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La visita el campo de concentración de Majdanek en Lublin

Nunca dejaremos de preguntarnos a nosotros mismos: ¿es normal visitar como turista un antiguo campo de concentración y exterminio? No somos capaces de darnos una respuesta contundente y que resuelva todas nuestras dudas. Porque, lo miremos como lo miremos, recorrer los mismos lugares en los que fueron asesinadas cientos de miles de personas, encontrarse con algunas de sus pertenencias, escuchar sus historias… no parece algo muy turístico. Por otro lado, aceptar que el ser humano es capaz de hacer barbaridades que escapan a nuestra comprensión también es importante para evitar que vuelvan a suceder. Mientras acabamos de decidirnos, preferimos aprender y conocer y, por eso, fuimos a visitar el campo de concentración de Majdanek en Lublin.

Que Ver En Lubin Museo Estatal Majdanek Alambre
El alambre de espino del campo

Tal vez nunca hayas oído hablar de él y es que los campos de concentración nazis en Polonia fueron muchos más que el conocido Auschwitz-Birkenau. El de Majdanek tiene la particularidad de ser uno de los más orientales y de que fue el primero convertido en museo y lugar de recuerdo a las víctimas, antes incluso de que acabara la Segunda Guerra Mundial.

Cualquier cosa que leas no será igual que estar entre los barracones y las alambradas de espino, pero creemos que la sensación de opresión y de mal cuerpo la vas a tener igual. El ser humano no está preparado para asimilar ciertas cosas y las que pasaron en el campo de concentración y exterminio de Majdanek son de esas.

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No creas que todo será dolor y rabia en tu viaje a esta zona de Polonia. Echa un vistazo a nuestro artículo Qué ver el Lublin y verás que hay mucho más. Y, si te queda tiempo, Qué ver en los alrededores de Lublin.

El campo de concentración de Majdanek: un poco de historia

Nada menos que Heinrich Himmler, el Reichsführer de las SS, fue quien decidió construir un campo de concentración en las afueras de la ciudad de Lublin tras reunirse con el jefe local de las SS. Era julio de 1941 y la idea era “alojar” a unos pocos prisioneros, que se encargarían de construir el propio campo. En octubre ya se decidió ampliar hasta llegar a 50.000 prisioneros. No contentos con eso, en 1942 se construyó una ampliación para 150.000 prisioneros. El plan final alcanzaba 250.000 prisioneros, aunque no se llegó a completar.

Campo de Concentracion de Majdanek Barracones
Barracones del campo de concentración de Majdanek

El campo de Majdanek estuvo en funcionamiento hasta julio de 1944, cuando llegaron las tropas soviéticas. Ya habían pasado por otros dos campos de concentración, pero estaban totalmente destruidos. Majdanek fue el primero que liberaron en “buen estado” y que les mostró las atrocidades nazis. Entre ellas, las cámaras de gas en funcionamiento desde octubre de 1942.

¿Sabías que…?


Las tropas nazis comenzaron a trasladar a los prisioneros a otros campos desde abril de 1944. El 22 de julio, un día antes de la liberación del campo de concentración de Majdanek, trasladaron a mil prisioneros en tren a Auschwitz-Birkenau. Los soviéticos encontraron solo unos 500 prisioneros al liberar el campo.

Atrocidades que no acabaron de disuadir a los soviéticos de seguir usando las instalaciones del campo para mantener a prisioneros –miembros del ejército polaco de resistencia en su mayoría– en las mismas terribles condiciones de vida. Aunque no duró mucho.

Que Ver En Lubin Museo Estatal Majdanek Monumento
Monumento en el Museo Estatal de Majdanek

En noviembre de 1944, cuando todavía no había acabado la Segunda Guerra Mundial, se transformó en museo, el primer museo de este tipo en el mundo. En 1969 se levantaron una puerta-monumento y una cúpula al fondo del campo sobre las cenizas recuperadas de miles de prisioneros asesinados. El autor, Wiktor Tołkin, estuvo prisionero en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.

