Hay sitios con historia. Hay sitios llenos de arte. Hay sitios especiales. Hay sitios únicos. Y luego está la abadía de Fontevraud. Uno de los lugares que forman parte del territorio del Valle del Loira declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Uno de los mayores complejos monásticos medievales de Europa. Una abadía que estuvo directamente vinculada a las realezas inglesa y francesa. Un sitio con casi mil años de intensa historia, hasta como una de las prisiones más duras de Francia. Un museo de arte moderno con colección de obras tan ecléctica como curiosa.
Y esas obras no se quedan solo entre los muros del museo, invaden cada rincón del complejo convirtiendo la visita en un juego, una caza del tesoro que puede prolongarse hasta después de caer la noche. Sí, porque, si duermes en el hotel de la abadía de Fontevraud, puedes visitarla hasta las dos de la madrugada…
No olvidaremos nunca ese día en el que nuestra peculiar caza del tesoro se prolongó hasta pasada la medianoche. Ni ese momento en el que nos sentamos en el claustro de la abadía, acompañados del canto de las golondrinas. Un canto que se desvaneció con las últimas luces dejándonos completamente solos contemplando la luna y las estrellas en ese lugar un día reservado a las monjas y convertido, por una noche, en “nuestro”.
L’émotion est dans l’inattendu. La emoción está en lo inesperado. Esto es la Abadía Real de Fontevraud. Nunca un claim estuvo mejor elegido.
Horarios y precios de la abadía de Fontevraud y del museo
Empecemos con lo práctico.
- El precio de la entrada a la abadía de Fontevraud es de 12 euros.
- El precio del Museo de Arte Moderno de Fontevraud –que incluye las exposiciones temporales– varía según la temporada: 6 € en temporada baja, 8 € en temporada media y 11 € en temporada alta.
- El precio de la entrada combinada también varía según la temporada: 15 €, 17 € y 20 €.
- Es gratuito para menores de 18 años y estudiantes de menos de 25 años.
El horario del complejo de la abadía de Fontevraud:
- en temporada baja –de noviembre a Semana Santa aproximadamente– abre de 10 h a 18 h y cierra los martes;
- en temporada media –de Semana Santa hasta junio, de septiembre a octubre y en Navidades– abre de 10 h a 19 h todos los días;
- en temporada alta –julio y agosto– abre de 10 h a 20 h todos los días.
Cierra el 1 de enero, el 25 de diciembre y los martes en temporada baja.
Los días exactos de cambio de temporada varían cada año, tienes toda la información en esta sección de la web de la abadía. Allí también tienes la información sobre visitas guiadas –en francés e inglés, aunque se pueden organizar en español– y los precios de las audioguías –también en español–.
Un poco de historia de la abadía de Fontevraud
La abadía de Fontevraud tiene a sus espaldas casi un milenio de muy intensa historia. Aquí van solo unas pinceladas, no te preocupes.
Todo empieza en 1101, cuando el monje bretón itinerante Robert d’Arbrissel elige Fontevraud para establecer su comunidad y funda la abadía. Es un personaje muy excéntrico para la época. De hecho, pone a una abadesa, una mujer, a la cabeza de la abadía y su orden es mixta e incluye a personas de todos los estratos sociales.
¿Sabías que…?
El predicador fascinaba tanto como escandalizaba a sus contemporáneos. Una vez hizo gala de su voto de castidad… ¡en un lecho con mujeres!
Otro personaje clave para la abadía es Leonor de Aquitania, primero reina de Francia y luego de Inglaterra. Se retiró a Fontevraud –también era condesa de Anjou– en sus últimos años de vida, a finales del siglo XII y principios del XIII. Fue ella quien ordenó las efigies yacentes de su marido Enrique II y de su hijo Ricardo I –sí, Ricardo Corazón de León– junto con la suya que encontramos en la iglesia abacial.
Fontevraud se convirtió en necrópolis real de la monarquía inglesa. Pero no es por eso que tiene el título de abadía real. Es por su conexión con otra casa real: la francesa. Hubo varias abadesas de sangre real o muy ligadas a la realeza.
Los casi 700 años de historia monástica de la Abadía Real de Fontevraud, bajo el mando de treinta y seis abadesas, acabaron tras la Revolución Francesa, en 1792, cuando la última abadesa fue “invitada a irse”.
De abadía a cárcel y de cárcel a museo y hotel
Después de la expulsión de las monjas de la abadía, la historia de Fontevraud cambió radicalmente de rumbo. En 1804 Napoleón decidió transformarla en… ¡cárcel! Una cárcel que pudiera “hospedar” hasta 2.000 reclusos. En 1814, recibió a sus primeros “huéspedes”. Cerró un siglo y medio después, en 1963, y era considerada una de las cárceles más duras de Francia. En esta época, la iglesia se dividió en cinco plantas, se abrieron cúpulas y techos, el jardín del claustro se llenó de celdas, algunos edificios se tiraron y otros, como las torres de vigilancia, se levantaron.
