La comarca del Vallès Oriental, más Barcelona

En la provincia de Barcelona, al otro lado de la Cordillera Litoral, se encuentra la comarca del Vallès Oriental. Una zona prácticamente desconocida, a pesar de que si digo Montmelo a todo el mundo le vendrá el circuito a la cabeza. Aguas termales, una reserva de la biosfera de la UNESCO, dólmenes prehistóricos… y hoteles en los que cuidar el cuerpo y el espíritu.

Con más de 850 km², la comarca del Vallés Oriental es la mayor de la Costa de Barcelona, pero una de las que menos turismo recibe. Es probable que sólo hayas oído nombrar a dos de sus municipios: Granollers –que además es la capital– y, como decía antes, Montmelo, que es algo más que un circuito de carreras. Tal vez el Parque Natural de El Montseny también te diga algo, en el caso de que seas un aficionado a la naturaleza… pero Vallromanes, Bigues i Riells o Caldes de Montbui seguramente sean nombres desconocidos. ¡Vamos a descubrir la comarca del Vallès Oriental!

Parque Natural de El Montseny

Son muchas las rutas de senderismo que pueden hacerse dentro del Parque Natural de El Montseny, pero no sólo se trata de naturaleza. Desde miradores naturales a la huella del hombre dejada hace siglos en forma de dólmenes, murallas, iglesias… Desde paseos a pie a rutas a caballo, bicicleta, segway… La cantidad de actividades distintas que ofrece es tan diversa como la de especies de flora y fauna, tanto es así que tiene la distinción de Reserva de la Biosfera de la UNESCO. ¿Sabías que hay lobos en El Montseny?

No tuvimos tiempo de hacer ninguna ruta, pero sí de divertirnos como niños. Si el día anterior habíamos disfrutado en la estación náutica de Santa Susana en el Maresme, al siguiente, en la comarca del Vallès Oriental, nos encontraríamos con actividades de aventura en El Montseny con Daema Aventura. Ya he dicho varias veces que no sé montar en bicicleta –nadie es perfecto– , pero los que sepan pueden fijarse en el paisaje sin cansarse gracias a las bicicletas eléctricas. Los que no, aprovechamos para usar los segways –cuidado con las cuestas y las piedras húmedas, patinan–. Pero no íbamos a estar todo el tiempo “parados”, en Daema Aventura, también tiramos con arco y a punto estuvimos de ponernos las máscaras y liarnos a tiros en una batalla de paintball.

¿Por qué no lo hicimos? Porque nos ofrecieron algo que no pudimos rechazar. No, no era una cabeza de caballo en la cama, eran las pruebas del mítico concurso Humor Amarillo. Era imposible resistirse a lanzarnos pelotazos, a correr hacia las puertas del pánico o a luchar a puñetazos andando un tronco… No es casual que nos lo pasáramos como niños, por algo organizan también campamentos infantiles en Can Putxet justo al lado de Daema Aventura.

Aguas termales

En Caldes de Montbui se encuentra una de las fuentes de aguas termales naturales más calientes de Europa, la Font del Lleó. Sus aguas manan a nada más y nada menos que ¡74 grados centígrados! Pensad que el caldero del Diablo, la fuente más caliente de las termas de Santa Rosa en Colombia, “sólo” llega a 58 grados.

La relación del pueblo con las aguas termales existe desde la época romana, siendo posible visitar las termas del siglo I a.C. Una de esas cosas –muchas en la comarca del Vallès Oriental– que quedarán para otra visita porque, en ésta, no tuvimos ocasión.

Dormir en el Vallès Oriental

No pasamos por las aguas termales de Caldes de Montbui, pero eso no significa que no disfrutáramos del relax que sólo el agua proporciona. En el Hotel Can Galvany, en Vallromanes, saben bien que no hay nada como un buen spa después de un día lleno de emociones. Aprovechamos su piscina, sauna, ducha finlandesa… para recuperarnos antes de cenar. Otro de sus puntos fuertes: el restaurante Sauló con deliciosa cocina tradicional catalana.

Con tantos municipios en la comarca, las opciones de alojamiento son enormes y variadas. Pasamos de un hotel de lujo con spa y campo de golf, a un pequeño hotel rural construido sobre un antiguo molino transformado después en una fábrica textil, el Hotel Molí de la Torre, en Bigues i Riells. Es el edificio de la fábrica el que ha sido restaurado con mimo. También aquí el restaurante El Molí nos deleitó con una cena llena de platos tradicionales como el pastel de queso con miel. Bigues i Riells es un pequeño pueblo en el que aprovechamos la posibilidad para salir a correr por el monte que lo rodea.