Sólo viajamos por Australia durante tres semanas, fue nuestro viaje de novios, pero tuvimos tiempo –durante la preparación y mientras estuvimos allí– de descubrir unas cuantas de cosas que te servirán para hacer tu viaje más sencillo. Después de pasar por bastantes países, nos hemos dado cuenta de que, sea cual sea el lugar al que estés pensado ir, siempre te haces las mismas preguntas: ¿qué requisitos son necesarios para la entrada?, ¿es seguro?, ¿es caro?, ¿cómo moverse?… Aquí te dejamos nuestras respuestas y recomendaciones.
Seguridad, ¿es Australia un país seguro? El mejor seguro de viajes para viajar a Australia
Podemos decir que Australia no es un país seguro, es lo siguiente. Cuando te cruzas con un vigilante de furgón blindado que acaba de vaciar un cajero automático y que, no sólo no lleva cara de pocos amigos, sino que te saluda y sonríe, te das cuenta de que el país es diferente. Después de pasar más de diez meses en Sudamérica, recordamos con cariño a esos policías simpáticos que no llevaban siempre la mano sobre la pistola ni vestían chalecos antibalas en todo momento. De todas formas, tampoco se trata de ir dejando olvidadas tus cosas de valor encima de las mesas de bares, restaurantes o taquillas de autobús… porque puede que alguna vez no estén cuando vuelvas. Tened cuidado también en los albergues porque, desafortunadamente, puede que los demás viajeros sean más «peligrosos» que los aussies. Como consejo general: contratad un buen seguro de viaje –IATI os ofrece un 5% de descuento por ser lectores de SaltaConmigo.com contratando aquí–.También puedes leer nuestra entrada sobre cómo elegir el mejor seguro de viaje internacional antes de contratarlo.
Otro concepto de seguridad es el que tiene que ver con cocodrilos, tiburones, medusas, etc. Las playas de Australia son impresionantes, pero antes de meter un pie en el agua pregunta por la fauna que te espera dentro. En el caso de que quieras hacer buceo –uno de los mejores lugares para bucear del mundo, nosotros lo hicimos en el pecio Yongala– o surf –las playas australianas son famosas por sus surfistas, una de las más conocidas es Bells Beach– busca un sitio que te informe bien y te ofrezca seguridad.
Requisitos para viajar a Australia y para trabajar en Australia
Para viajar a Australia desde España no es necesario pedir un visado de turismo. Basta con acceder a la página web del consulado australiano, indicar tu país de residencia, el motivo del viaje y su duración en su buscador Find a Visa. Rellenar el formulario y esperar al correo electrónico con la respuesta a tu petición de eVisitor (subclass 651) en el caso de ser de la Unión Europea. En nuestro caso no tardó ni diez minutos en llegar. En otros casos –países fueran de la Unión Europea– es necesario pedir visa, pagar tasas, etc.
Otro tema importante a tener en cuenta, en este caso al llegar a la frontera, es que Australia no permite la entrada de tierra ni productos de origen vegetal y animal. Como isla que es, está perfectamente protegida del resto del mundo por el océano y los funcionarios de aduanas se toman muy en serio su trabajo para que los aviones no se salten esa barrera natural. Es mejor declarar cualquier cosa y esperar a que te digan si puedes entrar al país con ella o tienes que tirarla. A pesar de que los australianos son gente muy educada y amable, no se andan con bromas con esto.
Tampoco se andan con bromas con el tema del trabajo. Si tienes un visado de turismo es ilegal que trabajes, completamente ilegal. Para eso existen los Working holidays, que permiten viajar a Australia para trabajar mientras estás de vacaciones. Para más información sobre este tema lo mejor es visitar la página de inmigración australiana.
No son exactamente requisitos oficiales, pero los consideramos también requisitos imprescindibles. En Australia es Sol no es tu amigo. Las personas que trabajan al aire libre tienen hora de merienda y hora de bloqueador solar. Tú vas a hacer turismo y pasarás muchas horas en la calle, usa mucho protector solar, no sólo en las playas, también en las ciudades. Otro «requisito», si tu viaje incluye pasar por alguna zona de vegetación tropical o selva, como el Daintree Forest, es llevar repelente de insectos, como siempre Relec Extrafuerte es nuestra recomendación.
