Visitamos Medina Azahara justo antes de que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO –no sabemos si le trajimos suerte pero, desde antes, lo teníamos marcado como uno de nuestros imprescindibles que visitar en Córdoba– y la verdad es que entendemos que lo haya conseguido. Una gigantesca ciudad creada para mostrar la riqueza de uno de los estados más poderosos del mundo a mediados del siglo X –el califato Omeya de Córdoba– que, ni cien años después de ser levantada, se abandonó y cayó en el olvido.
Gracias a la localización que eligió Abderramán III –y en parte, a su abandono–, tenemos la suerte de que nunca se haya construido sobre ella. Allí quedan, gran parte todavía bajo la tierra, toda la ostentación, la rica decoración y la planificación urbana del califato Omeya de Córdoba. Y todo te está esperando.
- Historia de Medina Azahara: de capital del califato Omeya de al-Andalus a las ruinas de hoy en día
- El conjunto arqueológico de Medina Azahara
- La visita al alcázar: qué ver en el palacio de Medina Azahara
- El museo del sitio
- Visitar Medina Azahara por libre
- Dónde está y cómo llegar a Medina Azahara en bus desde Córdoba: autobús de línea y lanzadera
- La visita guiada a Medina Azahara: tours desde Córdoba
- Información práctica: horarios, entradas, página oficial, etc.
- La visita nocturna: Medina Azahara de noche
- Medina Azahara declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
- Hoteles cerca de Medina Azahara, Córdoba
Historia de Medina Azahara: de capital del califato Omeya de al-Andalus a las ruinas de hoy en día
Corría el año 936 –bueno, año arriba, año abajo– cuando Abd al-Rahman III –Abderramán III es español– decidió construir una capital para su poderoso imperio. ¿Quién era Abderramán III? Abd al-Rahman III fue el octavo, y último, emir del califato Omeya de Damasco. Último, porque en 929 se autoproclamó califa Omeya de Córdoba, creando un califato independiente.
Para demostrar el poder del nuevo califato comenzó a acuñar su propia moneda y fundó una nueva ciudad: Madinat al-Zahra, la “ciudad brillante” o “ciudad resplandeciente”. Las obras de la que sería su capital se prolongaron alrededor de una década –lo que no deja de asombrar cuando uno recorre las ruinas y entiende lo fastuoso e imponente que era–.
¿Sabías que…?
Siguiendo el camino iniciado por el emperador Shah Jahan con la construcción del Taj Mahal por amor, durante mucho tiempo se admitió como hecho histórico sin discusión que Medina Azahara había tenido el mismo origen. Una interpretación romántica de autores árabes tardíos consideraba la ciudad como una prueba de amor, o de capricho, de Abd al-Raman III hacia su concubina favorita, al-Zahra, de la que la ciudad habría tomado el nombre. Una bonita historia que es completamente falsa.
La localización elegida para la construcción de la ciudad estaba perfectamente estudiada: 8 kilómetros al oeste de Córdoba, al norte del río Guadalquivir y al sur de la Sierra Morena, donde la montaña se hace valle. Nunca fue lugar de paso, sino de visita obligada.
Abandono, saqueo y excavación arqueológica de Madinat al-Zahra
Lujo, ostentación, poder… que sólo se mantuvieron en la nueva ciudad durante unos 80 años. El nieto de Abderramán III, Hisam II, trasladó la corte y las instituciones administrativas a la nueva ciudad construida por su tutor, al-Mansur –Almanzor en español–: Madinat al-Zahira.
Desde ese momento, comenzó el saqueo de las maravillas que decoraban Madinat al-Zahra y, más tarde, de los sillares que formaban sus edificios. El fin del califato Omeya –el último califa Omeya fue el propio Hisam II– propició luchas entre las distintas facciones y la ciudad de Abderramán III recordaba “demasiado” su poder. Con la conquista cristiana, más de dos siglos después, tampoco mejoró la cosa. Se utilizó como cantera de piedra para los nuevos edificios civiles y religiosos de Córdoba.
No fue hasta 1911 cuando comenzaron las excavaciones arqueológicas y, desde entonces, no han parado. Eso sí, la magnitud de la ciudad es tal que sólo se ha sacado de nuevo a la luz alrededor de un 10% de su superficie.
