Si buscas opiniones sobre los seguros de viaje de IATI Seguros de alguien que no solo los haya contratado sino que los haya usado –desafortunadamente– en más de una ocasión, aquí nos tienes. Son muchos los blogueros que contratan sus seguros y hablan de la compañía en sus blogs, pero, por suerte para ellos, no todos se han puesto malos o han tenido otros problemas en los viajes que les hayan obligado a utilizarlos. Así que no pueden valorar cómo funciona “a la hora de la verdad”. Nosotros no hemos sido tan afortunados. En este artículo hablamos solo de IATI, si quieres información más genérica y comparativas de precios con otras compañías, la tienes nuestro artículo sobre cómo elegir el mejor seguro de viaje internacional.
Aviso para los lectores: este artículo NO está patrocinado. Te hablamos de nuestra experiencia y te damos nuestra opinión. Como toda opinión, es totalmente parcial: aquí no damos verdades absolutas ni lo pretendemos, te hablamos desde nuestro punto de vista. Con algún dato, eso sí.
Nuestra experiencia en seis años de viajes utilizando sus seguros ha sido, en líneas generales, muy positiva. Por eso lo seguimos utilizando y recomendando a nuestros lectores. Pero reconocemos que también tiene sus puntos débiles. Te hablamos de lo bueno y de lo malo, y de qué se cuenta por Internet. Además de por qué muchos lo recomiendan, a veces escondiendo algunos detalles importantes. Juramos decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Opiniones de IATI Seguros malas y buenas que encuentras en Internet
En foros de viaje hay algunas opiniones malas sobre IATI Seguros que tienen, en nuestra opinión, poco sentido. En la mayoría de los casos son problemas que habrían tenido con cualquier otra compañía de seguros –hay cosas que no cubre nadie y que están claramente indicadas en todos los contratos–. Y otras que, directamente, no tienen ni pies ni cabeza, como muchas de las quejas de haters que hay en Internet. Pero sí que es verdad que IATI tiene sus puntos débiles.
¿Por qué hay tantas opiniones buenas de IATI seguros por Internet?
Pero, ¿por qué en Internet prevalecen las opiniones buenas sobre esta compañía que, hasta hace unos años, era poco conocida? Son varias las razones –que te contamos más abajo–, pero una de ellas, tal vez de la que menos se habla, es que hay un acuerdo comercial entre IATI y muchos blogs de viaje, como el nuestro. Si alguien contrata un seguro a través de este enlace recibe un descuento –del 5%–, pero nosotros también recibimos un porcentaje de esa venta. Algo muy común y que hacen, por cierto, la mayoría de compañías aseguradoras con blogs y agencias.
Entonces, ¿los blogueros solo recomendamos IATI por esa razón, para ganar dinero? Desde luego, en nuestro caso, no. Sería pan para hoy y hambre para mañana. Si lo recomendamos es porque lo hemos utilizado, nos gusta y estamos tranquilos pensando que nuestros lectores tendrán el mismo trato. Pero eso sí, no te mentimos ni lo ocultamos: existe esa relación comercial. Y, al no mentir, te hablamos también de lo malo.
Dado que nuestra relación es solo de venta –no ganamos dinero solo por hablar de ellos–, si algún día tuviéramos un problema importante con el seguro de IATI, al día siguiente podríamos dejar de recomendarlos. En ese caso, probaríamos el de otra compañía y si, al probarlo, quedáramos satisfechos, podríamos recomendarlos a partir de ese momento.
Aspectos “malos” de IATI seguros: ¿qué tendría que mejorar?
Vayamos al grano. Aquí hay algunos aspectos negativos con respecto a IATI seguros, cosas que creemos que tendrían que mejorar.
A la hora de contratar
- No cubren, como el resto de seguros, las enfermedades preexistentes, aunque sí que cubren una –la primera– asistencia de urgencia durante las primeras 24 horas del viaje.
- Tampoco cubren los gastos asociados a viajeras embarazadas, aunque no sabemos de ninguna compañía que lo haga. Tenemos que admitir que no hemos investigado mucho este punto en particular: no lo tenemos previsto.
- La tecnología –cámaras de fotos y ordenadores–, solo tiene una cobertura del 50% del valor en caso de robo. Es una constante en los seguros de viaje –de hecho, normalmente no se incluye en absoluto–. Salvo a los que nos dedicamos a viajar y llevamos la “oficina encima”, no es algo que preocupe demasiado a la gente. Si tu caso es de “oficina encima”, tendrás que buscar un seguro específico para ello.
