Si vas a Alcalá de Henares en tren, recorrerás el Paseo de la Estación para llegar al centro. En ese paseo, seguro que te llama la atención un curioso edificio de ladrillo visto con una torre de reloj a modo de minarete. Sus juegos de volúmenes y su decoración neomudéjar, con esa torre rematada por una cúpula de “escamas” de cerámica verde y blanca, no están hechos para pasar desapercibidos. Puede incluso que te recuerde un poco al Capricho de Gaudí, en Comillas. No, no estás delante de una obra del gran arquitecto modernista catalán. Pero sí que estás delante del capricho de otro arquitecto de la misma época, aunque mucho menos conocido: Manuel José de Laredo y Ordoño. Y ese palacio tan peculiar ha tomado su nombre: Palacio Laredo o Palacio de Laredo.
Todas las veces que pasamos por ahí nos quedamos mirándolo, pero nunca nos planteamos, no sabemos por qué, que se pudiera entrar a visitar. Hasta nuestro último paso por la ciudad de Cervantes. Fue entonces cuando descubrimos que sí se puede y que esa locura decorativa sigue en el interior del edificio…
Ven con nosotros y anímate a entrar en tu próximo viaje a la ciudad.
Saltaconmiconsejo
No te quedes solo en el Palacio Laredo y echa un vistazo a nuestros 10 lugares que ver en Alcalá de Henares –el palacio es uno de ellos, por supuesto–. Y, ya puestos, no dejes de buscar tu lugar donde comer en Alcalá de Henares, ni todo lo que tienes que saber del otro gran icono de la ciudad: la Universidad de Alcalá.
La visita al Palacio Laredo de Alcalá de Henares: horarios y precios
El Palacio Laredo pertenece hoy al ayuntamiento de Alcalá de Henares que lo ha cedido a la Universidad de Alcalá, que gestiona también sus visitas.
El precio de la visita es simbólico: solo 1 €. Los horarios de visita: todos días de 10:30 a 14:00 –última entrada a las 13:30– por la mañana y de 16:30 a 19:00 –última entrada a las 18:30– por la tarde. Antes había también visitas guiadas por 2,5 € los fines de semana, pero con la pandemia de coronavirus se han cancelado, aunque todavía lo ponga en la web, que no está actualizada. En cualquier caso, es buena idea ponerse en contacto con ellos por teléfono o correo electrónico –ambos están en la misma web– por si hay alguna novedad.
Un poco de historia
Manuel José de Laredo y Ordoño, vasco de nacimiento y descendiente de un importante linaje aragonés, llegó en la segunda mitad del siglo XIX a Madrid, donde se formó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Además de apasionado de la historia y coleccionista de antigüedades, fue un artista de lo más polifacético: no solo arquitecto, era también pintor, grabador, decorador y hasta escenógrafo y restaurador. ¡No le faltaba nada! Llegó a Alcalá de Henares por esa pasión por la historia y la restauración, que le llevó a rehabilitar algún edificio emblemático de la ciudad. Más tarde llegó a ser concejal y alcalde.
¿Sabías que…?
En 1879 Laredo colaboró en el proyecto de la icónica estatua dedicada a Miguel de Cervantes que se alza en la céntrica Plaza Cervantes.
En 1880 compró unos terrenos cerca de la estación de tren para construir una finca de recreo que se convertiría en su hogar: el Palacio Laredo. Lo terminó en 1884 y en él dio rienda suelta a toda su imaginación y amor por la historia.
Creó un edificio ecléctico de inspiración árabe –neomudéjar–, pero también con elementos neogóticos, neorrenacentistas, neoclásicos y modernistas. Sí, ¡todo un popurrí! Y lo decoró con piezas de su colección de antigüedades y con restos arqueológicos, incluso arquitectónicos, de edificios de Toledo, Jaén, Zaragoza, Guadalajara, Santorcaz y de la misma Alcalá de Henares.
Un año antes de morir, en 1895, tuvo que vender el palacio y sus campos de labranza –parece que era aficionado al juego–. El edificio se fue deteriorando hasta que se donó, en 1977, al ayuntamiento de Alcalá de Henares que lo cedió para su uso a la Universidad de Alcalá en 1986.
El interior del Palacio Laredo
Esta es la “locura” nacida de la fantasía de Laredo que te espera en el interior del palacio: salas que te trasladan cada una a un mundo y una época diferente, aunque siempre con cierta reminiscencia árabe. Decoración en yeso y cerámica vidriada, espejos, puertas falsas, artesonados de madera y azulejos mudéjares, capiteles y columnas de claustros renacentistas, papeles pintados en las paredes o frescos realizados por el mismo Laredo.
Podrás visitar la Sala del Alfarje, en la entrada del edificio, con su artesonado mudéjar del siglo XVI traído del Palacio de Don Antonio de Mendoza en Guadalajara. O la pequeña Sala Árabe, con su decoración de yesos y azulejos hispano-árabes de Jaén que recuerda a la Alhambra de Granada –¿traería Laredo restos de la mismísima Alhambra?– y una estatua de madera a tamaño real de Isabel la Católica. También puedes pasar a uno de los pocos jardines interiores conservados en Alcalá de Henares, con su pequeño estanque y puentecillo.