Transporte: vuelos a Australia y desplazamientos internos
Uno de los gastos más importantes es el billete aéreo hasta Australia –a no ser que vueles desde el Sudeste Asiático claro–, pero hay bastantes combinaciones de vuelos a Australia, con compañías como Emirates, por ejemplo. Desde la Unión Europea todos los vuelos hacen escala –en algunos casos sólo técnica para cambiar de tripulación, limpiar el avión y cargar combustible–, por lo que también es muy importante tener en cuenta los tiempos de escala a nadie le gusta quedarse horas y horas en un aeropuerto o, justo lo contrario, tener que correr como un desesperado por los pasillos con el riesgo de perder la conexión.
Al ser un país tan grande –el quinto del mundo en superficie–, las distancias son enormes. Si a esto le sumamos el hecho de que prácticamente todo su interior es desértico, viajar por carretera en Australia puede convertirse en una odisea, más aún según cuál sea el destino. En muchos casos, descubriréis que es más barato moverse en avión que en autobús –el tren es una opción sólo romántica y con muy pocos trayectos–. Como Europa, Australia también cuenta con compañías aéreas bajo coste, low cost. Nosotros usamos Tiger Airways para el trayecto entre Brisbane y Melbourne y después de Melbourne a Sidney por unos precios muy ajustados. Otras compañías son JetStar o Virgin Blue.
Transporte: autobuses, coches y autostop en Australia
Una de las mejores opciones para moverse en Australia es el autobús. Además, compañías como Greyhound –puedes encontrar otras algo más baratas pero con menos cobertura y frecuencias–, ofrecen billetes abiertos, Bus Passes. Nosotros, por ejemplo, compramos un Micro Pass desde Cairns hasta Brisbane que nos permitía montar en cualquier autobús que hiciera alguna parte de ese recorrido durante dos semanas. Es más caro que comprar los trayectos cerrados directamente, pero te da la libertad de elegir fechas y horas hasta casi la hora de salida por internet, teléfono o en las taquillas de la compañía –en una ocasión cerramos el trayecto desde el móvil frente al mismo autobús–.
La opción de alquilar un coche también existe… Dos cosas: conducen por la izquierda y es necesario el carné de conducir internacional. Si el viaje es lo bastante largo, puede merecer la pena comprar un coche y venderlo al volver a casa. En cualquier caso, si vuestra idea es atravesar el interior del país, el Outback, recordad que es necesario llevar agua y combustible en abundancia porque pueden pasar muchas horas, incluso días, sin que os crucéis con otro vehículo.
Aunque nosotros no lo hicimos, sí que nos contaron que el autostop está bien visto en el país y que no es difícil conseguir que te lleven aunque sean unos pocos kilómetros. De nuevo atención ¿quién quiere meterse en el desierto a hacer autostop sabiendo que hay tan pocos coches y distancias tan grandes?
Precios, ¿se puede viajar a Australia barato?
La respuesta sencilla a esta pregunta es NO. Australia no es un país barato y, aunque os esforcéis por gastar poco, será imposible no ver como se va el dinero. Algunos consejos para tratar de que la sangría sea menor pueden ser:
- dormir en los autobuses, son muy cómodos y amplios
- hacer couchsurfing, como decíamos, los aussies son gente muy amable y hospitalaria. La idea del couchsurfing no es encontrar un alojamiento gratis sino conocer el país de manos de su gente: paseos, charlas, información de primera mano… pero no quita que sea un ahorro y seguramente podrás disfrutar de la típica barbacoa australiana casera
- tanto si la opción es couchsurfing como si es albergue: cocinar es mucho más barato que cualquier restaurante. Tampoco es que los supermercados sean muy baratos, pero hay mercados callejeros con buenos precios, tendréis que preguntar a algún local cuál es el más cercano
- no le tengáis miedo a las distancias en las ciudades… si no tenéis mucha prisa, andad. El transporte urbano es muy caro
- si habéis decidido visitar algún museo –como por ejemplo la Opera de Sidney– es mejor comprar la entrada por internet, los precios son mejores que en las taquillas
- siempre habrá cosas que podréis hacer gratis en Sidney, Melbourne y resto de ciudades grandes

Por otra parte, si queréis visitar alguna de las muchas islas de la costa este –el viaje que hicimos nosotros– no tendréis más opción que contratar un tour. Aquí no hay mucho que hacer. Casi todas las compañías tienen los mismos precios –en muchos casos sólo revenden los servicios– por lo que con preguntar a dos o tres será suficiente… y será caro.