La matanza de Majdanek en el “Festival de la cosecha”

En este punto ya habrás entendido, con las cámaras de gas, que el campo de concentración de Majdanek se convirtió en parte fundamental de la llamada Operación Reinhard que buscaba la aniquilación de los judíos. Pero Majdanek tiene otro triste récord relacionado con esta idea enfermiza.

El 3 de noviembre de 1943 el ejército nazi lleva a cabo la operación Erntefest, “Festival de la cosecha”, en la que asesina a miles de judíos de la Polonia ocupada en tres campos de concentración. En el de Majdanek se fusilaron entre 17.000 y 18.000 personas en un solo día, la mayor masacre ejecutada en un solo día y en un mismo lugar durante la Segunda Guerra Mundial –miedo nos ha dado buscar si es la mayor en cualquier periodo, porque sabemos que el ser humano no tiene límites… como confirmamos en los campos de la muerte de Camboya–.

Campo de Concentracion de Majdanek Barracon Bano Desinfeccion Cartel
El cartel del barracón de baño y desinfección por donde pasaban los prisioneros nada más llegar al campo

Los otros dos campos en que tuvo lugar la operación Erntefest fueron Poniatowa y Trawniki, donde asesinaron, respectivamente, entre 11.000 y 16.000 judíos y entre 4.000 y 6.000.

Después del 3 de noviembre de 1943, los judíos dejaron de ser mayoría entre los prisioneros del campo de concentración de Majdanek y, para el momento de la evacuación, no llegaban a mil, con los de todos los subcampos.

¿Sabías que…?


El campo de concentración de Majdanek contaba con siete subcampos: Budzyn, Trawniki, Poniatowa, Krasnik, Pulawy, Airstrip y Lipowa. Poniatowa, Airstrip y Lipowa se cerraron después del “Festival de la cosecha” al haber asesinado a todos sus prisioneros.

Los números de la vergüenza

A diferencia de en otros campos de concentración nazi, en Majdanek los números de registro de los prisioneros nunca superaron el 30.000 y tampoco se tatuaban, se usaban placas metálicas. Los números de registro se reutilizaban: los nuevos prisioneros recibían los de los asesinados, de forma que no se sabe con seguridad cuántos pasaron por aquí. Tampoco se sabe con seguridad cuántos murieron ni por qué motivo.

Se estima que en Majdanek y sus subcampos fueron asesinadas entre 80.000 y 130.000 personas, solo en el campo principal entre 80.000 y 110.000. La mayoría eran judíos –entre 80.000 y 92.000–, pero también homosexuales, gitanos, sin techo, prostitutas… Cada uno de estos “crímenes” –para la ideología nazi– tenía su propio símbolo que se portaba en el uniforme del prisionero. No solo estaban las estrellas de David.

Campo de Concentracion de Majdanek Simbolos
Los distintos símbolos de los prisioneros

Eso sí, nos explicaron que no había suficientes uniformes con rayas, por lo que muchos de los prisioneros recibían ropas de otros asesinados con anterioridad. Nunca mantenían sus ropas porque trataban de humillarles con tallas erróneas, dos zapatos del mismo pie y cosas por el estilo.

El primer campo de concentración convertido en museo y memorial

A pesar de que los soviéticos decidieron “aprovechar” el campo para encerrar a los miembros del ejército de resistencia polaco, rápidamente se convirtió en un símbolo para el recuerdo. Como hemos dicho, en noviembre de 1944 se abrió el Museo Estatal de Majdanek.

Ya lo había experimentado en el campo de Stutthof, pero visitar un campo de concentración nazi en mitad de una pradera de césped de un verde brillante es un choque tremendo. Lo que no encontramos al principio de la visita fue sol. Fuimos a Majdanek un primero de agosto y hacía frío y estaba cubierto, brumoso. Como si el lugar tuviera su propia atmósfera tan densa y triste que no permitiera que el sol lo calentara o lo iluminara. Dos horas y media después, al salir de los últimos barracones ya compungidos, el cielo se abrió y el sol nos saludó, parecía que el campo quería decirnos que siempre hay esperanza.