- El límite de gasto odontológico puede ser un poco bajo en algunos casos según el seguro, aunque el IATI Estrella cubre hasta 500 €, el básico solo llega a 100 €. A mí se me infectó una muela en Venezuela y no hubo problemas porque no es un país caro y llevaba el IATI Estrella. Pero, dependiendo del destino, puede estar más ajustado.
Cuando pasa algo y hay que llamar
- A pesar de que nosotros lo hemos conseguido utilizar en alguna ocasión, las llamadas a cobro revertido –publicitadas por IATI– no están disponibles en todos los países. En Venezuela tuvimos que pagar las llamadas en el hotel, aunque nunca supimos si era por la centralita del hotel o por la red del país. Cuando lo intentamos en Colombia, aunque tampoco fue posible, acabamos descubriendo que era cosa del hotel, que no podía llamar ni recibir llamadas de fuera del país. En cualquier caso, si no consigues llamar a cobro revertido te reembolsan el importe de la llamada.
- No existe un número de Whatsapp para abrir incidencias. Aunque tenemos que decir que nosotros hemos llegado a ponernos en contacto con ellos de las formas más imaginativas, desde Twitter al live chat de su web –que lo responde un humano y no un bot–.
- Sí que hemos tenido un “problema de seguimiento”. Reconocemos que era una situación rara: JAAC se torció el tobillo en Italia por la noche y, a esas horas, no había más opción que el hospital público de mi pueblo –estábamos pasando la Navidad–. Yo sabía que no era buena idea ir a urgencias del hospital por la cantidad de tiempo que habría que esperar. Como era tarde, decidimos dejarlo para el día siguiente por si nos encontraban una clínica privada menos saturada. Quedamos con el chico que nos atendió en que nos llamaría a primera hora del día siguiente con el lugar al que acudir y… no llamó nadie. Tampoco fue crítico, llamamos nosotros, lo volvimos a contar todo y listo.
Además…
- La verdad es que no sabemos si considerarlo un “problema” o una falta de previsión del asegurado. En la mayoría de las llamadas a IATI se solicita el número de póliza para identificarte. ¿Sería tan difícil hacerlo por nombre y apellidos? Aunque, ¿tan difícil es apuntar el número de póliza en el móvil para tenerlo a mano al llamar? Antes de que digas, ¿y si me quedo sin batería? Apunta el número de póliza junto al teléfono de IATI. Nosotros lo copiamos en una nota de Google compartida y así podemos acceder a él desde los móviles y desde cualquier ordenador.
Y después
- Una complicación con todas las aseguradoras –incluso sucede con las de hogar y coche– es la necesidad de enviar originales en papel con las facturas derivadas de los gastos médicos. La molestia de tener que mandar una factura por correo para cantidades muy bajas puede desalentar en muchas ocasiones. En el caso de no residir en España los envíos y las devoluciones se complican un poco más por lo mismo. Lo bueno es que, excepto compra de medicinas y gastos puntuales –como una copia de radiografía–, no hay que adelantar nunca dinero.
- Se echa de menos un sistema online, como con la contratación, para el seguimiento posterior: número de expediente, gastos asociados, envío de facturas, reembolsos…
Aspectos “buenos” de IATI Seguros: ¿por qué nos gusta más que otros seguros?
Y aquí están los aspectos buenos.
A la hora de contratar
- La contratación online es de lo más sencilla. Además puedes comparar de un vistazo los distintos tipos de seguros y sus coberturas. Con otras compañías tienes que navegar entre muchas páginas y, a veces, es complicado encontrar el detalle de las coberturas.
- No es necesario residir en España ni pasar por España durante tu viaje para poder contratarlo.
- Además de con tarjeta y por transferencia, también se puede pagar el seguro con PayPal.
- No es necesario contratar el seguro de viaje y el de anulación al mismo tiempo, ideal para los que no se acaban de decidir en el momento. Eso sí, el de anulación solo se puede contratar hasta 7 días después de comprar el billete de salida.
- Siguiendo con estas facilidades para viajeros, hay seguros para familias, para estudiantes, para mochileros, para grandes viajes –de larga duración– o para viajeros frecuentes –varios viajes durante un periodo de tiempo–. Seguro que alguno se ajusta a lo que estás buscando. Además, se pueden personalizar con opciones de aventura y de crucero.
- Los límites de gasto de las coberturas de los seguros de IATI son por expediente. Cuando visitas al médico se abre uno y todas las pruebas, visitas y lo que surja –hospitalización, operación, etc.– forman parte de ese expediente. Una vez dada el alta, si tienes otro problema, el contador de las coberturas comienza de nuevo desde cero. En los seguros de larga duración o en destinos con sanidad muy cara esto es muy importante.
