La capital mundial de la moda forma parte del recorrido de todos los viajes a Italia. Aunque tenemos que decir que, a pesar de que esté mal comparar ciudades, para nosotros no tiene el encanto de Roma o de nuestra amada Bolonia. Una velocidad extra que se palpa en el ambiente y se confirma cuando uno ve a los milaneses corriendo siempre de un sitio para otro –conste que en Madrid sabemos lo que es andar rápido– hace que la ciudad parezca menos acogedora y más fría. De todas formas, la capital de la Lombardía sabe mostrar su mejor cara si la tratas con cariño. ¿Podrás darle ese cariño durante un día? Te contamos las 10 cosas que ver en Milán en un día… porque, si los milaneses van corriendo a todas partes, ¿no lo vas a hacer tú también?
La plaza del Duomo, la catedral y su azotea
No se puede pensar en viajar a Milán sin que la imagen de su Duomo no se haga presente en tu recuerdo. Primer dato a tener en cuenta: si ves la “catedral del Duomo de Milán” escrito en algún sitio, ¡huye! Duomo, en italiano, significa iglesia principal –en las ciudades sede de obispado, como Milán, es la catedral–, sería como si se hablara de visitar el duomo de la catedral de Burgos… sólo para turistas incautos.
Pero, antes de mirar el Duomo, hay que dar una vuelta sobre uno mismo admirando la plaza. Además de la catedral, en la piazza del Duomo están una de las entradas a la Galleria Vittorio Emanuele II, el Palazzo dell’Arengario –sede del museo del Novecento, pero en un día poco tiempo para visitar en museos– y el Palazzo Reale –otro lugar al que tendrás que volver en otra ocasión con más tiempo–, además de la estatua a caballo de Vittorio Emanuele II, sí, el de la galería.
El edificio del Duomo de Milán impresiona por su mármol blanco en la fachada, que hace que parezca siempre iluminada, y por su cientos de agujas. El interior, mucho menos luminoso, con el silencio y las velas, infunde un respeto reverente. Estarás en la iglesia más grande de Italia, ten en cuenta que San Pedro está en otro país, en la Ciudad del Vaticano.
Busca el acceso a la azotea de la catedral de Milán porque si desde abajo las agujas del tejado lanzan tu mirada al cielo, cuando caminas junto a ellas no puedes dejar de asombrarte con la cantidad de detalles esculpidos en una zona tan alejada del pueblo. Aunque tengas vértigo, deberías animarte a subir, incluso hay conciertos de música clásica.
Más información y horarios en la página oficial del Duomo di Milano.
La galleria Vittorio Emanuele II
El lujo y la clase milanesa hechos galería comercial, eso es la Galleria Vittorio Emanuele II de Milán. Mosaicos en los suelos, mármol, vidrieras… dan cobijo a tiendas de lujo, restaurantes y cafés históricos.
En su centro, en el cruce conocido como el octógono, bajo la cúpula de hierro y cristal, se encuentra el escudo de los Saboya con el toro rampante –levantado sobre sus patas traseras, como el cavallino de Ferrari–. No te sorprenda ver a alguien clavando su talón en “la zona inguinal” del animal y girando sobre sí mismo. La tradición cuenta que pisar los atributos del toro con el talón y girar tres veces sobre uno mismo da suerte… ¿Te animas? Cuidado que los toros no tienen muy buen genio.
Si hay un teatro que ver en Milán, y en toda Italia, es La Scala
Desde la piazza del Duomo se puede llegar a través de la galleria Vittorio Emanuele II a la plaza de La Scala donde se encuentra el que seguramente sea el teatro de ópera más famoso del mundo. Atento, porque no impresiona desde el exterior –tengo que decir que ni me había dado cuenta de que pasaba frente a él la primera vez–, pero la acústica de su interior le ha dado la fama.
Si quieres, puedes hacer una visita a su museo, contratar un tour guiado –aquí puedes ver los precios de tours en español–, si eres un apasionado de la lírica, pasas una noche en la ciudad y hay función, asistir a una representación de ópera.
Más información, programa y horarios en la página oficial del Teatro alla Scala.
El castillo Sforzesco y el parque Sempione, ese viaje medieval que tienes que hacer en Milán
¿Un castillo del siglo XV a pocos pasos del centro de la ciudad? En Milán es posible, el castillo Sforzesco está a un cuarto de hora andando de la catedral. Un viaje al pasado en una fortaleza defensiva cuadrada de 180 metros de lado con torres en las esquinas y un cuidado césped en el patio.
