Si estás preparando un viaje a Italia seguramente Padua, Padova en italiano, no sea la primera ciudad en la que pienses. Padua no es uno de esos lugares donde ha llegado el turismo de masas internacional, por lo menos no con tanta fuerza como a otros. Pero, si le das una oportunidad, seguro que te fascina.
En nuestro recorrido por ciudades del norte de Italia fue una etapa breve, quizás demasiado, entre Venecia y Verona. Un día que no le hace justicia a unas de las ciudades con más patrimonio artístico –sobre todo medieval y renacentista– de la península itálica. Callejuelas medievales, enormes plazas monumentales, portentosos edificios civiles y religiosos, nada menos que 32 ciclos de frescos de artistas de gran nivel desde el siglo XIII al XX –que hacen que se conozca como la “ciudad de los frescos”, aunque rivaliza con Mantua por ese título, las dos entre nuestras ciudades más bonitas de Italia–, un ambiente universitario con estudiantes de toda Europa… Te contamos qué ver en Padua en un día, y en más tiempo si decides, con razón, dedicárselo.
Desde el 24 de julio de 2021, las series de frescos del siglo XIV en Padua forman parte del Listado de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La cappella degli Scrovegni: la obra maestra de Giotto en Padua
A principios del siglo XIV Enrico Scrovegni –de familia muy acaudalada gracias a la actividad poco honrada que había iniciado su padre, la usura– decidió “restituir a la Iglesia” lo que había ganado pecaminosamente. Para ello, junto a su palacio –hoy desaparecido–, levantó una capilla dedicada a la Virgen que mandó decorar por el artista más famoso de la época en la península itálica: Giotto, el gran pintor medieval precursor del Renacimiento. Es la capilla hoy conocida como capilla de los Scrovegni. Uno de los motivos de la inclusión de los frescos de Padua en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
El resultado: un gran ciclo de frescos considerado una de las grandes obras maestras del arte figurativo de todos los tiempos. Lo realizó en sólo dos años, entre el 1303 y el 1305 y está muy bien conservado, además de haberse restaurado hace poco. Sólo él justifica un viaje a Padua, de hecho muchos italianos llegan a la ciudad con el único objetivo de contemplarlo.
Las temáticas: historias de la Virgen, de Cristo y el Juicio Universal, con muchas referencias negativas a la usura y al dinero. Aunque más que el significado de las escenas, te sorprenderá su ejecución: las sombras, las luces, los colores, la plasticidad de las formas, los efectos casi tridimensionales o el primer “falso mármol” pintado después de la época romana. Giotto parecía haber dejado atrás la Edad Media.
Tampoco dejes de fijarte en la escultura de la Virgen con el Niño de Giovanni Pisano –sí, el del púlpito de la catedral de Pisa–, aunque Giotto le quite un poco de protagonismo.
Reserva de la visita: información práctica
Para visitar la capilla de los Scrovegni la reserva es obligatoria. Se puede reservar online hasta un día antes de la visita en su web oficial. Ahí encontrarás también horarios y precios. Si tu visita es de martes a domingo y no el lunes –día de cierre de los museos– como en nuestro caso, el billete incluye también las entradas al Palacio Zuckermann, con el Museo de las artes aplicadas y decorativas, y los Musei Civici agli Eremitani, donde se expone, entre muchas obras, un crucifijo de Giotto.
La basílica de San Antonio de Padua: la iglesia que tendrás que ver aunque no seas religioso
Aunque no seas religioso, si te digo Padua probablemente pensarás en San Antonio de Padua, uno de los santos más “famosos” –si es que se puede hacer una “clasificación”– del santoral católico.
La iglesia dedicada al santo en “su ciudad”, la Pontificia Basilica Minore di Sant’Antonio di Padova, es una de las más grandiosas que puedes visitar en Italia y, de hecho, una de las basílicas más grandes de toda la cristiandad. Necesitarás casi un mapa para no perderte en la iglesia y sus claustros…
Se empezó a levantar poco después de la muerte del santo –en 1231– y se acabó en el siglo XIV. Es de estilo románico-gótico pero no se parece mucho a otras iglesias medievales italianas: sus ocho cúpulas y sus campanarios de inspiración oriental no son nada comunes.
