En nuestro viaje por Bulgaria descubrimos tumbas tracias, restos romanos, fortalezas medievales… pero también nos encontramos con sorpresas que parecían haber llegado de otros planetas. ¿Quién pensaría encontrarse con unos Transformers en mitad del país? Vale, no nos fuimos al planeta Cybertron, pero tenía toda la pinta. O, al menos, eso nos recordó el Monumento a los 1.300 años de Bulgaria de Shumen, también conocido como el Monumento Fundadores del Estado Búlgaro.
Visible desde 30 kilómetros de distancia, no podíamos dejar pasar la ocasión de acercarnos. Aunque, tenemos que confesar que más allá de su grandiosidad, no teníamos muy claro con qué nos íbamos a encontrar… Y eso hizo que fuera todavía mejor.
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Recuerda leer nuestros consejos para viajar a Bulgaria si te acabas animando a visitar el país balcánico.
Viajando a Cybertron, el Monumento a los 1.300 años de Bulgaria
No sabemos si fue por la nieve que cubría todo el suelo del monumento, porque estábamos casi solos –no solo había nieve, también hacía mucho frío– o, simplemente, porque las formas de las esculturas no podían recordarnos otra cosa. Fue poner un pie en el monumento y pensar, inevitablemente, en los Transformers. Los kanes que crearon y dominaron el Imperio Búlgaro durante siglos, con su imponente tamaño y sus ángulos rectos, parecían totalmente habitantes de Cybertron. El hielo, la nieve, el cielo gris plomizo… completaban la decoración: habíamos cambiado de planeta.
El monumento: origen y significado
Más allá de robots y ciencia ficción, el Monumento a los 1.300 años de Bulgaria hace un recorrido por la historia del país desde su creación en el año 681. Con este dato y con el nombre… no hace falta echar más que una cuenta para saber que se inauguró en 1981 –conmemorando ese decimotercer centenario–.
¿Sabías que…?
También se levantó otro monumento en recuerdo de la fundación del Estado Búlgaro en 1981. Fue en la capital, Sofía, pero no acabó de gustar y, tras la caída del comunismo, fue abandonado y quedó en ruinas.
Cuando hayas superado el shock de encontrarte cara a cara con Optimus Prime, fíjate en los detalles, porque todo tiene un significado. No olvides pedir el folleto, lo tienen en español, al comprar tu entrada –3 BGN–.
Los ocho bloques de hormigón que forman el monumento están agrupados creando dos plazas –si el suelo está mojado, ten cuidado, resbala muchísimo–. La organización no es casual, marcan las dos etapas del imperio: los primeros años y la época cristiana. Ya hemos dicho que todo tiene un porqué, el artista Krum Damyanov, autor del monumento, no dejó nada al azar.
Junto a Krum Damyanov, también trabajaron en la construcción el escultor Ivan Slavov, los arquitectos Gueorgui Gechev y Blagoi Atanasov, los pintores Vladislav Paskalev y Stoyan Velev y el ingeniero y constructor Preslav Hadzhov. Evidentemente, también trabajó una buena cantidad de obreros para mover los 2.300 metros cúbicos de tierra y colocar la armadura de metal de 2.400 toneladas sobre la que se vertieron 50.000 metros cúbicos de hormigón durante los 22 meses que duró la construcción del monumento. No me digas que los números no impresionan tanto como los Transformers también.
Los primeros años del Imperio Búlgaro
La primera figura que nos encontramos, rodilla en tierra y con una gigantesca espada clavada en el suelo frente a él, no podía ser otra que la del fundador del Imperio Búlgaro: el kan Asparuj. Tras él un caballo y un perro, símbolo de la vida nómada y animal sagrado respectivamente para aquellos primeros búlgaros.
Los tres kanes que aparecen a continuación –sí, vamos de gobernante en gobernante– son Tervel, Krum y Omurtag. La posición de las manos de cada uno de ellos da una pista de cómo fue su reinado.
¿Sabías que…?
