Hay muchas ciudades bellas en Italia pero… ¿si te dijera que hay una “ideal”, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y de la que seguramente no hayas oído hablar nunca? Es Sabbioneta, creación, casi capricho, de un príncipe renacentista que la levantó en unas pocas decenas de años siguiendo los cánones ideales clásicos de la arquitectura. Sí, una ciudad creada de la nada, olvidada a la muerte de ese príncipe y, por ello, perfectamente conservada, convertida en un pequeño pueblo “perdido” en la campiña de Mantua.
Cada baluarte de su muralla, cada calle de su perfecto trazado en damero, cada palacio, cada templo religioso es prueba de ese “ideal” renacentista. ¿A que sientes curiosidad por acercarte? Tengo que admitir que no había escuchado hablar de Sabbioneta a pesar de ser italiana. Pero, cuando nos enteramos de su existencia en la cercana Mantua, no pudimos evitar ir a “encontrarnos con la perfección”. En pleno diciembre y entre semana, la encontramos vacía y fría, en todos los sentidos. Los ideales no suelen ser cercanos… Pero hay que admitir que tiene un atractivo único.
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Antes de lanzarte a visitar Sabbioneta, mira todo lo que ofrece su capital en nuestro artículo Qué ver en Mantua y, como siempre antes de viajar a mi país, échale un vistazo a nuestros Consejos para viajar a Italia. También tienes nuestro itinerario por las ciudades del norte de Italia por si quieres combinar Mantua y alrededores con más sitios.
Sabbioneta: la ciudad ideal renacentista Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO
Sabbioneta comparte con Mantua la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. ¿Por qué han tenido este reconocimiento y por qué juntas? Porque ambas, de forma diferente, son ejemplos exitosos de proyectos de urbanismo renacentista. Si Mantua es un modelo de reforma y extensión de una ciudad existente –tiene trazado y monumentos romanos y medievales–, Sabbioneta es un modelo de ciudad creada de la nada. Eso sí, los “culpables” son los mismos: los miembros de la familia Gonzaga, gobernantes de la ciudad-estado y luego ducado de Mantua. Una de las grandes casas nobles del Renacimiento italiano.
En el caso de Sabbioneta, el responsable es, de hecho, un solo hombre: Vespasiano Gonzaga Colonna. Sabbioneta era su “pequeña Atenas”, la ciudad que quiso levantar respondiendo a los ideales de la arquitectura clásica vitruviana –que inspiraron el Renacimiento– y de la ingeniería militar.
¿Sabías que…?
Para realizar el famoso dibujo del Hombre de Vitruvio, el Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano, Leonardo da Vinci utilizó las teorías arquitectónicas de Marco Vitruvio Polión, arquitecto, escritor, ingeniero y tratadista romano del siglo I a. C. De ahí su nombre.
Vespasiano llegó a Sabbioneta en 1544. De 1544 a 1568 levantó la muralla dibujó su trazado en damero y construyó su Palacio Ducal. Tras unos años en España –era Grande de España y uno de los hombres de confianza de Felipe II–, en 1577, convirtió a Sabbioneta en principado. El último de los edificios monumentales en levantarse, el teatro, se acabó apenas un año antes de la muerte de Vespasiano Gonzaga, fallecido en 1591. Menos de cuatro décadas hicieron falta para construir lo que en otros lugares se ha tardado siglos: una ciudad entera. Y todo para nada: desde el mismo momento de la muerte del príncipe comenzó su decadencia.
Qué ver en Sabbioneta: monumentos ideales en la ciudad ideal
Gracias a esa rápida decadencia y a que Sabbioneta no se siguió desarrollando, tanto la muralla como esos edificios monumentales mandados construir por Vespasiano Gonzaga siguen en pie. En muchos de ellos es posible, y muy recomendable, entrar.
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Si quieres entrar en esos edificios y visitar también los preciosos palacios de Mantua, te aconsejamos hacerte con la Mantova Sabbioneta Card. Por 20 € tienes acceso durante 72 horas a los museos y palacios de las dos ciudades, al transporte urbano en Mantua y al autobús que conecta Mantua con Sabbioneta.
Se puede comprar en diferentes museos, en la oficina de turismo de Mantua y también en la de Sabbioneta (tienes la dirección abajo en el mapa). En la oficina de turismo de Sabbioneta también puedes comprar las entradas a cada uno de los museos y en su página oficial tienes los horarios y precios.
