Si lees nuestro artículo sobre lugares que ver en Bulgaria, te darás cuenta de que Burgas casi no aparece y que en nuestras rutas por Bulgaría tampoco tiene mucho protagonismo. Y es que Burgas no es un destino muy turístico, sino más bien una ciudad de llegada –por su aeropuerto internacional– y de paso hacia otros sitios de la costa del Mar Negro. Vamos, que no tiene muchos lugares de interés para turistas con el tiempo justo. Pero –tenía que haber un pero, si no no habríamos escrito este artículo– si tienes un día o incluso medio día extra, descubrirás una ciudad bien cuidada y muy agradable para pasear. Su casco histórico peatonal, sus esculturas, su Parque Marítimo, su gran playa, sus restaurantes y sus hoteles a buenos precios. Y además, cómo no, tiene un museo arqueológico interesante: su pasado tracio-macedonio, griego y romano está allí para que lo descubras.
Vamos, no nos atreveríamos a incluirla entre las paradas obligadas de un viaje a Bulgaria, pero para nosotros sí fue una parada muy relajante y agradable. Si tú también tienes pensado hacerla, aquí están los seis lugares que tienes que ver en Burgas. Todos a un paseo de distancia.
¿Te vienes a dar una vuelta por Burgas?
El museo arqueológico: lo primero que ver en Burgas
No es tan grande ni tiene una colección tan importante como los museos arqueológicos de Sofía y Varna, pero el Museo Arqueológico de Burgas –una de las cuatro sedes del Museo Histórico Regional de Burgas– también merece una visita. Objetos prehistórico, estatuas griegas, terracotas helenísticas, joyas tracias… La pieza más famosa es una estatua griega acéfala del siglo V a.C. Si hay un museo que tienes que visitar en Burgas, sin duda, es el arqueológico. En su página oficial tienes la información práctica con precios y horarios.
La Plaza Troykata y la calle Alexandrovska
El otro sitio que tienes que ver en Burgas sí o sí es la Plaza Troykata, el corazón de la ciudad. Aquí se celebran conciertos, eventos culturales y deportivos y se alza el imponente Alyosha, el monumento al soldado soviético. Obviamente es de época soviética –1953– y sus 18 metros de altura estaban ahí para recordar la grandiosidad de la URSS.
La Plaza Troykata se abre en medio de la calle Alexandrovska, conocida como “Largo”. Es la calle principal del casco histórico de Burgas y está llena de tiendas, bares, restaurantes y músicos y artistas callejeros. Aquí están algunos de los símbolos de la ciudad, como el gran reloj en el cruce con la calle Bogoridi, lugar de encuentro clásico de los locales; el kilómetro 0 de Burgas, indicado por una brújula de bronce en el suelo, o, desviándose un poco, el Arco de San Nicolás, con sus bajorrelieves dedicados al patrono de la ciudad. Se dice que si pasas por debajo del arco, serás curado de tus enfermedades y recargado con nuevas energías y fuerza, “regalo” del santo. Así que, ya sabes, no pierdes nada…
La Catedral de los Santos Cirilo y Metodio
Hablando de santos, pasamos de San Nicolás a Cirilo y Metodio. Los santos hermanos creadores del alfabeto cirílico –sí, cirílico, de Cirilio– y misioneros del cristianismo en los pueblos eslavos. A ellos está dedicada la catedral de Burgas, construida entre finales del siglo XIX y principios del XX por un arquitecto italiano. No dejes de entrar y de fijarte en las vidrieras, con escenas de la vida de los santos hermanos.
¿Sabías que…?
Los artistas búlgaros Gyudzhenkov y Kozhuharov, creadores de las vidrieras de la catedral de Burgas, también lo fueron de las de la Catedral de Alejandro Nevski de Sofía.
El Parque Marítimo
Entre todos los lugares que visitar en Burgas, nuestro favorito es el Parque Marítimo, la franja verde de unos 5 kilómetros de largo que bordea la playa urbana de Burgas y la separa de la ciudad. Plantas exóticas, parterres de flores, esculturas, fuentes, parques infantiles, cafés y, por supuesto, vistas al mar. Un paseo en el que nos acompañaron la brisa marina –que falta nos hacía después del frío de diciembre en el interior del país– y el canto de las gaviotas. Llegamos hasta el lago Atanasovsko, uno de los tres lagos que rodean la ciudad. Sí, ¡en Burgas hay mar y tres lagos!
