Después de ver unas cuantas lagunas en cráteres de volcanes en Sudamérica –desde la del Quilotoa en Ecuador hasta la de Rano Raraku en la Isla de Pascua, Chile– había que pasar por Cuenca –en España, al lado de casa– para encontrar otro tipo de lagunas circulares. Más parecidas a los cenotes mexicanos que a lagunas propiamente dichas, aquí, en la Serranía de Cuenca, son torcas o dolinas. Concretamente siete torcas, llamadas lagunas o lagunillos en función del tamaño, son las que conforman las lagunas de Cañada del Hoyo. ¿La peculiaridad? Si es que ser un hundimiento circular del terreno calizo no fuera suficiente, es el hecho de que las aguas de cada una tienen un color distinto –en algunas incluso cambia de color en cierto momento del año–.
Las lagunas se encuentran dentro del Monumento Natural Palancares y Tierra Muerta, el monumento natural más grande de Castilla – La Mancha y uno de los conjuntos cársticos más grandes de España. Justo en el punto medio de la Ruta de los Dinosaurios de Cuenca, que es otro motivo más para hacer una visita a la zona y ver a «Pepito» la reconstrucción del Concavenator corcovatus, único dinosaurio carnívoro encontrado en España y que ha llegado hasta Hollywood.
Llegar a las lagunas de Cañada del Hoyo
Las lagunas están a poco más de cinco kilómetros del pueblo de Cañada del Hoyo, en la carretera CUV-9142, y digo esto porque no podréis llegar de otra forma más que en coche. Una vez llegados al aparcamiento de las lagunas, encontraréis un mapa que os situará las siete torcas. Están divididas en dos bloques: superior e inferior, por la altura sobre el nivel del mar a la que se encuentran. En el superior se encuentran la laguna de la Gitana o de la Cruz, la laguna del Tejo y el lagunillo del Tejo, mientras que el bloque inferior está formado por la laguna de la Parra, de las Cardenillas, Llana y el lagunillo de las Tortugas.

Imagen: Google Maps
De acceso público son sólo las superiores –las más grandes–, mientras que las inferiores están en una propiedad privada que organiza paseos y visitas guiadas tras pasar por caja.
Curiosidades de las lagunas de Cañada del Hoyo
Siempre queda la duda de si todos los misterios que se cuentan durante la visita son tales misterios en realidad o si sólo sirven para darle más interés al lugar. Como nos pasó con la laguna de Guatavita en Colombia, el primer misterio es que no se conoce ni la profundidad de las lagunas, ni el origen exacto de sus aguas. Pero lo más llamativo de las lagunas de Cañada del Hoyo es que las siete están conectadas de alguna forma –filtraciones del terreno cárstico– y el nivel se mantiene constante –supongo que entre las superiores y las inferiores, que no vimos, habrá una variación de nivel–. En realidad se conoce la profundidad de las lagunas, que va de los más de 30 metros de la laguna del Tejo hasta los lagunillos poco profundos, y el origen, que son aguas subterráneas que se infiltran en el terreno unos 15 kilómetros al norte de las lagunas.
La laguna de la Gitana o de la Cruz
La primera laguna con la que nos encontraremos al abandonar el aparcamiento será la laguna de la Gitana. Aguas verdosas, antiguamente azules, en una torca de forma circular casi perfecta rodeada de vegetación. Lástima que el cielo no acompañara ese día en las fotos. Descubrimos una nueva palabra junto a la laguna: meromíctica. ¿Y eso qué es y por qué se descubre aquí? Meromíctico indica que las aguas superficiales y las profundas de una laguna no se mezclan nunca y, obviamente, la laguna de la Gitana es meromíctica.
De nuevo un recuerdo sudamericano con las lagunas blanca, verde y roja en las proximidades del Salar de Uyuni en Bolivia que cambiaban de color. Y, si allí eran las algas las culpables de estos cambios de color, aquí hablamos de la precipitación del carbonato cálcico la que da el color blanquecina sus aguas… más allá de la leyenda que cuenta que una gitana saltó a las aguas de la laguna por un despecho amoroso. No es una ciencia exacta, como todo lo que tiene que ver con la naturaleza, pero suele ser a principios de agosto durante una semana. A más calor más blanco en las aguas.
La laguna del Tejo
La laguna del Tejo es la más profunda de las siete y, como la de la Gitana, también muestra aguas blanquecinas en los días de mayor calor, mientras que es de color azul oscuro el resto del año. En este caso el nombre de la laguna es mucho más obvio: hay varios tejos en la zona umbría de la laguna así como una fuente, la fuente del tejo, que mana directamente de la pared. Era conocida como fuente de la salud por ayudar a curar las disenterías de finales del siglo XIX.
El lagunillo del Tejo
Prácticamente al lado de la laguna del Tejo se encuentra el lagunillo del Tejo, mucho más pequeño. En este caso de aguas negras por la vegetación acuática que impide que pase la luz a pesar de su escasa profundidad.
Lagunas inferiores
No las visitamos, pero son cada una de un color también: la de la Parra es azul, la de las Cardenillas es azul celeste, el lagunillo Tortugas negro y la Llana de color verde. Cabe destacar el lagunillo de las Tortugas donde habita el galápago europeo, ahí es nada. Las tortugas prefieren sus aguas llenas de alimentos.
Si estamos en mitad de la ruta de los dinosaurios, los Emys orbicularis, galápagos europeos, son ese vestigio vivo que nos llega desde entonces.