7 cosas que hacer en la Ruta del Vino de Toro

En la Ruta del Vino de Toro, entre Zamora y Valladolid, podrás visitar las bodegas de una D.O. relativamente joven, pero cuyos vinos tienen una historia que se remonta a siglos atrás. Los primeros que viajaron a América con Colón, nada menos. Descubrirás los pormenores del proceso de fabricación de estos vinos, su historia y la de las familias bodegueras además de, por supuesto, catarlos. Una experiencia enoturística de 10. Pero el enoturismo no es solo visitar bodegas, también es disfrutar del entorno. Y en Toro y sus alrededores no vas a dejar de hacerlo.

Para prueba, aquí tienes nuestras 7 cosas que hacer en la Ruta del Vino de Toro. La primera ya sabes cuál es, pero sigue leyendo, que hay más…

Visitar las bodegas de vino de Toro

Vale que en la Ruta del Vino de Toro hay más que bodegas, pero bodegas no iban a faltar. Hay más de veinte asociadas a la D.O. Toro abiertas al público –en total, son más de 60–. Tanto en Toro como en sus alrededores y en el resto de la provincia de Zamora y alguna en Valladolid.

Las hay más grandes, más pequeñas, más tradicionales, más modernas, más o menos lujosas, con restaurante, con spa, con hotel, con visitas más cortas o más detalladas, con catas de uno hasta cinco tipo de vinos… Incluso con catas especiales para niños o actividades ad-hoc en periodos como la vendimia. Vamos, que hay para todos los gustos.

Nosotros visitamos unas cuantas y te ayudamos a elegir la ideal para ti, según el tipo de bodega, de las actividades que ofrece y de su localización –te las ponemos todas en un mapa– en nuestro artículo La visita a las bodegas de Toro.

Recorrer el casco histórico de Toro, más allá de la colegiata

Las dos grandes razones para acercarte a Toro son conocer la cultura vitivinícola visitando sus bodegas por un lado y maravillarte ante su colegiata románica por otro. Hablamos de la colegiata de Santa María la Mayor de Toro, que te entretendrá durante un buen rato solo delante de su Pórtico de la Majestad. Por no hablar del resto de detalles y obras conservadas en la iglesia. Pero, como ya hemos contado en otro artículo, hay mucho más que ver en Toro. Si le das una oportunidad y le reservas un poco de tu tiempo, lo descubrirás.

Además de la colegiata, hay otras iglesias interesantes, donde descubrir desde unos de los frescos más antiguos pintados por una mujer en España hasta arquitectura mudéjar. Junto con el Monasterio Sancti Spiritus el Real, con su sepulcro de alabastro de Doña Beatriz de Portugal; la arquitectura única de la primera plaza de toros construida con ese fin en España; el alcázar; las vistas al Duero y a la Vega de Toro, y el arte urbano. Tienes todos los detalles en nuestro artículo.

Conocer todo sobre el vino de Toro en el Museo del Vino Pagos del Rey

Una de las bodegas se ha transformado en museo: hablamos de la de Pagos del Rey, convertida en Museo del Vino. Se encuentra en la localidad de Morales de Toro y es la mejor manera de conocer la historia y el proceso de fabricación de este vino. Por lo menos, la manera más didáctica, más que en las visitas clásicas a las bodegas donde también se cuenta. Además, el museo es muy moderno, con efectos visuales y sonoros. Hay hasta juegos que te ayudarán a aprender de forma divertida. ¿Serías capaz de ordenar las fases de elaboración de un vino crianza? Parece más fácil de lo que es…

La visita se divide entre el jardín –donde podrás ver todas las uvas usadas para los blancos y tintos de Toro– y las naves de elaboración de la antigua cooperativa del siglo XX donde se conservan instrumentos y documentos ligados a la elaboración del vino. También puedes recorrer virtualmente el interior de los depósitos de las bodegas aprendiendo más sobre el proceso de fermentación, el calendario anual de la vid, las celebraciones ligadas a la elaboración del vino… Y, al final, asomarte a la sala de crianza con sus 2.500 barricas de roble francés y americano: el parque de barricas más grande de toda la D.O. Toro. Puedes contratar una visita guiada al Museo del Vino, Pagos del Rey online. Tienes más información en su web oficial.