Desde entonces, ha sido centro cultural, centro de creación de películas de animación –Imaginarium– y, a partir de 2021, sede del Museo de Arte Moderno de Fontevraud. Un museo que no se limita a sus salas, sino que también “invade” todos los espacios de las 13 hectáreas del complejo.
La visita a la abadía de Fontevraud
Primer consejo para la visita a la abadía de Fontevraud: hazte con un mapa, pero no te limites a lo que pone el mapa. Además de los espacios principales, siempre hay alguna puerta o alguna escalera que sube o baja y te llevará a un nuevo rincón donde encontrar alguna sorpresa, del edificio en sí o en formato de obra de arte contemporáneo.
La iglesia abacial
La primera parada está clara: la iglesia abacial. Una iglesia románica, del siglo XII, que podríamos definir con dos adjetivos: sobria y enorme. Y parece más grande aún al estar casi vacía… Casi, porque aquí es donde están las efigies yacentes policromadas de Leonor de Aquitania, su marido Enrique II de Inglaterra y su hijo Ricardo Corazón de León. Si te preguntas quién es la cuarta, no, no es la mujer de Ricardo Corazón de León, es su cuñada Isabel de Angulema, mujer del siguiente rey de Inglaterra: Juan sin Tierra.
La iglesia es románica, pero verás algún toque “neomedieval” de Lucien Magne, discípulo de Viollet-le-Duc –sí, el de Carcasona, Mont Saint-Michel y Notre-Dame–. Puedes divertirte buscándolos…
¿Sabías que…?
No dejes de bajar a la cripta ni de ver el vídeo que encontrarás en la entrada –muy divertido–. En la cripta, están los restos arqueológicos descubiertos en los años ‘90 del siglo XX: los cimientos de la primera iglesia, la tumba de Robert d’Arbrissel y la bóveda de las abadesas, con un centenar de sepulturas.
El resto de espacios
Además están el claustro principal, con algún toque curioso como las iniciales de uno de los alcaides de la prisión en una de las claves de bóveda; la sala capitular con sus frescos renacentistas a los que se fueron añadiendo imágenes de las abadesas como si de un antiguo Photoshop se tratara; el ala con el antiguo refectorio del monasterio, el gran dormitorio de la cárcel y la galería penitenciaria añadida encima; espacios expositivos como el calefactorio, con la sala del tesoro, los edificios del patio de San Benito, con información sobre la construcción de la abadía, o los locutorios de la cárcel, con la historia de la prisión; la capilla de San Benito; los jardines…
Lo dicho, si ves una puerta, pasa y si ves unas escaleras, sube o baja, o mejor aún: sube y baja.
Las cocinas bizantinas
Dejamos para el final lo más peculiar. Porque si hay un lugar único en la abadía de Fontevraud son sus cocinas románicas / bizantinas. Bueno, las llamadas cocinas, que en realidad eran ahumaderos para el pescado, en particular para el salmón. ¡Sí, había salmones en el Loira y las monjas comían salmón ahumado!
El caso es que es un edificio del siglo XII y no encontrarás ningún otro parecido en todo el Valle del Loira. Octogonal, con tejado puntiagudo y su techo y chimeneas revestidos con tejas de pizarra en espina de pescado… ¡Nos dejó alucinados! Y, no, las esculturas en el exterior no son medievales, son de la época del discípulo de Viollet-le-Duc.
La experiencia “mística” de visitar la abadía por la noche
De mediados de julio a finales de agosto hay un recorrido nocturno por la Abadía Real de Fontevraud llamado Les Étoiles de Fontevraud, las estrellas de Fontevraud. Es un espectáculo de luz y sonido que te lleva por los diferentes espacios de la abadía. Nosotros no estuvimos en esa época, así que no te podemos contar más. Tienes información en su web, las fotos de la pasada edición son muy chulas.
Estamos seguros de que está genial. Pero ver la abadía de noche con una iluminación mucho más discreta y en soledad fue lo que hizo única nuestra experiencia en Fontevraud. Si te alojas en el hotel, puedes visitar el complejo de la abadía hasta las dos de la madrugada. Y, si a las 10 de la noche había todavía algún huésped dando vueltas por la iglesia, el claustro o las cocinas, te aseguramos que a medianoche estábamos solos. No paramos de descubrir nuevos rincones, como las esculturas contemporáneas “escondidas” en los subterráneos del patio de San Benito, hasta que nos sentamos en el claustro a disfrutar de ser “dueños” por una noche de un lugar con siglos de historia.
El museo de arte moderno (y no tan moderno)
También hay un “museo museo” en el complejo de la Abadía Real de Fontevraud: el Museo de Arte Moderno de Fontevraud. Está ubicado en la Fannerie, el último edificio construido en el complejo monástico, pocos años antes de la Revolución Francesa.
