La visita a las termas de Caracalla en Roma

Hay una obra que muestra la grandeza de la Roma Imperial y no es el Coliseo. El testimonio más imponente del poder de los emperadores y no es el Panteón. Mucho más ambicioso, más gigantesco… y mucho menos conocido. Tanto, que es apenas visitado por los turistas. Hablamos de las termas de Caracalla, Marco Aurelio Severo Antonino Basiano para los amigos. Unos baños públicos construidos a principios del siglo III y que estuvieron en funcionamiento hasta mediados del VI.

Nada menos que once hectáreas de terreno dedicados al culto y al cuidado del cuerpo con enormes piscinas, gimnasios, bibliotecas… y algunos de los mosaicos más impresionantes que hemos visto. Prepárate para caminar por la historia y, lo mejor, para encontrarte cara a cara con muros que se levantan del suelo hasta más de 15 metros. No estamos hablando de cimientos y mucha imaginación.

Durante cinco años, nueve mil trabajadores construyeron las termas con mayúsculas de Roma: las termas de Caracalla. Ven con nosotros a descubrirlas.

Las termas de Caracalla en Roma: precios, horarios y cómo llegar

¿Por qué no visitan las termas de Caracalla todos los turistas? Primero, porque hablamos de Roma… En cualquier otro lugar del mundo, las termas de Caracalla serían una atracción turística capaz de llenar aviones solo para visitarla, pero en Roma es una maravilla más en una ciudad llena de ellas. Segundo, porque está en las afueras, o por lo menos no en pleno centro, concretamente en el Viale delle Terme di Caracalla, a algo menos de un kilómetro y medio al sur del Coliseo –que ya está en una esquina de la ruta turística habitual–.

Puedes llegar a las termas de Caracalla en metro, parada Circo Massimo de la línea B, y en autobús, 760 y 628.

Las termas abren todos los días del año, excepto el 1 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre. La hora de apertura es a las 9 h, mientras que la hora de cierre varía a lo largo del año –comprueba el horario exacto en la fecha de tu visita en la página oficial–.

El precio de la entrada es de 10 €, entrada gratuita con la Roma Pass y varios días al año, y es uno de los sitios arqueológicos de Roma gratis el primer domingo de mes, los encuentras en la página oficial. Las visitas guiadas y con realidad aumentada están disponibles a la hora de comprar tu entrada.

La visita guiada con el Circo Máximo

Recorrer las termas de Caracalla puede resultar abrumador. Ya hemos dicho que son 11 hectáreas de terreno llenas de restos, desde altas paredes y vasos de piscina hasta trozos de columnas dispersas por todas partes. ¿En qué fijarse? ¿Qué albergaba cada uno de los edificios? ¿Cuántos paneles serás capaz de leer?

Si prefieres ir acompañado de un guía que te lleve hasta los lugares más destacados y te explique su historia y su función en castellano, también puedes hacerlo –las visitas guiadas de las propias termas son solo en italiano y en inglés–. Aquí puedes reservar tu visita guiada a las termas de Caracalla y el Circo Máximo. Ojo, que el Circo Massimo es de esos sitios arqueológicos en los que hace falta mucha imaginación para levantar lo que una vez fue con lo poco que queda.

La visita por libre

De las 11 hectáreas de las termas de Caracalla, dos y media estaban ocupadas por el edificio principal: un rectángulo de 220 por 114 metros. En su interior te encontrarás con las salas clásicas de unas termas romanas –frigidarium, tepidarium y caldarium– y de forma simétrica, a los lados del edificio, vestíbulos, vestuarios y gimnasios, que permitían a los visitantes recorrer dos itinerarios independientes para llegar a las salas principales. En los muros laterales de las termas se abrían seis aulas –tres a cada lado–, mientras que en el muro sur había un estadio, una biblioteca y una cisterna. Vas a necesitar un rato para recorrer todo…

A nuestros días han llegado algunos de los mosaicos que decoraban los suelos de los distintos ambientes de las termas. Lo que se perdió por el camino fueron las estatuas, los mármoles que cubrían paredes y columnas y los mosaicos de las bóvedas. Como sucedió con el Coliseo, las termas de Caracalla fueron una cantera perfecta durante la Edad Media. Eso sí, también como con él, no vas a necesitar mucha imaginación para llenar los huecos, además de que podrás ver el aspecto original –con un plano– en algunos de los paneles informativos.

