Solo por la cantidad de obras de Rubens que atesora, la ciudad más poblada de Bélgica bien merece una visita. Pero es que ese es solo uno de los motivos. ¿Sabías que, en el siglo XVI, los impuestos que recaudaba la corona española en su puerto igualaban a los ingresos por las minas de plata de Potosí? Los comerciantes, además de pagar impuestos, también se construyeron palacios y encargaron obras de arte para decorarlos. Por supuesto, también hay una plaza de mercado, un stadhuis, una catedral… Vamos, que no faltan lugares que ver en Amberes.
Pero no te vayas a creer que Amberes se quedó en el pasado. Ese puerto es ahora el segundo de Europa por carga transportada y te vas a encontrar con una buena cantidad de edificios contemporáneos, uno de los más bonitos en el mismo puerto. Por no hablar de los museos de la ciudad, desde los más clásicos hasta los más modernos y curiosos.
Dale una oportunidad a Amberes, que no todo en Flandes van a ser pequeñas ciudades románticas llenas de canales.
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Echa un vistazo a nuestros consejos para viajar a Bélgica antes de lanzarte a tu aventura amberina. Y si estás pensando en hacer un viaje más largo, aquí tienes nuestras rutas por Bélgica.
La plaza del mercado: lo primero que ver en Amberes
No hay ciudad flamenca que se precie que no tenga una plaza del mercado de lo más espectacular y su mayor urbe no iba a ser la excepción. Así que lo primero que tienes que ver en Amberes es su Grote Markt. Eso sí, a diferencia del resto de plazas flamencas, el edificio del ayuntamiento, stadhuis, de Amberes no es de estilo gótico flamígero. El proyecto inicial preveía que lo fuera, pero el retraso en las obras provocó que se actualizara el diseño siguiendo el estilo de la época: el renacentista. Te tendrás que conformar con verlo desde fuera a no ser que reserves una visita con antelación.
Frente al ayuntamiento verás la estatua de Silvio Brabo. Y, ¿quién era Silvio Brabo? Un centurión romano, Roma también llegó a estas latitudes. La leyenda cuenta que un gigante cobraba peaje a todos los barcos que surcaban el río Escalda. Silvio Brabo se “hartó” de esta situación y luchó contra el gigante. Obviamente, Silvio ganó y, tras cortarle la mano, la lanzó al río. Ese gesto es el que reproduce la estatua.
¿Sabías que…?
La leyenda, aunque leyenda, también explicaría el origen del nombre de la ciudad. Amberes en flamenco es Antwerpen y, en ese mismo idioma, ant significa mano y werpen lanzar.
La catedral de Nuestra Señora, Rubens en estado puro
La catedral de Amberes –oficialmente Onze Lieve Vrouwekathedraal, catedral de Nuestra Señora– no pasa desapercibida. Con su tamaño, 123 metros de largo y nada menos que 7 naves, es la iglesia más grande del Benelux –Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo–. Pero, más allá de su tamaño, el motivo principal para entrar es que en su interior encontrarás cuatro lienzos de Rubens: la Asunción de la Virgen, la Elevación de la cruz, el Descendimiento de la cruz –considerada como una de las Siete Maravillas de Bélgica– y la Resurrección de Cristo. Si te estás preguntando si la iglesia se ha convertido en un museo, la respuesta es no. Los cuadros están en el lugar original para el que fueron creados.
Los gremios más importantes de la ciudad contaban con sus propios altares dentro de la catedral y utilizaban trípticos para decorarlos. Durante un periodo, tras la Revolución Francesa, las obras fueron trasladadas al Museo de Bellas Artes, pero volvieron a su ubicación original.
Más allá de los cuadros, no salgas de la catedral sin acercarte al púlpito y buscar los instrumentos propios de los distintos gremios en su techo. Desde una pala de panadero hasta flechas de los ballesteros.
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A poca distancia de la catedral se encuentra un estrecho callejón, Vlaeykensgang. El callejón conserva el trazado y las casas de la época medieval. Lo que no ha conservado es el ambiente –los malos olores, la suciedad, el peligro…– y se ha convertido en un lugar turístico con bares, restaurantes y paredes perfectamente pintadas.
