La naturaleza salvaje y los increíbles paisajes de las Islas Feroe invitan a pasear. Subir colinas, acercarse a lagos, visitar faros, saludar a las ovejas… el senderismo en Islas Feroe es casi obligatorio. Pero, que no cunda el pánico. No hablamos de rutas de senderismo de días y de mucha dificultad. Bueno, no hablamos, porque nosotros no somos de hacer ese tipo de rutas, pero también hay –aunque tendrás que juntar varias si quieres estar más de un día–. Nosotros fuimos buscando los paisajes más espectaculares, dentro de un nivel no profesional.
Prepárate para parar el coche en cualquier arcén y empezar a caminar en busca de la mejor panorámica de fiordos, cascadas, acantilados… El archipiélago está muy preparado y, aunque no encuentres a más gente en tu ruta, siempre estarás rodeado de ovejas.
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Una vez que estés convencido de que quieres andar por esos montes, echa un vistazo a nuestra guía para viajar a Islas Feroe antes de preparar tu viaje. Y, si no estás del todo seguro de que sea tu destino, tal vez deberías leer 14 paisajes que ver en las Islas Feroe para alucinar.
Rutas de senderismo en Islas Feroe
Naturaleza casi salvaje, vegetación baja –no encontrarás muchos bosques cerrados en el archipiélago– y pocos coches son los ingredientes perfectos para que caminar sea casi el deporte nacional. Hay nada menos que ¡23 rutas de senderismo señalizadas en Islas Feroe! Encontrarás rutas de todos los niveles –por dificultad y longitud–. Si vas con niños, no te preocupes, también las hay aptas para ellos.
¿Sabías que…?
En realidad, el deporte nacional en Islas Feroe es el remo. Lo que, siendo un archipiélago, también tiene todo el sentido.
Nosotros no somos expertos y no viajamos al archipiélago con la única intención de hacer senderismo. Aún así, en nuestro viaje de una semana por Islas Feroe teníamos intención de hacer unas tres o cuatro rutas… Y es que el trekking es un imprescindible. Eso sí, del pensado al caminado va un trecho. Estas eran las rutas que habíamos elegido.
La ruta al lago Sørvágsvatn y la cascada Bøsdalafossur
Teníamos que comprobar que uno de los paisajes más conocidos de Islas Feroe era real: un lago por encima del mar. La del lago Bøsdalafossur asomándose al océano es una imagen a la altura de una ilusión óptica de Escher… ¡pero de verdad!
La ruta comienza en la población de Miðvágur, donde podrás dejar el coche. Hay dos accesos. Al principal –indicado en Google Maps– se llega caminando desde el pueblo. El otro, que normalmente es la salida de la ruta, está en la misma carretera, casi en la orilla del lago Sørvágsvatn. El lago, el más grande del todo el archipiélago, se conoce también como Vatnið y Leitisvatn, por si tienes que preguntarle a algún feroés.
Nosotros, incluyendo la caminata por el pueblo y la carretera, recorrimos un poco más de 9,5 km, con una elevación ganada de 500 m y una perdida de 525 –llegamos a otro punto–. Paradas varias y muchas fotos, volvimos al coche casi cuatro horas después de salir.
Es una ruta muy sencilla que solo se pone un poco empinada al final, cuando se llega a Trælanípan, el punto desde el que hacer la foto al lago. Después de encontrarte cara a cara con esa “ilusión”, hay que seguir andando para ver la cascada Bøsdalafossur. Porque sí, el lago está por encima del océano, de hecho, acaba en una cascada. Allí encontramos las ruinas de unos edificios construidos por el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial.
La vuelta, si has comenzado por el acceso principal, se hace por la orilla del lago, sin desnivel. Te contamos más en nuestro artículo Sørvágsvatn: el increíble lago asomado a unos acantilados en las Islas Feroe.
La ruta por la isla de Mykines
Partiendo de la base de que no hay coches en la isla de Mykines, está claro que, si la quieres recorrer, tiene que ser andando. Y deberías querer, no es un lugar que perderse en las Islas Feroe: es el paraíso de las aves, frailecillos incluidos.
