Has descubierto que Turín fue la primera capital de Italia, que hospedó una edición de Eurovisión y que la Vecchia Signora es el sobrenombre de su equipo de fútbol, la Juventus. Con esos pocos datos ha entrado en tu plan de viaje por Italia y ahora toca saber qué ver en Turín en un día para convencerte de que merece la pena la parada. Antes de seguir, sí, merece la pena –de hecho, está en nuestro listado de ciudades más bonitas de Italia–. También tenemos que decirte que un día se va a quedar un poco corto. Pero, que no cunda el pánico, para eso estamos nosotros: hemos seleccionado lo imprescindible y lo hemos colocado en nuestro itinerario de un día por Turín.
Cafés históricos, museos, catedral, simetrías, gastronomía… hasta tenemos un lugar para disfrutar del atardecer, que el día no acaba hasta que no se pone el sol. Es más, incluso te vamos a decir cuáles son los barrios para salir de noche, aunque tenemos que confesar que nosotros no hemos vivido la noche turinesa. Y eso que estuvimos tres noches en la capital del Piamonte…
Prepárate, hay mucho que ver en Turín en un día y hay que aprovechar el tiempo.
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Si, después de ver nuestro itinerario, decides darle un poco más de tiempo a la ciudad o quieres más opciones, echa un vistazo a nuestro artículo Qué ver en Turín. No dejes de leer nuestros consejos para viajar a Italia ni las rutas por Italia por si quieres ampliar tu recorrido.
Lo primero de tu día en Turín: un desayuno en un café histórico de la Piazza San Carlo
Comenzamos el día con un desayuno. Tu día en Turín va a ser intenso, así que mejor empezar cogiendo fuerzas en uno de los cafés históricos de la ciudad. No solo por el cappuccino e brioche, el desayuno clásico italiano, también por la arquitectura, la decoración y la historia que tienen cada espejo, cada lámpara y cada silla.
Echa un vistazo a nuestro artículo Cafés históricos de Turín para ver todas las opciones y elegir el tuyo. Te recomendamos alguno de la Piazza San Carlo –hay varios–, así podrás seguir la ruta de un día en Turín en orden. Por cierto, aunque el cappuccino sea una institución en el desayuno, también puedes pedir la bebida por excelencia de los cafés turineses: el bicerin.
Un paseo por la Via Roma para bajar el desayuno
La Via Roma es la calle de Turín con mayúsculas. Es la que recorre los 607 metros entre la estación de tren y el Palacio Real, desde la Piazza Carlo Felicce –Stazione di Porta Nuova– hasta la Piazza Castello. La definición casi perfecta de simetría urbanística. Una maravilla para los que disfrutan con la precisión y los que sufren de TOC. La calle pasa por mitad de las plazas –entre ellas la de San Carlo–, los edificios son iguales a los dos lados, la vista es completa de una punta a otra…
¿Sabías que…?
La precisión de la Via Roma se debe a la decisión de Carlos Manuel I de Saboya, quien ordenó su construcción a mediados del siglo XVI paralela al recinto original de la romana Julia Augusta Taurinorum, en dirección norte-sur.
¿Qué más quieres? Se puede pedir más: pasear a cubierto. La Via Roma tiene soportales para protegerte de la lluvia, del sol, del frío y del calor. A ver, Turín no es Bolonia –récord del mundo de soportales y Patrimonio UNESCO por ese motivo–, pero puede presumir de nada menos que ¡18 kilómetros de soportales en su centro histórico!
Una visita al Museo Egipcio, de los más importantes del mundo
Hemos dicho “museos”, pero si solo vas a pasar un día en Turín hay que limitarse a los imprescindibles. Y, hablando de museos, el imprescindible es el Museo Egipcio. ¿Sorpresa? Resulta que en la capital del Piamonte está uno de los mejores museos egipcios del mundo, solo por detrás de los de El Cairo y el más antiguo–no decimos más–.
Según Champollion, el de la piedra Rosetta –hoy en el British Museum–, “El camino hacia Menfis y Tebas pasa por Turín”. Con esta presentación, ¿vas a dejar de visitarlo? Encontrarás sarcófagos, momias, esculturas, papiros… Te damos más detalles, y el porqué de que esté en la ciudad, en nuestro artículo sobre el Museo Egipcio de Turín.
