En plena albufera, en la Camarga francesa, entre flamencos y lagunas rosas, se levanta uno de los recintos amurallados mejor conservados de Europa. No nos digas que, solo con esta descripción, no estás deseando ir a Aigues-Mortes. Pero este pueblo es más que una bonita postal. Te hablamos de todo lo que tienes que ver en Aigues-Mortes para convencerte más si cabe.

Aigues-Mortes nació por voluntad de Luis IX de Francia, futuro San Luis, en 1240. El rey dio vida aquí al primer puerto del Mediterráneo del Reino de Francia. Y fue el único hasta el siglo XV, cuando la Provenza, con el gran puerto de Marsella, se incorporó a él. Sí, más de dos siglos siendo el único acceso al sur de Francia por mar. Para que te hagas una idea de su importancia. No solo como puerto comercial: desde aquí salieron las dos últimas cruzadas, lideradas por San Luis, en 1248 y 1270. Los siguientes reyes la protegieron con unas murallas que siguen en pie hoy en día.
Ya ves que, además de encontrarse en un entorno precioso, es un lugar lleno de historia. Y de monumentos… No nos entretenemos más, te contamos cuáles son nuestros 12 lugares que ver en Aigues-Mortes y alrededores.
1. La Torre de Constance
¿Lo primero que tienes que ver en Aigues-Mortes? Sin duda, la Torre de Constance, el único vestigio del castillo levantado en el siglo XIII por Luis IX de Francia. Seguramente era el antiguo castillete de entrada a la fortaleza y estaba diseñado para ser inexpugnable. Tiene casi cuarenta metros de altura y muros de seis metros de grosor, en su día rodeados por un foso, hoy en parte rellenado. Subiendo por su escalera de caracol y pasando por sus salas medievales, llegamos a la terraza, con vistas al casco histórico amurallado, a la Camarga y a los canales que conectan Aigues-Mortes al Ródano. Solo por eso, ya merece la pena entrar.

La torre daba acceso al castillo, hoy desaparecido. Sobre sus restos, en el siglo XVII se construyó el Palacio del Gobernador. Allí están el acceso a la torre y un museo donde aprendimos sobre San Luis y las cruzadas, las guerras de religión y el pasado protestante de Aigues-Mortes.

¿Sabías que…?
Aigues-Mortes fue una de las ocho “plazas de seguridad” concedidas a los protestantes en Francia en el siglo XVI tras el Edicto de Nantes, que reconocía esta religión. Con la revocación del edicto, en el siglo XVII, hubo una dura represión del protestantismo y la Torre de Constance se convirtió en prisión para los hugonotes. La prisionera más famosa fue Marie Durand, encerrada aquí durante treinta y ocho años. A ella se le atribuye –sin pruebas– la inscripción “register” –resistir en dialecto local– sobre el brocal del ojo de buey de la sala alta de la torre.
2. El camino de ronda
Hemos dicho que Aigues-Mortes tiene uno de los recintos amurallados mejor conservados de Europa. Casi 1.640 metros de fortificaciones levantadas en el siglo XIII y que aún quedan en pie, con sus quince torres y puertas.

¿Lo mejor? Que todo el camino de ronda se puede recorrer andando. En algunas torres hay decoración original –por ejemplo las claves de bóveda con el ángel y el anciano en la Puerta de los Molinos– y en otras pequeñas exposiciones sobre la historia de la ciudad. Por no hablar de las vistas, en particular las que se tienen desde la muralla sur, en la Puerta de la Marina y en la de los Molinos. ¿Qué se ve desde allí? Pues los lagos de las salinas, otra gran fuente de riqueza de la ciudad desde el siglo XIII. Cambian de color según la temporada… nosotros fuimos a principios de mayo, cuando empezaban a estar rosas.

Saltaconmiconsejo
El acceso al paseo de ronda está incluido en la entrada a la Torre de Constance, nosotros compramos la entrada online aquí en español y te lo recomendamos. Cuesta lo mismo –9 euros– y te evitas la cola en la taquilla, puedes entrar directamente.
3. El recinto amurallado desde abajo
Hecho el paseo por arriba, toca hacerlo por abajo. No es muy largo y merece la pena recorrerlo entero para admirar las puertas desde fuera, por ejemplo la Puerta de la Reina, con sus gárgolas. Además, por la parte sur, puedes pasear junto a la albufera de Aigues-Mortes.