Al otro lado está el gabinete de Laredo y Salón de Fumar, con su chimenea, por donde se accedía a la torre del reloj. Ahora da acceso a un pequeño y curiosísimo baño, con su suelo original –el retrete y el lavabo en forma de concha son una recreación–. En la sala contigua está el que fuera dormitorio de Laredo, donde hay un bargueño del siglo XVI con sus cajones secretos –conservado inicialmente en la casa de Cervantes–, un arco que se cree que procede del castillo de Santorcaz y un mirador con celosía decorado con azulejos de Zaragoza del siglo XVI. No dejes de asomarte al patio.
El salón de Reyes
Eso sí, ninguna sala como el Salón de Reyes, el eje central de la parte pública del palacio y la última que se acabó de decorar, justo en 1895. Ahí es donde se vino arriba. La Galería de los Reyes que recubre sus cuatro muros es obra suya. Representó a los monarcas y regentes de la corona de Castilla, desde Alfonso XI hasta el emperador Carlos V. Además, sobre las puertas, están el retrato del cardenal Cisneros –si te preguntas por qué, te lo contamos en la visita a la Universidad de Alcalá– y el autorretrato de Laredo.
Encima, una inscripción en caracteres góticos hace referencia a otro arzobispo de Toledo: Pedro Tenorio. Fue él quien, allá por el siglo XIV, mandó construir el castillo-prisión de Santorcaz, un pueblo de Madrid. El Salón de Reyes es una copia del salón de ese castillo, de hecho la bóveda de crucería que lo remata es la original del siglo XIV. Los escudo del arzobispo, uno de ellos en la clave de la bóveda, confirman esa conexión.
Lo más impresionante de la sala, y de todo el Palacio Laredo, es la decoración de esa bóveda, con su firmamento. Nos contaron que, a ciertas horas del día, las estrellas se “iluminan” con la luz de los rayos del sol, tamizada por las vidrieras de colores de la sala. ¡Tiene que ser mágico!
¿Sabías que…?
El techo de la bóveda es uno de los planetarios más antiguos del mundo. En él se representa el firmamento como se concebía en la Baja Edad Media, con los meses y días del año en el borde de la esfera celeste, donde se reproducen las constelaciones que corresponden a los signos del zodiaco.
Más y más salas…
Hay muchas más estancias, como la Sala Entelada, la Sala del Espejo, la bodega, los lavaderos o la habitación de la hija de Laredo, en estilo pompeyano. Algunas que no se han acabado de restaurar, otras que van cerrando o abriendo según las restauraciones y las utilizadas como oficinas de la universidad. El palacio es enorme y solo se visita una pequeña parte. Si sientes curiosidad, en la página web de la Universidad de Alcalá, tienes el detalle de todas las salas.
El Centro de Estudios Cisnerianos
En la actualidad el palacio es sede del Centro de Estudios Cisnerianos, en realidad Centro Internacional de Estudios Históricos Cisneros, y del Museo Cisneriano. La decoración original se perdió así que ahora, además de algún elemento decorativo como el bargueño, la escultura de Isabel la Católica o láminas pintadas por Laredo, podrás encontrar piezas ligadas a la historia de la Universidad de Alcalá, antigua Universidad Complutense. Hay, por ejemplo, una maqueta de la Alcalá medieval, justo antes de 1499, cuando se fundó la universidad, o la carta fundacional, con la concesión de los terrenos sobre los que Cisneros levantaría la ciudad universitaria.
La Biblia Políglota Complutense
La pieza más importante del Museo Cisneriano es un ejemplar completo, con sus seis volúmenes, de la Biblia Políglota Complutense, considerada por muchos el libro más importante del humanismo español. Se trata de la primera Biblia escrita en cuatro idiomas: latín, griego, hebreo y arameo, de ahí lo de políglota.
La Biblia Políglota fue un complejo y carísimo proyecto de Cisneros que, durante quince años, involucró a los mayores expertos de la época. Se terminó en 1517, cuando se imprimió el Antiguo Testamento. Cisneros, al acabar el volumen, dijo: “Nunc dimittis”, es decir, ahora descanso. Descansó, pero no llegó a verla impresa, murió unos meses antes. Eso sí, en 1514 ya se había impreso el Nuevo Testamento.
¿Sabías que…?
De los 600 ejemplares impresos, la mayoría se envió a Roma y se perdió en un naufragio. Hoy se conservan solo 100 ejemplares, casi todos incompletos al faltarles el sexto volumen, el más codiciado en la época. Solo quedan tres completos: uno es el del Palacio Laredo, otro se conserva en el ayuntamiento de Alcalá de Henares y el tercero en el paraninfo de la Universidad Complutense en Madrid.
Una locura, un capricho y una visita de lo más curiosa. No puedes perderte el Palacio Laredo en tu paso por Alcalá de Henares. Que no se quede solo en ese edificio peculiar que viste al ir hacia el centro.
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2 Comentarios
Muchas gracias por este interesante reportaje. No mucha gente de fuera de Alcalá o de la comunidad de Madrid conoce este palacete tan precioso y único, y algunos incluso se lo pierden al visitar nuestra ciudad, así que hacéis una estupenda labor de difusión. ¡Un saludo!
¡Muchas gracias! La verdad es que es una pasada, a nosotros nos encantó y no lo habíamos visitado las anteriores veces que fuimos a la ciudad, es cierto que no es muy común. ¡Un saludo!