Hora de comer: ¡que viva la comida típica piamontesa!
Estamos en Italia y no vamos a dejar de recomendarte disfrutar de la buena mesa. Antes de que te sientes en un restaurante y pidas una pizza y unos spaghetti, echa un vistazo a nuestro artículo sobre la comida típica de Turín y los lugares donde probarla. No pierdas la ocasión de disfrutar de un buen risotto y de alguno de sus famosos platos de pasta fresca y guisos. Algo que no debes olvidar: la panna cotta es piamontesa.
Si te has entretenido más de lo que pensabas en el Museo Egipcio, tienes la opción de comer algo rápido sin parar de hacer turismo y luego probar una costumbre culinaria turinesa algo menos conocida: la merenda reale. Una especie de afternoon tea a la italiana en los cafés históricos de la ciudad para disfrutar del chocolate o del bicerin y de muchos de los dulces de la ciudad.
La Piazza Castello: el corazón de Turín
Acabamos nuestro recorrido por la Via Roma en la Piazza Castello, donde se encuentran los dos palacios más importantes de la ciudad: el Palacio Real de Turín y el Palacio Madama. Lo sentimos, vas a tener que elegir –a no ser que Egipto no te interese y hayas decidido saltarte el museo–.
El Palacio Real, a pesar de su sobria fachada, fue uno de los más impresionantes entre todos los europeos desde el siglo XVIII hasta la primera mitad del XIX, y sigue dejando a los turistas con la boca abierta. Si entras, no te pierdas la armería y las cocinas reales. No tendrás tiempo de aprovecharlo, pero que sepas que la entrada al Palacio Real incluye la armería, la biblioteca, la Galleria Sabauda, el Museo Arqueológico y la Cappella della Sindone –la capilla de la Sábana Santa en la catedral– y es gratis con la Torino + Piamonte Card. Tienes más información de precios y horarios en su web.
El Palacio Madama fue la residencia de los Saboya –los duques y posteriormente reyes de Italia– antes de que se levantara el Palacio Real. Vamos, que tampoco va mal de decoración y boato. Además, se utiliza para exposiciones temporales –confirma en su web cuál es la que hay cuando viajes a Turín para decidir si te interesa–. También es gratis con la Torino + Piamonte Card.
La Catedral de Turín, el hogar de la Sacra Sindone
No puedes viajar a Turín sin visitar su catedral, en un lateral de la Piazza Castello. La Catedral Metropolitana de San Juan Bautista es la “casa” de la Sacra Sindone, la Sábana Santa. Vale, es prácticamente imposible que la puedas ver porque está guardada en un arcón en la Cappella della Sindone, pero nunca vas a estar más cerca. Tengo que decir que yo la he visto, mi Interrail por Italia coincidió con una ostensión –la muestra de la Sacra Sindone– en el año 2000.
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Si quieres ver una réplica de la Sábana Santa y aprender más sobre ella, tienes que visitar el Museo della Sindone –gratis con la Torino + Piamonte Card–.
No te vamos a engañar, el interior de la Catedral de Turín no es gran cosa, pero…
La iglesia de San Lorenzo
Si te ha decepcionado el interior de la catedral –y eso que ya te habíamos advertido– y quieres ver una iglesia que te deje con buen sabor de boca, tampoco te vas a tener que mover mucho. Seguramente ya te habrá llamado la atención su cúpula desde la Piazza Castello, hablamos de la iglesia de San Lorenzo. Una vez dentro, colócate debajo de su linterna y busca la foto simétrica perfecta, por no hablar de la forma octogonal de su nave central.
Una vuelta por el Quadrilatero Romano
Decíamos que la Via Roma corría paralela a la retícula de la antigua Julia Augusta Taurinorum y es donde estaba esa antigua ciudad romana donde hoy se encuentra el Quadrilatero Romano. El nombre no puede ser más descriptivo, pero, si necesitas más pistas: es una superficie más o menos cuadrada sobre la antigua ciudad romana.
A ver, es un barrio entero y estamos seleccionando los lugares que ver en Turín en un día… Vamos a ser un poco más precisos. Tienes que visitar un par de sitios: la Porta Palatina y el Santuario della Consolata. La primera es la puerta de entrada a la antigua ciudad romana que todavía sigue en pie. La segunda es una iglesia barroca que te va a hacer olvidar cualquier rastro de desilusión con las iglesias de Turín.
