Después de más de cien años de historia, el Metro de Madrid forma parte del paisaje cultural de la ciudad. Un paisaje que, frente a lo que podría pensarse, no es solo subterráneo, las paradas y los carteles aparecen en muchas de las fotos turísticas de la capital. El medio de transporte por excelencia de madrileños y visitantes también tiene sus museos y sus curiosidades. Si te decimos que hay una “estación fantasma” –la estación de Chamberí–, ¿querrías visitarla o primero tenemos que explicar lo de “fantasma”?

Haya o no fantasmas –spoiler: ya te decimos que no–, entrar en un estación de metro congelada en los orígenes del metropolitano madrileño es algo que no te puedes perder. Media hora para recordar –los que tenemos una edad– cómo era el metro antes de los torniquetes, de las taquillas de cristales blindados y de las paredes de planchas de metal antipintadas. Eso sí, no tendrás que rebuscar en tus bolsillos para encontrar los 15 céntimos de peseta que costaba el billete…
Viajeros al andén, al Andén 0.
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No dejes de leer nuestro artículo con todo lo que ver en Chamberí y, si eres un apasionado del Metro, La exposición de trenes históricos de Metro en Chamartín. Tendrás que organizarte con tiempo si quieres encajar tu visita a la estación fantasma de Chamberí entre las cosas que ver en Madrid en un fin de semana. Incluso aunque tengas más tiempo y quieras tachar puntos de nuestras 60 cosas que hacer y que ver en Madrid, tendrás que prepararte.
La estación fantasma de Chamberí: cómo llegar, horarios y entradas
La estación de Chamberí –o Andén 0, su anterior nombre “oficial”– está, como no podía ser de otra forma, en el barrio de Chamberí. Concretamente en la plaza de Chamberí sin número, en la esquina de las calles Luchana y Santa Engracia. ¿Cómo llegar a la estación fantasma de Chamberí? Pues en metro tienes dos estaciones muy cercanas, como no podía ser de otra forma: Bilbao e Iglesia –esta última a solo 300 metros–.

Solo se puede entrar al Andén 0 con reserva previa –puedes hacerla en la web de museos de Metro Madrid– y con visita guiada. La visita es gratuita y tiene una duración de unos 25-30 minutos. Sobre mediados de mes suelen abrir el calendario del mes siguiente. Hay visitas solo los fines de semana: del viernes por la tarde al domingo por la mañana. ¿Los horarios? De 10h a 14h por las mañanas –sábados y domingos– y de 16h a 20h por las tardes –viernes y sábados–. En cualquier caso, como hay que reservar, lo verás ahí.
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Echa un vistazo a nuestro artículo Tours y visitas guiadas gratis en Madrid (gratis de verdad), porque no es la única visita gratuita que puedes hacer en la capital.
Un poco de historia de la estación de metro de Chamberí
La estación de Chamberí formaba parte del primer proyecto de Metro de Madrid: la línea que unía Sol con Cuatro Caminos. Desde 1919 prestó su servicio entre las paradas de Iglesia y Bilbao. Aquellos primeros convoyes de cuatro vagones se fueron quedando pequeños y se planteó la necesidad de ampliar los andenes para acoger hasta seis.

El estudio de viabilidad del proyecto fue negativo para la estación de Chamberí. Estaba demasiado cerca de sus vecinas, la estación estaba en curva y el suelo sobre el que estaba construida tampoco ayudaba. En 1966 se decidió cerrarla y se abandonó. Se tapiaron los accesos al exterior, se apagaron las luces y los trenes dejaron de parar. Nacía la estación fantasma de Chamberí.