El interior, además de custodiar los restos del santo, es casi un museo: los frescos del pintor Altichiero, del siglo XIV, en capilla de San Félix; la decoración de la capilla del tesoro, donde se conservan reliquias del Santo; la impresionante capilla del Arca del Santo… son sólo algunas de las joyas de la iglesia.
En su web oficial puedes consultar los horarios.
¿Sabías que…?
San Antonio de Padua no era de Padua. De hecho, era portugués: probablemente nació en Lisboa. Eso sí, pasó muchos años entre Francia e “Italia” –todavía no existía como país unificado en ese momento– predicando en contra de las herejías y murió en Padua.
El monumento al Gattamelata: la gran estatua ecuestre de Donatello
Si tuvieras que elegir tres lugares que visitar en Padua, deberían ser la capilla de los Scrovegni, la basílica de San Antonio de Padua y el monumento al Gattamelata, una de las grandes obras maestras de Donatello. Además, está justo enfrente de la basílica, en la Piazza del Santo, así que no hay que romperse la cabeza para encontrarlo.
Se trata de una estatua ecuestre que representa a Erasmo da Narni, apodado Gattamelata, un estratega y capitán militar de la República de Venecia a la que pertenecía Padua en la época –siglo XV–.
¿Sabías que…?
Parece que Donatello se inspiró en la escultura clásica para realizar su obra. En particular en la estatua ecuestre de Marco Aurelio que todavía se puede admirar en la Piazza del Campidoglio de Roma.
La Università di Padova: la sede histórica del Palazzo del Bo
La Universidad de Padua, Università degli Studi di Padova, es una de las más antiguas de Europa –la quinta tras las de Bolonia, Oxford, París y Salamanca– y la segunda de Italia. Se fundó en 1222 y desde finales del siglo XV tiene su sede en el Palazzo del Bo.
Sólo se puede acceder a él con visitas guiadas –en su web oficial encuentras información sobre horarios y precios, las visitas se realizan de lunes a sábado– y el recorrido cubre el patio interior del siglo XVI; la Sala dei Quaranta, donde se conserva la cátedra de Galileo Galilei que enseñó aquí; el Aula Magna Galileo Galilei, llena de escudos, y la Sala di Lauree di Medicina, que antes se utilizaba para dar clases de medicina y ahora es donde los alumnos de la universidad defienden su trabajo de fin de carrera.
También “te encontrarás” con una estatua dedicada a Elena Lucrezia Cornaro Piscopia, considerada la primera mujer licenciada de la historia, en 1678.
El anfiteatro anatómico más antiguo del mundo
Pero la visita más interesante en la sede histórica de la Universidad de Padua es la del peculiarísimo anfiteatro anatómico: el teatro anatomico di Padova, de 1594. Es el más antiguo del mundo, por lo menos entre los estables –había muchos temporales en la época–.
El teatro, construido totalmente en madera, tiene base elíptica y forma de cono invertido con seis “plantas” delimitadas por barandillas. El profesor se ponía en la base y los estudiantes lo observaban desde arriba. En él cabían hasta 200 estudiantes y no había ventanas –se iluminaba con velas–, así que las barandillas a la altura del estómago servían, según nos comentó la guía, para que no cayeran si se desmayaban.
Foto: Massimo Pistore, cedida por el Padova Convention Bureau.
No está permitido hacer fotos en las salas interiores de la universidad, por ello no es nuestra.
Como curiosidad, la frase que se puede leer al entrar en el anfiteatro, “Mors ubi gaudet succurrere vitae” –donde la muerte es feliz de ayudar a la vida–, se utilizó en todos los anfiteatros anatómicos a partir de entonces.
El Palazzo della Ragione: uno de los edificios civiles más importantes del norte de Italia en su época
Otra de las visitas obligadas de Padua es el Palazzo della Ragione, uno de los edificios civiles de época medieval más importantes de toda Italia.
