Qué ver en Sintra: la ciudad de los palacios de Portugal

La ciudad de los palacios de Portugal. No se me ocurre mejor forma de definir Sintra. El primero surgió el siglo XIV, cuando los reyes de Portugal decidieron alejarse de Lisboa y pasar sus veranos aquí para disfrutar del microclima más fresco de la zona y cazar en sus bosques. Tontos no eran… Cinco siglo más tarde, un rey consorte alemán daría vida al excéntrico, casi loco diría, proyecto del Palacio da Pena. En esa misma época, la del Romanticismo, la ciudad se había convertido en meta del Grand Tour y más palacios de europeos millonarios empezaron a aparecer como setas en Sintra. Esa ciudad que Byron había definido nada menos que como el Edén.

Entre las cosas que ver en Sintra hay, pues, unos cuantos palacios –y un castillo– rodeados por bosques y jardines. Te hablamos de ellos: de los monumentos más importantes de la ciudad, todos incluidos en el paisaje cultural de Sintra, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Para los amantes de la historia, del arte, de las combinaciones imposibles, de los paisajes, de los jardines románticos y hasta del misticismo y del esoterismo. Hay palacios para todos los gustos en Sintra.

El Palacio da Pena: lo primero que tienes que ver en Sintra (en cuanto abra)

El Palácio Nacional da Pena será probablemente el motivo por el que visites Sintra. Y no nos extraña: sin duda es uno de los edificios más originales y estrambóticos con el que nos hemos topado. Colores chillones como el amarillo o el rojo, una mezcla de estilos que va del gótico al barroco, pasando por el renacentista o el manuelino –solo este último sin “neo” delante, porque quedan restos del convento manuelino sobre el que fue construido–, influencias “exóticas” como árabes o incluso indias… Y todo en una inverosímil pero perfecta armonía.

El sueño romántico –estamos en el siglo XIX– del rey consorte alemán Fernando II de Portugal recuerda un poco a la arquitectura de Neuschwanstein, más o menos de la misma época. Aquí también estamos en lo alto de una colina y el palacio está rodeado de verde. Concretamente de un jardín romántico, que es un enorme parque en el que podrías quedarte todo el día. En ese parque es donde se encuentra la Cruz Alta, en el punto más elevado de Sintra, a 529 msnm.

Recuerda ir al Palacio da Pena lo más pronto posible, las colas que se forman son épicas… Y visita el interior nada más llegar porque en la puerta del edificio encontrarás otra cola más. Si quieres saber más, echa un vistazo a nuestro artículo El Palacio da Pena en Sitra, el sueño de un rey.

El Palacio Nacional: el más antiguo, en el casco histórico

Todos los palacios de Sintra se levantaron entre finales del siglo XVIII y principios del XX. Hablamos del periodo en que los artistas románticos se enamoraron de este rincón de Portugal y lo convirtieron en etapa de su Grand Tour. Pero hay una excepción: el Palacio Nacional de Sintra, o Paço Real, en pleno casco histórico, se empezó a construir en el siglo XIV. Eso sí, la obra se prolongó durante más de 300 años. Muchos reyes lo mandaron decorar con estilos diferentes, cada uno con el que estaba de moda en su momento, claro.

Aunque sus “vecinos románticos”, más vistosos y llamativos, le hagan sombra, desde el punto de vista estrictamente histórico y artístico, este es el palacio más interesante de la ciudad. Un plus: seguramente lo visites prácticamente solo. Nosotros nos topamos con menos de diez turistas en todo el recorrido, y veníamos de abrirnos paso casi a codazos en el Palacio da Pena…

La sala que más nos sorprendió fue la cocina, con sus dos gigantescas chimeneas cónicas –esos dos “cuernos” que se ven desde el exterior–. Aunque la más bonita, sin duda, es la del Gran Consejo, de principios del siglo XVI, revestida de azulejos del siglo XVII y recubierta de una increíble cúpula octogonal de madera. Entretente buscando los blasones de las familias más antiguas de Portugal que rodean al de Manuel I.

De camino, dimos con muchas otras salas llenas de obras de arte de diferentes periodos, azulejos, decoración mudéjar y manuelina… Solo nombramos una más: la Sala de los Cisnes, con su artesonado de madera con cisnes pintados del siglo XVI.

El Castillo de los Moros: el de las vistas (y el único castillo de Sintra)

Entre tantos palacios, también hay un castillo en Sintra. Con sus murallas –dos cintas amuralladas para ser exactos– y sus almenas. Hablamos del Castelo dos Mouros, el Castillo de los Moros. Sí, fue construido por los árabes en el siglo VIII, cuando ocupaban estas tierras, aunque desde entonces ha tenido unos cuantos “retoques”, sobre todo tras la Reconquista en el siglo XII.

