Cada vez que sales, estás o vuelves de viaje, siempre encuentras a alguien que tiene la frase justa para cortar esa ilusión que sientes desde el momento en que eliges un destino –o una fecha, que muchos no van a donde quieren, sino a donde pueden–. Es hablar de un plan de viaje y pensar en ponerte una armadura y coger un escudo para parar los golpes que sabes que van a ir llegando en forma de frases irritantes. Y no son sólo frases que directamente te critican, también están las que te desaniman y te hacen plantearte el “¿por qué vuelvo?”.
Pensando en viajar
En el momento en que dices cuál será tu próximo destino van apareciendo pájaros de mal agüero dispuestos a poner los puntos sobre las íes y a demostrarte que estás haciendo algo mal.
Qué se te ha perdido ahí con la de cosas que hay que ver en España
Que levante la mano el que no haya sido atacado alguna vez con esto. Estoy completamente de acuerdo con que en España hay cosas preciosas, pero eso no quita que no se puedan ver también las de fuera. Si tuviera que ver todas, o sea, TODAS, las cosas que hay en España no tendría tiempo en una vida –pero vamos, aunque me quedara sólo con la Comunidad de Madrid ya iba a ir justo–. Lo más irritante es que, casi siempre, los que te sueltan esta perla conocen el país entre poco y nada… ¿Por qué no puedes asumir que lo que no te gusta es viajar en lugar de decir que lo que haces es esperar a ver toda España antes de salir?
¿Pero allí no están en guerra?
La plaga del siglo XXI es la cantidad de información que hay disponible y lo poco que nos enteramos de la mitad de las cosas que oímos. Si en la televisión aparecen unos bombardeos en Siria –pobre gente–, la mitad de la población mete en el mismo saco a países que van desde Marruecos hasta allí. ¿Que hay un XXXXtán en el que ha habido un atentado? Pues ni se te ocurra decir que vas a Uzbekistán, Rajastán… todos son peligrosos.
Allí es también verano
Esta frase no es desmotivadora en sí misma, sólo deprime el pensar lo poco que sabe la gente del mundo y de geografía. Los conceptos de Ecuador y de hemisferios están ahí, pero todavía está la duda de saber si ese país raro al que el niño –da igual la edad, siempre serás el niño– me ha dicho que se va está por encima o por debajo y qué cambia al estar a uno u otro lado de esa raya.
La geografía, esa gran desconocida. Una vez que sales del país todo se acerca. El clima de Argentina es parecido al de Colombia ¿no están en el mismo continente?
Qué bien vives con tanto viaje
Frase irritante sexto dan. Toda la vida he “sufrido” el comentario cada vez que me iba de vacaciones, como si gastarse el dinero en un viaje fuera pecado pero hacerlo en cubatas fuera el motor que necesita la economía. Que tú te has comprado un coche, que sales todos los fines de semana a quemar la ciudad, que llevas ropa de marca… me parece perfecto que hagas lo que te gusta, pero ¿por qué me tienes que criticar a mí por hacer lo mismo si lo que a mí me gusta es viajar?
Viajando
Vayas o no en un viaje organizado es inevitable –que tampoco se trata de evitarlo, ojo– encontrarse con turistas. La mayoría serán personas que tendrán mucho que contar y que te harán pasar unas horas muy interesantes… pero unos pocos te avergonzarán en cuanto les oigas hablar en tu idioma.
Como en España no se come en ningún sitio
Si el “qué se te ha perdido allí” lo hemos oído todos, ésta no se queda atrás. Da igual que estés en un restaurante con estrellas Michelin en Francia, en la mejor trattoria de Italia o visites un país con una gastronomía como la peruana: como en España –concretamente como en su casa, porque esta gente tampoco es de salir mucho a un restaurante– no se come en ningún sitio. Los que se desesperan porque han ido a un país musulmán y no encuentran donde tomarse una cervecita y extrañan su jamón serrano, deberían haberse informado antes o no salir de su casa.
Donde esté una catedral española que se quite esto
Casi siempre sale de la boca de la misma persona que ha dicho la anterior. Ya puedes estar viendo un rascacielos en la Quinta Avenida o un templo sintoista en Japón, como la catedral de Santiago de Compostela no hay nada. Eso sí, no le preguntes cuándo fue la última vez que la fue a ver porque lo mismo te llevas la sorpresa de que no ha ido a Santiago en su vida… Antes te habría dicho que por qué te vas por ahí fuera con todo lo que hay que ver en España, pero ahora que él ha salido también ya sólo puede quejarse de que todo es peor que en casa.
Al volver de viaje
Tú vuelves emocionado y encantado con lo que has visto, puede que no haya sido el viaje de tu vida, pero crees que ha merecido la pena cada euro que has pagado… hasta que aparece el típico aguafiestas que desata tus ganas de matar.
Y no viste…
Da igual, tú puedes haber recorrido el Rajastán palmo a palmo, haber ido a sitios a los que sólo se llegaba haciendo autostop, templos escondidos a los que sólo van los locales, pasado seis meses en la zona… siempre aparecerá alguien que ha visto algo –tampoco hace falta que sea nada que merezca particularmente la pena– que tú no has visto. Pero no es sólo que ha visto algo que tú no, es que es mejor viajero que tú porque lo encontró y tú eres poco menos que un turista cinturón blanco porque no sabías ni que existía.
Pues yo pagué menos
De la mano de la frase anterior llega ésta. Si el que todo lo sabe y todo lo ha visto no encuentra un lugar que restregarte por no haber estado, pasará al ataque con el dinero. Que has ido en autostop y has dormido haciendo couchsurfing, pues a él le pagaban por llevarle y por que durmiera en sus casas. Puedes decir lo que quieras, pero sigues siendo un cinturón blanco.
Frases de locura
Clásicos a los que ya estás acostumbrado porque surgen en cada viaje y otras que te descolocan porque no esperabas escucharlas nunca.
Y entonces, ¿qué comes?
No me gustan ni la verdura ni la fruta. No pasa nada, no es tan raro, hay mucha gente que no las adora. La diferencia es que yo soy “consecuente” y no las como. Después de decir eso en cualquier viaje la pregunta es: y entonces, ¿qué comes?. Los veganos lo tienen más fácil, todo el mundo sabe lo que comen y lo que no, les puede parecer mejor o peor, pero no hay que explicar nada. En mi caso siempre surge la pregunta, la respuesta: carne, pescado, cereales, pasta, legumbres… anda que no hay cosas que no sean verdes.
¡Cómo podéis comer pasta todos los días
Ésta es para Sara obviamente. Supongo que es la pregunta estándar a cualquier italiano. No acabamos de entender que la pasta es totalmente diferente según la salsa y que unos spaghetti carbonara no tienen nada que ver con unos tortellini in brodo.
¿Tenéis lavadoras en Italia?
Obviamente también de Sara. ¿Qué cara se le debe quedar a uno cuando le preguntan si en tu país también hay lavadoras o si se ve la misma Luna?
Viajar no es sólo descubrir cosas nuevas, también es repetir cosas viejas. ¿Qué frases irritantes echas en falta de las que oyes cada vez que sales de casa?