Desafortunadamente, nosotros sólo estuvimos en Padua un lunes y estaba cerrado –en la web oficial del ayuntamiento hay información sobre los horarios–. Tenemos que volver porque hemos visto fotos de su enorme “Salone” revestido de frescos renacentistas en las paredes y cubierto por una bóveda de carpintería y parece sensacional. Con sus 88 m de largo por 27 de ancho y sus 27 de altura es, además, una de las salas medievales más grandes del mundo.
El palacio se encuentra entre dos plazas: la piazza delle Erbe y la piazza della Frutta, donde hay mercados todos los días.
El jardín botánico de Padua, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO
Otra visita que nos perdimos por ser lunes es la del orto botanico – Giardino della biodiversità di Padova, el jardín botánico más antiguo del mundo que sigue en su ubicación original. Se creó en 1545 como “Orto dei Semplici”, un jardín de plantas medicinales propiedad de la facultad de medicina de la Universidad de Padua.
Ahora en él podrás encontrar muchas plantas raras, además de la antigua biblioteca y las colecciones de botánica de la Universidad de Padua, que todavía es su propietaria. En su web oficial tienes información sobre horarios y precios de las visitas.
¿Sabías que…?
El jardín botánico de Padua ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es uno de los tres jardines botánicos del mundo que tienen esta distinción junto con el de Singapur y los Kew Gardens en Inglaterra.
El Prato della Valle: una de las plazas más grandes de Europa
En Padua puedes ver también una plaza muy singular, tanto por su forma como por sus dimensiones. Inicialmente en el lugar donde se encuentra había un teatro romano, en la Edad Media se convirtió en una ciénaga y en el siglo XVIII, en 1775 para ser exactos, se saneó y se transformó en la gran plaza monumental que sigue siendo hoy en día.
Imagina una gran isla verde elíptica cortada en cuatro por otros tantos caminos que acaban en puentes sobre el canal artificial que la rodea, decorado con 78 estatuas de hombres ilustres nacidos en Padua o ligados a la ciudad de alguna forma. Suena increíble, ¿no? ¿Y si te digo que tiene una superficie de 90.000 m²? Así es el Prato della Valle.
Nos dijeron que era la plaza más grande de Italia, aunque investigando un poco parece que la más grande es la Piazza Carlo III Borbone de Caserta, que tiene 130.000 m² nada menos. Aún así, es una de las más grandes de Italia y de toda Europa.
Desafortunadamente, y no por ser lunes esta vez, cuando fuimos nosotros estaba en obras y su canal estaba seco, así que las fotos no le hacen justicia. Pero todavía tenemos el recuerdo de cuando la visitamos por primera vez.
El ciclo de frescos del baptisterio del Duomo: uno de los más importantes del siglo XIV
Otro sitio que hay que visitar en Padua sí o sí es el baptisterio del Duomo. Tiene su origen en el siglo XII aunque fue en el siglo XIV cuando se decoró con sus increíbles frescos, la razón que hace de este lugar una visita imprescindible. En esa época los señores de Padua decidieron que el baptisterio se transformaría en su capilla funeraria y mandaron decorarlo con pinturas al fresco.
El pintor elegido fue Giusto de’ Manabuoi, uno de los grandes de la época. Y la temática, religiosa, claro está: escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento; del apocalipsis de San Juan, con sus figuras monstruosas –una temática nada común para un baptisterio–, y, en la cúpula, el Paraíso con Cristo en Majestad en el centro.
Un plus: aquí, a diferencia que en la capilla de los Scrovegni, no te encontrarás con muy pocos visitantes y podrás disfrutarlo todo el tiempo que quieras y casi en soledad –por lo menos en temporada baja cuando fuimos nosotros era así–. Aquí puedes ver precios y horarios.
Otras iglesias que tienes que visitar en Padua, Italia
Al lado de la cappella degli Scrovegni se encuentra la chiesa degli Eremitani –iglesia de los Ermitaños–. Una iglesia gótica con un magnífico techo en madera, tumbas monumentales –entre ellas las de los señores de Padua–, frescos de Giusto de’ Menabuoi –el mismo del baptisterio– o de Mantegna –el de la Camera degli Sposi de Mantua–… Eso sí, un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial la dañó gravemente. Se pueden ver fotos de los destrozos de 1944 para hacerse una idea.
