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Aeropuertos y aviones… amados y odiados

Los aeropuertos son esos espacios casi mágicos llenos de promesas a la ida y de nostalgias a la vuelta. La casa de uno de los grandes amigos de viajeros y turistas: el avión. Pero siendo dos lugares, aeropuertos y aviones, tan especiales, no dejan de tener su lado malo, irritante, molesto… Seguro que todos tenemos nuestros motivos, pero el nuestro es, fundamentalmente, la gente.

¿Por qué la gente hace eso en el aeropuerto?

La gente se pone nerviosa, quiere llegar pronto a su lugar de vacaciones o está empanada por la depresión post-vacacional. En el aeropuerto suben las pulsaciones, demasiados carteles a los que mirar, el señor de la megafoníaque dice que no va a decir nada pero no para de hablar–, ¿lo habré metido todo en las maletas?, ¿cerré con llave la puerta?, ¿nos acordamos de cortar el gas?…

Madrid Aeropuerto Barajas Adolfo Suarez

Control de equipajes: no sin mi mermelada

Está hablando por el móvil, regañando a los niños, soñando con lo que le espera o más perdido que un toro en una cacharrería cuando se da cuenta de que ha llegado al control. Mira para atrás y ve que hay un montón de gente parada porque no estaba preparado y se pone más nervioso si cabe. Monedas por el suelo, se olvida el cinturón, vuelta atrás corriendo cuando le preguntan si lleva portátil… para acabar teniendo que ser cacheado.

Y eso por hablar de lo que llevan encima. En los controles de los aeropuertos hay más navajas que una tienda de Albacete, más mermeladas que en la tienda gourmet y más cosméticos que en el duty free. Una vez no querían dejarnos pasar con un queso de tetilla por ser “semi-líquido” y hubo que discutir, pero ¿cómo convences al guardia civil de que tu navaja suiza la llevas sólo por el USB?

Subiendo al avión: no formen corrillos

Está claro, a los humanos nos gustan las colas más que a un tonto un lápiz. Cuando te dan tu billete te asignan un asiento. Listo. No vas a ir de pie. Te vas a poder sentar. Es más, te vas a sentar donde te dicen que te sientes. Si todo está tan claro, ¿por qué ponerse a hacer cola delante del mostrador cuando todavía falta media hora para que abran la puerta? Es ver llegar a la señorita al mostrador y comenzar el run-run. Nadie quiere ser el primero, pero todos están esperando que uno se levante.

Aerpuerto Cola Embarque

Cuando las compañías low cost no numeraban los asientos podía tener un sentido: sentarse con el resto del grupo, pero ahora ni eso. Ahora la justificación es tener sitio para colocar tu equipaje de mano… Que no: ¡que sois unos prisas, unos estresados y hay algo en los aviones que os pone nerviosos!

Recogiendo el equipaje: esto es Esparta

¿Nos os ha pasado que, a la hora de ir a recoger vuestro equipaje en las cintas, os habéis encontrado con más de uno que saca la cabeza por el hueco por donde entran las maletas para ver cuándo llega la suya? En tu imaginación esa puerta se convierte en una guillotina para tensos. ¿Acaso les estás diciendo a los que colocan las maletas cuál es la tuya para que la saquen antes?

Aerpuerto Equipajes Palo Tanzania

Acercarse a la cinta es más complicado que coger una posición en la zona en la NBA. Miras para otro lado y se cuela uno delante metiendo codo. Disculpe, caballero, la maleta va a salir igual sin que me aplaste el bazo. Cuando aparece la maleta en cuestión: «¡eh! la mía, un momento, por favor, me permite…» y eso si dice algo y no lo soluciona con un “sutil” empujón que te hace caer a ti en la cinta.

¿Por qué esas ganas de huir? Ver las caras de la gente que va quedando en la cinta esperando sus maletas cuando otros ya se han ido es darse cuenta de que sí: la cara es el espejo del alma. Y, en ese momento, el alma odia con todas sus fuerzas al listo ése que ya ha cogido sus dos maletas y sale por la puerta, mientras tú sigues esperando la tuya.

