10 curiosidades del Ponte Vecchio, el Puente Viejo de Florencia

El Puente Viejo –Ponte Vecchio en italiano– es uno de los símbolos de la capital toscana. La foto de las casas apiñadas, aparentemente sin orden ni concierto, sobre el río Arno es un clásico y, sin duda, una de esas imágenes que tienes que ver en Florencia unas cuantas veces. Qué digo ver, ¡admirar!

Vale, puede que el Duomo de Florencia también tenga algo que decir en cuanto a iconos de la ciudad… pero, ¿no es más romántico el atardecer con un río? Cuando subas al Piazzale Michelangelo, o a cualquier otro de los miradores de Florencia, para disfrutar ese atardecer, la imagen del Puente Vecchio lo hará, si cabe, todavía más inolvidable.

Más allá de su imagen, conocida por todo el mundo, hay unas cuantas curiosidades sobre el Ponte Vecchio que son menos populares. Echa un vistazo a las que te contamos y así tendrás tema de conversación cuando vuelvas de un viaje a Florencia o cuando hables con alguien que haya estado allí. ¿No quieres ser el más listo de la mesa del restaurante, de la barra del bar o de todos los cuñados en la cena de Navidad?

Curiosidades del Puente Viejo de Florencia, el Ponte Vecchio

Desde su origen hasta el hecho de que siga en pie; desde las primeras tiendas hasta los turistas; desde los Medici hasta Hitler. El Puente Viejo de Florencia esconde mucha historia y muchas curiosidades que te van a sorprender.

El origen romano del Ponte Vecchio

El primer puente –que sería más que “viejo”– se construyó casi al tiempo de la fundación de Florentia por parte de los romanos en el año 150 a.C. Se trataba de una pasarela de madera y pronto tuvo que ser ampliado. La pericia constructiva de los romanos queda clara al pensar que el puente se mantuvo en pie hasta el siglo VI-VII.

Innovando en la construcción de puentes

Las crecidas del río Arno fueron acabando con los puentes uno tras otro hasta que a mediados del siglo XIV se reconstruyó en piedra. Pero no es la piedra lo que ha logrado que el puente haya llegado hasta nuestros días –sí, el Puente Viejo se construyó entre 1335 y 1345–. Lo que le ha permitido mantenerse en pie ante las riadas y crecidas ha sido su diseño con arcos rebajados.

Fue la primera vez que se usó este tipo de arco en la construcción de un puente en Occidente. Gracias a ellos, el espacio que tiene el río para pasar es mayor: tres grandes arcos, de 30 metros el central y de 27 metros los laterales. Otros puentes famosos, como el Ponte Rialto de Venecia, se construyeron siguiendo el diseño del Ponte Vecchio de Florencia.

Las primeras tiendas del Puente Viejo

El Puente Viejo seguía el trazado de la Via Por Santa Maria y, según la leyenda, su situación sobre el río Arno le otorgaba un status especial: no estaba sobre un suelo con propietario. Ese status implicaba la exención de impuestos, así que, pronto, se colocaron bancas en los laterales en las que exponer y vender mercancías.

Uno de los pocos puentes habitados del mundo

Lo cierto es que no estamos nada convencidos de que haya de verdad habitantes en el puente. Hoy en día, cuando las tiendas cierran, estamos casi seguros de que el puente queda completamente vacío, pero el hecho es que hay casas sobre el río Arno. Durante la Edad Media los puentes habitados como el Ponte Vecchio eran muy habituales en Europa pero pocos han llegado a nuestros días.

Nosotros hemos visto tres, casi somos unos expertos: el puente Pulteney en Bath, el puente de los Comerciantes en Narbona y el Puente Viejo de Florencia. Nos faltan por ver uno en Alemania, otro en Bulgaria y dos más en Francia.

El corredor vasariano, el paseo entre palacios

Los Medici eran los amos y señores de Florencia en el Renacimiento. A mediados del siglo XVI decidieron separar su residencia de la sede del gobierno del ducado, hasta entonces las dos compartían el Palazzo Vecchio. Su residencia se trasladó al Palazzo Pitti, al otro lado del río Arno. Para evitar mezclarse con el pueblo –uno de los motivos que se aducen es que tenían miedo de posibles intentos de asesinato–, Cosimo I de Medici pidió a Giorgio Vasari la construcción de un corredor que uniera ambos palacios de forma privada.

Vasari sólo necesitó cinco meses en 1565 para hacer realidad la petición del Gran Duque. El Corridoio Vasariano pasa sobre el Ponte Vecchio permitiendo recorrer el kilómetro de distancia que separa ambos palacios sin pisar la calle.

La Torre Mannelli, la defensora del puente

En la Edad Media, el Puente Viejo de Florencia estaba protegido por cuatro torres, una en cada una de sus esquinas –es un puente ancho–. De ellas, sólo una ha llegado hasta nuestros días: la Torre Mannelli.

