Hoy “nos vamos” a Lovaina, Bélgica –más precisamente Flandes–, para visitar una pequeña ciudad universitaria de la que nos enamoramos a primera vista. Primera precisión: el nombre de la ciudad en flamenco es Leuven –ya comentamos en los consejos para viajar a Bélgica que los nombres de las ciudades en flamenco son bastante diferentes de los españoles– y, a veces, se refieren a ella como Lovaina la Vieja para distinguirla de Louvain-la-Neuve, Lovaina la Nueva, en Valonia, ¡que nadie se confunda! Una ciudad que no está en el “Olimpo” de las grandes ciudades-diosas belgas Bruselas, Brujas y Gante, turísticamente hablando, y que no suele estar incluida en una primera visita al país, pero que tiene muchísimo que ofrecer y todo a poca distancia. ¡El sitio ideal para una visita a media hora de tren de Bruselas!
Aquí va nuestra selección de 14 cosas que ver en Lovaina, Bélgica, bueno, alguna es más bien para degustar… ¿Añadirías alguna?
El ayuntamiento gótico, lo primero que hay que ver en Lovaina: ¿el más bonito de Flandes?
No, el ayuntamiento de Lovaina –stadhuis van Leuven– no te puede dejar indiferente, da igual lo duro que seas. Este edificio gótico flamígero, con sus hornacinas, sus 236 estatuas –éstas últimas del siglo XIX, eso sí–, sus centenares de pináculos, relieves y todo tipo de decoración en piedra puede que sea el más bello de Flandes… pero no hace falta compararlo con otros para rendirse a sus encantos.
El exterior es sin duda lo más impresionante, pero también se puede visitar el interior –hay tours guiados todos los días a las 15 h por 4 €–, con sus tres salones del siglo XIX estilo Luis XV y Luis XVI –advertencia: los Luises no conocían el concepto de sobriedad–, la sala gótica, la pequeña sala gótica y alguna sorpresa más…
Una curiosidad: el edificio sobrevivió a los incendios provocados por los alemanes durante la invasión en la Primera Guerra Mundial –aquí se encontraba la sede de la Kommandatur alemana, tras el homicidio del alcalde– y a finales de la Segunda Guerra Mundial una bomba rozó su fachada y no explotó. Está claro que el edificio estaba destinado a llegar hasta nuestros días.
Otro imprescindible en Lovaina: la iglesia de San Pedro, su museo y sus torres
Justo enfrente del ayuntamiento se encuentra el otro edificio símbolo de la ciudad: la iglesia de San Pedro –Sint-Pieterskerk–, la más antigua de la ciudad, del siglo XV. En el interior alberga la sala del tesoro de San Pedro –parte de la colección del M-Museum– con, entre otras obras de arte, “La última cena” de Dirk Bouts, la última pintura de un primitivo flamenco que sigue en el lugar para el que fue encargada. Antes de entrar al pequeño museo se puede ver una escultura del siglo XV de la Virgen con Niño entronizados sobre el Trono de la Sabiduría –Sedes Sapientiae–, símbolo de la Universidad Católica de Lovaina: aquí vienen el rector y los profesores en toga a venerarla todos los años.
Dentro de la iglesia se puede ver también el diseño original de la torre principal de la iglesia. El arquitecto, a principios del siglo XVI, había proyectado tres torres coronadas por agujas de las que la central tenía que alcanzar los 170 metros de altura: ¡iba a ser la estructura más alta del mundo en su época! Pero la inestabilidad del suelo no lo permitió: la torre central se derrumbó en un par de ocasiones. Al final tiene prácticamente la misma altura que la iglesia y las otras dos torres se han quedado en esbozos. El gozo del arquitecto… ¡en un pozo!
Si te has quedado con ganas de saber más, te lo contamos todo en nuestro artículo la iglesia magistral de San Pedro de Lovaina.