Nosotros llegamos a la isla en helicóptero desde el aeropuerto de Vagar y volvimos en ferry. Entre medias, caminamos desde la población de Mykines hasta el faro Hólmur –otra imagen icónica del archipiélago–. Para llegar hasta allí, atravesamos el puente que une Mykines con Mykineshólmur y la zona de nidificación de los frailecillos, descubrimos una buena cantidad de aves de otras especies, un antiguo refugio de la Segunda Guerra Mundial y unos acantilados de ensueño.
Esta ruta la hicimos con guía, no queríamos meternos donde no debíamos y molestar a las aves. En total, fueron unos 5,5 km –contando desde el helipuerto hasta el puerto para la vuelta– con una elevación ganada de 627 m y perdida de 674 –el puerto está más abajo que el helipuerto–. Parando para comer y para hacer miles de fotos a los frailecillos, nos llevó unas cuatro horas.
Es una ruta sencilla, aunque hay zonas un poco escarpadas y resbaladizas –siempre según el clima– y puedes tener algún problema al cruzar el puente si tienes vértigo –es un puente colgante a 35 metros de altura sobre el océano–. Por cierto, en el faro, bueno, en el acantilado frente al faro, estarás en el punto más occidental de Islas Feroe.
A pesar de que se trata de andar por la zona natural y de buscar el faro, no dejes de recorrer las pocas calles del pueblo de Mykines con sus casas de colores y techos cubiertos de hierba. Te contamos cómo fue nuestra experiencia en Mykines, el hogar de los frailecillos en Islas Feroe.
Villingardalsfjall y el cabo Enniberg
Nos quedamos con las ganas de hacer una de las rutas más famosas de Islas Feroe, la que llega hasta Villingardalsfjall y, después, continuar hasta el cabo Enniberg. Teníamos contratado el guía, pero el día amaneció terrible: cubierto, con viento, con lluvia… Para llegar hasta la isla de Viðoy, donde se hace la ruta, desde la de Streymoy –donde está Tórshavn, la capital, y nos alojábamos– hay que atravesar varias islas y cruzar puentes y túneles. Decidimos cancelar para no perder tiempo en el viaje y no poder hacer nada. Al final, nos dijeron que había abierto y que nos habíamos perdido un día fantástico. Tenlo en cuenta, el clima en Islas Feroe cambia rápidamente.
La ruta desde Við Garð hasta Villingardalsfjall es de unos 6 kilómetros, pero es difícil según la información de la oficina de turismo –si vas con niños no es buena idea–. Desde lo alto de Villingardalsfjall se pueden ver las islas cercanas y Viðoy casi completa. Otra de esas imágenes por las que vale la pena el esfuerzo.
El cabo Enniberg es un promontorio de 754 m frente al océano. Según los feroeses, es el promontorio más alto de Europa –y del mundo– encarado a mar abierto.
Slættaratindur, la montaña más alta de Islas Feroe
Después del chasco de Villingardalsfjall, el hecho de que el día que pensábamos subir a la montaña más alta del archipiélago amaneciera con niebla no nos desanimó. Cogimos el coche y, con la esperanza de que también abriera, llegamos hasta donde empieza el sendero de subida a Slættaratindur. Pero no abrió. Desde la carretera no se veía más allá del comienzo de la subida y, rápidamente, la niebla cubría la ladera. Esa vez habría merecido la pena no haberlo intentado, no acabamos de entendernos con el clima en las islas…
De Trøllanes al faro de Kallur
La foto ganadora del concurso de fotografía de National Geographic de 2017 merecía el esfuerzo. Esfuerzo que, en realidad, tampoco es tal. No hablamos propiamente de un trekking. Son solo unos 4 km sencillos de ida y vuelta desde Trøllanes al faro de Kallur, en la isla de Kalsoy. Esta vez, la niebla en el aparcamiento en Trøllanes no nos intimidó. La distancia era corta y, con poco que abriera, podríamos disfrutar del paisaje.