La Mole Antonelliana (desde fuera)
Uno de los edificios más reconocibles de Turín es la Mole Antonelliana. Hasta 2017 fue el edificio más alto de la ciudad y, en su origen, la construcción de albañilería más alta de Europa. No pasa desapercibida, eso está claro. En su interior está el Museo Nazionale del Cinema, pero el tiempo es el que es y no podrás verlo en un día en Turín.
También hay un ascensor panorámico para subir a lo alto de la mole y tener la ciudad a tus pies. Eso sí, ya te avisamos de que es uno de los puntos más visitados de Turín y tendrás que reservar tu billete con mucha antelación desde su web –la entrada al Museo del Cine es gratuita con la Torino + Piamonte Card, pero solo hay billete reducido para el ascensor–.
¿Sabías que…?
Si sientes curiosidad por el nombre, tampoco tiene mucho misterio. La Mole Antonelliana la diseñó Alessandro Antonelli y es… una mole. En italiano, la palabra tiene el mismo significado que en castellano.
La puesta de sol en el Monte dei Cappuccini
La mejor puesta del sol en Turín se tiene desde el Monte dei Cappuccini. De acuerdo, vamos a concretar un poco, que tampoco se trata de pasear por todo el monte. Tienes que ir a la iglesia de Santa Maria del Monte dei Cappuccini. Obviamente, la vista del casco histórico de Turín desde arriba merece la pena a cualquier hora, pero al atardecer tiene un extra.
Una “apericena”: el aperitivo para cenar al más puro estilo turinés
La costumbre culinaria más famosa de Turín es la apericena, un aperitivo de lo más contundente que sirve de cena para turineses y turistas. Por el precio de una bebida –vale, un precio caro para una bebida– tienes acceso a una cantidad ingente de platos de comida colocados en la barra o en mesas. Ojo, cantidad ingente de comida e ilimitada, porque puedes comer todo lo que quieras de cada cosa. Casi se podría comparar con cenar de pinchos, pero todos los pinchos están incluidos en el precio de la bebida. Visto así, ¿a que ya no te parece tan cara esa cerveza?
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La apericena se sirve entre las 18 h y las 21 h, aunque lo “correcto” sería alrededor de las 19 h. Tenlo en cuenta a la hora de organizar tus últimas visitas en Turín porque, según la época del año, el atardecer puede ser bastante antes, por ejemplo.
También puedes disfrutar de la apericena sin alcohol –no es como en muchos bares en España que solo hay tapa si pides una cerveza o un vino–. Los lugares más clásicos para tomar la apericena están en el Quadrilatero Romano.
La noche turinesa
Nosotros no somos muy nocturnos, ni en casa ni de viaje. Ya hemos dicho que no hemos vivido la noche turinesa, pero no podíamos dejar de mencionar las zonas de ocio de la ciudad para que tu día en Turín acabe a lo grande. La web de la oficina de turismo de la ciudad recomienda cinco zonas y donde hay patrón no manda marinero. Alrededor del Po, en el Parco del Valentino; la Piazza Vittorio Veneto, una de las más grandes de Europa; el Quadrilatero Romano y Borgo Dora; San Salvario, la zona joven cerca de la estación de tren, y Vanchiglia y Aurora, en el barrio universitario.
Otra opción nocturna, la que seguimos nosotros en su momento, es hacer un un tour de los misterios y leyendas de Turín. Puede que no lo sepas, pero la ciudad es un vértice de los triángulos de mágia blanca y negra… y tiene una estatua dedicada al demonio, como la del Ángel Caído en el Retiro de Madrid.
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Si has decidido dormir en Turín echa un vistazo a nuestro artículo sobre nuestra experiencia en el Grand Hotel Sitea. Aquí puedes ver precios y disponibilidad y aquí los de más hoteles de Turín.
Mapa con los lugares que ver en Turín en un día
Como verás en nuestro mapa con los lugares que ver en Turín en un día, las visitas están organizadas para optimizar los tiempos. De todas formas, con el mapa en mano –en el móvil–, puedes cambiar el itinerario a tu gusto sabiendo que no te vas a perder nada.
Vas a querer pasar más tiempo en la primera capital de Italia, un día en Turín te va a saber a poco, pero por algo se empieza.
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