¿Por qué la gente hace eso en el avión?

Si los aeropuertos ponen “nervioso” al personal, los aviones son un mal necesario. Quieres que acabe cuanto antes.

Butan Druk Air

Érase un hombre pegado a un teléfono

Presidentes de países, directivos de multinacionales, representantes del alto comisionado de las naciones unidas… y el que se sienta a tu lado en el avión. Todos tienen algo en común: tienen que estar localizables en cualquier momento en caso de que se desate una crisis a nivel mundial. Es por eso que tus vecinos de fila –que van de incógnito, porque con esa importancia que tienen podrían ir en su jet privado, pero van en turista como tú– necesitan hablar con su tía Puri, mientras el avión va hacia la pista de despegue, para decirle que están a punto de salir.

Lo que ves en sus ojos cuando les dices que deben tener el móvil desconectado no es odio, ni desprecio. Es sorpresa porque tú no estás haciendo lo mismo que ellos. Y lástima, cuando se dan cuenta de que tú eres un pobre.

Nepal Tara Air

Por cierto, su tía Puri se queda pegada al teléfono hasta que, nada más tocar tierra en destino, vuelven a llamarla, todavía con el avión rodando por la pista, para confirmar que el planeta sigue girando sobre su eje y alrededor del Sol.

El cinturón de seguridad, ese instrumento de tortura

Si las colas eran la manera de mantener la cordura antes de volar, el cinturón lo es de desquiciar los nervios. ¿Cómo un trozo de tela, que además puedes regular a tu gusto, puede estresar tanto al personal? El primer ruido que se escucha después del golpe del tren de aterrizaje contra el suelo es el de los cinturones abriéndose. ¿Por qué? Si te estaba apretando, has tenido tiempo para darte cuenta en las horas de vuelo anteriores. ¿Te parecía mucho más útil el trozo de tela cuando estabas a 10.000 metros de altura que a ras de suelo?

Lo siento, por mucha ilusión que te haga, no llegas a tu destino hasta que no sales del aeropuerto. Quitarte el cinturón no te teletransporta a la playa…

El equipaje de mano, más importante que la vida

Siguiendo con las prisas, están los que van más allá de quitarse el cinturón antes de tiempo. Son los que se tienen que poner de pie y sacar su bolso del portaequipajes mientras el avión rueda. Llegan tarde a apretar el botón que aborta el lanzamiento de los misiles nucleares que acabarán con el mundo tal y como lo conocemos y nosotros sólo queremos que el comandante acelere para que acaben en el suelo… Son unos incomprendidos. Nuestras vidas dependen de que salgan rápido de ese avión, y de que salgan con su bolso y su chaqueta.

Azores Despegue Aterrizaje

Cuando el avión parece que frena, se desata la histeria. En ese momento las compañías aéreas deberían poner cascos a disposición de los que nos quedamos sentados. Las maletas, las mochilas, las bolsas con las botellas del duty free empiezan a volar sin control sobre nuestras cabezas. Esa señora bajita y delgada tiene una maleta, que tú jamás considerarías equipaje de mano, sobre tu cabeza. Lo de la espada de Damocles es una broma comparado con esos 10 kilos de vete a saber qué, en maleta rígida, que hacen temblar a la señora y se mueven sin control.

Einstein demostró que el tiempo es relativo, pues el espacio también. Todo el pasaje de un avión, con todo su equipaje de mano, cabe en el pasillo. ¿Cómo? No se sabe. Algunas universidades están haciendo estudios. Creen que hay algún tipo de quinta dimensión en los aviones, una fisura en el continuo espacio tiempo que sólo se ha visto antes en los vagones de metro en hora punta.

Saliendo del avión, que estoy muuu loco

Tener tu equipaje de mano antes que los demás no sirve de nada si no estás el primero en la puerta. Antes incluso de que se abra. Muchos lo saben y, para no ser objeto del odio del resto del avión, no se levantan antes de tiempo pero, una vez de pie, corren, empujan, pisan, saltan por encima. Lo que haga falta para llegar a la puerta. Saben algo que nosotros no sabemos: el aire de los aviones, como el combustible, está medido y cuando se acerca el fin del vuelo ya casi no queda para respirar.

