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¿Qué tienes en contra de las compañías low-cost?

Seguro que en tu círculo de amistades hay alguien al que le comienza a dar vueltas la cabeza y se le pone voz de endemoniado cada vez que se menciona a una compañía low-cost. ¿No? Eso es que vas a ser tú. Ya sabes, si en una mesa de póquer no descubres quién es el primo…

Volar Companias Low Cost Ryanair Ala Azul

Los asientos son incómodos, te cobran por todo, están todo el rato intentando venderte cosas, nunca salen en horario… y muchas críticas más se colocan sobre la conversación como si quisieran enterrar a todas las compañías bajo coste y a los que las usan. Es casi peor que decir que comes carne. ¿Cómo le haces eso al planeta? ¡Volar con Ryanair es peor que matar un gatito!

Vaya por delante que nosotros reconocemos muchas de las pegas de volar con compañías low-cost: hay que pagar por el equipaje, hay que pagar por escoger asiento, hay que pagar por llevar equipaje de mano… Incluso llegaron a proponer tener que pagar por ir al baño. Pero, de ahí a considerarlas el infierno en la Tierra, el instrumento del demonio para quitarte las ganas de viajar o una de las plagas de Egipto va un mundo.

“Me voy a Oporto por 5 €” ¿Recuerdas el momento en que te lo dijo tu cuñado?

No hay que olvidar que fue gracias a la aparición de las compañías de bajo coste –unas cuantas ya desaparecidas, porque no es oro todo lo que reluce– que los viajes llegaron para todo el mundo. Embarcar en un avión suponía ahorrar todo el año. Imposible irse de fin de semana una vez al mes o cada dos meses. De hecho, uno de los billetes de avión que más caros he pagado –dentro de Europa, porque viajar a Australia sigue siendo muy caro– fue a Rumanía en el año 1999.

Inglaterra Londres Norwegian Gatwick

Todo cambió. A todos se nos llenaba la boca diciendo que habíamos ido y vuelto a Suecia por 10 euros, pasado un día en Bérgamo por otros 10 euros o bañado en la playa de Palma de Mallorca incluso por menos… ¿Quién se quejaba de que intentaran venderte todos los boletos de la lotería del mundo durante el vuelo? ¡Era una ganga!

Es que ya no encuentras vuelos por 5 €…

Nos acostumbramos y no nos dimos cuenta de que era la “oferta de inauguración”. Cualquiera que se parara a pensar se daba cuenta de que esos vuelos eran deficitarios. Pero, ¿a mí que más me da? Evidentemente, no nos importaba a ninguno y con razón. Lo mismo que cuando sale un nueva marca en el supermercado y se vende en oferta las primeras semanas… Si te gusta, la seguirás comprando cuando suba el precio. Porque lo subirán, es inevitable.

Encontrar ahora esas ofertas de cinco euros por vuelo es más complicado. Además, entre el equipaje de mano, la comisión de la tarjeta de crédito, el elegir un asiento, el seguro –que hay que estar atento para no picar y comprarlo–… todo son pegas. ¿Ahora? ¿Estás seguro de que han cambiado muchas cosas desde el primer día?

“¡No sin mi maleta!” o “Si aprieto un poco cabe”

¿Quién no ha visto cómo se montaba una bronca en la fila porque alguien quería subir con su maleta y su bolso? ¡Indignante! ¿Es que la gente no sabe leer? Desde el primer día, al comprar el billete te indicaban claramente que sólo podrías embarcar con un ÚNICO equipaje de mano con unas dimensiones precisas.

Pero eso no impidió que la gente tratara de subir con dos. Ni que se quejara cuando no le dejaban. Las malditas compañías low-cost, ¡no vuelvo a viajar nunca con una! ¿Pues no me han exigido que cumpliera con las condiciones del billete que había comprado? ¡Habrase visto!

Volar Companias Low Cost Ryanair Maletero

Si quieres volar barato, tienes que viajar ligero. El gasto de combustible en un avión no va en función de la cantidad de pasajeros, es la cantidad de kilos. Seguro que has leído que por quitar una aceituna en las ensaladas de primera clase que servían en los vuelos de American Airlines se ahorraron una buena cantidad de dólares por la reducción del peso.

¿No parece razonable que tu billete sea más barato si no necesitas espacio en la bodega? ¿Por qué pagar por una maleta facturada de 21 kilos si no voy a facturar nada? El problema era que las demás compañías sí que incluían esa maleta… aunque el billete fuera varias veces más caro. Ojo, que las compañías “de toda la vida” se han puesto las pilas y ahora también te cobran por esa maleta en muchos casos. ¿Han bajado el precio del billete para que el que no factura pague menos? No.