El conjunto arqueológico de Medina Azahara
La ciudad de Medina Azahara era un rectángulo casi perfecto de 1.518 m x 745 m rodeado por una muralla que contaba con cuatro puertas. Las 112 ha de superficie intramuros estaban divididas en dos zonas completamente separadas, de hecho, por una muralla interior. Estas zonas eran la medina y el alcázar o palacio.
Los trabajos de excavación se han limitado, por ahora, a la zona del alcázar. Concretamente a la zona central del palacio. No hay ninguna vivienda excavada en la medina de Medina Azahara. Aquí tienes el mapa de la visita a las ruinas de Medina Azahara sacado del folleto oficial.
Aprovechando la inclinación del terreno, Madinat al-Zahra se construyó en terrazas. En la superior se encontraba el alcázar –donde residían el califa y su corte y tenían lugar los actos oficiales–. Más abajo, pero por encima del nivel de la medina –la ciudad propiamente dicha, donde vivía la mayoría de la población–, se encontraba la mezquita Aljama, usada por toda la población de la ciudad.
¿Sabías que…?
La mezquita Aljama –una de las tres que había en la ciudad– fue la primera mezquita de todo al-Andalus con orientación correcta hacia La Meca. Si te fijas en el mapa, rompe todas las demás líneas de la ciudad.
La visita al alcázar: qué ver en el palacio de Medina Azahara
El acceso a Medina Azahara es a través de la puerta norte. Hasta allí llegaba el camino de los Nogales, la vía de comunicación más rápida con Córdoba y por donde se recibían los aprovisionamientos para el palacio.
Después de pasar por las viviendas superiores, de planta cuadrangular alrededor de un patio, se llega a un espacio trapezoidal, una encrucijada en mitad del palacio. Allí se encontraba el cuerpo de guardia. Eran ellos los encargados de controlar el paso de la zona administrativa a la zona residencial del palacio. Nosotros, a través de las caballerizas, nos dirigimos a la casa de Ya´Far.
Casa de Ya’Far
El lujo y la ostentación arquitectónica de la casa de Ya’Far es una demostración del “sueño omeya de al-Andalus”. Ya’Far era un eunuco –por lo tanto un esclavo comprado para trabajar en el harén del califa– que llegó a convertirse en gran chambelán, hayib o primer ministro del califa al-Hakam II, el hijo y sucesor de Abd al-Rahmán III. Dirigió la burocracia de todo al-Andalus y recibía en audiencias a los emisarios más importantes. La duda de si dejó de ser esclavo en algún momento todavía está por resolver…
¿Sabías que…?
El “malo” de la película de Disney Aladdín, Jafar, tomó el nombre del hayid de al-Hakam II.
La casa de Ya’Far –con pavimento de mármol violáceo, baño privado y estancias para sus criados– está conectada a su “despacho”, lo que no es habitual en el palacio. La entrada a las salas de audiencias es la impresionante arcada que se ve hoy en día. Esta arcada estaba, en su momento, cubierta por una puerta de varias planchas que permanecía cerrada hasta la llegada de algún emisario.
Desde la casa de Ya’Far es visible la vivienda de la alberca, tal vez la casa del príncipe heredero. Con dos portadas simétricas de arcos de herradura y una alberca central, era una de las más suntuosas del palacio. Lamentablemente, no era visitable en el momento en que recorrimos Medina Azahara y nos tuvimos que conformar con verla de lejos. La residencia privada del califa, dar al-mulk –la morada o casa del poder–, que seguramente era más espectacular todavía, tampoco es visitable.
La basílica superior
Si lo que estás buscando son más arcos califales –los característicos del califato Omeya de Córdoba, los de la Mezquita-Catedral– estarás de enhorabuena cuando llegues al edificio basilical superior. También llamada sala de los visires según algunas fuentes porque se supone que era aquí donde esperaban las embajadas a ser recibidas por el califa. En realidad, o al menos es lo que indican los carteles, no se conoce su función concreta. No se ha podido identificar con ninguno de los edificios que aparecen citados en los textos históricos… pero sí se cree que tenía funciones administrativas.
Los arcos enlucidos con mezcla de cal y arena se alzan orgullosos –y restaurados, para qué engañarnos–. Sus cinco naves paralelas separadas por columnas y arcos con la ornamentación típica de franjas –aunque en este caso, en lugar de blanco y almagra, rojo oscuro, son en relieve–, te recordarán inevitablemente a la Mezquita-Catedral de Córdoba. A nosotros, por lo menos, nos la recordaron.