Enamorarte del Museo del Queso Chillón

Ya hemos hablado de él en nuestro artículo sobre Toro, pero no queríamos dejar de mencionar de nuevo el Museo del Queso Chillón, también como prueba añadida de que no hay solo vino en la Ruta del Vino de Toro. Otro producto con gran tradición en estas tierras de Zamora es el queso y en la familia Chillón saben algo de eso: lo llevan elaborando desde 1890, por lo menos –de entonces es el primer documento oficial que conservan–. El bisabuelo de los actuales dueños, Manuel, a principios del siglo XX era arriero y dejó constancia de sus “travesías” de unos 40 días que le llevaban hasta Galicia, etapa por etapa.

En el museo nos encontramos con cántaros de leche, antiguos moldes de madera, prensas y unos cuantos objetos que cuentan la historia de la elaboración del queso junto con la de esta familia, como la boina u objetos del despacho del abuelo Valentín. El más conmovedor, una carta de su mujer que encontraron 15 días antes de abrir el museo y que estaba desgastada de tanto haberla leído y releído tras la muerte de ella. Además de enterarnos de alguna curiosidad, como que hasta no hace mucho el queso se usaba como trueque con el jamón o tocino –no había aceite en estas tierras–, lo que más nos gustó fue conocer la pasión de esta familia por su producto. Bueno, y conocer el producto en sí. ¡Qué ricos están esos quesos! “Nos vimos obligados” a llevarnos unos cuantos para casa… En su página web tienes información de la visita.

Disfrutar de un poco de relax en un spa

Ningún plan de turismo rural está completo sin un poco de relax. ¿Qué tal si ese relax llega en forma de circuito de hidroterapia? Y, además de lo clásico –de sauna a piscina d​​e chorros y baño turco–, también puedes hacerte tratamientos específicos como el de bambuterapia y, por supuesto, vinoterapia, que para eso estamos en zona de vinos y rodeados de viñedos. Porque te lo mereces, y lo sabes. ¿Dónde puedes hacer todo esto? En el Valbusenda Hotel Bodega & Spa. Incluso aunque no te alojes en el hotel, puedes acceder al spa.

Darte un homenaje gastronómico de primera

Hemos dicho que ningún plan de turismo rural está completo sin relax, pero tampoco lo está sin disfrutar de la gastronomía. ¿Qué tal un arroz a la zamorana? ¿Y un poco de bacalao? Si eres más de tapas, ¿unas calandracas? Son salchichas al vino envueltas en jamón y queso, rebozadas y fritas, no suena mal, ¿no? Si lo tuyo es el dulce, ¿unos amarguillos almendrados de las monjas del monasterio Sancti Spiritus el Real o unas polkas torresanas?

Comimos bien en unos cuantos restaurantes y bares de tapas pero nuestros dos sitios favoritos son el restaurante Doña Negra en Toro y La panera de San Juan en Morales de Toro. Merece la pena que pares en Morales solo para comer aquí, ya verás –además, está muy cerca del Museo del Vino–. Las tapas de Latinta y el menú del día de La Colegiata –buena relación calidad-precio– también son buenas opciones. ¡No te vas a ir con hambre de la Ruta del Vino de Toro! Echa un vistazo a nuestro Dónde comer en Toro: restaurantes, bares de tapas y más.

Convertir el dormir en una experiencia

Relajarse y comer sí, pero también hay que descansar bien al final del día. ¿Qué tal hacerlo en un hotel cinco estrellas entre viñedos? La mejor opción para dormir en la zona de la Ruta del Vino de Toro es, de nuevo, el Valbusenda Hotel Bodega & Spa. Siempre entre viñedos, también puedes dormir, ¡en un castillo! Hablamos del Castillo de Monte la Reina. Los dos tienen bodegas visitables y restaurantes, así que podrás completar tu experiencia enoturística sin salir del hotel.

Si buscas opciones más sencillas y céntricas, echa un vistazo al Hotel María de Molina, un tres estrellas en el centro de Toro. Puedes ver precios y disponibilidad de más hoteles aquí.

Bodegas sí, pero no solo bodegas, ya puedes preparar tu escapada por la Ruta del Vino de Toro.