El rectorado de la Universidad de Lovaina: no sólo Erasmus
La Universidad Católica de Lovaina (UCL), fundada en 1425, es la más antigua de Bélgica, una de las más antiguas del norte de Europa y tuvo profesores de la talla de Erasmo de Rotterdam, para hacerte una idea. Eso sí, la actual Universidad, KU Leuven –Katholieke Universiteit Leuven / Universidad Católica de Lovaina La Vieja– es sólo una de las dos ramas de la universidad original, dividida en 1970 en dos partes: ésta, la de habla flamenca, y la de Lovaina la Nueva, en Valonia, de habla francesa –la Université catholique de Louvain: UCL / Universidad Católica de Lovaina La Nueva–.
El caso es que la Universidad ha sido uno de los grandes motores del desarrollo de Lovaina desde sus orígenes hasta hoy en día: ¿sabías que en la ciudad hay unos 100.000 habitante y unos 50.000 estudiantes? Muchos de ellos de Erasmus y ¡unos cuantos españoles!
El rectorado –Universiteitshal–, muy cerca de la Grote Markt, la plaza del ayuntamiento y de la iglesia de San Pedro, se encuentra, desde el siglo XVII, en el edificio gótico de la antigua lonja de paño. En ese momento se añadieron las plantas barrocas y en el siglo XVIII otras partes neoclásicas y es curioso ver las diferentes “almas” del edificio en su fachada.
La biblioteca universitaria y las vistas desde su torre
Otro edificio de la KU Leuven, y el que más vale la pena visitar hoy en día, es el de la biblioteca universitaria –Universiteitsbibliotheek–, el edificio neo-renacentista construido en los años ‘20 con fondos americanos tras los estragos de las dos guerras mundiales y que hoy tiene más de un millón de libros.
300.000 fueron los libros quemados por el incendio causado por los alemanes en la Primera Guerra Mundial y 900.000 los los que se perdieron para siempre en la Segunda Guerra, entre ellos manuscritos e incunables de grandísimo valor.
Se pueden ver las piedras grabadas con inscripciones de las escuelas técnicas americanas que ayudaron a reconstruir la biblioteca, la increíble sala de lectura de madera, un pequeño museo y luego, por supuesto, la torre de la universidad –de bibliotheektoren–. Hay que subir para tener vistas sobre toda la ciudad de Lovaina. Eso sí, ¡no hay ascensor!
La Oude Markt: el bar más grande del mundo
La Oude Markt, la gran plaza del mercado viejo de Lovaina, ya no es el lugar del mercado, como en sus origines en el siglo XII. Ahora los puestos se han cambiado por… ¡bares y cafés! Es por ello que es conocida como “el bar más grande del mundo”. En verano sus terrazas se llenan de estudiantes y turistas, como en un enorme bar a cielo abierto. Es el sitio de la marcha y el lugar de encuentro por excelencia en Lovaina.
¿Qué ver en Lovaina? ¡esculturas por doquier!
Cuando lleves un rato paseando por Lovaina puede que te sientas un poco observado por la cantidad de esculturas que hay, tanto de personajes famosos como anónimos. En la misma Oude Markt, sentada en un banco, está la popular Kotmadam, la casera que alquila habitaciones para los estudiantes, una figura muy típica en una ciudad universitaria como Lovaina –es justo aquí donde suelen quedar los estudiantes de Lovaina–. Pero hay muchos más personajes, desde Dorre de bakker –la panadera– a Erasmo pasando por Paepe Thoon –un bufón jorobado del siglo XV con una historia muy curiosa– o Fiere Margriet –una chica de Lovaina que fue violada y asesinada–.
Al lado de la biblioteca de la universidad hay dos muy peculiares. En el centro de la Monseigneur Ladeuzeplein está el Totem, una aguja de 23 metros de altura en la que está ensartado un enorme escarabajo verde. Y a la izquierda del edificio el Ballon van de vriendschap –globo de la amistad–, un globo con tres amigos… aunque originalmente eran cuatro, ¡uno fue robado!
Pero la más famosa de todos es la de la Fons sapientiae –fuente de la sabiduría–, apodada “Fonske”. Es, literalmente, una fuente y representa a un estudiante leyendo un libro mientras vierte una jarra de cerveza-sabiduría sobre su cerebro. Eso sí, también hay una estudiante más seria, leyendo un libro: Renée, llamada también Fronske. En el mapa de abajo tienes las localizaciones de todas estas curiosas esculturas indicadas con el símbolo de una cámara de fotos.
