Venezuela es un destino turístico poco habitual. Si Brasil era, y es, poco conocido –sólo Rio de Janeiro, la samba y el carnaval para la mayoría de europeos–, Venezuela es prácticamente un extraño del que se conoce Salto Ángel –poco, y sobre todo gracias a Jesús Calleja y su Desafió Extremo– y algo de Roraima –aunque pocos sepan lo que es un tepuy o tepui– por Up, la película de Disney Pixar, ambientada allí.
Nada más llegar al país por tierra desde Brasil, uno se encuentra con Santa Elena de Uairén y decenas de agencias de turismo que ofrecen el trekking al tepuy más conocido del país: el Roraima. El problema es que se necesita un grupo de mínimo cuatro personas para salir –a no ser que quieras pagar todo el coste tú sólo–. Parecía que tendríamos que esperar cinco o seis días para salir, por lo que buscamos algo que hacer mientras.
Saltaconmiconsejo
Si todavía no estás convencido de que el país merece una visita, echa un vistazo a nuestras 5 maravillas naturales de Venezuela que tienes que visitar. La Gran Sabana tiene su sitio en el listado.
La Gran Sábana
El tepuy Roraima se encuentra en el Parque Nacional Canaima, concretamente dentro de la zona conocida como la Gran Sábana. Allí descubrimos que no es el tepuy el único atractivo de esa Gran Sabana de más de un millón de hectáreas: cascadas, rocas, paisajes, cultura, aventura… todo es posible en una zona árida que, vista desde los miradores, parece un perfecto y verde campo de fútbol. Se trata de una ilusión provocada por el ángulo de la visión, cuando te acercas ves las pequeñas plantas rodeadas de tierra completamente seca. Hay agua, bajo los palmeras se encuentran humedales en los que hundirse y no volver a salir, y también hay ríos rodeados por espesas selvas de galería que los ocultan a nuestra vista.
Qué es un tepuy y cómo se forma
Los tepuys son formaciones rocosas, de hecho su tradición literal del pemón es montaña –también hay quien lo traduce por morada de los dioses–. Su aspecto es el de una montaña, casi completamente vertical, truncada, la definición de meseta. No tiene una cima en punta, sino un tope plano invisible desde abajo. Su composición hace que sean capaces de «absorber» el agua de las nubes, incluso las crean ellos mismos. Sus cimas planas y casi inaccesibles están poblados por cantidad de especies endémicas, en algunos casos nunca han sido pisadas por pie humano. Esto, unido a que los más antiguos tienen unos 1.800 millones de años los convierte en lugares dignos de estudio. Como dato, baste decir que no se han encontrado fósiles en las cimas de los tepuys, porque la vida no había aparecido cuando ellos ya estaban allí.
En nuestra excursión de un día por la Gran Sabana tuvimos ocasión de aprender cómo se formaron los espectaculares tepuys. A diferencia de las cadenas montañosas que crecen al chocar dos placas tectónicas, los tepuys se forman por erosión. Es el nivel del suelo el que, durante eones, ha ido bajando dejando las zonas más duras elevadas.
El Roraima se mostró esquivo. Sabía que lo íbamos a subir y no quiso que lo viéramos antes de tiempo. Se protegió con su capa de nubes en todas las ocasiones en que pudimos verlo desde alguno de los miradores. Pero vimos muchos otros, en la Gran Sabana hay unos 115 tepuys, algunos con nombres y formas tan curiosas como el Wadaka Piapo o Árbol de la Vida, una especie de columna o tronco de árbol. Las leyendas pemonas cuentan que era un árbol gigantesco que fue cortado y del que salió todo lo que hay en la naturaleza.
Aventura en la Gran Sabana
En nuestra salida hubo también tiempo para la diversión. Si recorrer abruptos caminos con el 4×4 no era suficientemente emocionante, nuestro guía Ricardo nos llevó a la cascada Arapena Merú, o las cortinas del río Yuruaní. Allí, ataviados con bañadores y calcetines –sí, calcetines, la única manera de pisar las rocas de los fondos de los ríos sin resbalarse– nos metió detrás la cascada, metiéndonos entre las rocas, buceando bajo ellas o subiéndolas… Una experiencia única en la vida por la que ya valió la pena todo el tour.
Pero no fue el único momento de adrenalina del día. En el río Saro Wapo pudimos disfrutar de un hidromasaje natural bajo una de sus muchas pequeñas cascadas, lanzarnos por una especie de tobogán de piedra sobre las resbaladizas piedras del fondo, o saltar a una de sus pozas desde más de cinco metros de altura, siempre con los calcetines puestos.
Belleza en la Gran Sabana
Todos los paisajes son espectaculares, pero hay algunos puntos que destacan sobre otros. Uno de ellos es la Quebrada de Jaspe. Se trata de una piedra de jaspe, mineral semiprecioso, de 300 metros de longitud sobre la que corre el río con varias pequeñas cascadas. El color rojo intenso de la piedra y la espuma del agua al caer hacen que el lugar sea uno de los puntos más visitados de toda la Gran Sabana.
Encontramos más belleza en el mirador la Piel del Abuelo llamado así por la cantidad de «arrugas» que muestra el paisaje; en el salto Kama, Kamá Merú, de unos 50 metros de altura; o en lugares sagrados para las comunidades indígenas –que se encargan de su protección y mantenimiento– como el salto Kawi, Kawi Merú.
Un aperitivo perfecto para lo que vendría después, y una llamada de atención a nuestro escaso conocimiento de Venezuela: siempre hay algo más que ver y que el país te ofrece. Eso también debió pensar Steven Spielberg cuando utilizó paisajes de la Gran Sabana, y de otras zonas del Parque Nacional Canaima, como localizaciones para su Jurassic Park.
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