Ni un euro de más, ya meteré la maleta donde pueda

Con el tiempo, todo el mundo ha aprendido a llenarse los bolsillos de la cazadora con cosas antes de montar en el avión para aligerar el equipaje de mano. Nadie, o casi nadie, factura. Los portaequipajes se llenan antes de que embarque la mitad del pasaje. Sí, es un hecho: si te fijas, no hay espacio para colocar una maleta por asiento. Es física.

Aerpuerto Cola Embarque

¿Cómo evitamos las broncas por el espacio en el interior del avión, con los consiguientes retrasos? Limitando el equipaje de mano también. En lugar de subir el billete para todo el mundo, vamos a cobrar un suplemento si quieres tener un hueco seguro para tu maleta. ¡Enfermizo! Se creen que somos un vaca a la que ordeñar por todo.

Hay que poner mil ojos al comprar para que no te cobren por todo…

Otra de esas cosas que se han olvidado pero que estaban ahí desde el primer día. Si te parece normal que cuando vas a la tienda de la esquina te digan que necesitas gastar un mínimo para poder pagar con tarjeta de crédito, ¿por qué no iba a ser igual con los billetes de avión? Si el billete cuesta 5 €, la comisión que se lleva VISA hace que sea todavía más deficitario. Así que hay un recargo por pagar con tarjeta –el que se lleva luego la emisora de la tarjeta en cuestión–.

No demonicemos a las low-cost por hacerlo cuando, en la mayoría de las páginas de venta de entradas online, hay que pagar por gastos de gestión. ¿De qué gestión? Si soy yo el que está haciéndolo todo. Es como si, además de ponerte la gasolina en el coche, tuvieras que pagar más que si te la echaran. Eso sí que es un timo, amigos.

Irlanda Dublin Trinity College Long Room

Con el tiempo, y el que los billetes han subido de precio, esa comisión por el uso de tarjetas ha ido desapareciendo en la mayoría de los casos. Sin embargo, los gastos de gestión de las entradas llegaron para quedarse.

Otra cosa es que te traten de colar el seguro de viaje, el traslado desde el aeropuerto, las noches de hotel… Pero, si eres lo bastante “listo” para buscar la mejor oferta, tienes que ser lo bastante “listo” como para que no te lien.

¡Pues no te hacen pagar para sentarte con tu acompañante!

La maldad de las compañías bajo coste no conoce límites. Ahora, si no pagas por elegir el asiento te colocan lejos de tu acompañante. ¡Gentuza! Con lo divertida que era antes la carrera por subir rápido para encontrar un par de asientos libres y contiguos. Que parecía que montabas en un autobús urbano más que en un avión.

Volar Companias Low Cost Norwegian Espacio Asientos

Por cierto, ¿cuánto hay que pagar para elegir el asiento? ¿Tres euros? ¿Cinco? Eso arruinará nuestro presupuesto para las vacaciones. Así que, paguemos el triple por el billete para que se nos asigne un asiento al lado del otro en una compañía “de las de toda la vida”. Por cierto, nos asigna asientos contiguos pero, en muchas de ellas, si quieres cambiarlos también tendrás que pagar.

No se callan en todo el vuelo: del sandwich a la lotería…

¡No paran de intentar venderte cosas! ¿Y? ¿No eres capaz de dejar de comprar? En la televisión no hacen más que poner anuncios, en la radio están las cuñas de publicidad, las páginas completas en las revistas y periódicos… Pero en el avión es distinto. La presión de la cabina hace que seas más proclive a comprar. Hay algo el aire acondicionado que te fuerza a sacar la cartera y comprar ese sandwich aunque no tenías hambre al embarcar después de comerte una fabada completa antes de salir de casa. ¡Nos engañan!

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Ponte los cascos y olvídate de todo lo que dicen por megafonía –atento a si lo que dicen es que se avecina un aterrizaje de emergencia–. ¡Si hasta te venden cascos con reducción de ruido en el propio avión! Relájate y disfruta… sin sacar la cartera si no quieres.

¿Son las low-cost o somos nosotros?

Ya conté que los aviones y los aeropuertos sacan lo peor de nosotros. Cuando la compañía del avión en cuestión es bajo coste… tenemos el premio gordo.

¡Mi niño se deshidrata!

