Entre nuestros lugares que ver en Oporto en 3 días hay unas cuantas iglesias. Y es que los azulejos de sus fachadas y claustros, las tallas barrocas de madera cubiertas de oro y las vistas desde sus torres y terrazas son motivos suficientes para que las iglesias de Oporto no se escapen en tu paso por la ciudad. Las más famosas, e imprescindibles desde nuestro punto de vista, son la catedral –la Sé– y la iglesia de San Francisco, pero, ¿acaso crees que son las únicas?

Un dato para que no te quedes con la boca abierta cuando lo descubras allí mismo: muchos de los azulejos de las iglesias de Oporto son del siglo XX. Sí, los antiguos muros con cientos de años de antigüedad estaban “desnudos” hasta hace relativamente poco.
Ya con las cosas –y los azulejos– claras, aquí tienes nuestras iglesias de Oporto favoritas. ¡Vamos a recorrerlas!
La catedral de Oporto, la Sé, con su claustro
La primera iglesia de Oporto que tenemos que mencionar es, obviamente, la Sé, la catedral. Se alza, como una fortaleza, en lo alto de la ciudad. No vamos a entrar muy en detalle, que para eso hemos escrito un artículo solo sobre la visita a la catedral de Oporto. Pero te diremos que su claustro gótico del siglo XIV, al que más tarde se añadieron esos típicos azulejos portugueses –que, en este caso, representan pasajes del Cantar de los Cantares– merece por sí solo la visita.

Y luego están el claustro viejo, la sacristía, el museo del tesoro con sus joyas y, por supuesto, la iglesia en sí, con su arquitectura románica, su rosetón gótico y su decoración barroca, como la del altar de plata de la capilla del Santo Sacramento.

La iglesia de San Francisco: el barroco más barroco
Si solo pudieras visitar dos iglesias en Oporto, tendrían que ser la catedral y la iglesia de San Francisco –igreja de São Francisco–. De hecho, diríamos casi que, si solo pudiera ser una, tendría que ser San Francisco en lugar de la catedral. Hablamos de la que seguramente sea una de las iglesias barrocas más impresionantes de todo Portugal, que no es poco decir. Eso sí, desde fuera no lo parece… Y es que ese exterior gótico no te prepara para el deslumbre de la ¡casi media tonelada de pan de oro! que cubre su interior. Echa un vistazo a nuestro artículo La iglesia de San Francisco de Oporto: el triunfo del oro, para saber más detalles.

No sabrás hacia dónde mirar: elementos arquitectónicos, santos, querubines… todos tan brillantes y relucientes gracias a ese derroche de oro. Aunque hay algunas obras que consiguen destacar, como el gran retablo policromado del Árbol de Jesé, que ilustra la genealogía de Jesús. Y luego están el museo, con su gran colección de arte sacro, y las catacumbas que no son tan escalofriantes como leímos –de hecho, no lo son para nada, a excepción del osario que se entrevé, nada que ver con las de los capuchinos de Roma o Palermo–, pero también merecen una visita.

¿Sabías que…?
El contiguo Palacio de la Bolsa de Oporto, otra visita obligada en la ciudad, está construido sobre las ruinas del antiguo monasterio de San Francisco.
La iglesia de los Clérigos y las vistas desde lo alto de su torre
Nos vamos a otra iglesia barroca de Oporto: la iglesia de los Clérigos –igreja dos Clérigos–. Barroca, esta vez sí, también por fuera, con su fachada tan escenográfica. De un barroco muy italiano, de ahí era su arquitecto, Nicolau Nasoni, sepultado aquí. Desde lo alto de su torre de 76 metros tendrás una de las vistas más bonitas de Oporto. Eso sí, antes te esperan los 225 escalones de su escalera de caracol. Y, de camino, un museo muy interesante y unas preciosas vistas de la iglesia, con su curiosa forma ovalada, desde arriba.

