complejo cultural y turístico de Món Sant Benet. Un palacio, un centro de innovación ligado a la gastronomía, el monasterio visitable con modernos efectos audiovisuales… Ya le hemos dedicado un artículo exclusivo a Món Sant Benet así que no te contamos más aquí. ¡Solo que tienes que ir!
Sant Joan de Fàbregues: otro entorno único
La iglesia de Sant Joan de Fàbregues, tan sencilla y pulcra, es otra joyita del románico lombardo. Ni fuimos con visita guiada ni había mucha información ahí, así que poco podemos contar. En cualquier caso, la iglesia es pequeñita y no hace falta más para reconocer elementos tan típicos del románico como su ábside con lesenas lombardas o el portal con su arco de medio punto. Y, una vez más, está en un entorno único, con el marco de los riscos del Pla Boixer al fondo.
Según lo que hemos leído, hay documentación de la iglesia ya en 968 pero, por las características arquitectónicas del románico lombardo, el edificio actual dataría del siglo XI o XII. Hasta 1878 fue la iglesia parroquial de Rupit i Pruït. Sí, uno de los pueblos más bonitos de Barcelona y de toda Cataluña al que aún pertenece, aunque esté bastante alejada de su casco histórico. Además de ser un pueblo precioso, se llena de turistas los fines de semana, pero Sant Joan de Fàbregues sigue siendo un rincón casi desconocido. Y eso que está muy cerca del famoso Salt de Sallent.
La visita libre a la iglesia es gratuita. Los horarios no están muy claros. Nosotros la encontramos abierta pero, si tú no, puedes preguntar en el restaurante de la rectoría anexo a la iglesia. Nosotros nos paramos ahí a tomar un Aquarius tras el paseo desde Rupit, con esas vistas merece la pena una pausa. Te contamos cómo llegar en nuestro artículo Rupit i Pruït: Edad Media y naturaleza en Barcelona.
Más románico en la provincia de Barcelona
Los monasterios e iglesias de los que hemos hablado son casi todos “puramente románicos”. Pero otros de los edificios religiosos más bonitos y conocidos de la provincia de Barcelona han conservado elementos románicos importantes.
El campanario románico lombardo de siete pisos de la catedral de Vic es uno de ellos. Otro es el precioso claustro del antiguo monasterio benedictino de Sant Cugat, con sus capiteles con motivos vegetales y figurativos –¡cómo nos gustan los capiteles de los claustros románicos!–. En la Seu d’Egara de Terrassa los edificios del complejo tienen origen anterior, pero también hay importantes elementos y decoración románicos. Y finalmente, por supuesto, está la Moreneta en Montserrat.
También hay románico en la Ciudad Condal
Y en Barcelona ciudad, ¿no hay románico? Pues, aunque no sea el estilo arquitectónico más común en la Ciudad Condal, que se ha ido renovando mucho a lo largo de los siglos, sí que lo hay. La iglesia de Santa Anna, muy cerca de la Plaça de Catalunya, es prueba de ello, aunque tenga muchos elementos góticos. También está la capilla de Santa Llúcia, anexa a la catedral –el claustro de la catedral también conserva elementos románicos–, los monasterios benedictinos de Sant Pere de les Puelles y de Sant Pau del Camp o la iglesia de Sant Llàtzer, en el Raval. Hay más, pero te dejamos a ti que los descubras…
Lo que no puedes perderte sin lugar a dudas es un museo: el MNAC. Su colección de arte románico es una maravilla. Ahí nos encontramos con originales de pinturas murales románicas de todos los rincones de Cataluña, desde la Vall de Boí hasta la Seu d’Urgell, pasando por algunos de la provincia de Barcelona de los que hemos hablado arriba. El resto del museo también merece mucho la pena, por supuesto.
Ahora sí, en la capital catalana acabamos nuestro recorrido, ¡a elegir tu edificio románico favorito de Barcelona!
¿Quieres descubrir el románico en Barcelona? Aquí puedes hacerlo:
- Busca tu vuelo más barato a Barcelona aquí.
- Escoge el hotel que más te guste al mejor precio en Barcelona aquí.
- Alquila el coche en Barcelona al mejor precio comparando entre varias compañías aquí.
- Las mejores guías de Cataluña aquí.
- Contrata tu tour guiado en Barcelona aquí.
- Contrata tu seguro de viaje con un 5% de descuento aquí.