Tras nuestro último paso por la capital aragonesa comprobamos, en las redes sociales, que es un viaje que mucha gente ha hecho, pero hace mucho tiempo. Así que, ¿cuánto hace que no vas a Zaragoza? En nuestro caso, ese primer encuentro con la ciudad ya tenía edad para votar, nada menos que 18 años. Y, después de tanto tiempo, ¿cuánto recuerdas de la ciudad? Entre el olvido y las novedades, ¿sabes lo que tienes que ver en Zaragoza por tu vuelta?
Calma. No hay que estresarse. La Basílica del Pilar sigue estando ahí. Lo mismo el Ebro, que sigue pasando por Zaragoza. Pero hay edificios restaurados –como la imponente Seo–, nuevos museos, arte urbano… Desde los restos romanos hasta la arquitectura contemporánea te vas a encontrar de todo. Bueno, no te lo vas a encontrar, te vamos a decir exactamente dónde está y qué ver en Zaragoza, que tampoco se trata de colocarse el sombrero de explorador.
Déjate convencer. Zaragoza se merece una nueva vista. ¿Te vienes?
La Basílica del Pilar: lo primero que ver en Zaragoza
Los clásicos son clásicos por algo, y lo primero que ver en Zaragoza está fuera de discusión: la Basílica del Pilar. Lo más famoso de la ciudad. Tal vez no lo sepas, pero, según la tradición, ese pilar que le da nombre está ahí desde el año 40. Así, 40, sin más. Lo dejó la Virgen María, en carne mortal, como testimonio de su visita a Santiago Apóstol en Caesaraugusta. Desde ese momento, un templo ha protegido al pilar. El último –siglos XVII y XVIII– lo ha protegido con mayúsculas. Tanto en el exterior como en el interior hay muestras de ello: los disparos de mortero del ejército de Napoleón y los obuses de la Guerra Civil. Si quieres saber más, echa un vistazo a nuestras curiosidades de la Basílica del Pilar de Zaragoza.
¿Sabías que…?
La Basílica del Pilar es el primer templo mariano de toda la cristiandad. El primer edificio dedicado a la Virgen María que se levantó en el mundo.
Sus once cúpulas y cuatro torres, además del retablo exterior de Pablo Serrano, te entretendrán un rato, pero no te quedes fuera. En su interior, además del famoso pilar, te esperan frescos de Goya –que acabó discutiendo con el cabildo y se marchó de la ciudad–, uno de los retablos más impresionantes que habrás visto, un altar de plata… y un edificio con un espacio que solo entenderás cuando estés dentro.
La subida a la torre del Pilar
Las cúpulas cubiertas de coloridos azulejos de la Basílica del Pilar tienen un mirador muy especial: la torre de San Francisco de Borja. No dejes de asomarte a las alturas desde él para disfrutar de una panorámica completa del edificio y del Ebro.
¿Sabías que…?
Camino de la torre, pasarás por la plaza del Pilar y verás la fuente de la Hispanidad. Una pista, la fuente está “al revés”: la parte en la que hay agua representa a la tierra de América central y del sur. Ahora está todo mucho más claro, ¿verdad?
El acceso a la torre se hace por la parte trasera, por el paseo de Echegaray y Caballero, junto al río Ebro. Es necesario reservar tu turno desde la web.
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La Seo de Zaragoza: ¿el edificio más bonito de todo Aragón?
¿Cómo puede ser que no recordáramos la maravilla de edificio que es la Seo de Zaragoza? Pues por un motivo muy sencillo y que comparte casi toda la gente con la que lo comentamos: no la habíamos visitado. Antes de que nos caigamos del pedestal de grandes viajeros en el que nos habías puesto –nos venimos un poco arriba–, tenemos que decir en nuestra defensa que ha estado un par de décadas cerrada por obras de restauración y su fachada no hace justicia a su interior. Date una vuelta por nuestro artículo La visita a la Seo de Zaragoza y a su museo de tapices para descubrir su interior.
Lo bueno es que pudimos asombrarnos como la primera vez. Vamos, sin el como, que era la primera vez. La Seo de Zaragoza, la Catedral del Salvador, es… no tenemos palabras para describirla. Por su forma cuadrangular y sus columnas, nos recordó, salvando las distancias, a la Mezquita-Catedral de Córdoba. Por sus capillas, a San Pedro, aunque tenemos que decir que los frontales de las de la maña, más espectaculares, son de yeso y no de mármol. Y eso solo para empezar.
¿Sabías que…?