Campo de Concentracion de Majdanek Cupula Chimenea Torre
La cúpula, la chimenea del crematorio y las torres de vigilancia

La visita al Museo Estatal de Majdanek

Toda la historia y las cifras nos las contaron en la visita guiada al Museo Estatal de Majdanek. Como comentábamos al principio, por mal que te quedes tras leerlas, no es nada comparado al hecho de estar en aquel lugar mientras recorres los mismos senderos que los prisioneros, entras en la sala de los hornos crematorios o ves una lata de Zyklon-B –el veneno usado por los nazis en las cámaras de gas, aunque, en Majdanek, se usó más el monóxido de carbono–.

El campo de Majdanek ocupaba 30 hectáreas divididas en cinco campos, cuatro para hombres y uno para mujeres. En cada campo había 20 barracones –22 en el campo I– donde “vivían” entre 200 y 500 personas. Los nazis hacinaban a los prisioneros, aunque nos dijeron que había barracones vacíos.

Las condiciones de vida, si se le puede llamar vida, eran terribles: las bajas temperaturas, la falta de comida y de cuidados médicos, los trabajos forzados… En uno de los barracones que sigue en pie se mantienen las “camas” –entre comillas, porque no son más que maderos mal encajados en varias alturas–. Igual que nos parece imposible la maldad del ser humano, también nos parece increíble su capacidad de supervivencia, porque sí, también hubo supervivientes en Majdanek.

Campo de Concentracion de Majdanek Camas
Las «camas»

En otro barracón, entre extractos de testimonios de supervivientes, encontramos un mapa que indicaba el origen de los prisioneros del campo a lo largo del tiempo. En su origen, la mayoría eran judíos polacos y de otros países cercanos. En 1943 ya había alemanes, checos, italianos, del norte de Europa, ucranianos, bielorrusos y hasta algún español. Hasta 50 nacionalidades llegaron a “convivir” en Majdanek.

El almacén de zapatos

Para lo que no estábamos preparados, y eso que lo habíamos visto en Auschwitz-Birkenau, era para el barracón con los zapatos de los prisioneros asesinados. Nos explicaron que los 430.000 pares de zapatos que encontraron al liberar el campo eran solo una pequeña parte. Los que estaban en mejor estado eran enviados al Reich donde eran entregados a instituciones o civiles.

Campo de Concentracion de Majdanek Zapatos
Los zapatos de Majdanek

La cámara de gas

La huida de las tropas nazis ante el avance soviético no les permitió destruir el campo como habían hecho, y harían después, con otros. En Majdanek es posible ver una auténtica cámara de gas nazi, con manchas azules de Zyklon-B en las paredes. No se puede describir con palabras –al menos yo– lo que se siente al estar tan cerca de un lugar así. Miles de vidas acabaron en esa sala. Solo con pensarlo, en la comodidad de mi sofá, el sentimiento de tristeza es abrumador.

Campo de Concentracion de Majdanek Interior Camara Gas
La cámara de gas

Los hornos crematorios

Aunque nos dijeron que la mayoría de los asesinados no pasaron por los hornos crematorios, las puertas de hierro siguen impresionando. No vayas a creer que no quemaron los cuerpos por respeto y que los enterraban… Dejaron de usar los hornos porque era caro y complicado seguir el ritmo de las cámaras de gas. Ordenaron a los prisioneros cavar zanjas y apilaban los cuerpos en ellas para prenderles fuego después.

Campo de Concentracion de Majdanek Hornos Crematorios
Puertas de los hornos crematorios

Este trabajo era llevado a cabo por el Sonderkommando, formado por prisioneros judíos aislados del resto para que no contaran lo que sabían. Ellos también eran asesinados y reemplazados por otros cuando dejaban de ser útiles.