4. La iglesia de Notre-Dame des Sablons
¿Qué más hay que visitar en Aigues-Mortes? En el casco histórico, no puedes perderte la iglesia de Notre-Dame des Sablons. Una antigua iglesia gótica del siglo XIII reconstruida en varias ocasiones. Nos fascinaron sus vitrales contemporáneos que le dan un toque de color a las paredes de piedra.

5. La plaza San Luis
Junto a la iglesia está la plaza San Luis, la plaza principal del casco histórico presidida, cómo no, por una estatua del rey y santo fundador de la ciudad que le dedicó Aigues-Mortes. Es obra del siglo XIX del escultor neoclásico James Pradier. En la plaza está también la oficina de turismo.

6. El retablo de estuco de la capilla de los Penitentes Grises
Otra pequeña joya que tienes que ver en Aigues-Mortes se encuentra en la capilla de los Penitentes Grises. Una capilla reconstruida en el siglo XVII, tras las guerras de religión, sobre un antiguo convento de la época de San Luis. Hablamos de su retablo de estuco que ocupa la totalidad del coro. Nos pasamos un rato fijándonos en sus esculturas y relieves. Desde los ángeles con los atributos de la Pasión de Cristo, hasta los símbolos de las cinco llagas de Cristo, pasando por Dios Padre, las escenas de Jesús en el huerto de los olivos y la flagelación, las columnas salomónicas…. Eso sí, tenemos que guardar el recuerdo, no se pueden hacer fotos.

¿Sabías que…?
Durante la Revolución Francesa, la capilla se convirtió en tienda de forraje. Por suerte, el almacenista era un hermano de la cofradía de los Penitentes Grises, fue él quien consiguió salvar el retablo apilando fardos de paja delante de él para esconderlo.
Ojo, la capilla solo abren por la tarde: todos los días de 14:30 a 17:30.
7. La capilla de los Penitentes Blancos
Cerca de la capilla de los Penitentes Grises está la capilla de otra cofradía, la de los Penitentes Blancos, de la misma época –siglo XVII–. No es tan interesante, pero tiene algunos cuadros y frescos del siglo XIX. Está cerca de la otra, así que no cuesta nada entrar a echarle un vistazo. Además, tiene horario parecido: de 14 h a 17 h.

8. Las salinas de Aigues-Mortes, ¿cuándo están rosas?
Otro sitio que no puedes dejar de visitar en Aigues-Mortes, especialmente si vas a finales de primavera o en verano, son sus salinas.

Ya dijimos que el “oro blanco” ha sido fuente de riqueza para Aigues-Mortes desde el siglo XIII. Al final del siglo XVIII había diecisiete pequeñas salinas. En 1856 se asociaron y fundaron la Compagnie des Salins de Midi, activa hasta hoy en día. Con sus 8.000 hectáreas –que leímos en un cartel que corresponden a la superficie del París intramuros– son las más grandes del Mediterráneo y producen entre 250.000 y 300.000 toneladas de sal al año. ¿Y por qué hemos dicho que no puedes perdértelas a finales de primavera y en verano? Pues porque desde mediados de mayo y durante todo el verano sus lagunas se tiñen de rosa como las Coloradas de México. La vista de las lagunas rosas y, al fondo, las murallas medievales de Aigues-Mortes que se tiene desde el “camelle”, la montaña de sal, es una maravilla.
¿Sabías que…?
¿Por qué en esa época las lagunas de las salinas se colorean de rosa? Al acercarse el verano, la evaporación del agua hace que suba la concentración de sal y se desarrolle una microalga rica en carotenoides llamada dunaliella salina. Es ella la responsable del color rosado de las lagunas. De esta microalga rosa se alimenta un pequeño crustáceo llamado artemia salina que, a su vez, es fuente de alimentación de los flamencos. Estas bonitas aves no nacen rosas, sino blancas-grises, es gracias a su alimentación a base de artemia salina que su plumaje cambia de color.
Las salinas se pueden visitar andando –como hicimos nosotros–, en un trenecito, en bicicleta o en coche. Al entrar te dan el mapa para recorrerlas. En su web oficial –en francés– tienes horarios y precios. ¡No olvides llevar gorra y crema solar!