Si sigues el recorrido del corredor vasariano sobre el puente, verás que hace un giro extraño alrededor de esa torre del extremo. La familia Mannelli se opuso a que su torre fuera modificada para la construcción del corredor y Vasari tuvo que rodearla.

De carniceros a orfebres

Si paseas por el Puente Viejo de Florencia descubrirás gran cantidad de joyerías –hoy en día, también alguna tienda de recuerdos…–, pero esto no era así en su origen. De hecho, en 1442, las autoridades de la ciudad obligaron a los carniceros a trasladarse al puente para evitar que los olores y restos de su trabajo ensuciaran Florencia. Desde su nueva ubicación en el Ponte Vecchio podían tirar los residuos directamente al Arno.

¿Cuándo aparecieron los orfebres en el Puente Vecchio? Con la construcción del corredor vasariano, los duques descubrieron el fuerte olor. “No hemos mandado construir un corredor independiente para no cruzarnos con la gente… pero sí olerlos” debió pensar Ferdinando I. Así que, en 1593 –aguantaron la pestilencia casi 30 años–, expulsó a los carniceros del puente y ofreció los puestos vacantes a orfebres.

El único puente de Florencia no destruido por los alemanes

El Puente Viejo es mucho más antiguo que cualquier otro puente sobre el río Arno en Florencia. Pero mucho, mucho. Unos ¡600 años! ¿Por qué? Porque los alemanes dinamitaron todos los demás puentes de Florencia cuando se retiraron el 4 de agosto de 1944. Sólo se salvó el Ponte Vecchio. Según la tradición/leyenda, Hitler se enamoró de la vista que se tenía de la ciudad desde él y dio órdenes directas de no destruirlo. Otra historia cuenta que tuvo más que ver con esa decisión el cónsul alemán en Florencia, Gerhard Wolf –que tiene una placa conmemorativa en el mismo puente–.

La realidad –o, al menos la última descubierta– tiene más que ver que un florentino: Burgassi. Era un enfermo de poliomelitis que se encargaba de cerrar las joyerías por la noche. Su estado hacía que los soldados alemanes le dejaran pasear por el Puente Vecchio sin restricciones. Esa libertad le permitió desconectar las bombas que habían colocado los soldados por todo el puente y que debían hacerlo volar por los aires en el momento de su retirada de Florencia. Puedes leer más sobre la historia de Burgassi en el periódico italiano La Repubblica.

Lo que sí que hicieron los alemanes, para que los aliados no pudieran aprovecharlo, fue dinamitar los edificios a los lados del puente, con lo que lo bloquearon por completo.

También hay “falsas” curiosidades del Puente Viejo

Cuando un lugar alcanza más de 700 años de uso ininterrumpido, las historias que se cuentan no siempre son reales. De hecho, hemos encontrado un par de curiosidades sobre el Ponte Vecchio que no son reales. Son lo que hoy en día llamaríamos fake news.

El término bancarrota y el Puente Viejo de Florencia

Como decíamos, los comerciantes del puente exhibían sus mercancías sobre mesas –bancas– a los lados del puente. La leyenda cuenta que fue aquí donde se creó el término bancarrota. Cuando no podían hacer frente a sus deudas, los soldados les rompían la banca. El hecho en sí es real: cuando un comerciante era insolvente se rompía su mesa de trabajo para evitar que siguiera trabajando. Otra cosa es que fuera en el Ponte Vecchio de Florencia donde se estableciera esta práctica común en toda Europa en la Edad Media –si has leído La catedral del mar seguro que la recuerdas–. Es más, no hemos encontrado ninguna referencia en italiano a este hecho –por mucho que la wikipedia en castellano lo afirme– y sí que las hay a que el origen sería Génova o Venecia.

Las ventanas de Hitler en el corredor Vasariano

Otra fake news, bueno, en este caso es más post-verdad, sobre el Puente Viejo hace referencia a Hitler. Se cuenta que las grandes ventanas del centro del puente se abrieron para el führer. Siempre luce más pensar que una modificación en una obra del siglo XIV ha sido llevada a cabo para el disfrute de un personaje mundialmente conocido –aunque sea negativamente– que para Vittorio Emanuele II. En realidad, Mussolini abrió un par más de ventanas panorámicas para la visita de Hitler en 1939. Pero las primera ventanas panorámicas, en el centro del puente, son de 1860. Se ampliaron los pequeños ventanucos redondeados para la visita de rey de Italia –en ese momento todavía en proceso de unificación– Vittorio Emanuele II.

Ahora cruzarás el Ponte Vecchio mirando con otros ojos. Porque no es sólo la vista desde el puente o la vista con el puente… también es el propio puente.