Llegamos a Girona en AVE y nos encontramos con una estación casi futurista de espacios vacíos circulares. Salimos a una amplia avenida y, casi sin darnos cuenta, nos encontramos en mitad de una postal, de una judería, de un rodaje, escuchando leyendas, patrullando sobre murallas… si hasta acabamos besándole el culo a una leona porque había tantas cosas que ver en Girona que, desde el primer momento, quisimos volver.
No te dejes engañar por su tamaño o por la tranquilidad que se respira en sus calles, Girona te atrapa y te demuestra que vas a necesitar más tiempo para dejar que todo lo que te tiene que mostrar te cale. Sentirás que te conquista poco a poco y no querrás que el romance acabe por culpa de un billete de tren comprado con demasiada antelación. Después de dos días en Girona, te podemos asegurar que el tiempo nos voló, que tuvimos que ir corriendo de un sitio a otro y que es cierto lo de que “Girona emociona”.
Saltaconmiconsejo
Si tienes algo más de tiempo, te recomendamos que salgas de la ciudad y descubras alguno de los 12 lugares que ver en la provincia de Girona, de pueblos con encanto al Cap de Creus.
Las casas del Onyar: las casas colgantes de Girona y los puentes sobre el río Oñar
Si hay una estampa que identifique a la ciudad de Girona, ésa es la vista de las casas de colores en las riberas del río Onyar con la catedral y la torre de la basílica de Sant Feliú asomándose al fondo. No lo son, porque están firmemente apoyadas en la roca, pero se conocen como las casas colgantes de Girona. Por un momento pensarás que estás en el norte de Europa: Dinamarca, Suecia, Noruega… pero no, hace más calor y los techos no son puntiagudos.
Y, ¿desde dónde se toman las mejores fotos de esta postal? Desde alguno de los puentes que cruzan el río. El más conocido, sin duda, es el pont Eiffel o pont de les Peixateries Vellesel. Sí, Gustave Eiffel lo diseñó y lo construyó 10 años antes de crear su famosa torre. Aunque la foto se hace habitualmente desde el pont de Sant Agustí, casi sobre la curva del río.
Otros puentes son el de Isabel II, conocido como pont de piedra; el pont d’en Gómez –porque Gómez permitió que se abriera el paso en la planta baja de su casa para construirlo–, conocido también como el de la princesa –por ser muy fino–; y el pont de Sant Feliú, frente a la basílica.
La Casa Masó de Girona: la obra maestra de Rafael Masó y del Novecentismo
¿Casas de colores en las riberas del río Onyar? Bueno, no todas. Hay una casa que mantiene su fachada pintada de color blanco con las ventanas azules y las persianas amarillas. Es la Casa Masó, la obra maestra de Rafael Masó y del Novecentismo, el movimiento creado como alternativa al Modernismo. Te contamos todo en nuestro artículo sobre la Casa Masó y la Ruta Masó de Girona.
Aunque no lo parezca desde la fachada que da al río, la Casa Masó son cuatro edificios unidos que fueron rehabilitados por el arquitecto a principios del siglo XX. Menos te lo parecerá cuando entres y veas que el suelo está a la misma altura en todas partes y la distribución de los cuartos. Se visitan todas las plantas: despachos, salón, cocina, habitaciones… y se vislumbran los principios del Novecentismo basado en la utilidad de las cosas sin olvidar su estética.
Rafael Masó debe su “poca” fama a su contemporáneo Gaudí y a que casi todas sus obras están en la ciudad de Girona. ¿Qué hicimos cuando nos dijeron eso? Recorrer la ciudad en busca de esos edificios siguiendo la ruta Masó.