La muralla renacentista que se sigue protegiendo Sabbioneta
Esa muralla levantada por Vespasiano Gonzaga, con sus seis baluartes, cada uno en un vértice, sigue rodeando el casco histórico de Sabbioneta y se ha conservado prácticamente intacta. Desde abajo no se aprecia su forma abastionada –no, no tenemos drone–. Lo que sí verás son las dos puertas que se abren a los extremos de la calle principal que, como no podía ser de otra manera, se llama via Vespasiano Gonzaga.
A un lado está la Porta Vittoria, la más antigua, y al otro la Porta Imperiale, abierta en 1579 y revestida de mármol. Si llegas en autobús desde Mantua, esta última será tu acceso a la ciudad. Algo inesperado para iniciar el recorrido: verás que parece más la fachada de una iglesia que la puerta de una muralla…
La Piazza Ducale y sus perspectivas renacentistas
La Piazza Ducale, el centro político y religioso de Sabbioneta, es la demostración de la armonía y el orden típicos del Renacimiento. Aquí convergen las calles principales de la ciudad, con sus elegantes soportales, y se levanta su edificio más importante: el Palacio Ducal, de ahí su nombre. Al llegar ahí y sin otros turistas, casi nos sentimos muñecos en una maqueta…
El Palacio Ducal ocupa un lado entero de la plaza. No así la iglesia parroquial de Santa Maria Assunta, un poco apartada en una esquina. Acércate a la iglesia y párate ante su fachada de mármoles rojos y blancos. Tampoco dejes de entrar, es muy curiosa la cúpula agujereada barroca –sí, hubo algo de vida después del Renacimiento– de una de sus capillas.
El Palacio Ducal: la joya de la corona… o del ducado
Es hora de visitar el más importante y antiguo de los edificios construidos por Vespasiano Gonzaga: su Palacio Ducal. Lo levantó entre 1568 y 1577 como residencia y sede de representación. En otras palabras, aquí traía a sus invitados para que alucinaran y se dieran cuenta de la magnitud de su poder.
Si solo pudieras entrar en un lugar en Sabbioneta, debería ser el Palacio Ducal: tú también podrás alucinar, cuatro siglos y medio después de esos invitados. La fachada, con su soportal, sus arcos y su torre, ya tiene su aquel. Pero el interior, con sus salas llenas de frescos, techos de madera tallada –en parte cubierta por las hojas de oro originales– y esculturas, son los que te harán olvidar que estás en pueblecito perdido en medio de la nada.
Las esculturas más impresionantes son las de la sala de las Águilas –o de los Guardias–: cuatro estatuas ecuestres a tamaño natural en madera pintada que representan a Vespasiano y tres de sus antepasados. Los príncipes renacentistas no destacaban por su sobriedad… La sala más bonita, sin duda, es la Galleria degli Antenati –la galería de los antepasados–, con sus bajorrelieves en estuco con retratos de la familia Gonzaga y su bóveda de cañón cubierta de frescos.
La chiesa dell’Incoronata y la tumba de Vespasiano Gonzaga
Detrás del Palacio Ducal hay otra pequeña joya renacentista: la chiesa dell’Incoronata –iglesia de la Virgen de la Coronada–. Este pequeño templo octogonal, construido como capilla privada de Vespasiano Gonzaga, es ahora el lugar que acoge su mausoleo. No tardarás en encontrarlo: los mármoles preciosos y, sobre todo, la gran estatua de bronce que representa al príncipe casi como un emperador romano dan pistas…
El mausoleo tampoco es la única razón por la que entrar: la iglesia es otra “obra perfecta” renacentista.
El Museo de Arte Sacro y el Toisón de oro
Como teníamos la Mantova Sabbioneta Card, entramos en todos los lugares a los que daba acceso en el pueblo. Admitimos que, si no, nunca hubiéramos entrado en el Museo d’Arte Sacro “A Passo d’Uomo”. No somos muy de museos de arte sacro en general y tampoco nos esperábamos encontrar nada muy espectacular. Pero Sabbioneta ya nos había dado unas cuantas sorpresas…
El caso es que llegamos en horario de apertura del museo pero nos encontramos con la puerta cerrada. Tocamos el timbre un par de veces y, cuando estábamos a punto de irnos, llegó una simpática señora mayor a abrirnos la puerta. Encendió las luces de una sala en la que nos encontramos con esculturas de madera, objetos de plata, tejidos y manuscritos antiguos e, incluso, un órgano portátil del siglo XVI, parte del tesoro de los Gonzaga.
