Una pequeña isla de 850 m de largo y 350 m de ancho. Una isla transformada en península gracias a un puente. Dicho así, no parece gran cosa. Pero hablamos de una ciudad con más de tres mil años de historia por la que han pasado prácticamente todas las civilizaciones que alguna vez pisaron la actual Bulgaria. Te aseguramos que hay mucho que ver en Nessebar y que el apelativo de “perla del Mar Negro” no le queda grande. Eso sí, nosotros visitamos la antigua ciudad de Nesebar –depende de la grafía la encontrarás con una o dos eses, del original búlgaro Несебър, Nesebǎr– en pleno diciembre. No encontramos las hordas de turistas que, según hemos leído, ocupan su casco histórico ni las tiendas de recuerdos que tratan de timarlos en temporada alta. Toda la ciudad era solo nuestra.
Nada menos que 80 iglesias llegaron a construirse en sus 24 hectáreas de superficie, junto con casonas señoriales de comerciantes… incluso una muralla que la rodea. Poco queda intacto a día de hoy, pero lo que encontrarás compensará con creces alejarse de la playa por un día.
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Los frescos de la iglesia de Sveti Stefan: maravilla de Nessebar y de Bulgaria
Cierto es que toda la ciudad antigua de Nessebar está incluida en el Listado de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO –es la única ciudad de Bulgaria con esa distinción–. Pero la iglesia de Sveti Stefan, San Esteban, es la joya de la corona. El edificio original se levantó entre los siglos X y XI con el estilo tradicional de Nessebar: franjas de piedra blanca y ladrillo rojo. No dejes de dar una vuelta por la parte exterior del ábside, el interior es imprescindible, pero el exterior también merece que le dediques un rato.
Y, ¿qué hay en el interior para considerarlo imprescindible? Los frescos que cubren casi por completo sus columnas y paredes. Se considera el mejor ciclo de pintura búlgara de la época, se pintaron entre el XVI y el XVIII. Nosotros tuvimos que remover cielo y tierra para poder disfrutar de ellos. La falta de turistas nos dejó la ciudad para nosotros solos, pero con la mayoría de las atracciones cerradas. Conseguimos que nos la abrieran en el museo arqueológico, por si tú también vas en temporada baja.
En el museo sabían del realismo de las imágenes –que representan la historia de María y el milagro de Jesús– y, aunque con esfuerzo, no pusieron muchas pegas para que nos dejaran también a nosotros con la boca abierta.
El museo arqueológico y su colección de iconos
Hemos dicho que la ciudad de Nesebar tiene más de tres mil años. Fundada por los tracios con el nombre de Menebria, se convirtió en la colonia griega de Mesambria a finales del siglo VI a. C.. Por supuesto, estuvo bajo el control del Imperio Romano, formando parte del Imperio Bizantino tras su caída. El imperio búlgaro y el bizantino se la disputaron durante casi mil años, hasta que cayó en poder de los otomanos en 1453. Lo dicho: todos los pueblos que pasaron por la actual Bulgaria ocuparon esta pequeña península.
Y, obviamente, dejaron sus huellas tanto en forma de edificios –la mayoría de ellos desaparecidos– como de pequeños restos que, hoy en día, forman la colección del museo arqueológico de la ciudad. Tenemos que confesar que los museos arqueológicos de todo el país nos entusiasmaron, no sabíamos todas las maravillas que atesoraban y no dejamos de visitar ninguno siempre que tuvimos ocasión.
Por cierto, con 80 iglesias construidas en la ciudad, el número de iconos religiosos no podía ser más que enorme. Muchos de ellos se exponen en el museo, ya hemos dicho que la mayoría de las iglesias han desaparecido.
Las otras iglesias del casco histórico
Si solo pudieras visitar una iglesia en la ciudad debería ser Sveti Stefan, pero ¿no han quedado más en el casco histórico de Nessebar? Sí, desde restos a cielo abierto hasta edificios restaurados.
Empezando por la iglesia de Sveta Sofia, bueno, por sus ruinas del siglo V en mitad de una plaza, y acabando por las del Cristo Pantocrator, San Salvador, San Juan Bautista, San Teodoro –Todor– o Santa Paraskeva. Entre medias, te irás encontrando con más. La cantidad de templos en tan poco espacio todavía hoy en día hace de Nesebar una de las ciudades con mayor concentración de iglesias del mundo.