En la figura del tercero de los kanes, Omurtag, hay una inscripción que reza: “Aún si viviese bien, el hombre muere y nace otro y ojalá recuerde el que nació más tarde, al mirar lo hecho y construido, a las personas que lo hicieron”. Eso sí, lo entenderás si sabes leer runas… o si te has hecho con el folleto.
La cristianización y la invención del alfabeto cirílico
En un hueco entre dos bloques de hormigón parece esconderse, dispuesto a saltar sobre nosotros, el kan Boris. Fue este quien adoptó el cristianismo como religión nacional. Si te fijas, hay una cruz en negativo –un hueco en los bloques de hormigón por donde entra la luz– sobre su trono.
Llegaron los años de expansión cultural del país, de la mano del kan Simeón el Grande. La llamada “Edad de Oro” en la que Bulgaria alcanzó su apogeo. Simeón está representado sentado en su trono con su cetro real, junto a letrados, maestros, notables y soldados.
A nuestra espalda apareció un mosaico en tres partes de 450 metros cuadrados –obra de los pintores Simeón Venov y Vladislav Paskalev–. El mosaico hace un repaso de los momentos más importantes de la historia del país: la fundación por un kan, la conversión al Cristianismo y la labor de Cirilo y Metodio –y sus discípulos–.
Otro detalle del mosaico es el cambio de tipografía que evolucionó a la largo de los siglos. De la runas del primer panel al cirílico del tercero, pasando por el alfabeto glagolítico del central –el que utilizaron los santos Cirilo y Metodio para traducir la Biblia–.
¿Sabías que…?
El alfabeto cirílico recibe ese nombre en honor a San Cirilo, creador del alfabeto glagolítico. A pesar de su fama ligada a Rusia, fue creado en Bulgaria –bueno, en la Bulgaria de su tiempo– por los discípulos de los hermanos Cirilo y Metodio.
El león de Bulgaria
Tendrás que salir de las plazas para ver el gigantesco león de mil toneladas de peso. Se encuentra sobre el bloque de hormigón más grande, a 50 metros de altura, y está hecho con granito negro.
Cómo llegar al Monumento a los 1.300 años de Bulgaria en Shumen
El objetivo de la visita, el Monumento Fundadores del Estado Búlgaro, se encuentra en las afueras de la ciudad de Shumen –concretamente a 6 km–. Una escalera de, ¡sorpresa!, 1.300 peldaños une la ciudad con la meseta en la que se alza.
No hay transporte público hasta el monumento desde el centro de la ciudad. Puedes ir en taxi o andando, subiendo los 1.300 peldaños. Nosotros fuimos en taxi, al volver de Madara, y bajamos andando.
Pero, ¿cómo llegar a Shumen? Nosotros llegamos en tren desde Ruse. Recorrimos el país por tierra durante un mes. Si tú tienes algo más de prisa… puedes llegar en tren desde la estación central de Sofía en unas seis horas. Son varios los trenes directos diarios que hacen el trayecto: Shumen está en la línea que une Sofía con Varna, en la costa del Mar Negro.
Ya que estás… más lugares que ver en Shumen
Date una vuelta por la ciudad de Shumen para descubrir más arquitectura comunista –no te puedes perder el rascacielos de la plaza Osvobozhdenie–, gran cantidad de estatuas –todas con cierto espíritu de la época– y la mezquita Tombul de “Sheriff Halil Pasha” de mediados del siglo XVIII.
Dónde dormir en Shumen
En nuestro viaje de un mes por Bulgaria hicimos noche en Shumen, de hecho, pasamos dos noches en la ciudad. Encontramos una guesthouse que llevaba poco tiempo abierta, de habitaciones cómodas y con una zona común bien equipada: Rio Rooms. Además, las fotos de Río de Janeiro conseguían quitarnos un poco del frío que hacía en la ciudad en diciembre. Aquí puedes ver precios y disponibilidad y aquí de otros hoteles en Shumen.
La arquitectura brutalista soviética nos dio una sorpresa futurista en Shumen… o deberíamos decir en Cybertron.
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