Quejas de padres porque sus hijos están deshidratados y los auxiliares del vuelo no les dan agua. ¿Serán los mismos padres que preferirán que se les perfore la vejiga a sus hijos antes de pagar por entrar a un baño? ¿Por qué no le compras una botella de agua al niño y te dejas de escenas ridículas?

Reino Unido Inglaterra Londres St Paul Millenium Bridge

No me caben las piernas en esos aviones de juguete

El espacio entre asientos es más estrecho… Pues, tampoco. Se siente, pero la separación entre asientos es prácticamente la misma en todos los aviones –siempre hay excepciones, los pequeños aviones de Air Nostrum son una maravilla de comodidad–. Pero… no puedes tumbar el asiento. ¡Gracias a Dios! Porque somos mucho de querer tumbar nuestro asiento, pero de poner el grito en el cielo si lo tumba el que tenemos delante y nos aplasta las rodillas.

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Nunca salen a su hora y siempre llegan tarde

No seré yo el que diga que salen puntuales… pero sí que diré que suelen llegar a tiempo. ¿Cómo? Porque las compañías low-cost aprovechan el rango máximo de duración de vuelo. Cuando compras el billete indican que el vuelo tendrá una duración mucho más larga que la que luego dice el comandante. ¿Trampa? Pues… un poco. Pero el resultado final es que suelen llegar en hora. El día que las compañías de “toda la vida” te devuelvan el precio del billete por llegar media hora tarde volvemos a hablar…

Eso sí, recuerda que si el retraso es de más de tres horas, siempre puedes reclamar tu indemnización a la compañía aérea por muy bajo coste que sea.

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Lo bueno de la aparición de las low-cost es que trajo competencia y bajada de precios. Lo mejor es que nadie está obligado a usarlas. Lo maravilloso es que siempre habrá quien las odie… y no pare de volar con ellas.

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10  Comentarios

  • Cris
    21 noviembre, 2023 a las 17:38

    Todo eso está muy bien, el problema de estas empresas es que para abaratar costes juegan con cosas que no deberían jugar. Dentro del mundo de los aeropuertos vas a encontrar a pocas personas que vuelen con ellos. Ha habido problemas en aeropuertos por actos irresponsables de algunas de estas compañías como no cargar la cantidad de combustible que deberían teniendo que alterar el orden de los aterrizajes de los aviones para que ellos pudieran aterrizar antes de lo que les correspondía porquer si no se quedaban sin combustible y se estrellaban… Multaza a la aerolínea (MUY conocida) y piloto despedido… Tras haber trabajado en aeropuerto y haber oído por parte de pilotos y azafatas todo tipo de bestialidades y haber visto en persona uno de esos episodios, yo no vuelo con determinadas low cost a menos que sea algo de vida o muerte; no solo por mi vida si no porque no voy a apoyar a aerolíneas que ponen en riesgo vidas humanas para sacar dinero.

    Responder
    • 24 noviembre, 2023 a las 00:17

      Hola, Cris. Bienvenida al blog 🙂
      Estamos totalmente de acuerdo en ese punto: las vidas son lo más importante y cualquier compañía que las ponga en riesgo (las de sus clientes y las de sus empleados) debería ser multada y vigilada para evitar que vuelvan a hacerlo, incluso cerrada. Nosotros, en el artículo, nos referíamos más a las críticas basadas en el espacio entre asientos (que no es mucho menor que en el resto de compañías), lo que dan durante el vuelo (nada, como el resto de compañías), puntualidad, etc. Nada que pusiera en riesgo la vida de la gente.
      Otra cosa es que tendrían que llevarse a cabo todos los controles antes del despegue para evitar que pasaran esas cosas.
      Queremos pensar que, después de algunos de esos episodios que comentas, se han puesto las pilas con los controles y vigilan que no vuelvan a suceder. Por supuesto, también queremos creer que las compañías han cambiado la política de ahorro en eso y ahora cargan el combustible marcado por ley.
      Muchas gracias por tu comentario

      Responder
  • 7 febrero, 2019 a las 13:04

    En Argentina las low cost comenzaron hace un año, y la mayoria de las personas las odian, porque piensan que son inseguras y que el avion se va a caer. No entienden que es un modelo que funciona genial en otros paises.