Todos los cajeros automáticos aceptan tarjetas internacionales pero pregunta primero a tu banco cuanto te cobrará cada vez que los utilices. Podrás pagar todo con tarjeta de crédito sin problema –atento, que cuando pagas así parece que no gastas dinero…–. Las propinas no son obligatorias pero tampoco te mirarán mal si la dejas.
A pesar de que el país no es barato una vez allí, uno de los gastos más elevados es el billete de avión, así que, lo que nadie quiere es que haya ningún problema con el vuelo: retrasos, cancelaciones u overbooking y tampoco con el equipaje. Si esto sucede, poco podrás hacer más que hablar con tu compañía de seguros en el momento, pero también guardar toda la documentación porque también puedes reclamar a la compañía aérea y hablamos de mucho dinero, incluso la devolución del precio del billete. Más detalles en un nuestro artículo cómo reclamar una indemnización a las compañías aéreas.
Cuando ir a Australia: ¿cómo es viajar a Australia en agosto?
Si os preguntáis cuál es la mejor época para viajar a Australia, recordad que es el quinto país del mundo por extensión… no hay una fecha «correcta» para viajar a Australia. Dependiendo de la zona que quieras visitar, será mejor una época del año u otra, pero podemos decir que siempre es buen momento para visitar el país. Nosotros cogimos un avión en Brisbane a 32 grados con bermudas y manga corta y aterrizamos, con cambio horario incluido, en Melbourne que nos recibió con 9 grados… La temporada alta es el verano austral (de diciembre a febrero), el clima es muy cálido, sobre todo en el interior, y el alojamiento es bastante más caro. En el caso de que tu idea sea dar la bienvenida al Año Nuevo en la bahía de Sidney con sus fuegos artificiales, tendrás que reservar el alojamiento con meses de antelación. Durante la temporada baja, el verano boreal (de junio a agosto), en el sur el clima es bastante frío y lluvioso y en el norte es suave, soleado y la humedad baja. En Victoria y Nueva Gales del Sur abren las estaciones de esquí. Hay que tener en cuenta que viajar a Australia en agosto, al ser temporada alta de europeos y norteamericanos, incrementa el precio de los billetes de avión. En principio la mejor temporada es la media (otoño y primavera), con clima templado, cielos despejados y menos turistas, aunque en Australia casi nunca os encontraréis con aglomeraciones, a excepción de Noche Vieja en Sydney.
Aquí, ya que hemos vuelto a recordar el tamaño de la isla, queremos daros un consejo extra: no penséis que se puede visitar todo. Mucha gente tiene la idea de que al tratarse de un billete de avión tan caro, hay que aprovechar ese dinero y ver lo más posible. Lo más posible no existe a no ser que pases un año recorriendo el país o que vayas sin fecha de vuelta. Si tu viaje son unas vacaciones escoge una zona y no seas muy ambicioso, en un mapa todo parece más cerca de lo que luego verás que es en autobús, tenlo en cuenta al planificar tu itinerario –nuestro itinerario de tres semanas por libre–. Y si quieres combinar el viaje con una visita a otros países –como Bali, la Polinesia o Nueva Zelanda–, piénsalo antes y marca bien tus prioridades.
Comunicaciones, Internet
Si has viajado por Asia o Sudamérica y piensas que, como allí, encontrarás wifi gratis en todos los hoteles, hostales, albergues… ya te decimos que no es así. En Australia el concepto de Internet gratis no existe, en ningún sitio. Todos los albergues te venderán tarjetas de conexión –con usuario y clave– de media hora, una hora o más tiempo. Lo bueno es que podrás usar las tarjetas en casi cualquier sitio –en nuestro caso era la misma compañía la que ofrecía el servicio en todos los alojamientos en los que estuvimos–. Una opción bastante buena es comprar una SIM telefónica con plan de datos, podrás usarla en todo el país y suele dar buena calidad de servicio. Nosotros compramos TELSTRA y nos fue bien.
No dejes de leer nuestras respuestas a las preguntas que todo viajero se plantea alguna vez en su vida y ¡buen viaje!
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