Dentro del castillo, hoy convertido en museo de arte –hay hasta siete, pero no tendrás tiempo de visitarlos en un día–, se han encontrado, a lo largo de la historia, obras de grandes artistas italianos. Pero no sólo hace siglos, en 2013 se encontraron varios dibujos inéditos de Leonardo da Vinci.
Al otro lado del castillo se encuentra el parque Sempione con sus casi 400.000 metros cuadrados de verde. En un día no vas a poder recorrerlo, pero sí asomarte desde la puerta del castillo y coger aire para seguir tu visita por Milán.
El convento de Santa Maria delle Grazie con La última cena de Leonardo da Vinci
¿Cuántas veces has visto el fresco La última cena de Leonardo da Vinci? Pues está en una pared del convento de Santa Maria delle Grazie en Milán. El Cenacolo –su nombre en italiano– tiene lista de espera para poder ser visto y hay que reservar por teléfono o por internet aquí. Aunque lo más fácil es hacerlo con tour en español, aquí puedes ver horarios y precio –también puedes visitar la ciudad y La última cena juntas con un tour, aquí puedes ver más información o incluso un tour privado por Milán, echa un vistazo aquí–.
¿Sabías que…?
El refectorio, donde se encuentra La última cena, fue arrasado por un bombardeo en 1943. Sólo se salvó el muro utilizado por Leonardo da Vinci como lienzo.
De todas formas, aunque no tengas ocasión de ver el cuadro, la renacentista iglesia de Santa Maria delle Grazie es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por sí misma y te dejará con la boca abierta. No dejes de admirar el tiburio –cúpula de base poligonal con techo en pirámide– atribuida a Bramante, uno de los grandes del Renacimiento italiano.
La basílica de Sant’Ambrogio, una iglesia bizantina que ver en Milán
La basílica de Sant’Ambrogio es la segunda iglesia de Milán después de la catedral y una de las más antiguas –su construcción comenzó en el siglo IV–. A diferencia del mármol blanco de aquella, ésta es de ladrillo rojo. Y ¿quién era Sant’Ambrogio? El obispo de Milán que ordenó su construcción y el actual patrón de la ciudad. Arte románico, mosaicos… una iglesia bizantina en toda regla.
Un aperitivo en los Navigli, los canales de Milán
Como pasaba con Bolonia, Milán también estuvo durante un tiempo lleno de canales navegables. Hoy en día, sólo resisten tres: il Naviglio Martesananella en el norte de la ciudad y el Naviglio Grande y el Naviglio Pavese en el suroeste. Son estos dos últimos los conocidos como i Navigli, un lugar al que salir a tomar algo y disfrutar del famoso aperitivo milanés tambien conocido como happy hour –todo lo que quieras comer con tu bebida– por la tarde, normalmente de 18.30 a 21.00. Los Navigli son la zona de marcha de Milán.
Si lo prefieres, también puedes ir a comer en los restaurantes, casi todos con especialidad en pescado, de la zona sin esperar a la tarde.
El barrio bohemio del lujo de Brera y su pinacoteca
La pinacoteca de Brera es una de las más importantes de Italia y pasar por Milán sin visitarla casi se podría considerar un pecado… pero con un día no hay tiempo para ver muchos museos –y ya nos hemos saltado unos pocos–. De todas formas, pasear por las calles del barrio de Brera y disfrutar de su ambiente bohemio, aunque lujoso, nunca está de más para paladear esa elegancia y ese estilo milanés tan conocidos en el mundo.
Más información, horarios y precios en la página oficial de la pinacoteca de Brera.
Comida típica milanesa y comer un helado en Milán
Puede que nos hayamos saltado unos cuantos museos, alguna iglesia, el estadio de fútbol Giuseppe Meazza –otro de los atractivos de la ciudad, donde juegan el Milan y el Inter–… pero habrá que comer algo ¿no? Aunque sea un helado que para eso estamos en Italia. Si quieres comer algo más contundente, echa un vistazo a nuestro artículo sobre gastronomía del norte de Italia para saber qué pedir en los restaurantes de Milán.
¿Serás capaz de cumplir el objetivo y tachar las 10 cosas que ver en Milán de la lista en un día?
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