¿Sabías que…?
En plena Primera Guerra Mundial, en julio de 1917, dos acróbatas españoles, José Puertollano y su hijo Miguel, escalaron la torre con sus manos y sin cuerda de seguridad ante un público de unas 150.000 personas. Era una acción promocional para las galletas Petit Beurre de la marca Invicta de Oporto. Cuando los dos acróbatas llegaron a la cima, tomaron té y comieron galletas mientras lanzaban al público unos folletos promocionales. La gesta fue grabada en un vídeo que todavía se puede ver aquí.
Si quieres entrar solo a la iglesia, el acceso es libre. Y así podrás ver de cerca los azulejos que cubren la parte inferior de las paredes, con pasajes de los evangelios, y sus retablos.

La iglesia de Santa Clara: más barroco en Oporto
En la iglesia de Santa Clara –igreja de Santa Clara–, una vez más, un exterior austero esconde un interior con una gran profusión de oro y decoración típica del barroco joanino, el estilo de la época de João V de Portugal –siglo XVIII–.

La iglesia, que en su día formaba parte de un convento franciscano fundado a principios del siglo XV sobre otro del siglo XIII, tiene un portal barroco con elementos renacentistas, como columnas salomónicas y capiteles corintios, y un claustro manierista. Eso sí, lo dicho, lo que más llama la atención es ese interior cubierto con tallas de madera doradas. O eso leímos, porque cuando fuimos nosotros estaba en obras…
La iglesia del Carmen y la de los Carmelitas: azulejos e iglesias gemelas
Si buscas una iglesia con exterior cubierto de azulejos al más puro estilo portugués, la tuya es la iglesia del Carmen –igreja do Carmo–. Esos azulejos –de principios del siglo XX– están dedicados a la Virgen que le da nombre, Nossa Senhora do Carmo, y son de los más bonitos de la ciudad. El resto de la iglesia es de estilo rococó, pero no podemos contar mucho del interior, admitimos que no entramos. Eso sí, leímos que se pueden visitar sus catacumbas y la sacristía, además de la iglesia en sí.

La iglesia del Carmen está separada por un edificio de solo un metro de ancho de otra iglesia, también rococó pero un poco anterior: la iglesia de los Carmelitas. Sí, parece un solo edificio pero son tres, construidos en épocas diferentes. Ese edificio que las separa se conoce como Casa Escondida. Y a las dos iglesias se las conoce como iglesias gemelas, aunque no sean para nada iguales…

¿Sabías que…?
La Casa Escondida se considera el edificio más estrecho de Oporto y uno de los más estrechos de Portugal. Por lo visto, una ley católica prohibía levantar dos iglesias pared con pared. Así que, cuando se construyó la iglesia del Carmen, se levantó este curioso edificio. Si sientes curiosidad, se visita junto a la iglesia del Carmen.
Para azulejos… la capilla de las Almas
Hay muchas iglesias en Oporto cuya fachada, paredes exteriores, interiores o de sus claustros están decoradas con azulejos. Al fin y al cabo, estamos en Portugal… La iglesia de Massarelos, la de San Pedro de Miragaia y la de la Misericordia son algunas de ellas. Pero nuestra favorita es la capilla de las Almas –capela das Almas–. Esta capilla tiene la fachada y toda la pared lateral cubiertas de azulejos que relatan las vidas de San Francisco de Asís y Santa Catalina, los santos venerados en la capilla.

Es del siglo XVIII, pero no tuvo azulejos hasta 1929. Para ser exactos, hablamos de 15.947 azulejos sobre una superficie de unos 360 metros cuadrados de pared. Nada mal, ¿no?

La iglesia de San Ildefonso: la reina de Instagram
Añadimos a esta lista de iglesias de Oporto la iglesia de San Ildefonso –igreja de Santo Ildefonso– por el poder de Instagram. Sí, su exterior es uno de los rincones más “instagrameados” de la ciudad. Los azulejos que cuentan la historia del santo que le da su nombre en la fachada –sí, de nuevo azulejos– y su lateral rojo le dan un toque de color único. Si no te quedas en el exterior, dentro de la iglesia te espera su retablo barroco/rococó.

Mapa de las iglesias de Oporto
Aquí tienes un mapa de las iglesias de Oporto de las que te hemos hablado, para ubicarte un poco.
Nosotros te hemos dicho cuáles son las dos imprescindibles. Si tienes un poco de tiempo más, solo te queda elegir…
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