En una encuesta hecha a los seguidores de Lonely Planet en Instagram, la Seo de Zaragoza se alzó con el título de catedral más bonita de España. Sí, por delante de las de Santiago de Compostela, Burgos y León, segunda, tercera y cuarta respectivamente. Y es que el “nivel catedralicio” en España es muy alto.
La Seo ha sido tradicionalmente más “pobre” que la Basílica del Pilar, con la que comparte cabildo y rango de catedral. No tenía peregrinos que aportaran donaciones. Pero se podría decir que eso le ha ayudado. Si te preguntas cómo el ser más pobre puede “ayudar”, la respuesta es que, con el paso de los años, la Seo se fue “actualizando” sobre su estructura gótica, por lo que mantiene su esencia. Por otro lado, el Pilar se derruyó y se volvió a levantar, según el nuevo estilo imperante, en más de una ocasión.
El Museo de tapices
Además de las capillas, el retablo, el órgano, el techo… la Seo de Zaragoza cuenta con un motivo más para que la visites: el Museo de tapices –al que se accede desde la propia catedral–. Nada menos que la segunda mejor colección de tapices flamencos del mundo. La primera es la colección de todo un país: Francia. ¿Quieres más motivos? La entrada está incluida en la de la Seo.
Guarda un poco de tu capacidad de asombro para los 23 tapices que podrás admirar en las antiguas estancias capitulares. Uno de nuestros tres museos de Zaragoza imprescindibles.
Las vistas desde el balcón de San Lázaro… a todas horas
¿Qué hay más clásico de Zaragoza que la imagen de las cúpulas y las torres del Pilar con el puente de piedra y el río Ebro? Pues pocas cosas… tal vez los adoquines, pero no lo creemos. Si no quieres quedarte sin ese recuerdo fotográfico, tienes que acercarte al balcón de San Lázaro. Bueno, al balcón y a los alrededores: en el techo del Museo Convento de San Lázaro o en la ribera del Ebro un poco más adelante.
Ahora te toca a ti decidir a qué hora irás a por ese recuerdo. Con las primeras luces del día, al atardecer o con la iluminación encendida ya de noche. ¿Cuál es la mejor? No te sabríamos decir. Nosotros nos trajimos todas –y más de un día– para decidir más tarde… y todavía no hemos sido capaces de decantarnos por una hora en concreto.
El Palacio de la Aljafería: el esplendor del reino taifa
El palacio islámico más al norte de Europa está en Zaragoza y, aunque se ha reformado unas cuantas veces desde que Alfonso I el Batallador conquistó la ciudad en 1118, no deja de ser uno de los lugares imprescindibles que ver en Zaragoza. Hablamos del Palacio de la Aljafería, del siglo XI. Según la gente que sabe, está a la altura de la Mezquita-Catedral de Córdoba o de la Alhambra de Granada en lo que se refiere a arquitectura hispanomusulmana. ¡Ahí es nada! Vamos, que le hemos dedicado un artículo a la visita al Palacio de la Aljafería de Zaragoza.
¿Sabías que…?
El nombre Aljafería deriva de Qaṣr al-Jaʿfariyah, el nombre árabe original. Y ese Qaṣr al-Jaʿfariyah provenía de uno de los nombres del rey que lo mandó construir: Abú Yaáfar al-Muqtádir. Aunque también recibía el nombre de Qasr al-Surur o palacio/castillo de la Alegría.
El aspecto macizo de sus muros y torres exteriores no te prepara para el lujo que encontrarás en su interior. ¿Nuestros rincones favoritos? Los arcos de acceso al Salón Dorado o del Trono y el mirhab. Aunque las estancias “cristianas”, con sus techos artesonados, tampoco se quedan atrás. Verás que está todo muy cuidado, y es que ha sido restaurado hace poco tiempo. De hecho, en el recorrido del palacio están las maquetas de las distintas restauraciones y reconstrucciones que ha sufrido –sí, en algunos casos, “sufrido”– a lo largo de los siglos.
El Museo Goya: acercándose al genio más universal de Zaragoza
No puedes viajar a Zaragoza sin saludar a la Virgen del Pilar y tampoco deberías dejar de presentarle tus respetos al maño más universal: Francisco de Goya y Lucientes. Vale, todos hemos aprendido de niños –o al menos los de la EGB– que nació en Fuendetodos, pero su familia era de Zaragoza y se mudó de nuevo a la capital cuando Francisco solo tenía un año.