La puerta oriental, el gran pórtico ceremonial
La puerta principal, la más suntuosa, del palacio de Medina Azahara era la oriental. Por ella llegaban las embajadas de todo el mundo –el califato de Abd al-Rahmán III fue uno de los “reinos” más poderosos del mundo en el siglo X–. Emisarios de reinos cristianos, del norte de África, del Imperio Bizantino o del Imperio Germánico atravesaron este pórtico monumental con la misión de departir con el califa. Las hojas originales de las puertas, desplomada desde el año 1010 cuando la ciudad fue pasto de las llamas, se encontraron en una excavación de 2019.
Al otro lado de la puerta, fuera del alcázar, se abría una gigantesca plaza de más de 18.000 m2 en la que el califa pasaba revista personalmente a sus ejércitos en paradas y alardes antes de expediciones militares.
¿Sabías que…?
A pesar de lo que pueda parecer, Abd al-Rahmán III fue bastante comedido con la ostentación en la construcción de su ciudad. Los ulemas y alfaquíes le recomendaron no hacer mucha demostración de lujo con mármoles. Eso sí, su heredero, al-Hakam II, no tuvo las mismas limitaciones y se dejó llevar con la portada y sus 14 arcos…
Continuando por el exterior de la muralla del palacio se llega a los restos de la mezquita Aljama.
Salón rico
La joya de la corona, bueno, del califato, era el salón rico. Antes hemos dicho que una de las viviendas más suntuosas era la del alberca, pero es que el salón rico no era vivienda. Allí era donde, después de recorrer gran parte del alcázar y esperar bastante tiempo, los emisarios se encontraban finalmente cara a cara con el califa.
Nos comentaron que estaba muy restaurado –tal vez demasiado– y que estaban recuperándolo con la intención de volverlo a abrir a finales de 2018… Un motivo para volver a Medina Azahara. Nosotros nos tuvimos que conformar con verlo desde la terraza superior y por la parte trasera.
Delante del salón rico se alzaba un pabellón, hoy desaparecido, rodeado por cuatro albercas.
El museo del sitio
El museo del conjunto arqueológico de Medina Azahara es un museo de sitio levantado para facilitar la comprensión y para conservar la gran cantidad de piezas que se han ido recuperando a lo largo de los años. De hecho, no deberías dejar de pasar por delante del depósito al salir y sorprenderte con todo lo que está almacenado.
La exposición está dividida en cuatro bloques que ilustran el nacimiento de la ciudad; la organización: planificación e infraestructuras –desde la organización en terrazas hasta el complejo sistema de conducción de aguas, tanto para el consumo humano y el riego de los muchos jardines, como para expulsar las aguas residuales–; la vida de los habitantes de la ciudad; y su fin, con el abandono y el expolio.
Allí descubrimos que el expolio llevó a que capiteles, columnas, mármoles, etc. de Medina Azahara acabaran repartidos por la Península y el norte de África. Encontrarás partes de Madinat al-Zahra en las catedrales de Tarragona, Girona o Braga –en Portugal–, en mezquitas en Marrakech o en los Reales Alcázares de Sevilla. Por no hablar de sus sillares que, como decía, fueron utilizados para levantar gran cantidad de edificios civiles y religiosos tras la Reconquista.
¿Sabías que…?
Cuando Fernando II conquistó Córdoba en 1236, ya no existía recuerdo de la ciudad califal.
Visitar Medina Azahara por libre
El recorrido recomendado comienza por el museo, bueno, primero por el auditorio donde se proyecta un vídeo –disponible en YouTube–. Una vez terminada la visita al museo, se va a la zona de excavaciones en lanzadera. Salen del aparcamiento aproximadamente cada 20 minutos a partir de las 9.20 y hasta una hora antes del cierre de la taquilla –el coste, 2,50 € por persona, ida y vuelta–.
¿Cómo visitamos Medina Azahara nosotros? Pues casi en orden: vimos la proyección, recorrimos parte del museo pero, como queríamos llegar pronto a la excavación –en mayo el sol ya empieza a calentar en Córdoba–, no acabamos de verlo por completo. Al terminar el recorrido por la zona arqueológica, volvimos al museo.
El recorrido de la zona arqueológica está señalizado con flechas y carteles. No hay audioguías y es poco accesible para silla de ruedas. En cambio, el museo es completamente accesible.