La casa museo de Rubens, Rubenshuis
Ya lo hemos mencionado de pasada, pero no se puede viajar a Amberes sin encontrarse con su hijo más célebre: Rubens. Bueno, no exactamente hijo, porque el pintor nació en Siegen, Sacro Imperio Romano Germánico, pero su madre era amberina y pasó gran parte de su vida en la ciudad.
Su fama en vida permitió que la casa en la que vivió, y cuya reforma y decoración dirigió, se haya conservado hasta nuestros días. Hablamos de la Rubenshuis, literalmente “casa de Rubens”, otra de los lugares imprescindibles que visitar en Amberes. Desde su compra en 1611 hasta su muerte en 1640 fue la residencia del pintor.
Además de las salas, el patio, el estudio… que ya hacen que la casa merezca una visita por su antigüedad, en la Rubenshuis te encontrarás con otras diez obras del maestro. Entre ellas: Autorretrato, Adán y Eva, La anunciación y Enrique IV en la batalla de Ivry. Te contamos más sobre la biografía del artista y las huellas que dejó en la ciudad en nuestro artículo Rubens en Amberes.
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La entrada a la Rubenshuis está incluida en la Antwerp Card, así como la de la catedral y de otros museos, además del transporte público en la ciudad. Echa cuentas y mira aquí los precios y todas las características para ver si te compensa.
La estación de tren de Amberes
De la Edad Media y el siglo XVII, saltamos a finales del XIX y principios del XX hasta, casi con total seguridad, la que será tu primera visita en Amberes. La primera, porque lo más probable es que llegues a la ciudad a través de las puertas de la estación de tren de Amberes. Una enorme estructura de hierro y piedra en la que uno espera ver llegar trenes de vapor en cualquier momento. Tenemos que confesar que no pudimos evitar recordar a Harry Potter y su Expreso de Hogwarts.
La amplitud de espacios, la gran sala central, las escaleras monumentales… la hacen casi rivalizar con la catedral. Tan espectacular que llegarás a olvidar que tienes el equipaje al lado y comenzarás a hacer turismo por Amberes antes de ir al hotel.
En tu camino al centro de Amberes, pasea por la calle Meir. Es la calle comercial más importante de la ciudad. Su nombre se debe al palacio Meir, Paleis op de Meir, un antiguo palacio real que también fue palacio imperial de Napoleón Bonaparte, ahora transformado en centro cultural y restaurante.
El edificio de la autoridad portuaria de Zaha Hadid
Seguimos avanzando en el tiempo y llegamos a uno de nuestros edificios de arquitectura contemporánea favoritos: el edificio de la autoridad portuaria de Amberes, obra de Zaha Hadid. El puerto debería formar parte de tu recorrido por Amberes –ya hemos mencionado que es el segundo de Europa y parte de su historia– y, en cuanto te acerques a él, la construcción de Zaha Hadid llamará tu atención.
Lo que la hace irresistible es la mezcla de un edificio de principios del siglo XIX –una réplica de un edificio de la Hansa que se quemó en el siglo XVII– con un volumen de acero y cristal que flota sobre él. Es posible visitar su interior, y conocer más sobre el puerto y su historia, con una visita guiada. Si quieres saber más de este edificio, echa un vistazo a nuestro artículo Zaha Hadid en el puerto de Amberes.
Los diamantes de Amberes
Estarás pensando que ya es hora de que hablemos de los diamantes de Amberes. Y es que más del 80% de los diamantes en bruto de todo el mundo pasan por la ciudad flamenca. Son tres las calles que delimitan el “barrio de los diamantes de Amberes”: Hoveniersstraat, Schupstraat y Rijfstraat. La verdad es que no podrás hacer mucho turismo, más allá de ver los edificios en los que se encuentran cuatro de las treinta bolsas de diamantes que hay en todo el mundo y una buena cantidad de joyerías.
En alguna de esas tiendas, como Diamondland, podrás hacer una visita guiada y, si tienes suerte, conocer a alguno de sus talladores –nosotros nos encontramos allí con Frank Fabeck–. En otras podrás, simplemente, alucinar con las joyas que se exponen en sus vitrinas. Pero, si quieres saber más, tu destino es el DIVA, el museo de los diamantes… y nuestro artículo sobre el barrio de los diamantes de Amberes.