Sant Martí Sacosta y la pujada de Sant Domènech: uno de los rincones más característicos de la ciudad
¿Qué podemos decir del lugar que nos mostró la belleza de Girona casi concentrada en un instante y en un momento? Antes de llegar a la pujada de Sant Domènech, habíamos cruzado el puente de Eiffel y disfrutado de la imagen clásica de las casas del Onyar. Pero fue en el momento en que nos encontramos con ese rincón formado por los peldaños barrocos, la portada de la iglesia de Sant Martì en lo alto y el arco de la casa-palacio Agullana, que da acceso a otra pequeña calle escalonada, cuando Girona se metió en nosotros y nos susurró que acabaríamos enamorados de ella…
El call: el barrio judío de Girona, uno de los mejor conservados del mundo
La imagen más característica de la ciudad muestra edificios del siglo XX, pero Girona guarda un pasado medieval digno de Besalú: una de las juderías mejor conservadas del mundo. ¡Ahí es nada! El entorno de las calles de Sant Llorenç y de Claveria, cerca del museo de historia de los judíos –en la antigua sinagoga–, es la zona en la que dejarse llevar por las callejuelas, la piedra, las cuestas…
¿Perderse? Pues en pleno siglo XXI cargados con móviles con GPS y mapas es complicado. Nosotros nos dejamos llevar un rato por el espíritu medieval –sin mirar mapas ni móviles– y nos parecía casi imposible que siguiéramos en una ciudad con casi 100.000 habitantes. Por cierto, en el call de Girona también hay una mikvé, esta del siglo XVII.
La catedral de Girona y su escalinata: el gran icono de la ciudad
En lo alto de Girona no hay un castillo, hay una catedral. Y, para llegar a ella, hay que subir las escaleras más famosas de Juego de Tronos: las del Gran Septo de Baelor. Ya antes de que HBO llegara a la ciudad, la imagen de la catedral al final de la escalera conseguía que los turistas suspiraran de emoción, respeto y cansancio solo de ver lo que les esperaba para entrar en ella. Tuvimos la ocasión de asistir a un ensayo de los castellers subiendo sus peldaños con una torre de cuatro –el esfuerzo, la concentración y los aplausos de los propios castellers al llegar arriba fueron de lo más emocionante– y, mientras esperábamos, también descubrimos que es punto habitual para runners que se lanzan escaleras arriba en sus series. Hay que tener mucho sentimiento de culpabilidad por la comida…
Solo la nave central de San Pedro es más ancha que la única nave de la catedral de Girona. Los arquitectos más famosos de la época abogaban por un diseño más corriente, con tres naves, pero los cabildos de la catedral querían impresionar a los fieles con una enorme. Varias veces se reunió el consejo para debatirlo con el mismo resultado: era imposible. ¿Imposible? Comprobamos que no, lo consiguieron.
La entrada –7 €– incluye la visita al museo-tesoro de la catedral donde se encuentran el Beatus de Girona, un manuscrito ilustrado del siglo X con los comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana, y el tapiz románico de la Creación, el Tapís de la Creació, de más de tres metros medio por cuatro metros y medio.
Intentar explicar con palabras esta maravilla –que, por cierto, es un bordado y no un tapiz– está más allá de mis habilidades. Pero puedo decir que se le ponen a uno los vellos de punta al admirar los detalles de Adán, de Eva, de los animales… bordados en el siglo XI. ¿Cómo se ha conservado hasta la fecha? Olvidado en un desván, enrollado como una alfombra vieja.
La basílica de Sant Feliu: la primera catedral de Girona
Haciendo sombra a la que fue su sucesora, la catedral, la basílica de Sant Feliu se cuela en la foto de Girona. Bueno, se cuela su torre campanario con aspecto de castillo –estaba incrustada en la muralla–. Durante su construcción, entre los siglos XII y XVII, se encontraron sarcófagos romanos que todavía se pueden ver en su interior. Aunque el sepulcro más llamativo es el de San Narciso, patrono de Girona.
Cuenta la leyenda que de allí salieron cientos de moscas para defender la ciudad del asedio de Felipe II de Borgoña. Las moscas, siempre según la leyenda, mataron a miles de soldados e incluso al propio rey. Nuestra guía nos ofreció una explicación más razonable: la zona fuera de la muralla, donde acampaban las tropas enemigas, era pantanosa y, como sucedió en Cartagena de Indias, fueron las enfermedades transmitidas por los insectos las que acabaron con el peligro.
La entrada –7 €– incluye la audioguía.
El monasterio de Sant Pere de Galligants y su claustro
La primera vez que viste el interior del monasterio de Sant Pere de Galligants, pensaste que no podía ser real, que tenía que estar creado por ordenador… Entonces Samwell Tarly era el Cicerone que te guiaba por la que a tus ojos era la biblioteca de Antigua –sí, de nuevo Juego de Tronos–. En realidad era Sant Pere de Galligants, una antigua abadía benedictina. Y lo era tal cual, sin retoques de ordenador.