Si es un aeropuerto pequeño y hay un par de autobuses a pie de pista esperando para recogerte, te puedes permitir el lujo de mirarles con cara de “alma de cántaro, ¿tanta prisa para esto?”. Si después te los encuentras en la cinta con la cabeza en el hueco buscando su maleta la “compasión” se transforma en desprecio y en odio cuando recuerdas el pisotón que te dio y el golpe en la cabeza con la maleta.

Singapur Aeropuerto Changi

Aeropuertos y aviones, aviones y aeropuertos, qué bonitos lugares si no fuera por la gente… ¿Sois vosotros de los que hacen alguna de estas cosas? ¿Por qué? Si no, ¿cuáles creéis que son sus razones? ¿Algún otro motivo para odiar a la gente en aeropuertos y aviones?

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27  Comentarios

  • 20 abril, 2015 a las 20:55

    Que risas me ha dado el artículo! La mermelada, la navaja de Albacete y lo mejor sin duda es la teoría de la relatividad aplicada al pasillo de un avión. La de cosas que hago yo mal y que os desquiciarían X)

    Saludos y genial post

    Responder
    • 27 abril, 2015 a las 17:13

      Hola Vero y bienvenida a los comentarios del blog 🙂
      No puede ser que una viajera haga muchas cosas mal… fijo que te castigas demasiado. Piensa que yo también es que soy un poco tiquismiquis y ver cómo la gente se retrasa en el control o parecen querer salir del avión como si se fuera a destruir al para me tensa mucho! jajaja
      Ayer, volviendo en tren, confirmé que la teoría de la relatividad también se puede aplicar a los pasillos del vagón, que digo yo que para qué se querrán poner de pie 20 minutos antes de llegar a la estación, ¿pensarán que si no lo hacen el tren no va a parar?

      ¡Gracias!

      Responder
  • 16 enero, 2015 a las 00:28

    No me había planteado todo lo que indicas. Parece que forma parte del ambiente, en definitiva se da por hecho y aunque carezca de sentido, no vemos extraños este tipo de comportamientos. No quiero imaginar que pensarán los que trabajen diariamente en este sector.

    Responder
    • 16 enero, 2015 a las 18:35

      Hola Miguel,
      Estarán cansados de ver cómo nadie les hace caso 😉 seguro que no se lo toman de una forma así de divertida…

      Responder
  • 17 octubre, 2014 a las 19:26

    Jajaja!! 😀 Muy cierto todo lo que dices y como desesperan algunas cosas! Además da igual el país donde cojas el avión siempre te encontrarás a alguno de esos. O cuando ves en la cola que hay niños revoltosos que no se están quietos, rezo para que se sienten muuuy lejos!! ¿Alguna vez te ha tocado uno justo en el asiento de detrás? Ufff!! Parece que sus piernas llegan en la justa medida al asiento de delante para no dejar de dar pataditas, que desesperación! Pero vamos que aunque nos asegurasen que siempre viajaremos con niños revoltosos en el asiento de detrás, seguiríamos viajando!! 🙂

    Responder
    • 18 octubre, 2014 a las 15:45

      Hola Tania, bienvenida al blog!
      Tú lo has dicho, una vez que estás contagiado por el virus viajero ya te pueden poner todas las complicaciones del mundo que no hay cura 😉
      Respecto a los niños, lo que habría es que sentar a los padres delante, esa triste excusa de «son niños» está muy bien para los niños (como el que son perros y no saben donde hacer sus necesidades) pero para eso están los padres, para decirles que no hay que estar dando patadas en el asiento de delante porque hay alguien sentado que no tiene la culpa. Hay que empezar por educar a muchos padres antes de quejarse de los niños… 🙁 (conste que no tengo hijos, ¿eh? que no me siento atacado :-p)

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  • 15 septiembre, 2014 a las 14:16

    Qué divertido! No tiene deaperdicio!