Como el monasterio da Pena, sobre el que se construyó el palacio, el castillo estaba en ruinas cuando Fernando II lo empezó a reformar, de ahí el jardín romántico. Aquí se viene a disfrutar de las vistas: del Palacio da Pena –la mejor desde lo alto de la Torre Real– y del casco histórico de Sintra. La subida es corta pero un poco dura. Avisamos de que hay que estar en forma para llegar al lugar predilecto para pintar de Fernando II –sí, también era artista–.

No hay mucho más que ver –aparte de algunas tumbas, la cisterna o el pequeño centro de interpretación en la iglesia–, seguramente sea el más prescindible de Sintra.

La Quinta da Regaleira: el del pozo más «instagrameable»

Uno de los palacios más famosos de Sintra, y de los más extravagantes –aunque con el Palacio da Pena la competencia es alta–, es también de los más modernos, de principios del siglo XX: la Quinta da Regaleira. Lo mandó construir el brasileño António Augusto Carvalho Monteiro, dueño de empresas de café y piedras preciosas. Era apodado “Monteiro dos milhões” –Monteiro, el de los millones–, así que está claro que problemas de dinero no tenía. Y falta le hizo para llevar a cabo todas las locuras que tenía pensadas.

El palacio de estilo entre neogótico y neomanuelino está rodeado por unos enormes jardines en los que hay fuentes, una capilla y hasta túneles. Aunque lo más famoso, sin duda, es su gran pozo recubierto de musgo, meta de cualquier Instagramer que se precie que visite Sintra. En todos los rincones del palacio y del jardín nos encontramos con símbolos ligados a los masones, a los caballeros templarios y a los canónigos cruzados de la estrella roja. Y es que Monteiro era un gran amante de las órdenes secretas. Tampoco faltan las referencias a Dante y la Divina Comedia: el pozo, por ejemplo, tiene nueve tramos de escalones, como los nueve círculos del Infierno.

Y el pozo, ¿servía para sacar agua? No, era un pozo iniciático masón. La verdad es que imaginar a los futuros masones bajando por esas escaleras con sus ropajes y sus antorchas hace que se te ponga la piel de gallina. ¿Quieres saber más de su simbología? Date una vuelta por nuestro artículo La Quinta da Regaleira de Sintra, mucho más que un pozo. Y, si ya tienes decidido visitarla, compra tu entrada la Quinta da Regaleira con audioguía y sáltate las colas.

El Palacio de Monserrate y su parque: el de los jardines y la tranquilidad

Una de palacio a tope y otra de palacio tranquilo. Si en la Quinta da Regaleira nos encontramos casi con tanta gente como en el Palacio da Pena, en el Palacio de Monserrate dimos con poca más que en el Palacio Nacional de Sintra.

En este caso viajamos al siglo XVIII, otra vez siguiendo a un millonario extranjero, el inglés Sir Francis Cook, dueño de una fábrica textil y gran coleccionista de arte. Tanto, que su palacete de verano nació como galería de arte y solo después le añadió habitaciones para pasar aquí un mes al año. Está claro que se llevaba la mezcla de estilos en Sintra: elementos neogóticos, neoclásicos, indios y, sobre todo, moriscos. Eso sí, ya no hay obras de arte: la familia Cook se arruinó y el palacete, tras caer en ruinas, se acabó de restaurar en 2015.

Tras visitar el palacio, nos esperaba el “plato fuerte”: su parque. Siete hectáreas con árboles y flores de todos los continentes, fuentes, cascadas, falsas ruinas… todo lo que un buen jardín romántico tiene que tener. Pasamos por los jardines mexicanos, la rosaleda con más de doscientos tipos de rosas, la enorme secuoya –que se dice que dejará de crecer cuando la cima vea el mar–… Eso sí, si no te pasas una vida aquí es complicado que consigas ver los ¡25.000 árboles y plantas de todo el mundo! que conserva.

Echa un vistazo a La visita al Palacio de Monserrate en Sintra y sus jardines para saber más y convencerte de que tienes que visitarlo.

Horarios y precios de los palacios de Sintra

Puedes consultar los horarios y precios de todos los palacios de Sintra y del Castillo de los Moros en la página oficial de los Parques de Sintra – Monte da Lua. La Quinta da Regaleira, en cambio, es privada, así que tendrás que mirar en su propia página oficial.