Si empiezas la caminata por la calle Bogoridi, pasarás por el Gramófono antes de entrar. Es una escultura de dos metros de altura por la que se dice que puedes escuchar el nombre de la persona que te ama… No sabemos si funciona, pero es curioso. Desde allí se llega a la balaustrada con vistas al mar, al muelle y al puerto. Puedes subir dejando a la derecha el mar. Te encontrarás con el Sea Casino –convertido en centro cultural–; con el Teatro de Verano, al aire libre; con el Panteón de los caídos de la resistencia contra la ocupación nazi, o con las cúpulas del Flora, donde tiene lugar un evento anual internacional dedicado a las flores. Más al norte, ya cerca del lago, está la zona en la que todos los veranos, en julio, se celebra el Sand Fest Burgas, un gran festival de esculturas de arena que se quedan hasta final de verano.
El puerto de Burgas y la playa urbana
Otro de los símbolos de Burgas es el muelle, con sus casi 300 metros que se adentran en el Mar Negro. Es el destino final de casi cualquier paseo por la playa o por el Parque Marítimo. Acaba con una plataforma de observación con vistas a la pequeña isla de Santa Anastasia a la que se puede llegar, en verano. El puerto, con el busto de Boyan el Mago –el hijo de Simeón el Grande que, según se dice, podía transformarse en lobo u otros animales– en la entrada, es uno de los más grandes de Bulgaria. No se puede llegar hasta el faro, pero puedes verlo desde la playa o el muelle.
¿Sabías que…?
El muelle está conectado con dos de las fiestas búlgaras más sagradas: el día de San Nicolás –6 de diciembre– y el día de San Jordán –la Epifanía, 6 de enero–. Cada año, el día de San Nicolás los marineros lanzan coronas de flores al mar para recordar a sus compañeros fallecidos. El día de la Epifanía, por otro lado, es el obispo quien arroja una cruz al mar. Los fieles se sumergen –con temperaturas bajo cero– compitiendo para ver quién la encuentra primero. El ganador tendrá salud y prosperidad durante todo el año… pero antes una neumonía, claro.
Hablando de playas, la urbana “Playa Central”, con sus 30 metros de ancho y casi 2 kilómetros de largo, es la más frecuentada de Burgas. Aquí es donde tiene lugar el festival musical más grande de Bulgaria, Spirit of Burgas, en agosto. Pero no es la única: hay otras cinco playas que rodean la ciudad, tienes información sobre todas en su página de turismo.
La estación de trenes y otros edificios históricos
Llegues o no llegues en tren, otro sitio que tienes que visitar en Burgas es su estación de trenes, una de las primeras de Bulgaria, abierta en 1903. Ha conservado su edificio amarillo de la época, en estilo neobarroco. Muy cerca está el edificio de la Aduana Regional, de 1911, en estilo ecléctico. Otros edificios interesantes son el que acoge el Museo Etnográfico –otra de las sedes del Museo Histórico Regional de Burgas–, el de la Administración Regional o el del Business Incubator. Vete fijando, encontrarás alguna joyita entre los nuevos edificios de Burgas.
Mapa con los lugares que visitar en Burgas
Aquí tienes el mapa con todos los lugares que ver en Burgas para organizar tu paseo por la ciudad, su parque y su playa.
Cómo llegar y qué ver en los alrededores de Burgas
Como decíamos al principio, Burgas, más que un destino, es una ciudad de paso. Tiene un aeropuerto internacional –el Aeropuerto de Burgas, código IATA BOJ– que, eso sí, no tiene vuelos directos con España. Nosotros llegamos en tren, hay línea directa desde Sofía. Bueno, son 6 horas y media de viaje… lo mejor es hacer paradas. ¡Tienes todo el país en medio!
Desde Burgas hay autobuses a los dos pueblos más bonitos de la costa del Mar Negro en Bulgaria: Nesebar y Sozopol. Dedícales por lo menos medio día a cada uno.
Dónde dormir en Burgas: el Hotel Gran Vía
Nosotros vivimos en Madrid al lado de la parada de metro de Gran Vía, así que fue una sorpresa encontrarnos con un Hotel Gran Vía en Burgas, en plena Bulgaria. Y sí, es por la Gran Vía madrileña: de hecho, hay fotos de ella en las habitaciones. El hotel tiene muy buena posición, al lado del Parque Marítimo y cerca de la playa y del casco histórico, habitaciones cómodas y modernas y un buen desayuno. ¿Qué más se puede pedir?
Burgas puede ser tu base para conocer la costa búlgara del Mar Negro. Y, si le das una oportunidad, seguro que te engancha.
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