Por cierto, en la tienda puedes comprar sal de las dos marcas de la compañía: La Baleine y Le Saunier de Camargue. La flor de sal de Le Saunier de Camargue es bastante famosa, pero conviene comprarla en la tienda solo si te llevas el envase grande –los de 125 g son más baratos en El Corte Inglés–.
9. La Torre Carbonnière y las vistas a la Camarga
A tres kilómetros y medio del recinto amurallado de Aigues-Mortes, en medio de las marismas de la Camarga, se alza otra torre que formaba parte de las fortificaciones de Aigues-Mortes: la Torre Carbonnière. También es del siglo XIII y fue, en su día, la única vía de acceso terrestre a la ciudad. Hasta finales del siglo XX la carretera todavía pasaba por debajo de ella, hoy la rodea. Desde su cima hay bonitas vistas de las marismas que rodean Aigues-Mortes. La torre está abierta todo el día, no hay vigilancia.

10. Los estanques que rodean Aigues-Mortes con sus flamencos
Al lado de la Torre Carbonnière suele haber flamencos, así como en los estanques que encontrarás entre Aigues-Mortes y Le Grau-du-Roi: el Étang de la Marette, el Étang de la Ville, el Étang du Médard y el Étang de Repausset Levant. En este último en particular, hay un sitio donde los vimos en más de una ocasión, te lo indicamos en el mapa –puedes aparcar delante de la Gendarmerie Nationale–.

Junto al estanque de la Marette está la Maison du Grand Site de France de la Camargue Gardoise, de acceso gratuito, con información sobre esta parte de la Camarga, una pasarela y un mirador a las lagunas. Nosotros la encontramos cerrada, así que no podemos decirte más.

11. Le Grau-du-Roi
Si buscas lugares que visitar en los alrededores de Aigues-Mortes, no te pierdas Le-Grau-du-Roi. Está pegado, a unos 5 kilómetros, y la zona del faro y de los muelles, los Quais Colbert y Général de Gaulle, tiene bastante encanto. No es tan bonito como Aigues-Mortes, pero tiene también un agradable paseo marítimo –sobre todo al atardecer– y unos cuantos restaurantes y hoteles en su casco histórico junto al mar.

Si tienes un poco más de tiempo, puedes darte una vuelta por el Port Camargue, el puerto deportivo más grande de Europa y el segundo del mundo. La arquitectura de sus edificios, como la capitanía del puerto, es curiosa y hay un jardín de esculturas y unos cuantos bares donde parar a tomar algo.

12. La playa de L’Espiguette
Aunque no vayas al centro de Le Grau-du-Roi, desde Aigues-Mortes tienes que acercarte a la playa de L’Espiguette. Está a solo 15 minutos en coche y es una playa salvaje preciosa, probablemente la más bonita de la Camarga. Nosotros vimos unas cuantas y esta se llevó la palma. Un paseo por aquí al atardecer es un must. Eso sí, ¡cuidado con el viento!

Mapa con los lugares que ver en Aigues-Mortes
Aquí tienes nuestro clásico mapa con todos los lugares que visitar en Aigues-Mortes. Está todo cerca, no te vas a perder.
Dónde aparcar gratis y dónde dormir
Todos los aparcamientos cercanos a la muralla de Aigues-Mortes son de pago. Nosotros, por casualidad, de camino a la la Maison du Grand Site de France de la Camargue Gardoise encontramos uno gratuito que te indicamos en el mapa. Además, está al otro lado del Canal du Rhône en Sète y hay unas bonitas vistas de la ciudad.

Respecto a dónde dormir, en Le Grau-du-Roi hay mucha oferta de hoteles de playa con buena relación calidad-precio, sobre todo si no vas en verano. Nosotros dormimos en el Splendid Hôtel, en primera línea de playa. Está muy bien y a muy buen precio, puedes mirar disponibilidad y tarifas aquí. Te indicamos también en el mapa dónde aparcar gratis cerca del hotel.

Torres y murallas medievales, salinas rosadas, flamencos y, muy cerca, una playa salvaje. ¡Aigues-Mortes es uno de los rincones más bonitos del sur de Francia!
¿Quieres viajar a la Camarga? Aquí puedes hacerlo:
- Busca tu vuelo más barato a Francia aquí.
- Escoge el hotel que más te guste al mejor precio en la Camarga aquí.
- Alquila el coche al mejor precio en Francia aquí.
- Hazte con las mejores guías del sur de Francia aquí.
- Contrata tu tour guiado en Francia aquí.
- Contrata tu seguro de viaje con un 5% de descuento aquí.