Y, ¿dónde presentarle tus respetos? En el Museo Goya. Colección Ibercaja – Museo Camón Aznar. En ningún otro lugar podrás ver al completo sus cinco series de grabados –Caprichos, Desastres de la guerra, Tauromaquia, Disparates o Proverbios y Toros de Burdeos– además de 14 lienzos originales. Como el de tapices, otro de nuestros museos imprescindibles de Zaragoza.
El edificio en el que se encuentra es uno de esos restaurados y recuperados en las últimas décadas en la ciudad: la Casa del Infanzón Jerónimo Cósida, la Casa Aguilar o el Palacio de los Pardos. No será por nombres. Fíjate en el patio renacentista que te dará la bienvenida al museo.
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Tanto si te acercas al Museo Goya como si no, lo que no deberías perderte son las estatuas goyescas en la plaza del Pilar, frente a la Seo.
El Museo Pablo Gargallo: descubriendo otro genio aragonés
No hay dos sin tres, y tres son los museos de Zaragoza que, en nuestra opinión, no puedes dejar de visitar. ¿El tercero? El Museo Pablo Gargallo. Después de haber visto alguna de sus obras en el Reina Sofía de Madrid, nos encontramos cara a cara con el vacío. Sí, el vacío que forma parte fundamental de sus obras. La genialidad y la modernidad de Kiki de Montparnasse, Romántica o el retrato de Chagall nos dejaron con la boca abierta.
Y, como los dos museos anteriores, el de Pablo Gargallo también está en un edificio restaurado en los últimos años: el Palacio de Argillo, de estilo renacentista-barroco. Los detalles de los signos del zodíaco, las máscaras y el resto de decoración compiten con las obras por tu atención.
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Si lo tuyo son los museos, Zaragoza es tu ciudad. Además de los tres que hemos mencionado, también hablamos de unos cuantos más en nuestro artículo dedicado a los museos de Zaragoza.
La iglesia de San Pablo y su torre mudéjar
La iglesia de San Pablo nació como una ermita tras la conquista de Zaragoza por parte de Alfonso I. En aquel momento estaba en la zona de inundación del Ebro, donde se cultivaba, pero no se vivía. Hoy en día, casi en pleno centro de la ciudad, en el conocido como barrio del Gancho. En sus orígenes fue dedicada a San Blas, que todavía conserva mucha devoción y el primer retablo que ven sus visitantes. ¿Por qué pasó a San Pablo? Porque el obispo decidió, a mediados del siglo XIII, que la primera parroquia tras la reconquista tenía que estar dedicada a una figura de más importancia religiosa.
¿Sabías que…?
El barrio del Gancho recibe su nombre por el “gancho” que salía en procesión con las imágenes de la iglesia de San Pablo. El “gancho” no es más que una hoz colocada en una vara que se utilizaba para abrir el camino a las procesiones entre las hierbas y malezas de las zonas de cultivo. El último, de acero y todavía afilado, lo verás dentro de la iglesia.
Antes de que preguntes por qué esta iglesia entre todas, decirte que se la considera “la tercera catedral” de Zaragoza. El barrio de San Blas, el Gancho, prosperó con los años y eso se notó en su parroquia que se decoró con un retablo y un altar a imagen de los de la Seo y la Basílica del Pilar. Por no hablar del coro –llegó a haber más de 50 sacerdotes– y del órgano gótico que todavía se usa en las misas.
Entre tantas joyas, destaca la torre mudéjar de finales del siglo XIII, rodeada por una claustra –además de catedral, también quería ser monasterio…–. Anímate a subir sus 157 escalones y disfruta de otra vista de Zaragoza. Por cierto, la iglesia de San Pablo es uno de los tres monumentos de arquitectura mudéjar de Aragón incluidos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO que están en la capital. Los otros son la Aljafería y la Seo –por su ábside, parroquieta y cimborrio–.
El Patio de la Infanta: maravilla renacentista
En el interior de un moderno edificio de acero y cristal se encuentra una maravilla con casi cinco siglos de antigüedad y más kilómetros encima que muchas maletas. Hablamos del Patio de la Infanta, la única parte que ha sobrevivido de la Casa Zaporta. ¿Casa con ese patio? Sí, ese era su nombre, aunque no dejaba de ser un palacio, en concreto el de Gabriel Zaporta, un banquero judeoconverso y noble aragonés.
El patio es, atención, ¡un regalo de bodas! Lo mandó construir en 1549 para su esposa. Y no se trata solo de la belleza de sus formas, todo tiene significado. Desde los medallones de los reyes hasta las figuras de las columnas, pasando por el friso de los amantes y las zapatas. Pero, aún hay más, todo el patio es una gigantesca carta astral del momento exacto de la boda: las 18:50 del 3 de junio de 1549.