El monumento conmemorativo/memorial

En 1969, Wiktor Tołkin diseñó el monumento-puerta de Majdanek y la cúpula. El monumento, a la entrada del campo, evoca la silueta de números, letras o personas, pero la idea es la de una puerta entre dos mundos. Porque lo que pasó no parece de este mundo, añadimos nosotros.

Campo de Concentracion de Majdanek Monumento Puerta Cupula
El monumento-puerta y la cúpula

La cúpula, al fondo del Museo Estatal de Majdanek, cubre las cenizas encontradas en las zanjas –no están todas, los nazis las usaban como fertilizantes para jardines–. En el mausoleo se lee la inscripción: “Nuestra fe es un aviso para ti”.

Información práctica: horario, precios, dónde está y cómo llegar desde el centro de Lublin

El campo de concentración de Majdanek está a 4 km del centro de Lublin. En su tiempo, estaba en las afueras de la ciudad, pero hoy es casi un barrio más. De hecho, hay una parada donde dejar las bicicletas públicas en la misma puerta. También es posible llegar en transporte público, las líneas 23 de autobuses y 156, 158 y 161 de trolebús paran en la puerta, pregúntale a Google Maps.

La entrada al Museo Estatal de Majdanek es gratuita, solo hay que pagar por dejar el coche en el aparcamiento o por las visitas guiadas. Puedes ver los precios en su página oficial.

Campo de Concentracion de Majdanek Alambre
Alambre de espino en la zona de la muerte, a donde muchos prisioneros se acercaban buscando suicidarse

El horario del museo, en el barracón número 62, es de 9 h a 17 h de abril a octubre y de 9 h a 16 h de noviembre a marzo. El horario del campo es de 9 h a 18 h de abril a octubre y de 9 h a 16 h de noviembre a marzo. Echa un vistazo a la página oficial para confirmar los días de cierre –el museo cierra los lunes y todo el complejo cierra del 25 de diciembre al 2 de enero–.

Campo de Concentracion de Majdanek Monumento
Un monumento levantado en tiempos de las SS en el que los prisioneros colocaron cenizas humanas en recuerdo a los muertos

Seguimos sin saber si es normal visitar un campo de concentración, pero estamos seguros de que hay que hacerlo para no olvidar.

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Comentarios

  • Sil
    1 marzo, 2023 a las 15:03

    Muy interesante. Nosotros también hemos ido a algunos. Y creo que es importante recordar y aprender. Hace poco estuvimos en uno en Francia. Algunos principalmente comenzaron siendo campos que han servido de refugio para los Republicanos españoles que escapaban, los espacios tenian condiciones insalubres e inhumanas. A eso luego sumaron judíos, gitanos y todo opuesto al régimen de Vichy. Si les interesa les cuento más. El último en el que estuve es Camp des Milles en Aix. Saludos!

    Responder
    • 2 marzo, 2023 a las 13:49

      Hola, Sil. ¡Bienvenida al blog! 🙂
      Eso es lo que nos lleva a nosotros a visitarlos: recordar y aprender. Porque, aunque sepas lo que pasó, verlo en el lugar, leerlo en las notas de los supervivientes y oírlo de boca de los guías no es lo mismo. De tan «imposible» que parece todo, pensamos que nos adormecemos, como si lleváramos un dosis de anestesia que se evapora en cuanto pones un pie en los campos de concentración dejándote ver la más cruda realidad.
      No hemos visitado todavía ninguno en Francia, bueno, en realidad solo hemos visitado en Polonia y en Camboya (aunque de otro tipo y de otra guerra, claro). Todos son interesantes y todos tienen una historia (bueno, miles de historias) que merecen ser contadas y recordadas.
      ¡Muchas gracias por tu comentario! Esperamos despertar alguna conciencia con el artículo y, aunque sea una visita dura, que se siga conociendo.
      ¡Un abrazo viajero!

      Responder