    Responder
    • 11 febrero, 2019 a las 10:37

      ¡Hola, Alejandr0ck!
      Es el primer pensamiento, el más lógico, cuando ves que algo por lo que has estado pagando mucho y por lo que sigues pagando, te lo ofrecen por menos de la mitad de precio: algo raro hay ahí. Lo primero en lo que se cree que se ahorra es en seguridad, así que: si cuesta tan poco, es porque serán aviones de papel… Es difícil pensar que no es necesariamente que cueste tan poco, es que estaban cobrando mucho hasta ahora…
      En cualquier caso, confiamos en que haya los mismos controles de seguridad en las low cost en Argentina.
      ¡A disfrutar viajando!

      Responder
  • Marcelo
    1 febrero, 2019 a las 12:32

    Excelente análisis. Principalmente lo de los precios, que te anuncian desde 5 euros y buscás y no encontrás por menos de 20-30 euros. Pero, permiten ahorrar unos buenos euros, para poder viajar mas.

    Responder
    • 4 febrero, 2019 a las 12:10

      Hola Marcelo y bienvenido al blog 🙂
      Muchas gracias por tu comentario. Es cierto que es muy complicado encontrar los billetes a los precios que promocionan, aunque es un mal muy popular entre todas las compañías aéreas independientemente de su «clase». En cualquier caso, como dices, es cuestión de ahorrar un poco para viajar más… o de gastar más para no usar al demonio en forma de low-cost (que es lo que algunos parecen creer que son).
      ¡Un saludo!

      Responder
  • 17 enero, 2019 a las 14:49

    Yo reconozco que siempre critico las aerolíneas de bajo coste, pero sigo volando con ellas porque, al final, me compensa. Es como con mi gym, voy a uno de éstos de 25€ al mes, sin matrícula. Si un día no tengo una bici, pues me voy a la elíptica, si no hay hueco en una clase , pues no entro. No se me ocurre exigirles lo mismo que les «exigía» al gimnasio al que iba hace 11 años, por el que pagaba 50€ al mes… Lo que si les critico, y esto de verdad, a las aerolíneas de bajo coste, es el carácter que tienen muchas veces sus azafatos. Un día tuve que abrir la maleta porque no me dejaron pasar un mini bolso y la bolsa del duty free fuera, y cuando estoy ahí con todo el percal, escucho a una decirle a la otra «Bah, si total, le vamos a bajar la maleta a bodega igualmente…». Y como ésta tengo miles… Así que, en resumen, estoy a favor de las aerolíneas de bajo coste, pero deberían empezar a pagar mejor a sus empleados para que éstos trataran mejor a los clientes. Que una cosa es no esperar lujos y otra no recibir ni un mínimo de respeto…

    Responder
    • 22 enero, 2019 a las 17:07

      Hola Carla y bienvenida al blog 🙂
      Usar una cosa no significa que dejes de ser crítico con ella y que no veas en qué falla o en qué puede mejorar. ¡Faltaría! Lo que no se puede es criticar sin tener en cuenta lo que estás pagando por el servicio. La gente parece olvidar que son compañías de BAJO COSTE, es decir, de precio barato, y que eso significa que habrá menos servicios, comodidad o lo que sea que en una «tradicional».
      Respecto a los empleados… no te lo vamos a discutir. También nosotros hemos tenido alguna porque no nos dejaban poner la mochila (la única, y pequeña, que llevábamos) debajo del asiento y se empecinaron en bajarla a la bodega. Pero vamos, que malas experiencias así con todas las compañías. Eso sí, seguro que si trataran mejor a sus empleados tendrían mejor carácter…
      Un saludo viajero

      Responder
  • 14 enero, 2019 a las 11:37

    Coincido con todo. Decimos siempre lo mismo: a ver, ¿qué quieres por un vuelo de 15€, piltrafilla? ¡Si me sale más caro viajar en tren a la ciudad de al lado!

    Las compañías low-cost han hecho que muchos podamos viajar en avión – nosotros somos un claro ejemplo de ello – y sabemos a lo que vamos, igual que cuando viajó en tren regional – que, por cierto, es mucho más incómodo que los aviones.

    La cuestión es quejarse de todo… pero a nosotros nos han arreglado nuestra vida viajera.

    Responder
    • 14 enero, 2019 a las 13:02

      ¡Hola, Marina!
      Es que, no tiene sentido esperar lo mismo con un billete que cuesta 10 € que con uno que cuesta 100. Pero ésa es la crítica más habitual: todas las restricciones que hay en las compañías bajo coste frente a las tradicionales… pero pocos se acuerdan de la «restricción» en el precio. Es más, la mitad de las veces, las quejas son exageraciones, situaciones que son iguales (o incluso peores) en la compañías «tradicionales».
      Ni que obligaran a usarlas :-p

      Responder