Es llegar al borde de un acantilado o pisar la arena de la playa y no poder evitar llevar la mirada de un lado a otro intentando abarcarlo todo. Usamos nuestras piernas como si de un trípode se tratara y vamos moviendo la cabeza siguiendo la línea del horizonte. Después, cuando sacamos la cámara o el móvil para llevarnos ese recuerdo a casa, nos damos cuenta de que no hay manera de conseguirlo: no cabe todo en una foto. ¿Solución? Hacer panorámicas. Eso es lo que hicimos en la comarca de Ferrolterra: muchas panorámicas, porque los paisajes no te los acabas.

No es que saquemos muchas panorámicas en nuestros viajes, pero luego siempre se quedan escondidas en los discos duros, porque no solemos publicarlas en el blog. Con las de Ferrolterra, hemos decidido que se merecen salir a la luz. No porque sean “fotones”, sino porque es la única manera de mostrar la amplitud de esos paisajes infinitos.
Abre la ventana y deja que entre el aire, los espacios abiertos los ponemos nosotros.
Saltaconmiconsejo
Entre paisaje y paisaje, no te pierdas nada de la zona con nuestro artículo Qué ver en los alrededores de Ferrol, Ferrolterra.
Playas que necesitan una panorámica
Ya dijimos en nuestro artículo sobre las playas más bonitas de los alrededores de Ferrol que, además de pequeñas calas, también había grandes arenales. Qué mejor lugar para girar la cabeza de lado a lado que una playa interminable.

Empezamos por la playa de Bares. Allí nos encontramos con el pueblo de Bares en un lateral y con el monte cubierto de vegetación llegando hasta el mar por el otro. En el medio, unas rocas que parecían nacer en mitad de la arena. Después de saltar, nos dimos cuenta de que aquello no había forma de enseñarlo en una foto normal y allá que fue nuestra primera panorámica de Ferrolterra.

Tres kilómetros de playa no caben en una toma. Por no caber, no lo hacen ni en una panorámica, pero es lo que más se acerca… La playa de Morouzos, la más famosa de Ortigueira, nos recibió con esos tres kilómetros y una familia paseando por la arena. De tan grande que es, hay que fijarse, pero al fondo está el agua.

La playa de O Baleo nos recordó a la de la Concha de San Sebastián al primer vistazo. Eso sí, aquí no hay ni barandilla, ni paseo marítimo. Tampoco encontrarás el Kursaal, ni los montes Igueldo y Urgull. Entonces, ¿en qué se parece? En esa forma redondeada que se cierra por los lados, en este caso con rocas que llegan al mar cubiertas de un verde intenso. El día era perfecto: cielo azul, algunas nubes, la arena con distintos tonos según iba bajando la marea… Había que llevarse el recuerdo a casa como fuera.

De arenales a una playa con rocas. Si en la de Bares había unas rocas en el centro de la arena, en la playa de Ponzos las rocas marcan el camino para llegar hasta ella. Roca gris, tierra ocre, arena dorada, mar azul, vegetación verde, nubes blancas… saca la paleta y el pintor que llevas dentro. O, al menos, la cámara.

La última playa “panorámica” es la de Santa Comba. Con una franja de arena de 25 metros de anchura, su cerca de madera y una ermita –la de Santa Comba– en uno de sus laterales, es la playa perfecta para recorrerla de extremo a extremo con la mirada… y con la lente de la cámara del móvil.
Acantilados infinitos
En la Costa Ártabra se encuentran los acantilados más altos de la Europa continental. Nada menos que 615 metros, esa es la altura de los acantilados de Vixía Herbeira. Te contamos todo en La Costa Ártabra, la Serra da Capelada y sus infinitos acantilados.

Pero no son los únicos, nuestro paseo panorámico comienza más al este, en el cabo de Estaca de Bares. El cabo bien merece un par de imágenes, la primera después de pasar el faro, con la unión de las aguas del océano Atlántico y del mar Cantábrico en primer plano.
¿Sabías que…?
El cabo de Estaca de Bares es el punto más septentrional de la Península. En la provincia de A Coruña se encuentran los puntos más al norte y al oeste de la Península: Estaca de Bares y Fisterra.

La segunda, desde el comienzo del cabo, con el faro –muy pequeñito, es cierto, pero está– a la derecha de la foto.

Nos vamos ahora a sentar en el mejor banco del mundo. O, al menos, en el mejor banco del mundo de Ortigueira. ¿Cómo no hacer una panorámica desde un lugar tan fotogénico? Acantilados, farallones, playas… todo no cabe en una foto.

En nuestro paseo geológico, caminamos por mitad de la naturaleza hasta llegar a un mirador –bueno, una roca que sobresalía en mitad del verde– de los acantilados de O Limo. Después de sentirnos exploradores que caminan sin ver el suelo por debajo de las plantas, ¿cómo no inmortalizar el momento con una panorámica?

El paseo acabó en el cabo Ortegal, junto a su faro y a sus Aguillóns. El mayor afloramiento continuo de eclogitas del planeta, 15 kilómetros que llegan al mar y siguen con los ocho farallones de roca. Sí, el sol estaba en mitad de la foto, pero había que hacerla igualmente.

Todavía quedaba un faro más digno de una foto panorámica en Ferrolterra –ojo, quedan más, pero que hiciéramos nosotros, fue la última–. Hablamos del del cabo de Punto Frouxeira. No hay que dejar de visitar los túneles militares que se abren junto al faro, pero tampoco de disfrutar del paisaje.
No diga bosques, diga fragas…
Mucho verde en los montes que llegan al mar junto a las playas y los acantilados. Pero, si hablamos de verde, hablamos de las Fragas do Eume. Desconexión total del mundo recorriendo sus senderos y miradores, como el mirador de Carboeira, que nos dejaron con la boca abierta. Bueno, también abrimos la boca porque aprovechamos el banco para comer unos frutos secos y recuperar fuerzas a media caminata.

Creerás que estás en mitad del Amazonas… pero seguirás en Galicia.
Y ¿no hay panorámicas con paisajes humanos?
Aunque la naturaleza es la ama y señora en los alrededores de Ferrol, también la mano del hombre ha creado algún que otro paisaje digno de panorámica.

¿Qué tal un paseo marítimo? En realidad, es un paseo a la ría de Cedeira, pero la balaustrada, los bancos, las farolas y hasta el césped valdrían perfectamente para uno marítimo.

Y, hablando de paseos, la imagen de las barcas y barcos desde el puerto es otro clásico de la costa gallega. Además, es el lugar perfecto para ver el mar en acción con sus mareas. Te mostramos la marea alta en Pontedeume y baja en Mugardos.

La vida y los paisajes de Ferrolterra son demasiado grandes para una foto normal, necesitan una panorámica.
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