La colección del museo, abierto en 2021, incluye casi 900 obras, la mayoría donación de la pareja de coleccionistas Martine Lévy y Léon Cligman. Y es curioso porque, a pesar de ser un museo de arte moderno, todas las piezas son figurativas –no les gustaba el arte abstracto– y hay hasta piezas de arte antiguo…
¿Arte antiguo en museo de arte moderno? Sí. La “base” de la colección son pinturas, dibujos y esculturas de artistas europeos de los siglos XIX y XX. Hay obras de autores de la talla de Toulouse-Lautrec, Degas, Juan Gris, Corot, Derain… Pero también hay antigüedades y objetos procedentes del resto de continentes. La idea es yuxtaponerlas creando viajes por el tiempo y el espacio: verdaderos “diálogos” entre obras de diferentes épocas y lugares. Así nos encontramos, por ejemplo, con el retrato fauvista de una gitana junto a una máscara del antiguo Egipto. El “diálogo” incluso se hace “real”, con voz –esto te dejamos descubrirlo allí–.
Aunque haya obras de artistas famosos, muchas son “peculiares”. Como la de Toulouse-Lautrec, un autorretrato tirándose un pedo con el texto “este pedo apesta”.
Además de pinturas, esculturas y dibujos, hay una colección de 88 espectaculares piezas de cristalería de Maurice Marinot. Y todos los años dos o tres exposiciones, la más importante en verano. Las últimas han sido sobre Monet y Rembrandt. Esta última tuvimos la gran suerte de visitarla con uno de sus curadores, Gatien Du Bois, quien nos guió por sus toques “poco comunes” y sus “diálogos” que también son protagonistas en las exposiciones…
Fontevraud L’Hôtel
Otros edificios del complejo de la abadía de Fontevraud hospedan un hotel de cuatro estrellas: Fontevraud L’Hôtel. Son los espacios del antiguo priorato de San Lázaro –uno de los cuatro que hubo en la abadía–, donde se cuidaba a los enfermos. Hoy se cuida a los turistas, en unas habitaciones que no son de gran lujo, de hecho tienen cierta sobriedad que recuerda al antiguo convento, pero sí de diseño y de gran confort. Y la tranquilidad, vamos, esa no te la quita nadie. Lo de marco incomparable no es una manera de hablar. Los muros del antiguo convento te aíslan completamente del mundo exterior.
El lujo claramente es ese: el lugar en el que estás. Y poder acceder de noche al convento. Como ya dijimos… ¡pura magia! Por cierto, al hacer el check-in te dan un kit con unas botellas para rellenar con agua –¡a tope con la sostenibilidad!– y un mapa del complejo que parece el mapa de un tesoro pirata. ¿Dijimos o no que había caza del tesoro?
Puedes ver aquí precios y disponibilidad del hotel.
Saltaconmiconsejo
Si llegas a Fontevraud L’Hôtel en coche, no sigas las indicaciones de Google Maps. Te llevará hasta el exterior del muro del complejo, donde no hay entrada. Dirígete a este punto, allí está la entrada al aparcamiento del hotel.
Fontevraud Le Restaurant, con su estrella Michelin
En el complejo de la abadía de Fontevraud hay tres restaurantes. Dos son para comidas informales y rápidas: la Terrasse Gourmande, en la antigua Orangerie del complejo, y el Bar à Vins, en una sala abovedada del siglo XV, entre las cocinas bizantinas y el refectorio. El tercero es el restaurante con estrella Michelin del chef Thibaut Ruggeri: Fontevraud Le Restaurant, junto al hotel. En Fontevraud hay obras de arte por doquier, incluso en la cocina…
En el restaurante sirven un menú degustación de 89 euros del que no podemos decirte mucho porque no lo probamos. Pero del mismo chef es una propuesta muy original, el menú “Cesta del ermitaño”, que sí probamos. Una especie de cena picnic que puedes consumir en una de las salas del hotel o en su jardín. Ellos te entregan la cesta en la recepción del hotel con sus tres platos –entrante, principal y postre, que tú eliges antes– y te lo llevas a donde quieras… Nos encantaron la propuesta y la comida y nos sorprendió el precio: ¡29 euros!
El pueblo de Fontevraud-l’Abbaye
Aunque dan ganas de quedarse en el complejo de la abadía y no salir para nada, no olvides darte una vuelta por el pueblo de Fontevraud-l’Abbaye. Tampoco tienes que alejarte mucho, lo mejor está al lado de la abadía: la Place des Plantagenets, la Rue Robert d’Arbrissel, la iglesia de San Miguel y la capilla de Santa Catalina. Esta última se encontraba en el cementerio medieval y su “linterna de los muertos” era una forma de recordar los difuntos a los vivos y rezar por ellos.
Si quieres vivir una experiencia única, pero única de verdad, la Abadía Real de Fontevraud te espera en el Valle del Loira. Ya sabes, la emoción está en lo inesperado
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