Además…
- Desde hace poco tiempo es posible contratar también el servicio de reclamación en caso de retrasos, cancelación, overbooking o problemas con el equipaje como extra. De esa forma, si tienes un problema, la indemnización de la compañía aérea te llegará íntegra en lugar de tener que contratar tú una empresa que lo haga y se quede con un porcentaje. Te contamos más en este artículo sobre reclamaciones aéreas.
- Reconocemos que no es una situación habitual, pero cuando nosotros salimos para nuestro viaje por Sudamérica no sabíamos cuánto tiempo tardaríamos en volver. Ampliar un seguro en ruta no es algo que permitan todas las aseguradoras y fue uno de los motivos que nos llevó a decidirnos por IATI: con el IATI Estrella y el Mochilero es posible –con el resto de modalidades no–. Nosotros salimos con un IATI Estrella de seis meses y lo ampliamos por otros seis en Ecuador.
- Cubren los gastos derivados de accidentes en vehículos a motor, que no es algo que esté entre las coberturas de todos los seguros de viaje y no todo es ponerse enfermo.
- En nuestra experiencia, suelen contar con la mejor relación coberturas/precio, que también importa lo que uno paga por el seguro. Nos hemos repasado los de varias compañías y, sobre todo en destinos con sanidad cara, lo podemos confirmar. Puedes comprobarlo en nuestros artículos sobre el mejor seguro de viaje a Japón y el mejor seguro de viaje a Estados Unidos en 2023, con tablas comparativas.
Cuando pasa algo y hay que llamar
- En IATI siempre te atiende una persona cuando llamas por teléfono y siempre en español. No hay un sistema automático que te lance preguntas y te vaya dirigiendo hasta dar con un operador. El primer saludo será de un humano que se preocupará por ti y te tranquilizará.
- A pesar del problema con el cobro revertido en algunos países, tenemos que decir que es posible ponerse en contacto con ellos incluso desde Twitter –nosotros lo hicimos en Colombia–.
- No tienen un listado cerrado de centros médicos con los que trabajan. Estés donde estés, siempre encontrarán uno cerca y que se ajuste a tu problema. JAAC se puso enfermo en un pueblecito de Colombia al que llegamos en barca en mitad de una marisma… y enseguida nos dijeron dónde ir.
- Si es necesario desplazarse a un hospital, se ofrecen a gestionarte un taxi para el traslado. En caso de que decidas buscarlo tú –hay ocasiones en que es mucho más rápido–, te reembolsan el gasto con la factura correspondiente.
- ¿Que no te puedes mover? Envían un doctor a donde te encuentres. Yo estaba muy débil con mucha fiebre en Brasil y me visitó una doctora con un enfermero en el hotel.
Y después
- Nunca hemos adelantado dinero en las visitas médicas gestionadas por IATI. Aunque también tienes la posibilidad de elegir médico y luego pasar la factura, lo probamos con el dentista en Venezuela. Sí que hemos tenido que comprar medicamentos que luego nos han reembolsado.
- No hay franquicia para esos gastos pequeños, ya compres una caja de paracetamol o tengas que pagar por un CD con tu radiografía, te lo reembolsan.
- Más allá de la molestia del envío de los originales de las facturas, las devoluciones de los gastos médicos son muy rápidas. En nuestro caso, nunca han tardado más de una semana desde el envío.
- En caso de robo, también son muy rápidos con la indemnización. Nosotros compramos la cámara, después de que nos la robaran en Argentina, ya con el dinero del seguro. Como con las devoluciones médicas, tardaron una semana en ingresarlo.
Nuestras experiencias con IATI Seguros: cosas malas que nos han pasado en los viajes
Nosotros contratamos un seguro de viaje de IATI por primera vez en nuestro recorrido de un año por Sudamérica porque nos pareció que tenía una buena relación de coberturas/precio sin tener muchas más referencias y porque no sabíamos cuánto tiempo estaríamos de viaje y podíamos ampliarlo en ruta. En esa ocasión, lo tuvimos que usar por cuatro problemas de salud –menores, eso sí– y un robo. Desde entonces, lo hemos vuelto a contratar muchas más veces en otros viajes cortos, pero lo hemos utilizado solo otra vez más en Italia. Afortunadamente, ¡no siempre nos ponemos malos!
Miedo por dengue en Brasil
Me puse mala, con fiebre de más de 40ºC, en Salvador de Bahía. Había carteles de prevención contra el dengue por todos lados y estaba convencida de que lo había contraído. Puedes imaginar cómo me puse. Fue la primera vez que llamamos a IATI Seguros. Llamamos desde el hotel a cobro revertido y, lo primero que nos gustó, fue la amabilidad del operador: saben que hablan con gente que está teniendo un problema y consiguen tranquilizarte.