Por supuesto entramos (4,50 €) –no podíamos dejar a Sam dentro solo– y, además de admirar la arquitectura de la nave y la luz que entraba por las ventanas del ábside, también echamos un vistazo a las obras del museo de arqueología de Cataluña, que se encuentra aquí desde 1857. Hablando de arquitectura, atento al claustro, uno de los mejor conservados de estilo románico catalán.
Los baños árabes de Girona que no son árabes…
¿Baños árabes en Girona? No, pero sí, pero no. Voy a intentar aclararlo. Se conocen como baños árabes por su aspecto y por el sistema de calor por vapor que utilizan. Como ya comentamos, la conquista musulmana duró menos de 100 años en esta zona –en Girona se trata a Carlo Magno de Santo, San Carlo Magno, por su ayuda en la Reconquista– y las constantes batallas no permitieron mucha construcción árabe. Su aspecto es una réplica del modelo norteafricano construidos en el siglo XIII. Así que no, pero sí, pero no.
La nota curiosa es que los baños fueron comprados por las monjas capuchinas en el siglo XV que, obviamente, no los usaban para lo que habían sido creados, sino como cocina y lavadero. De hecho, hasta que se lanzó vapor y se colocaron extras en Juego de Tronos, el edificio llevaba más de quinientos años sin “bañar” a nadie.
Puedes ver horarios y precios en la web de turismo de Girona.
La rambla de la Llibertat: soportales y terrazas
Girona también tiene su “galería comercial”, incluso más antigua que las Galerías Reales de San Huberto, en Bruselas, o la Galería de Víctor Manuel II, en Milán. La de Girona es medieval –aunque rehabilitada y con algún edificio modernista del siglo XX– y está formas por los antiguos soportales de la rambla de la Llibertat. Después de recorrer el call, y otras zonas medievales, uno espera que todas las calles del siglo XIII sean estrechas, pequeñas, oscuras… hasta que llega a la rambla y se encuentra con la arteria –¿por qué las ciudades tienen arterias?– principal de Girona. Una avenida peatonal en la que desde siempre se ha desarrollado la vida y que, en nuestros días, se llena de terrazas de bares y restaurantes.
La plaza del Ví y el Teatro Municipal de Girona
El ayuntamiento, el teatro municipal y el palacio del general crean la plaza del Ví de Girona. El antiguo mercado dio paso a la venta de vino, de ahí el nombre de la plaza.
En pleno festival Temporada Alta pudimos admirar el patio de butacas del teatro de finales del siglo XIX, con la clásica forma en herradura. No vimos la representación –el festival es internacional y ese día la obra era en francés– pero llegamos a subir hasta el gallinero para tener una panorámica completa.
El camino de Ronda y sus vistas… al atardecer
La antigua Gerunda, fundada por los romanos, ya estaba protegida por murallas. El crecimiento de la ciudad y las batallas –siempre son las batallas– dieron lugar a tres líneas defensivas que fueron creciendo y creando lo que es el camino de ronda: una ruta por lo alto de los muros que permitía a los soldados vigilar el exterior. Y no es un camino cualquiera, es uno por las murallas carolingias más extensas de Europa.
Nos gusta ver los tejados de las ciudades medievales y, con un camino de ronda, no íbamos a dejar pasar la ocasión de hacerlo. Comenzamos nuestro paseo casi coincidiendo con la puesta de sol. No pudimos pararnos mucho en el passeig arqueològic, que da acceso a una de las entradas del camino, pero llegamos a tiempo de disfrutar de una fantástico atardecer sobre los tejados de Girona.
Tenemos que decir que no es un lugar muy concurrido y que, una vez se pone el sol, queda prácticamente desierto. Tanto que tuvimos un poco de miedo de que nos cerraran los accesos al camino de ronda y no pudiéramos salir. No hubo problema y dejamos las murallas junto al campus de la Universidad de Girona.