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La mayoría de iglesias restauradas en la ciudad –San Esteban y las cinco que acabamos de mencionar– cobran entrada. Si tienes tiempo y quieres visitar más de una, tienes otro motivo para acercarte al museo: allí se vende la entrada conjunta. Hay varias opciones según el número de iglesias y museos –el arqueológico y el etnográfico– que incluyan. Mira aquí y echa cuentas.
Nosotros nos tuvimos que conformar con ver la mayoría desde fuera. Conseguimos que nos abrieran San Esteban, pero en el museo no estaban muy por la labor de ir abriéndonos el resto para que pudiéramos visitarlas… Aún así, los exteriores también justifican recorrer la ciudad mapa en mano buscándolos.
Un paseo al amanecer por el casco histórico patrimonio de la UNESCO
Es cierto que, como hemos dicho, a mediados de diciembre no había muchos turistas que “estropearan” el ambiente de recogimiento de la ciudad. Aún así, ya que pasamos la noche en Nessebar, pusimos el despertador para ver el amanecer sobre el Mar Negro y, después, no dejamos pasar la ocasión de pasear por la calles del centro mientras los primeros rayos de sol daban color a las piedras de las iglesias.
Por cierto, que no solo de iglesias vive Nesebar. No queda prácticamente nada, pero encontramos los restos de un antiguo teatro romano y, relacionado con el agua, una cisterna y una fuente. También te recomendamos dar una vuelta por la antigua muralla y acercarte al puerto. Si pasas por el puerto a primera hora de la mañana, verás a los pescadores descargando sus capturas –la pesca es la otra fuente de ingresos de Nessebar–.
Sin olvidar las grandes casonas señoriales de los mercaderes y las estrechas callejuelas empedradas. Vas a tener que ir con los ojos bien abiertos mientras la recorres.
Mapa con todo lo que tienes que visitar en Nessebar
El tamaño de la ciudad te lo pondrá fácil, pero para que no te pierdas ninguno de los puntos que ver en Nessebar hemos preparado un mapa con todos ellos.
Hoteles en Nessebar: dónde dormir
La principal fuente de ingresos de la ciudad vieja de Nessebar es el turismo, así que ya te puedes hacer una idea de que no vas a tener problemas para encontrar un alojamiento a tu gusto. Eso sí, en diciembre la oferta se reduce drásticamente porque muchos de ellos cierran en temporada baja. Nosotros nos decantamos por el Boutique Hotel St Stefan, situado justo frente a la iglesia de San Esteban –¿para qué alejarse más del principal motivo que nos había llevado a la ciudad?–. Un pequeño hotel familiar muy agradable con un personal muy simpático, pocos habrían puesto esa sonrisa al abrir la puerta para que dos estúpidos turistas pudieran salir a ver el amanecer en pleno diciembre… Aquí puedes ver precios y disponibilidad.
Los hoteles nos “respetaron”, pero los restaurantes no tuvieron compasión: todos estaban cerrados. Poco podemos recomendar, aunque fiándonos como siempre de la guía del Touring Club italiano, nos quedamos con las ganas de probar Kapitanska Srešta, en el puerto, con vista panorámica y comida tradicional.
La ciudad nueva de Sunny Beach y cómo llegar a Nessebar
Llegar a Nessebar es muy sencillo. No por la propia ciudad vieja de Nessebar, a pesar de los turistas, sino por el complejo de Sunny Beach. Sí, así como suena: Sunny Beach. No hace falta que expliquemos mucho más. Se trata del complejo turístico más grande del Mar Negro. Una ciudad de playa para búlgaros y vecinos cercanos llena de hoteles, apartamentos, parques acuáticos, restaurantes y playas. Esa popularidad la hace estar muy bien comunicada con el resto del país, incluso en pleno diciembre. Desde Sunny Beach hay un servicio de autobús que cruza el puente hasta la entrada de la ciudad vieja de Nesebar. Nosotros llegamos hasta Sunny Beach en autobús desde Varna.
Desde Burgas, el aeropuerto y la estación de tren más cercanos a Nesebar, hay un autobús directo a la ciudad antigua. Así fue como seguimos nosotros viaje después de visitar la ciudad. Eso sí, no hay vuelos directos a Burgas desde España, siempre hay que pasar por Sofía, la capital.
La perla del Mar Negro ha recuperado parte de su esplendor y bien merece que la visites.