¿Por qué fantasma? Porque se convirtió en refugio para personas sin hogar y, al paso de los trenes, los viajeros vislumbraban siluetas en movimiento y un espacio más amplio que el del túnel por el que iban. Obviamente, en aquel 1966 todo el mundo sabía qué era ese espacio y conocían la recién desaparecida estación de Chamberí. Pero, con los años, la parada original fue cayendo en el olvido y quedó la idea de una estación fantasma en el Metro de Madrid.
¿Sabías que…?
La estación de Chamberí volvió a la vida en la película Barrio de Fernando León de Araona de 1998. Puedes ver la secuencia en YouTube.
En 2006 se lanzó un proyecto de rehabilitación con la idea de volverla a abrir al público como museo de Metro de Madrid. Cosa que se hizo en 2008.
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Si, además de visitar la estación fantasma, también quieres quedarte a dormir en alguno de los hoteles de Chamberí, echa un vistazo aquí a sus precios y disponibilidad. Nosotros no te podemos recomendar ninguno de primera mano porque, viviendo en Madrid, no los hemos probado.
La experiencia de la visita al museo del “Andén 0” de Madrid
La decoración de azulejos blancos clásicos del metro es lo primero que encontramos en nuestra visita a la estación de Chamberí. Antonio Palacios diseñó aquellas primeras paradas en 1919 y su decoración se convirtió en un clásico.

¿Sabías que…?
En los orígenes del Metro de Madrid, la iluminación de los vestíbulos y andenes se conseguía a base de bombillas de ¡medio vatio! Se buscaba aumentar la luminosidad al máximo, de ahí que los azulejos fueran blancos.
Eso sí, a diferencia de en el resto de estaciones, en la de Chamberí no ha habido reformas. El vestíbulo sigue siendo tan estrecho como hace cien años, con su bóveda de medio cascarón. También la taquilla es el pequeño cuartito original. Incluso el vestuario donde se cambiaban de ropa las trabajadoras y los trabajadores de la compañía sigue ahí. La guía nos contó que las mujeres que trabajaban en el metro en esos primeros años no podían vestir el uniforme fuera de su lugar de trabajo, mientras que sus compañeros varones podían ir y volver a sus casas con él. Las trabajadoras debían estar solteras, al casarse recibían una “excedencia” para cuidar a su familia.

Decíamos que no ha sido reformada, pero algo sí que ha cambiado. La entrada actual no es la original. Esa quedó cerrada y cubierta por el asfalto de la plaza. Hoy en día, sus escaleras sirven de platea desde donde ver un documental sobre la historia del Metro de Madrid: desde aquella inauguración real de 1919 –nada menos que Alfonso XIII comenzando las obras– hasta el centenario.

Fíjate en los pasos de salida: se abrían al pisar en la plataforma que había frente a ellos. Pronto se usaron bastones y paraguas para apretar ese “pedal” y abrir la puerta desde fuera… Siempre ha habido quien se ha colado en el metro.

Los andenes de la estación de Chamberí
Solo uno de los dos andenes de la estación es visitable. No se pudo ampliar para acoger los convoyes más largos, pero sí que hubo que limar la curva para que pudieran pasar, lo que dejó un andén muy estrecho que, por motivos de seguridad, está cerrado al público.

La joya de la estación son sus anuncios. En aquellos primeros años –las décadas de los 20 y los 30 del siglo XX–, los anuncios se hacían también con azulejos. Azulejos pintados en los que aparecían las marcas y sus mensajes publicitarios. Perfumería Gal –en los cuatro lugares preeminentes de la estación: las esquinas–, Phillips y sus bombillas –las nuevas de medio vatio–, Cementos Portland, Cafés La Estrella, Agua de Carabaña… son algunos de los que encontrarás.

El anacronismo se vive cada pocos minutos cuando un convoy de metro actual pasa a toda velocidad –recuerda que no hay parada– junto a los carteles y logos de metro de hace un siglo. El choque de lo nuevo y lo antiguo que, antes de darte cuenta, habrá pasado y no estarás seguro de si fue real. Casi tan rápido como el tiempo de la visita que nos dejó con ganas de más.

En pocos lugares del mundo podrás visitar una estación de metro con un siglo de antigüedad, porque el de Madrid es de los más antiguos. Pero, en menos aún, podrás verla congelada tal y como era hace cien años. Aunque no haya fantasmas, la estación fantasma de Chamberí es muy auténtica.
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