Iglesias de Lovaina, Bélgica: 3 de las «7 maravillas de Leuven»
Además de San Pedro, paseando por Lovaina se van descubriendo muchas otras iglesias interesantes… y algunas bastante peculiares. Tres de ellas son las “supervivientes” de las “7 maravillas de Lovaina», una curiosa lista elaborada a finales del siglo XVII por los estudiantes de Lovaina, inspirándose en la lista de las 7 maravillas del mundo antiguo. ¿Quién dijo que la obsesión por las listas es algo nuevo?
Una de las tres es la iglesia de San Miguel –Sint-Michielskerk–, cuya maravilla era “el altar fuera de la iglesia”, o sea su fachada barroca, decorada de forma tan espectacular que parece un altar.
La segunda es la iglesia de Santiago –Sint-Jacobskerk–, que tiene un precioso portal renacentista, aunque la “maravilla” es otra: “la campana que cuelga fuera del campanario”. Sí, si te fijas bien, verás que hay una campana en el exterior del campanario, según la leyenda era diabólica, así que no podía entrar en la iglesia.
La tercera es la iglesia de San Gertrudis –Sint-Geertruikerk–, del siglo XIII, con su “torre sin clavos”. Sí, tiene una torre de 71 metros construida sin clavos, una verdadera hazaña para la época. Por cierto, si te paras a mirarla creerás haberla visto en España. Sí, se parece mucho a la de la catedral de Burgos, ¿serviría la torre de San Gertrudis de inspiración para la una de las más conocidas catedrales españolas? Según nuestro guía, sí…
Junto a la abadía de San Gertrudis se encuentra el klein begijnhof, el pequeño beaterio –lugar parecido a un convento pero reservado a mujeres no religiosas– de Lovaina, con sus tradicionales casas flamencas.
El M – Museum Leuven: el museo que tienes que visitar en Lovaina
El M – Museum Leuven es una parada obligatoria, aunque sólo pases un día en Lovaina. El edificio en sí, una mezcla entre histórico y contemporáneo, ya merece una visita. La colección permanente del museo tiene una mezcla interesante de obras contemporáneas, obras de maestros flamencos del siglo XIX y obras tardogóticas. Entre estas últimas increíbles obras de los primitivos flamencos como La Última cena y el Tríptico del martirio de San Erasmo de Dirk Bouts, aunque la que más nos impactó a nosotros fue la copia de un anónimo de la Deposición de Rogier van der Weyden’s.
Las vistas desde la terraza del Museo M Leuven
Una razón más para visitar el museo es subir a su terraza aunque, todo hay que decirlo, hay una cafetería a la que se puede subir incluso sin entrar al museo. Las vistas sobre la ciudad son preciosas y, ¡hay ascensor! Así que, si no quieres subir a la torre de la biblioteca, es una buena alternativa. Eso sí, está bastante más abajo.
El mundo de la cerveza en Lovaina, Bélgica
Como buena ciudad belga que se respete, la historia de Lovaina está muy ligada a la cerveza. Pero Lovaina tiene algo más: es la sede de InBev, el mayor fabricante de cerveza del mundo. Si te digo InBev puede que no te suene mucho pero, ¿y si te digo Stella Artois? Pues sí, nació aquí y fue el principio del “imperio cervecero”. La fábrica de Stella Artois se puede visitar, aunque nosotros tenemos que admitir que no lo hicimos, nos esperaba al día siguiente una visita a una fábrica de Malinas y ya podía ser excesivo…
La fábrica está fuera del centro histórico de Lovaina en el que, desafortunadamente, no queda ninguna de sus antiguas cervecerías. En el siglo XV el habitante promedio bebía de 300 a 440 litros de cerveza al año, mucho más que el agua que estaba contaminada. Y todavía a principios del siglo XX había una treintena de fábricas de cerveza en la ciudad.