    En la epoca de ryanair q no asignaban asientos, viajaba sola y siempre entraba ultima y tenia los siguientes beneficios muchas veces:

    *al embarcar ultima quedaban los asientos de adelante vacios muchas veces.. x lo tanto, me sentaba con los q habian pagado prioridad
    *al sentarme delante, era de las primeras en bajar
    *otras veces, al pasar el control ultima, te subis ultima al bus q te lleva hasta el avion: y subia primera. O las de veces q me baje ultima del avion, subi utlima al bus y luego bajaba primera para estar entre los primeros puestos de control de migraciones.

    Hay q viajar mas relajado… q al fin y al cabo, forma parte de viajar 🙂

    Besosss

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    • 22 septiembre, 2014 a las 22:18

      Es que nos pasa a todos lo de odiar a los «compañeros» de avión. Esas prisas que no sirven para nada más que para que el resto quiera matarte 😉
      ¡Disfrutad mucho de vuestro tren!
      Un abrazo viajero

      Responder
  • 9 septiembre, 2014 a las 12:28

    Lo que me he reído leyendo el post. No veas cómo nos mira la gente de las colas cuando dicen aquello de «embarquen primero familias con niños pequeños» 😛

    Responder
    • 9 septiembre, 2014 a las 16:49

      Si te has reído es que eres muy paciente con la gente :-p A la mayoría le sube la bilis por la garganta! jajaja
      Los niños… mira que no quería decir nada de los niños, ¿eh? 😉 Pero ya se ha dicho que cuando un bebe llora todo el vuelo o cuando el niño de atrás decide que tu asiento es un balón (aunque tú no veas que sea redondo por ningún lado)… Puestos a hablar de avisos de quien puede embarcar en cada momento, ¿qué hay de esos vuelos en los que dicen «embarque de las filas 30 en adelante» y que entras tú con tu billete de la fila 39 y hay gente por todo el avión que se ha ido colando (sin niños)? ¿Es que los auxiliares no pueden mirar esos billetes o es que, simplemente, no quieren pelearse y les da todo igual?
      Paro, que me sube la bilis jajaja

      Responder
  • 9 septiembre, 2014 a las 11:20

    Pues si, has sacado todo mi odio jajajaj, yo he de reconocer q los aeropuertos me ponen en tensión, no por miedo a volar si no por miedo a que me hagan pasar mas tiempo dentro del necesario por retrasos, perdida de maletas, etc. Aunque lo q mas odio es tener q ir a las ventanillas de las compañias por culpa de algun problema, ahí si q tengo que respirar hondo :p

    Responder
    • 9 septiembre, 2014 a las 16:45

      Ir a la ventanilla de la compañía es ya un castigo divino, es el momento de decirte a ti mismo que en una vida anterior debiste ser el mismo demonio y ahora tienes que pagar por ello. Lo peor, cuando, después de esperar pacientemente tu maleta no sale y tienes que que ir a pedir explicaciones… que nos ha pasado 🙁
      Y ahora, respira hondo y piensa que el aeropuerto no es tan malo, que los aviones son tus amigos y que la gente… bueno, que no los puedes matar a todos 😉

      Responder
      • 9 septiembre, 2014 a las 17:49

        Es como un chiste gráfico que vi una vez: Se levanta un hombre en la cama después de tener una pesadilla y cuando su mujer le pregunta con qué estaba soñando, le dijo: estaba soñando que Iberia me perdía las maletas y las tenía que recuperar usando el número de atención al cliente de telefónica ……..