El complejo cuenta también con un subterráneo de dos plantas. En la inferior estaban las canalizaciones para el agua residual que acababa en un gran sistema de alcantarillado. En la superior estaban los hornos que calentaban el agua para las piscinas y demás ambientes. Hoy en día, ese espacio se ha transformado en un museo del sitio donde se exponen algunos de los restos recuperados en las excavaciones.

Realidad aumentada en las termas de Caracalla

¿Quieres sentirte en el siglo III dentro de las termas? Nada más fácil. Puedes hacerte con un visor de realidad aumentada –no es realidad virtual, no llega a tanto el presupuesto– y los muros se elevarán, las bóvedas aparecerán y todas las decoraciones volverán a colarse en sus lugares ante tus ojos. Se trata de unas gafas en las que se coloca un teléfono móvil con una aplicación que muestra el aspecto original del espacio en que te encuentras y que gira conforme te mueves. Algo que se está poniendo de moda en bastantes lugares arqueológicos y que nos parece una idea genial.

Eso sí, cuando nosotros visitamos las termas de Caracalla se les habían acabado con los visitantes que había dentro del recinto… Como decíamos antes, ahora mismo el servicio está suspendido y no sabemos cuándo volverá a estar activo ni a qué precio.

Historia y curiosidades

¿Quieres saber alguna cosa más de las termas de Caracalla con la que poder presumir? Atento, aquí tienes datos de esos que te harán quedar como un erudito con tus amigos.

• Nueve mil trabajadores durante cinco años hicieron falta para allanar el terreno y levantar los edificios de las termas allá por el año 211 de nuestra era.
• Estuvieron en funcionamiento hasta mediados del siglo VI y solo se cerraron por culpa de los bárbaros. ¿Los bárbaros? Sí, durante el asedio a Roma, en el año 537, los Godos destruyeron los acueductos que proveían de agua a la ciudad. Entre ellos el Aqua Marciano del que partía un ramal, Aqua Antoniniana, que abastecía a las termas, lo que las dejó inutilizables.
• Las termas de Caracalla son las más grandes y completas del Imperio Romano que han llegado a nuestros días, con capacidad para 2.000 personas. De todas las levantadas, son las segundas: las más grandes las mandó construir el emperador Diocleciano, también en Roma, a finales del siglo III, para 3.000.
• La cisterna tenía una capacidad para 80.000 metros cúbicos de agua que se calentaba gracias a unos 50 hornos.

• El complejo contaba con varias piscinas, entre ellas una al aire libre con capacidad para 1.400 metros cúbicos de agua –una piscina olímpica actual ronda los 2.500 metros cúbicos–.
• Antes de que se convirtiera en una cantera para los edificios romanos en la Edad Media, parte de las termas de Caracalla colapsó por un terremoto en el año 847.
• Dos de las “bañeras” de granito gris del frigidarium fueron trasladadas en el siglo XVII al centro de Roma, concretamente a la plaza Farnese. Todavía hoy en día forman parte de la decoración de la plaza así que casi todos los turistas de Roma acaban viendo una parte de las termas de Caracalla aunque no se den cuenta.

• Puedes encontrarte con las termas de Caracalla incluso en Nápoles. En el museo arqueológico de la ciudad se expone su escultura más famosa: el Toro Farnesio.
• ¿Plaza Farnese y Toro Farnesio? ¿Quién era ese Farnesio? Era el Papa Pablo III que organizó las excavaciones más importantes en la zona allá por el año 1547.
• La gran sala de espera de la estación de trenes Pennsylvania en Nueva York está inspirada en las termas de Caracalla. Y también parece que lo está el edificio de la Asamblea Nacional de Bangladesh en Dhaka.

Conciertos y eventos

¿Qué te parecería asistir a la ópera en un escenario como este? Dicho y hecho, cada verano las termas de Caracalla acogen el Teatro dell’Opera di Roma. Y no es nuevo, la primera temporada de ópera en las termas tuvo lugar en 1937. Desde entonces solo se interrumpieron las funciones durante la Segunda Guerra Mundial. En 1993 se bajó el telón durante ocho años. Desde el año 2001 no han dejado de representarse óperas en las termas de Caracalla.

La Roma Imperial más monumental te espera en las termas de Caracalla.