Dormir en Oporto, nuestra experiencia en el Pestana Porto – Goldsmith

Oporto es una ciudad para pasearla y, justo por eso, necesitarás descansar bien. Así que, además de contarte qué ver en Oporto en 3 días, también toca hablar de dónde dormir en la ciudad portuguesa. Nosotros lo hicimos en el Pestana Porto – Goldsmith, un hotel de cuatro estrellas en pleno centro de la ciudad, y no podemos estar más satisfechos y agradecidos de la invitación.

La discreta entrada del Pestana Porto – Goldsmith en la rua do Almada esconde uno de esos hoteles que hacen que los viajes se disfruten más: por la tranquilidad, por la comodidad, por el estilo y por el desayuno –lo sabemos, somos unos glotones–.

Dónde dormir en Oporto

Ya contamos en nuestra ruta por Oporto de 3 días que es importante elegir bien el lugar en el que dormir. Oporto está llena de cuestas y no querrás equivocarte y tener que acabar o empezar cada día con una subida…

Los hoteles en la ribera del Duero, Cais da Ribeira te obligarán a empezar el día con una cuesta arriba: es lo que tiene estar en el punto más bajo de la ciudad. Mientras que los que están en las afueras te forzarán a subir cada noche para llegar hasta ellos.

¿Dónde dormir en Oporto entonces? Pues en la zona central, a la misma “altura” que muchos de los lugares turísticos de la ciudad. Si quieres no solo estar a esa misma “altura”, sino también cerca, busca un alojamiento alrededor de la plaza de la Libertad, de la Torre dos Clérigos –una de nuestras iglesias imprescindibles de Oporto– y de la estación de São Bento. Justo ahí es donde encontramos el Pestana Porto – Goldsmith.

Dormir en un edificio del siglo XIX

Estando en pleno centro de Oporto, sabíamos que sería un edificio con historia. Lo que no sabíamos, y descubrimos cuando llegamos, es que no es “un edificio”. El Pestana Porto – Goldsmith está formado por cinco edificios contiguos del siglo XIX declarados Patrimonio Municipal.

Las vistas desde la habitación

Las habitaciones del hotel se asoman, según hemos leído, a la Torre dos Clérigos y a la Rua do Almada, y, según comprobamos en la nuestra, a la plaza de la Libertad. Ver el amanecer desde la habitación sobre la Praça da Liberdade es un plus. Lo bueno de viajar a Oporto en enero es que amanece a una hora que no requiere madrugón.

Si tu habitación no da a la plaza, tranquilo, no te perderás esas vistas. El desayuno se sirve en la última planta del edificio, donde también hay una terraza sobre la plaza desde la que se ve también la estación de São Bento.

Desayuno

Ya que hemos mencionado el desayuno… se nos ha abierto el apetito. Varias opciones de salado y de dulce entre las que elegir nos esperaban cada mañana en el hotel. Desde los clásicos huevos revueltos hasta los más clásicos aún pasteis de nata. Pasando por fruta, salchichas, yogures, embutidos, zumos naturales, tartas caseras… Y Nesquik, que anda que no resulta difícil tomar un vaso de leche con “chocolate” en los hoteles últimamente sin que sea de máquina.

No es el desayuno, pero también es ¿“comida”? Nos llamó la atención que, por la tarde, sacaban una botella de vino oporto con unas copas y la colocaban en la recepción para que los huéspedes pudieran probar uno de los atractivos de la ciudad.

La decoración

Tratándose de un hotel inspirado en la filigrana, la decoración no podía ser otra cosa que elegante, con tonos pastel y en pocos colores. En las zonas comunes encontramos referencias al trabajo artesano de los orfebres tanto en fotografías como en mesas.

El exterior del edificio está cubierto por delicados azulejos amarillos con motivos florales entre las piedras de granito que forman las ventanas de las habitaciones.

Valoración del Pestana Porto – Goldsmith según nuestros “imprescindibles”

Siguiendo con los 14 puntos que debe cumplir nuestro hotel ideal, aquí está la valoración del Pestana Porto – Goldsmith:

• Limpieza: impoluta, ni una mota de polvo en las mesillas.
• Amabilidad: la máxima, tampoco nos cruzamos con muchos empleados, pero todos siempre con una sonrisa en la boca y dispuestos a ayudar.
• Ropa de cama: todo es nuevo en el hotel y la ropa de cama no iba a ser menos.

• Temperatura: tenemos que decir que no hacía mucho frío en la ciudad para ser principios de enero, pero no dejaba de ser agradable entrar en la caldeada habitación por la noche.
• Enchufes: más que suficientes y con clavija igual que la española.
• Internet: buena velocidad y estable.
• Facilidad de uso: aquí encontramos un “problema” el primer día a la hora de apagar las luces. Hay interruptores con tres posiciones que controlan la luz de la mesilla y la de lectura a cada lado de la cama, nos costó entender cómo apagar todas.

• Luz: no hay manera de que entre luz del exterior por las mañanas y te despierte. Además de las cortinas, hay contraventanas de madera que cierran por completo.
• Cama: perfecta, grande pero no como para perderse y no saber dónde poner la cabeza.
• Cárcel: no, te puedes meter en la cama sin tener que levantar el colchón para soltar las sábanas, parece que se va perdiendo esta sádica costumbre en los hoteles.
• Almohadas: dos para elegir para cada uno, perfectas.
• Baño: una sala aparte, no en mitad de la habitación. Ducha independiente muy grande y con presión y a la temperatura perfecta, de la que no se escapaba ni una gota de agua. El retrete está en un espacio separado también. Eso sí, encontramos una pega en formato de pequeños botecitos de plástico de un solo uso para el gel de ducha, el champú y el acondicionador.

• Desayuno: nos enamoró.
• Precio: puedes verlo en Booking y valorar por ti mismo.

Un hotel ideal para convertir en perfecta tu estancia en Oporto, el Pestana Porto – Goldsmith.