        Responder
  • 9 septiembre, 2014 a las 08:14

    Ja,ja,ja,ja… 🙂 🙂 ¡Y lo divertido que es ver a todo el mundo de pie, durante media hora o más, esperando entrar en un lugar en el que ya caben todos y, como bien decís, los asientos están numerados! Las dinámicas de grupo, el gregarismo… El resto de situaciones son muy habituales (a veces nos acordamos de la escena de Dirty Dancing: «Este es mi espacio y ése es el tuyo») y, parece que irremediables así que hay que llegar a los aeropuertos con la moral bien alta y la dosis de paciencia y sentido del humor a tope. Porque también hay que lidiar con el hecho (¿Habrá alguna explicación más allá de la Ley de Murphy?) de que tu puerta de embarque siempre, siempre, está al otro extremo (a ser posible cuanto más grande)de la terminal o… Del complejo completo… ¿Por qué? Ja,ja,ja,ja…

    Responder
    • 9 septiembre, 2014 a las 16:42

      Eso es, media hora es la duración más corta… porque la gente se coloca delante del mostrador antes de la hora en la que se supone que deberían abrir y luego siempre hay retraso. Los humanos, cuando nos juntamos, hacemos una cantidad de tonterías que, por separado, todos pensamos que no deberíamos hacer 😉
      A pesar de lo de «Éste es mi espacio y ése es el tuyo» y de lo pegada que se pone la gente en esas colas, nunca hemos visto una pelea en un aeropuerto, quien dice pelea dice empujón o siquiera un roce «violento». Alguna discusión que otra sí, porque alguno se cuela y eso, a los que están esperando, les enfada mucho. A mí me molesta que la gente me trate de adelantar en el finger para entrar en el avión ¡¡si vamos a tener que pararnos antes de llegar a la puerta porque estará todo bloqueado hombre!!
      Murphy siempre tiene algo que decir y, sea lo que sea lo que le moleste más a cada uno, se encargará de ponerle una ración doble en el aeropuerto y en el avión 😉

      Responder
  • Gabriela
    9 septiembre, 2014 a las 03:29

    Una vez me tocó un tipejo de esos que quieren salir corriendo, pero yo estaba sentada en el pasillo esperando a que se despejara la fila mortal; después de dos fallidos intentos de psar por encima mío e incluso entre los asientos a la fila de adelante me dijo malumoradamente: «Vas a bajar?» A lo que no pude aguantar la carcajada porque pensé: «No, me voy a quedar aquí paseando en el vuelo de regreso». Finalmente me dio pena y me levanté para dejarlo pasar mientras los que hacían fila detrás mío me empujaban. Más tarde me enteré que era director técnico de un equipo de fútbol muy famoso en mi país, así que seguramente si tenía un asunto de vital importancia que resolver 😛

    Responder
    • 9 septiembre, 2014 a las 16:33

      Hola Gabriela, ¡bienvenida!
      Las prisas no son nunca buenas consejeras. Creo que a todos, al menos a los que no tenemos una prisa loca por bajar del avión, nos gusta parar («fastidiar») al que se sube por los asientos tratando de salir. En tu caso, siendo alguien relacionado con el mundo del fútbol seguro que pensaba que su asunto era de vital importancia… pero seguro que no, el mundo seguía girando sin él 😉

      Responder
  • siroco00
    8 septiembre, 2014 a las 15:17

    Y dice el comandante de la aeronave, que es una autoridad, desconecten los dispositivos móviles para el despegue y el aterrizaje… Y la gente ni puto caso, aunque sea sólo por educación, apágalo, lo ha dicho una autoridad, no vas a poder parar el avión despegando o aterrizando si te dicen que te ha tocado 1 millon de euros….

    Responder
    • 8 septiembre, 2014 a las 19:16

      Hola Siroco
      La educación es algo que se factura junto con las maletas y que no se recupera hasta que no se sale de la terminal en el destino 😉 así es la vida, el aeropuerto y el avión son la nueva jungla, con la ley del más fuerte (o del más tonto…)
      Me he reído un rato pensando en alguno tratando de parar el avión en pleno despegue porque le acaba de tocar un millón de euros y se han dicho por whatsapp en ese momento 😉

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  • 8 septiembre, 2014 a las 12:43

    Jajaja, real como la vida misma. Desde luego es que es para matar a más de un@.