Dónde está y cómo llegar a Medina Azahara en bus desde Córdoba: autobús de línea y lanzadera
Como hemos dicho, Medina Azahara está a 8 km de la ciudad de Córdoba. Si vas en coche, tienes que tomar la carretera de Palma del Río (A-431) y salir por desvío del kilómetro 5,5.
Si vas en transporte público, vas a tener que andar un poco: Madinat al-Zahra no era un lugar de paso… y sigue sin serlo. El autobús 01, desde la parada República Argentina en los Jardines de la Victoria, llega a la parada “cruce Medina Azahara”. Desde allí, 700 metros andando hasta el centro de visitantes y el museo. El precio del bus es de 1,30 € por persona y trayecto.
Hay una opción intermedia, un bus lanzadera directo desde el Paseo de la Victoria hasta el aparcamiento del centro de visitantes. Eso sí, cuesta 9 € –por persona ida y vuelta– y tendrás que acoplarte a sus horarios –sólo dos al día, llegando con mucha más gente y teniendo que quedarte el tiempo estipulado por ellos: cada vuelta corresponde con una ida–. Como ventaja, el traslado del museo al área arqueológica está incluido.
La visita guiada a Medina Azahara: tours desde Córdoba
También está la opción de recorrer las ruinas y el museo con una visita guiada a Medina Azahara. Siempre recomendamos visitar los sitios arqueológicos con guía porque hace falta mucha información –e imaginación– para “levantar” los muros que ya no existen. En cualquier caso, después de ver el vídeo y con los paneles informativos, puedes hacerlo por tu cuenta si quieres.
El tour, además de la visita guiada a Medina Azahara, puede incluir el traslado desde Córdoba capital si no quieres liarte con autobuses o tener que andar. Aquí puedes ver los precios y horarios.
Información práctica: horarios, entradas, página oficial, etc.
El conjunto arqueológico Madinat al-Zahra abre todos los días del año excepto los lunes y 1 y 6 de enero, 1 de mayo y 24, 25 y 31 de diciembre. El horario es de 9 a 15 todos los domingos y festivos del año y de martes a sábado: de 9 a 18 del 16 de septiembre al 31 de marzo; de 9 a 20 del 1 de abril al 15 de junio; y de 9 a 15 del 16 de junio al 15 de septiembre –hay poca sombra en la zona arqueológica–.
La entrada es gratuita para ciudadanos de la Unión Europea y tiene un precio de 1,5 € para los ciudadanos de otros países. El coste de la lanzadera del centro de visitantes al área arqueológica es de 2,50 €.
Más información en la página oficial de Madinat al-Zahra.
La visita nocturna: Medina Azahara de noche
Si te has quedado con ganas de más y visitas Medina Azahara entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, puedes volver también de noche. La entrada sigue siendo gratuita, aunque los autobuses de línea puede que ya no hagan el trayecto y tampoco sabemos cómo funcionará el tema de la lanzadera desde Córdoba en este caso.
Los horarios, de mediados de mayo a de junio: viernes y sábados de 19 a 22, y del 1 de julio al 15 de septiembre: martes a sábado de 20 a 00. También es posible visitar la antigua capital califal con un tour nocturno por Medina Azahara, aquí tienes los detalles.
Medina Azahara declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
Finalmente, tras años de trabajo y varios intentos a nivel nacional, el 1 de julio de 2018 la ciudad califal de Medina Azahara, Madinat al-Zahra, entró a formar parte del listado de lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De esa forma, la ciudad de Córdoba atesora dos lugares UNESCO: el centro histórico con la Mezquita-Catedral y la ciudad de Medina Azahara. Además de la declaración como patrimonio cultural inmaterial de la fiesta de los patios –de la que te contamos todo en visitar los patios de Córdoba: en la fiesta y todo el año–.
Hoteles cerca de Medina Azahara, Córdoba
Volvemos a repetir que Medina Azahara no es lugar de paso, así que tampoco encontrarás hoteles en las cercanías. Nuestra recomendación es alojarse en Córdoba y aprovechar para disfrutar de la ciudad. Nosotros lo hicimos en la Hospedería Los Ángeles, un lugar que nos encantó. Aquí puedes ver precios de otros hoteles de Córdoba.
El poder califal de Adb al-Rahman III vuelve a la luz en el yacimiento arqueológico y museo de Medina Azahara, la ciudad resplandeciente de Córdoba.
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