Pero todavía faltaba lo mejor. Antes de salir, la señora nos comentó que teníamos que ver otra sala. Ahí, en una vitrina, estaba el Toisón de Oro, el símbolo de una de las órdenes de caballería más prestigiosas de Europa fundada en el siglo XV. Esta pequeña joya de oro que representa a un carnero y tiene un valor inestimable fue un regalo de Felipe II. Se encontró en 1988 en la tumba de Vespasiano, en unas obras en la iglesia de la Incoronata.
El Teatro all’Antica o Teatro Olimpico
El edificio más peculiar de todos los que nos encontramos en Sabbioneta es su teatro: el Teatro all’Antica o Teatro Olimpico.
¿Sabías que…?
El Teatro all’Antica de Sabbioneta fue el primer teatro de Italia en ser concebido como tal, sin estar ubicado en un edificio anterior.
Su escalera de madera y, sobre todo, su logia semicircular con sus columnas y sus grandes estatuas que representan a las divinidades del Olimpo nos dejaron con la mandíbula desencajada. Las restauraciones del siglo pasado han recuperado parte de los frescos originales olvidados en el tiempo –el teatro se usó como cuartel y como cine–.
La sinagoga de Sabbioneta: hay vida después del Renacimiento
Nos faltaba todavía un edificio religioso más por visitar en Sabbioneta. Y… ¡sopresa! Ni era una iglesia ni era renacentista. Hablamos de la sinagoga neoclásica, de principios del siglo XIX, con sus estucos y su decoración fastuosa. Eso sí, aunque no es renacentista, está construida en el lugar de un palacio renacentista, donde se encontraba su capilla.
La Piazza d’Armi, la Galleria degli Antichi y el Palazzo Giardino
Todavía queda más. Hay otra gran plaza y otro gran palacio que rivalizan con la Piazza Ducale y el Palazzo Ducale en Sabbioneta. Son la Piazza d’Armi y el Palazzo Giardino.
La Piazza d’Armi, o Piazza del Castello –plaza del castillo–, es el lugar en el que se encontraba la única construcción de Sabbioneta anterior al Renacimiento: una pequeña fortaleza que se derribó a finales del siglo XVIII. Lo que sí queda, y ocupa todo un lado de la plaza, es la Galleria degli Antichi –galería de “los antiguos”–, una de las joyas renacentistas de Sabbioneta. Se trata de una una gran galería de 97 metros de largo, decorada con frescos y, en su momento, con bustos griegos y romanos –María Teresa de Austria los llevó a Mantua en el siglo XVIII–.
¿Sabías que…?
La columna romana con la estatua de Atenea en el centro de la plaza parece provenir del saco de Roma de 1527. En él participó también el padre de Vespasiano, Luigi Gonzaga «Rodomonte», que lo habría llevado a Mantua como botín.
Un paso elevado conecta la galería con el Palazzo Giardino, residencia privada del príncipe. En su veintena de salas, con nombres y decoraciones inspiradas en el mundo clásico –desde la sala de Marte al pasillo de Orfeo pasando por la salita de Eneas– una vez más, nos encontramos con frescos, estucos, grutescos, suelos de mármol… Está claro que a Vespasiano no le gustaba la sobriedad.
Mapa con todo lo que tienes que ver en Sabbioneta
Sabbioneta es muy pequeño, así que no hay pérdida, pero aquí tienes un mapa con todos sus monumentos y lugares de interés para que te ubiques aún más rápido.
Cómo llegar a Sabbioneta desde Mantua
Hay un autobús directo, el nº 17, que lleva desde la estación de tren de Mantua hasta Sabbioneta y deja al lado de la muralla en 45 minutos. Tienes los horarios en la página oficial de transporte público de Mantua. El billete está incluido en la Mantova Sabbioneta Card.
Hoteles: dónde dormir en Sabbioneta
Hay tres hoteles y un Bed & Breakfast en Sabbioneta. Nosotros dormimos en Mantua, así que no podemos hablar de ninguno de ellos, pero aquí tienes disponibilidad y precios.
Tampoco creemos que haya mucha vida nocturna en Sabbioneta, así que te recomendamos que te quedes en Mantua. Nosotros estuvimos en el Hotel dei Gonzaga, en posición más céntrica imposible, aquí puedes ver precios y disponibilidad y aquí los de otros hoteles en Mantua si no te convence.
La ciudad ideal del Renacimiento italiano te espera.
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