El caso es que no solo no abrió, sino que se cerró más. Llegando a no ver casi dónde poníamos los pies y preocupándonos por la posibilidad de pisar en alguna zanja o, incluso, de llegar a los acantilados sin darnos cuenta. Cuando las botas empezaron a calar por la humedad de la hierba –a menos de un kilómetro del comienzo– sin posibilidad de ver absolutamente nada, decidimos que no valía la pena jugársela así… y volvimos.
Otras rutas de senderismo en Islas Feroe
Ya he dicho que son nada menos que 23 las rutas de senderismo señalizadas en Islas Feroe. Echa un vistazo al folleto con todas ellas (en inglés) para elegir la que más te guste. Eso sí, ten en cuenta que es de 2016 y que, aunque los recorridos y dificultades no, las normas han cambiado. Te lo contamos más abajo.
Consejos prácticos para el senderismo en Islas Feroe
Antes de lanzarte a la montaña con tus botas, debes tener claras unas cuantas cosas.
Los feroeses se toman muy en serio la conservación de su entorno natural. Por eso, sé un viajero cívico y recuerda que lo único que te debes llevar son fotos –ojo, la mente es el mejor disco duro– y tu basura, mientras que lo único que debes dejar son las huellas de tus botas. Olvídate de llevarte una planta o una piedra de recuerdo, aunque sí que está permitido recoger la lana que las ovejas hayan dejado dispersa. Y, por supuesto, ni se te pase por la imaginación hacer columnas con las piedras, parece una bobada decorativa, pero estás acabando con el ecosistema.
Otra cosa a tener en cuenta es que los senderos suelen estar marcados con mojones. No te salgas de los caminos, sobre todo si estos pasan por granjas o terrenos de cultivo. Más importante aún es no salirse del camino si recorres zonas de nidificación de aves: recuerda que no hay que molestarlas.
Debido a lo cambiante del clima en el archipiélago, si no vas a hacer la ruta con un guía, siempre es recomendable que dejes dicho a qué punto vas y cuándo tienes pensado volver en tu hotel.
Nuevas normas en las rutas de senderismo en Islas Feroe
Más allá de las recomendaciones de sentido común –válidas para el senderismo en cualquier lugar del mundo–, hay que tener en cuenta las normas propias de las Islas Feroe para esta actividad. Puedes leerlas todas aquí (en inglés) –con los precios y las webs donde reservar guías–, pero te hacemos un resumen.
Las nuevas tasas de acceso a los senderos
La cantidad de turistas que recorren los senderos de Islas Feroe cada año ha llevado al gobierno local a implantar tasas de acceso a algunos de ellos. Cuando nosotros visitamos el archipiélago, en 2017, no había.
El trekking más famoso de Islas Feroe, el que lleva hasta el lago Sørvágsvatn, tiene una tasa de acceso de 200 DKK si lo quieres hacer por libre. Cada día se organizan tres tours guiados –450 DKK– a las 9, 12 y 15.
Otra de las rutas que nosotros hicimos, la de la isla de Mykines, también tiene tasa de acceso. Si se visita la isla en el periodo de nidificación –de mayo a agosto– hay que pagar 100 DKK para la conservación. Cuando nosotros recorrimos esta zona, nos comentaron que pensaban hacer que fuera obligatorio ir con guía durante ese periodo para evitar que los senderistas se metieran por zonas exclusivas de las aves. Pero todavía no hay obligación de hacerlo.
La ruta a Villingardalsfjall también tiene una tasa de 200 DKK que no incluye guía.
¿Dónde es necesario ir con guía?
Como decía, se estaba planteando la obligatoriedad de visitar la isla de Mykines en periodo de nidificación de los frailecillos con guía. Todavía no hay norma escrita al respecto, aunque sí está recomendado.
Donde sí es obligatorio contratar los servicios de un guía es en las rutas al cabo Enniberg y a las rocas de Dranganir, entre Vágar y el islote Tindhólmur –nosotros las vimos desde la carretera camino a Gásadalur–.
La naturaleza salvaje de Islas Feroe se disfruta más caminando y es así como llegarás a los mejores paisajes del archipiélago.
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