El Centro Nacional de Arte y Cultura George Pompidou se encuentra en la Plaza George Pompidou de París. El edificio, de aspecto industrial, fue diseñado por los arquitectos Renzo Piano y Richard Rogers. Fue inaugurado el 31 de enero de 1977.
George Pompidou era el presidente de la República Francesa en el momento es que comenzó la construcción, antes había sido Primer Ministro bajo el mandato de Charles de Gaulle. En su época presidencial también se construyó la Torre de Montparnasse. Falleció antes de que se terminara el edificio, que inauguró su sucesor Valéry Giscard d’Estaing.
Según decía el folleto: «En su interior alberga gran cantidad de obras de arte contemporáneo, así como una biblioteca con 2.000 plazas. Es completamente diáfano gracias a que todos los elementos estructurales, como conductos de aire, escaleras mecánicas, etc, están situados en el exterior. La fachada principal muestra las escaleras mecánicas que cruzan el edificio, mientras que la posterior tiene todos los tubos pintados de vivos colores.» Estando en París un fin de semana, como iba a estar, si no subí a la Catedral de Notre Dame, ni entré en el Louvre… no iba a entrar en el centro Pompidou. Así que, supongo que sera así. Eso sí, lo que sí que había oído antes –tanto que casi parece una constante en la capital francesa– es que no les gustó a los parisinos cuando se construyó. Pero tampoco les gustó la torre Eiffel, la pirámide del Louvre o la basílica del Sacre Coeur… Son un poco especiales con los temas de arquitectura que, finalmente, se convierten en señas de identidad y reclamo para millones de turistas.
La mitad del solar es una plaza inclinada que da a parar a la entrada principal, en la que se respira un ambiente como debía ser el de los cafés españoles de finales del siglo XIX: cultura tranquila, charlas, ambiente relajado… Tengo que decir que no entré al museo, pero sí me senté un buen rato en la plaza mirando la gente que hacía lo mismo que yo –muchos sólo miraban– y a los que le daban la gracia al lugar, con sus blocks de dibujo, sus guitarras o simplemente su mirada soñadora.
A un costado, al sur, del centro se encuentra la Plaza Stravinsky que alberga la gran fuente Stravinsky desde 1.983. La fuente mide 16.5 de ancho por 36 de largo y tiene 16 esculturas en sus aguas, que se mueven, giran y también sacan agua. Un poco más de ese ambiente parisino que todos tenemos en mente cuando pensamos en la capital francesa: cafés y gente en la calle disfrutando del día sin preocupaciones… somos unos ilusos.