Frente al Prato della Valle, por otro lado, está la abbazia di Santa Giustina –basílica de Santa Justina–, con sus ocho grandes cúpulas. Restos del edificio original del siglo V, frescos renacentistas, el retablo del Martirio de Santa Justina de Veronese –un gran pintor del siglo XVI–… aquí tampoco faltan cosas por ver.
Por otro lado, en la iglesia de Santa Lucía, cerca de la Piazza della Frutta, hay un San Lucas de Giambattista Tiepolo, un gran pintor barroco. Por cierto, ahí cerca está la Casa di Ezzelino, con sus bíforas góticas.
Si tienes tiempo, no dejes de entrar en todas las iglesias que puedas… hay sorpresas en cada una de ellas.
Más cosas que ver en Padua (si no es lunes)
Como decía, fuimos a Padua el peor día de la semana: un lunes. Así que nos perdimos otras visitas que nos habría encantado hacer.
Al lado de la basílica de San Antonio, la Scuola del Santo, con sus frescos de Tiziano, y el oratorio de San Jorge, con los de Altichiero. El oratorio de San Roque, también con frescos del siglo XIV, o la Loggia e Odeo Cornaro, un palacete renacentista también, como no, decorado con frescos. Sí, a Padua la llaman la ciudad de los frescos por algo.
Así que ya sabes: si sólo tienes un día para visitar la ciudad, ¡que no sea un lunes!
La Padova Card: indispensable si quieres conocer bien la ciudad
Si se quiere conocer bien Padua y visitar todos los monumentos de los que he hablado, es muy conveniente hacerse con una Padova Card. Además de dar acceso gratuito a todos los monumentos de la ciudad –menos a la Universidad y el euro de la reserva para la cappella degli Scrovegni– incluye el transporte público urbano y parking si vas en coche.
Las hay de 48 h –18 €– y de 72 h –24 €–, aquí puedes consultar todos los detalles. Sólo con entrar a la capilla de los Scrovegni y al baptisterio ya te merece la pena para tener el transporte gratuito. Y en cuanto entres al Palazzo della Ragione ya estás ganando.
La Padova Card se puede comprar online en la web oficial de la capilla de los Scrovegni y se puede recoger en la taquilla. Si además quieres visitar la capilla de los Scrovegni tienes que comprar la tarjeta al mismo tiempo que haces la reserva.
Mapa de los principales lugares de interés que ver en Padua
Aquí tienes un mapa de todos los sitios de los que hemos hablado para que no te pierdas ni uno.
El ambiente de Padua
Iglesias, frescos, museos, estatuas, plazas… sí Padua tiene todo esto. Pero, como pasa en Bolonia, otra de las razones para visitar la ciudad es su ambiente universitario y su gastronomía: la cocina veneta y la local. Por eso ver Padua en un día puede limitarte un poco. Y lo decimos nosotros que sólo fuimos unas horas la primera vez y un día –¡maldito lunes!– la segunda. Tenemos ganas de más y te aconsejamos quedarte por lo menos una noche –aquí puedes ver precios de hoteles, por razones obvias no podemos aconsejarte ninguno en particular–.
Tomarte unos bigoli –una pasta típica del Véneto–, un aperitivo o un spritz es casi tan importante como visitar la basílica de San Antonio. Por cierto, también puedes tomarte un café en un lugar con casi 200 años de historia: el Caffé Pedrocchi, fundado en 1830. Nos recordó los cafés históricos de Turín.
Llegar a Padua: aeropuerto y estación de tren
Padua no tiene aeropuerto el aeropuerto grande más cercanos es el de Venecia. Otra posibilidad es llegar a Bolonia. También hay aeropuertos en Verona y Treviso, más pequeños pero con algunos vuelos de compañías bajo coste a España. Es muy fácil llegar en tren a Padua desde cualquiera de estas ciudades: Venecia, Bolonia, Verona… y la estación de Padua está en el centro, bastante cerca de la capilla de los Scrovegni.
Ganas de volver a Padua no nos faltan. ¡Prometemos que la próxima vez te dedicaremos más tiempo!
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2 Comentarios
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