Solo te podemos decir que vas a alucinar como hicimos nosotros y que pocas veces vas a estar tanto tiempo admirando detalles en un espacio de ese tamaño.
Los restos romanos de Caesaragusta
Saltamos más atrás aún en el tiempo, al momento en que Zaragoza se llamaba Caesaragusta. Tras más de dos mil años, todavía se pueden ver unos cuantos restos de esa colonia romana. Ojo, que no fue una creación romana, la colonia se asentó sobre una antigua población íbera: Saduie.
En la plaza del mercado, paralela a la avenida de César Augusto, todavía se conserva parte de la antigua muralla romana. También están los restos del teatro romano en la calle San Jorge. Y, en plena plaza del Pilar, el museo del foro –que tenemos que confesar todavía no hemos visitado–.
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Un par de apuntes ya que estás en la plaza del mercado. El primero, de lo más evidente, el propio mercado. Date una vuelta por el interior de un edificio modernista recién restaurado. El segundo, el torreón de la Zuda, la torre del antiguo alcázar musulmán –aunque reformado en el siglo XVI–.
Arte urbano en el casco histórico (y fuera)
De lo más antiguo a lo más actual. Las paredes de Zaragoza son soporte para los murales de grandes artistas urbanos. Y no tendrás que alejarte del centro: la capital aragonesa es una de las ciudades españolas con más arte urbano en su casco histórico. Tuvimos ocasión de descubrir unos cuantos murales en el barrio del Gancho de la mano de Inés –maña de pro de Mis viajes por ahí–.
Inés también nos contó un poco del Festival Asalto, el festival internacional de arte urbano “culpable” de que cada año los muros de Zaragoza se conviertan en lienzos de grandes artistas de todo el mundo desde su primera edición, allá por 2005. Cada año se celebra en un barrio nuevo, así que te encontrarás con arte urbano por toda la ciudad.
El Tubo, porque de noche también hay que visitar Zaragoza
León tiene el Húmedo, Haro la Herradura y Zaragoza el Tubo. El barrio por excelencia donde se vive la noche con pinchos, tapas y raciones regados con vinos y cervezas. Y, ¿dónde está el Tubo? En el barrio de San Gil, entre las calles Mártires, Estébanes y Cuatro de Agosto. Croquetas, champiñones, migas… pero también creaciones de alta cocina. Déjate llevar y, buen provecho. Nosotros probamos las croquetas en la taberna Doña Casta y en El Champi… ¡sorpresa! champiñones.
Si lo que estás buscando en Zaragoza es un buen ternasco, aunque tendrás que alejarte del Tubo, te recomendamos el del restaurante El Fuelle en la calle Mayor, 59. Muy cerca está el Melí Meló, que también es conocido por sus tapas, aunque nosotros fuimos de menú del día. ¡Muy rico! Aunque el servicio es un poco lento…
Dónde dormir en Zaragoza: hotel Inca Boutique
El casco histórico de Zaragoza es bastante pequeño y se puede recorrer andando cómodamente. Cómodamente, siempre que te alojes en él, porque la ciudad como tal no es tan reducida –desde la estación de tren al centro son más de tres kilómetros–. Para poder caminar con calma, nosotros buscamos alojamiento en el centro y acabamos durmiendo en el Hotel Inca Boutique. Un hotel con decoración moderna, perfectamente ubicado y con un precio muy ajustado –echa un vistazo a los precios y disponibilidad aquí–.
No podemos decir nada del desayuno, porque aprovechamos las muchas pastelerías de Zaragoza para cargar baterías por las mañanas, pero sí de la habitación: amplia y muy cómoda.
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Hemos mencionado la palabra pastelería y no te vamos a dejar con la duda de cuál elegir. Pásate por La Almolda y a ver si eres capaz de no pedirlo todo. Te aseguramos que, además de buena pinta, está delicioso.
Mapa de lugares que visitar en Zaragoza
Lo prometido es deuda, te dijimos que no tendrías que ponerte el gorro de explorador para encontrar los lugares que ver en Zaragoza y aquí los tienes todos colocados en un mapa. Más fácil no te lo podemos poner.
No sabemos cuál fue tu respuesta a la pregunta inicial de cuánto hace que no vas a Zaragoza, pero sabemos que la respuesta será “muy pronto” si ahora te preguntamos, ¿cuándo piensas volver?
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