Segundo, y más importante, nos gustó la rapidez y eficiencia. Yo estaba tan débil que no podía ir a ningún hospital, ni siquiera en taxi, así que enviaron a un médico al hotel. En menos de una hora, llegó una doctora con un enfermero. Por último, no tuvimos que adelantar nada de dinero. Afortunadamente la doctora me diagnosticó una simple infección de garganta y me recetó unos antibióticos –que ya teníamos– y, un par días después, estaba bien.
Una infección en pleno trekking, en medio de la nada, en Venezuela
Me puse mala también en pleno trekking al Tepuy Roraima, en el sur de Venezuela. Un trekking de cinco días en plena naturaleza y yo me pongo mala… ¡el segundo día! Se me infectó una muela y se me hinchó la cara como un balón. Nunca, antes o después, he sentido un dolor tan fuerte en mi vida –y espero no volver a sentirlo–.
En ese caso no llamé a IATI desde el mismo lugar del trekking. Habría sabido cómo funciona el servicio de rescate por helicóptero en Venezuela y habría podido contarlo. Pero sabía que eso habría significado también el final de la ruta –una experiencia que estaba resultando maravillosa–. Además, aunque doloroso, lo que me pasaba no era algo tan grave como para eso. Así que me hinché a ibuprofeno, tomando mucho más de la dosis recomendada en el folleto. Tengo que admitir que fui adicta durante unos días. Nota mental: llévate antibióticos y no los dejes en la mochila en el pueblo cuando te vas de trekking.
Esperé a volver a Santa Elena de Uairén para llamar a IATI. Aquí no hubo cobro revertido –como ya dije antes– pero, de nuevo, fueron muy amables. En ese caso también nos comentaron que podíamos no adelantar nada y que nos recomendarían ellos un dentista. Pero preferimos, por elección personal, ir a un dentista que nos recomendaron en el pueblo y pagarlo. Tras la visita y comprar las medicinas, pasamos los recibos según nos indicaron desde IATI y, en menos de una semana, teníamos el dinero en nuestra cuenta.
Un dolor repentino en el pecho en Colombia
Esta vez no me tocaba a mí ponerme mala, le tocaba a JAAC. Estábamos en Colombia, en el pequeño pueblo de Mompox, uno de los pueblos coloniales más bonitos de Sudamérica, pero incluso en los lugares más bonitos pasan cosas malas. Al despertarse, notó un dolor muy fuerte, como oprimiéndole el pecho. Otra vez, llamamos a IATI. Bueno, lo intentamos. En esa ocasión no es que no funcionaran las llamadas a cobro revertido, es que no había manera de que nos pudieran llamar desde fuera al hotel tampoco. ¿Cómo sabemos que tampoco nos podían llamar desde España? Porque nos pusimos en contacto vía Twitter con ellos, algo poco ortodoxo pero muy eficiente. Al final, nos llamó al hotel el agente local desde Colombia.
Nos dieron la dirección del hospital y para allá que fuimos. A JAAC le hicieron unas cuantas pruebas –en el hospital estaban avisados que íbamos y fueron muy majos– y al final resultó no ser nada. Lo más probable, unos gases, ¡sí que pueden ser dolorosos! No tuvimos que pagar nada en el hospital y el taxi fue tan barato que no pedimos que nos devolvieran el dinero, más que nada por falta de ganas, podríamos haberlo hecho pero ni se nos ocurrió pedir el recibo.
Un robo en Argentina
El primer robo de nuestro viaje de un año por Sudamérica llegó en Argentina. Bueno, el primero y el único. Aunque en ese taxi de Colombia se nos cayó el móvil y hubo que pagar rescate para recuperarlo, pero eso no es robo. Fue en la preciosa ciudad de Mendoza. Al salir de la estación de autobús, un motorista se llevó de un tirón la mochila de la cámara.
Por suerte, en la tarjeta de memoria de la cámara había pocas fotos y el disco duro con las demás no estaba ahí. Aún así, que te roben la cámara en pleno viaje no es lo mejor que te puede pasar. Con nuestro buen cabreo, nos fuimos a denunciar el robo a la policía. Muy importante: indicar muy detalladamente todo lo que te han robado, en nuestro caso, el contenido de la mochila. Marcas y modelos incluidos. Nosotros fuimos un par de veces a la comisaría porque se nos habían olvidado cosas. Era el momento de llamar a IATI. Esta vez pudimos llamar a cobro revertido y, una vez más, fueron muy amables.