    🙂

    Responder
    • 8 septiembre, 2014 a las 19:12

      Totalmente… ¿por cuál empezarías? Seguro que se me ha olvidado alguno, además de los que ya ha dicho Fernando 😉

      Responder
  • 8 septiembre, 2014 a las 13:25

    Que bueno!!! Todo cierto, yo odio las filas de maletas fantasmas que dejan abandonadas para entrar los primeros y los que nada mas entrar en el avion se tumban y no se kevantan hasta que no llegas, es incomodo comer en tan poco espacio vital!!! 🙂

    Responder
    • 9 septiembre, 2014 a las 16:54

      Vaya, que se había ido al spam ¡Perdona Adela! 🙁
      Siguen saliendo más gente a la que odiar… Eso de las maletas fantasma me recuerda a los folios sobre las mesas de la universidad para coger sitio: quien quiera peces, que se moje el culo, ¿no? ¿Quieres entrar el primero? Pues aquí de pie, el tiempo que haga falta, como un campeón 😉
      Como últimamente hemos hecho viajes cortos (y muchos en low cost de las que no dejan reclinar el asiento) ni nos habíamos acordado de eso. A decir verdad, yo ya voy incómodo aunque el de delante no mueva su asiento ni un milímetro, vamos, aunque esté vacío. Pero eso no es culpa de la gente, es de las aerolíneas que quieren aprovechar más el espacio…

      Responder
  • nico
    8 septiembre, 2014 a las 12:53

    yo nunca entenderé los tontos que, como el avion se para, se levantan de prisa y cogen sus equipaje de mano. Todavia la puerta està cerrada, todavia no estas el finger o el autobus… porque tanta prisa? la cosa que me hace reir es que estan de piè, juntos al asiento, con la espalda doblada porque el techo es bajo, esperando de salir; pero sientate tonto!!!

    Responder
    • 8 septiembre, 2014 a las 19:13

      Hola Nico, ¡bienvenido!
      Da la impresión de que no pueden aguantar ni un minuto más dentro del avión, ¿serán todos claustrofóbicos? o ¿de verdad no hay oxígeno para seguir respirando y lo saben? 😉
      Los fisioterapeutas y los masajistas se deben frotar las manos cuando van en los aviones y ven esas espaldas retorcidas jajaja

      Responder
  • 8 septiembre, 2014 a las 11:31

    Yo para entrar al avión siempre lo hago de los últimos, es tontería entrar de los primeros, al final lo único que vas a conseguir es estar más tiempo metido dentro. También odio a aquellos que van con 15 maletas y se tiran media hora facturando y tú esperando detrás, venga a rebuscar en los bolsos para sacar el DNI y/o tarjeta de embarque en lugar de tenerlo ya en la mano antes de que les toque …. Otra de las cosas que odio, es cuando te tocan niños llorando o dando paratas dentro del avión, menos mal que a algunas compañías ya se les ha ocurrido la idea de separar en cabina a las familias con niños de los demás. Por último, cuando el avión aterriza, y tú estás sentado en pasillo, odio a los que pretenden que te levantes para dejarlos pasar antes de que abran las puertas, ni que les fueran a robar su equipaje de mano ….

    Responder
    • 8 septiembre, 2014 a las 19:11

      Ufff Fernando, veo que he sacado tu lado más oscuro 😉 Odio a kilos en aeropuertos y aviones, ¿eh? 😉
      Se me había pasado el que no encuentra su carné o su pasaporte a la hora de facturar… hace tanto que no facturamos que ya ni me acordaba. Lo de los niños es para otra entrada. Que los bebes lloren puede ser normal (aunque seguro que los padres pueden hacer algo) pero que los niños se porten como salvajes y que los padres lo consientan porque «son niños» (dicho así y con una sonrisita…) es para matar a los padres. A mí mi madre no me dejaba ir molestando a la gente cuando era pequeño.
      El pasillo o ventanilla también da para mucho: el que quiere pasillo y luego se queda dormido bloqueando la salida al baño para todo el mundo, o el que quiere ventanilla para mirar y se duerme antes de despegar (justo después de colgar el teléfono ;-p)
      Odio, odio, odio… a Peter Pan y a mis compañeros de avión 😉

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