Museos de Amberes
Nosotros somos unos apasionados de los museos y, a pesar de que ya hemos recomendado la visita a un par de ellos –Rubenshuis y DIVA–, la cantidad de museos de Amberes te “obligará” a visitar alguno más. Para nosotros es muy difícil elegir cuáles destacar, puesto que todos nos han encantado…
Después de viajar a Amberes varias veces, hemos visitado: el Museo Plantin-Moretus –el único del mundo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y al que hemos dedicado un artículo–; el museo Red Star Line de la inmigración –el punto de salida de muchos de los que llegaban a Ellis Island en Nueva York y al que también hemos dedicado un artículo–; la casa taller de Panamarenko –en la que se conservan hasta las colillas del artista, también con un artículo para ella–; el museo MAS –el otro edificio contemporáneo que verás en el puerto de Amberes–; Vlesshuis –la casa gremial de los carniceros, hoy museo de la música–, y la Rockoxhuis –con cuadros de los primitivos flamencos–.
La elección va en gustos, aunque creemos que los imprescindibles son el Museo Plantin-Moretus y la Rockoxhuis, más allá de la Casa-museo de Rubens. Si no tienes mucho tiempo en la ciudad, te aconsejamos escoger entre la Rubenshuis y el Plantin-Moretus .
Más iglesias
Más allá de la catedral de Nuestra Señora, hay dos iglesias más que deberías visitar en Amberes: la de San Carlos Borromeo –Sint-Carolus Borromeuskerk– y la de San Pablo –Sint-Pauluskerk–.
Sint-Carolus Borromeuskerk es la primera iglesia barroca de Flandes y está considerada la iglesia de Rubens por excelencia. El maestro flamenco decoró los techos de las naves laterales de los que solo se conservan los bocetos, puesto que las obras se destruyeron en un incendio a principios del siglo XVIII. También diseñó el altar mayor, la capilla dedicada a la Virgen y pintó varios lienzos de los que solo se conserva en el interior de la iglesia El regreso de la Sagrada Familia desde Egipto. Incluso hay quien opina que llegó a diseñar la fachada del propio templo.
San Carlos Borromeo es la iglesia por excelencia de Rubens, pero también dejó su huella en la Sint-Pauluskerk. Ni que decir tiene que disfrutarás de sus obras, pero te recomendamos la visita por la colección de muebles barrocos. Al salir o al entrar, echa un vistazo a la capilla-gruta-tumba del jardín.
Echa un vistazo a nuestro artículo Iglesias de Amberes imprescindibles si quieres disfrutar de Rubens, del gótico, del barroco y del arte en general.
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La iglesia de San Andrés, en el barrio de la moda, tiene una Virgen de lo más especial. En realidad, la imagen no destaca por sí misma, sino porque va vestida a la moda: con un traje de la diseñadora Ann Demeulemeester. La iglesia mezcla esta modernidad con un impresionante púlpito, el monumento funerario de María Estuardo y una estatua de mármol de San Pedro.
Otros sitios que ver en Amberes si tienes más tiempo
Si tienes un poco de más tiempo en tu viaje a Amberes, tenemos un par de sitios más para que añadas a tu ruta.
El primero es el túnel de Santa Ana que une las dos orillas del río Escalda. Te preguntarás, ¿qué hay que ver al otro lado? Seguro que muchas cosas, pero nosotros te llevamos simplemente al túnel con sus escaleras mecánicas de peldaños de madera y sus paredes de azulejos.
El segundo es el barrio chino, sobre todo si visitas la ciudad un domingo por la mañana. Es entonces cuando se organiza un mercadillo de cómics –y los cómics en Bélgica son asunto de estado–. Aunque pasar junto al arco chino tiene su gracia cualquier día de la semana.
Mapa con todos los lugares que visitar en Amberes
Para que te orientes y organices tu recorrido, hemos puesto los lugares que visitar en Amberes en un mapa.
La ciudad de Rubens, de los diamantes, de la moda y del segundo puerto más grande de Europa bien merece una visita, ¿no?
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