Teníamos la factura de la cámara, así que se la enviamos, pero del resto de objetos –una linterna, una navaja suiza, unas gafas de sol, etc.– no teníamos facturas y, simplemente, buscamos su valor de mercado y lo incluimos en el expediente. Una vez más, fueron muy rápidos y una semana después teníamos el dinero en nuestra cuenta, sin hacer ninguna pregunta ni pedir más información. Eso sí, solo nos cubrieron el 50% del valor de la cámara: los objetos de valor –la tecnología entra en esa categoría– no suelen estar cubiertos en ningún seguro de viaje al 100%. Si quieres, tienes que contratar un seguro aparte.
Una torcedura de tobillo en Chile
La última de nuestras pequeñas desventuras de salud sudamericanas la sufrimos en el pueblo de Puerto Natales, punto de entrada al Parque Nacional Torres del Paine. En una calle del pueblo y con la mochila encima, JAAC se torció el tobillo. Nuestro trekking a las Torres del Paine se había fastidiado –después de la torcedura, llegó el mal tiempo–. Le tocaban unos días en el hotel con el pie, con su tobillo como una morcilla, en alto.
Para estar seguros de que solo fuera una torcedura sin más importancia, queríamos que le viera un médico. Una vez más, llamamos a IATI. No hubo problemas con la llamada a cobro revertido y fueron muy amables. Poco después, nos dijeron a qué hospital dirigirnos. De nuevo, sabían quiénes éramos y no hubo que adelantar dinero –a pesar de la caja que te daba la bienvenida en el hospital en lugar que una simple recepción–. Una radiografía nos confirmó que solo era una torcedura, le recetaron ibuprofeno –que ya teníamos– y descanso.
Otra torcedura de tobillo en Italia
JAAC tiene los tobillos sensibles. La última torcedura la tuvo en mi pueblo, en Italia, el 30 diciembre de 2018. Ya habíamos aprendido que también para viajar por Europa es mejor hacerse un seguro de viaje –incluso tenemos un artículo específico: El mejor seguro de viaje para Europa–. La factura que nos había llegado a casa desde Francia después de ir a un hospital público y utilizar la Tarjeta Sanitaria Europea nos había convencido.
Llamamos a IATI y, una vez más, fueron muy amables. En este caso llamamos con el móvil porque, al ser Italia, no había roaming. Más allá del problema con el seguimiento que contaba arriba, nos mandaron al hospital público de Jesi. IATI se ofreció a buscarnos, o reembolsarnos, un taxi, pero nos llevó mi padre en coche. El tema es que en el hospital público en Italia, a diferencia de Francia, todo es gratis, con lo cual no hubo muchas ventajas por tener el seguro. Si hubiera sido en otro momento, y no Navidades, podríamos haber ido a una clínica privada de la capital, pero estaban todas cerradas. La gente de IATI las buscó pero nos confirmó que no había manera.
El único gasto que tuvimos, de unos seis euros, fue por una copia de la radiografía para llevarla a España a la siguiente visita. Nos lo reembolsaron rápidamente.
¿Por qué nosotros y otros viajeros recomendamos tanto IATI?
Pero, ¿por qué IATI está por todos los lados en Internet –incluyendo en nuestros banners de publicidad–? Fundamentalmente hay tres razones.
La primera: realmente han hecho su trabajo muy bien y ofrecen buenos seguros a precios competitivos. Es una empresa familiar que se ha tomado la “molestia” de conocer en persona a muchos viajeros y preguntarles qué necesitaban en sus viajes. Hasta les han consultado para elaborar nuevos productos de seguros.
La segunda es que, entre esos viajeros con los que han hablado, muchos son blogueros de viaje: han patrocinado asociaciones de blogs, eventos dirigidos a ellos, etc. Y lo han hecho de una forma muy cercana: el dueño y director general de la empresa es viajero él mismo y muchos lo conocemos porque le hemos encontrado en algún evento. Que sea él en persona el que acuda y dé la cara por su empresa también da confianza. Así que en la blogosfera viajera, que al final es la que escribe de viajes en Internet, “caen bien”.
Y la tercera, y no menos importante, es la que comentaba arriba: un acuerdo comercial con muchos blogs, como el nuestro. Como te decía antes, al recomendar nosotros sus seguros, si tú lo compras, en nuestro caso a través de este enlace, recibirás un 5% de descuento y, al mismo tiempo, nosotros también recibiremos un porcentaje para seguir financiando nuestros viajes.
A nosotros, a pesar de los aspectos negativos, nos sigue mereciendo la pena utilizar IATI porque, en conjunto, estamos muy contentos con ellos. Esperamos haberte dado toda la información necesaria para que tú decidas si es lo mejor también para ti.