Qué ver en Sintra en un día: cómo elegir entre sus palacios

Nosotros admitimos que conseguimos ver los cuatro palacios y el castillo de los moros en un solo día. Eso sí, íbamos con conductor y guía en un tour privado y llegamos pronto, antes de la apertura del Palacio da Pena. Pasamos unas dos horas y media en el Palacio da Pena, menos de una hora en el castillo y una hora en el Palacio Nacional. Después de comer, por la tarde, pasamos un par de horas en cada uno de los dos palacios que quedaban.

Hay mucho tráfico para llegar al Palacio da Pena y al Castillo de los Moros y es bastante complicado aparcar en la zona, una opción es dejarlo fuera y coger un autobús urbano, aunque también se va tiempo en eso.

Entonces, ¿qué ver en Sintra en un día? Lo normal, si quieres ir con más calma, tienes menos tiempo o te cansa ver tantos palacios en un día, es que elijas. El Palacio da Pena es imprescindible. Y el castillo de los moros el más prescindible. Respecto a los otros tres: el Palacio Nacional de Sintra es el que más historia tiene, aunque sea menos característico de Sintra –encontrarás arquitectura parecida en otros lugares–, la Quinta da Regaleira es para los amantes del misterio y el Palacio de Monserrate para los amantes de los parques y de las plantas. Ahora, toca elegir… ¡o quedarte más tiempo!

Cómo llegar a Sintra desde Lisboa: en tren o con una excursión

Si quieres llegar a Sintra desde Lisboa en transporte público, la mejor forma es hacerlo en tren. Sale de la estación de Rossio, tarda menos de tres cuartos de hora y hay muchísimos: cada 10 minutos. Además, es muy barato, cuesta 2,40 € por trayecto. Puedes consultar los horarios y los precios actualizados de los trenes de Lisboa a Sintra y vuelta en la página oficial de Comboios de Portugal.

Otra opción, sobre todo si vas justo de tiempo, es contratar una excursión a Sintra desde Lisboa con visita guiada en español. Normalmente incluyen también Cascais y Estoril, aquí puedes ver una opción con entrada al Palacio da Pena y aquí otra con entrada a la Quinta da Regaleira.

Los alrededores de Sintra: de Cabo da Roca a Cascais

Ya te hablamos de qué ver en Cascais y sus alrededores… pero, en realidad, muchos de esos “alrededores” son más cercanos a Sintra que a Cascais. Es el caso del Cabo da Roca, el punto más occidental de la Europa continental, del precioso pueblo de Azenhas do Mar o de las bodegas de Colares. Por no hablar del trekking por el Parque Natural de Sintra-Cascais. Si tienes un poco más de tiempo en la zona, no dejes de acercarte.

A nosotros no nos dio tiempo, pero también puedes parar en el Convento de los capuchinos, con sus celdas recubiertas de corcho. También forma parte del complejo de los Parques de Sintra – Monte da Lua.

Dónde comer en Sintra: un restaurante y una pastelería

Sí, además de ver cuatro palacios y un castillo, también tuvimos tiempo de comer en Sintra. Lo hicimos en pleno centro, al lado del Palacio Nacional, en el Café París. Queso de oveja de entrante, bacalhau com crosta de broa y cabrito asado de primeros, y de postre pavlova de chocolate y tarta de queso. Todo para chuparse los dedos y las porciones, ¡enormes!

Eso sí, el desayuno –o la merienda– solo puede ser en un sitio en Sintra. De hecho, nosotros re-desayunamos, que ya lo habíamos hecho en el hotel en Cascais. Pero es que había que parar en Casa Piriquita, casi tan obligatorio como visitar los palacios de Sintra. Probamos las tres especialidades: las Queijadas, hechas con queso fresco, huevos y un poco de canela; los Travesseiros –“almohadas”, por su forma–, con crema de huevo y almendras, y la Cruz Alta, con huevos, almendras y… ¡harina de judías! –los celíacos también tienen su dulce en Casa Piriquita–. Todos deliciosos. Eso sí, yo soy del “equipo travesseiro” y JAAC del “equipo queijada”.

Si tu idea es quedarte después en Cascais… no vamos dejar que pases hambre tampoco: echa un vistazo a Dónde comer en Cascais y toma nota de lugares y platos.

Mapa con todo lo que hay que ver en Sintra

Aquí tienes un mapa con todo lo que hay que ver en Sintra que hemos comentado, además del restaurante y la pastelería. Para que no te pierdas nada y te des cuenta de las distancias.

La ciudad de los palacios de Portugal te espera.