La única cervecería que hay hoy en el centro histórico es Domus, aunque es bastante moderna, de los años ‘80. Si lo que buscas es un bar especializado en cervezas, tienes que ir al The Capital: que, con sus más de 3.000 cervezas, unas 2.500 belgas, se enorgullece de tener la mayor selección de cervezas del mundo.
Una cata de… ¡cerveza con chocolate!
Además de las visitas a las cervecerías o de tomarse una birra, hay más cosas que hacer relacionadas con el mundo de la cerveza en Lovaina. Por ejemplo, una visita a la ciudad recorriendo edificios históricos que estuvieron ligados a la cerveza. Se puede hacer por cuenta propia –con uno de los mapas temáticos que dan en la oficina de turismo: “The Place to Be(er)”, que está también en español– o con un guía, como lo hicimos nosotros. Nuestro guía, Ivo, de Leuven Leisure, era muy bueno, lo recomendamos sin duda: nos contó muchas curiosidades sobre la historia cervecera de la ciudad.
Con Leuven Leisure hicimos también una cata de cerveza y chocolate. Quien nos conozca sabe que no nos gusta la cerveza pero Sebastiaan, el dueño de la empresa, nos convenció: nos dijo que hay una cerveza para cada uno, que todas son muy diferentes. Y tenemos que decir que encontramos algunas que nos gustaron. Vale, seguimos sin ser amantes de la cerveza pero, ¡ya no nos disgusta tanto! Y la combinación de cervezas con chocolate es muy curiosa. Otra experiencia muy recomendable.
¿Qué ver en Lovaina? Todo en un mapa
Aquí tienes un mapa de Lovaina, Bélgica, con todos los puntos de interés que te hemos sugerido y alguno más, como el Kruidtuin, el jardín botánico más antiguo de Bélgica; el Groot Begijnhof, el gran beaterio de Lovaina, patrimonio de la humanidad junto a los demás beaterios flamencos; o el Abdij van Park, el gran pulmón verde de la ciudad.
Restaurantes en Lovaina: cenar con un “rebelde”
Si te quedas más de un día en Lovaina, un buen sitio para ir a cenar es el Zarza donde probar algunas de las creaciones del chef Bram Verbeken, uno de los 25 “kitchen rebels” de Flandes. Estos “rebeldes de la cocina” son cocineros jóvenes, todos de menos de 35 años, con pasión por la cocina flamenca y sus ingredientes y, al mismo tiempo, muy innovadores. Como curiosidad, el chef del Zarza en 2009 fue elegido bierkok –cocinero de cerveza– de Flandes y en el restaurante hay una gran variedad de cervezas en la carta.
Hoteles de Lovaina: la experiencia de dormir en un bar
Si estás en una ciudad universitaria llena de bares y quieres dormir muy cerca de uno… ¿qué tal dentro? Cuando reservamos el Pentahotel no lo sabíamos, pero resulta que es también un bar. Eso sí, las habitaciones son tranquilas. Bar aparte, el hotel es cómodo y el desayuno está genial. Aquí puedes ver precios y disponibilidad, y aquí. los de otros hoteles de Lovaina.
De Bruselas a Lovaina en tren
Como contamos en nuestros consejos para viajar a Bélgica, moverse en tren por el país es muy fácil. De Bruselas a Lovaina en tren se tardan sólo 25 minutos, puedes consultar los horarios en la página oficial de los ferrocarriles belgas, eligiendo las estaciones Brussels-Central y Leuven. Si vas directo desde el aeropuerto de Bruselas-Zavantem a Lovaina, aún mejor: se tardan sólo 13 minutos, ¡menos que en llegar al centro de Bruselas! Así que si quieres ir por tu cuenta en un día, es muy fácil.
Tour de Bruselas a Lovaina en un día
Otra opción es contratar un tour desde Bruselas, para tener un guía en español que te lleve por la ciudad y te cuente su historia y curiosidades. El tour incluye el viaje en tren y una tarjeta descuento para diferentes atracciones en la ciudad y restaurantes. Aquí puedes mirar horarios y precios.
Nos quedó claro que Lovaina merece quedarse más que un día… y que no nos habría importado estudiar ahí en nuestra época de universitarios.
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