Ruta de las localizaciones de Juego de Tronos en Girona
Es inevitable, Girona ha quedado unida a Juego de Tronos. Si todavía no has tarareado la sintonía de la serie debes tener una fuerza de voluntad increíble o ser de los pocos que no la ha visto… En cualquier caso no deberías dejar pasar la ocasión de seguir sus huellas por la ciudad con nuestro artículo sobre las localizaciones de Juego de Tronos en Girona.
La leona: si le besas el trasero… volverás a Girona
¿Te dará tiempo a disfrutar de todo lo que ver en Girona o tendrás que volver? Nosotros no lo conseguimos –aunque fuimos muy rápido no pudimos visitar, por ejemplo, el parc de la Devesa–, así que, no dejamos pasar la ocasión de besar el trasero de la leona. ¿Por qué? Porque ese gesto es el lanzamiento de la moneda en la Fontana di Trevi de Roma: la esperanza y el deseo de volver.
Mapa turístico de Girona con todos sus lugares de interés
Tengo que admitirlo, no hemos seguido un orden muy “geográfico” en el listado de cosas que ver en Girona. Nos hemos dejado llevar más por su popularidad –bueno, según nuestra impresión–. Así que, para que puedas organizar tu paseo de una forma más eficiente sin ir y venir de una esquina a otra, te dejamos un mapa con todos los lugares de interés de Girona. No te pierdas ni uno.
Y eso es solo el comienzo… ¿te vas a quedar sin conocer el resto de lugares que ver en la provincia de Girona?
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10 Comentarios
Muchas gracias por la informacion,
Hoy voy a visitar Girona durante dos dias y creo que voy a hacer la misma ruta! Lo único que echo en falta serian los precios de entrada a los museos o catedrales, solo había que pagar en la catedral y el resto eran gratuitos?
Gracias!
Hola Saori y bienvenid@ al blog 🙂
Muchas gracias a ti por leernos. Justo estábamos nosotros en Girona cuando nos dejaste el comentario… aunque para visitar la Costa Brava.
Ya habrás comprobado que los museos tienen entrada, pero, como los precios varían con frecuencia hay veces que no los ponemos. Vamos a actualizar la entrada para indicarlo.
¡Esperamos que hayas disfrutado mucho de tus días en Girona!
Las calles de una ciudad se llaman ARTERIAS, porque por ellas corre la SANGRE de la ciudad, la SANGRE es lo que mantiene la vida, es decir: SUS HABITANTES!!
Hola Marcia y bienvenida al blog
Muchas gracias por tu comentario, ¡muy poético! No podemos estar más de acuerdo, son los habitantes los que hacen una ciudad.
Llevo un día en Girona y me ha enamorado,sus calles,la sensación de bien estar al entrar en coche a la ciudad,sus rinconcitos por las calles estrechas y sobre todo la amabilidad de su GENTE,y su esencia
Hola Judith y bienvenida al blog!
Nos alegra que te haya gustado (o te siga gustando) Girona. La verdad es que es un ciudad muy agradable como bien dices. A nosotros también nos enamoró 🙂
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Els hi volia fer una pregunta: Vostès han passejat pel recorregut del riu Ter a Girona, per cada cantó i el final del riu Onyar a on hi ha l’aparcament de la copa? No sé si vostès ho han fet, jo ho faig sovint. Qualsevol que ha fet el recorregut pot observar les deixalles que hi ha sempre per tot arreu dels dos rius.
Hola Joan.
No hablamos catalán, así que te respondemos en castellano. La verdad es que no hicimos el recorrido que comentas, sólo cruzamos el río por los puentes y no seguimos su curso más allá del casco viejo.
Un saludo
Seguro que el camino de ronda es el que comentais? Hasta donde se el «camino de ronda» es el que pasa cerca del mar, por la costa brava.
Que por cierto… lo recomiendo 100%!!!
Hola Francesc y bienvenido al blog 🙂
Es cierto que hay un «camino de ronda» en la costa, el camí de ronda. Pero al que me refiero en el artículo es al que se recorre por la parte alta de las murallas de la ciudad de Girona. Este tipo de caminos-recorridos por la parte alta de las murallas se conocen como caminos de ronda porque eran los soldados, haciendo la ronda de guardia, los que los recorrían.
Tenemos muchas ganas de hacer el camí de ronda con los paisajes de la Costa Brava, pronto 🙂
Un saludo