Martes, 06/09/2011 (1)
Si el día anterior habíamos aprovechado para ver el parque de Vigeland –como buen lunes los museos estaban cerrados en Oslo–, el martes tocaba visitarlos. Dos en concreto: el Museo de barcos vikingos, Vikingskipshuset en noruego, y otro museo de los que ya nos habíamos acostumbrado a ver en el país, un museo de casas antiguas como Gamle Bergen o el Sunnmøre Museum de Ålesund, el Norsk Folkemuseum.
Otro de los museos famosos de Oslo es de Exploración Polar o Frammuseet, con el barco Fram, Adelante, en noruego. El Fram es el barco de madera que más al norte y al sur –fue en el que viajó Amundsen para llegar al Polo Sur– ha estado. No lo visitamos y habrá que corregir esto en una próxima visita a la capital noruega.
Museo de barcos vikingos de Oslo, Vikingskipshuset
Ya habíamos buscado barcos vikingos en el Sunnmøre Museum sin éxito y teníamos ganas de ver las naves que sembraban el terror en Europa, parte de Asia, el norte de África y, quién sabe si también en América, en la época vikinga –entre los años 789 y 1100–. El museo se encuentra en la península de Bygdøy y la mejor forma de llegar hasta allí es con el ferry desde Rådhusbrygge, frente al ayuntamiento, y luego un paseo –cuesta arriba– de unos diez minutos. Ojo que el ferry no está operativo todo el año, sólo en primavera-verano. El billete diario de transporte de la ciudad también sirve en los ferries.
Los barcos vikingos también se usaban como túmulos, y así fue como fueron encontrados los dos que se conservan en el museo: enterrados, de ahí su casi perfecto estado de conservación. Se trata de uno procedente de Oseberg y otro de Gokstad, ambos utilizados en entierros importantes, de una noble, posiblemente una reina, y de un jefe vikingo.
Fabricaban los barcos con madera de arce y sin planos, siempre «a ojo» y no les salían nada mal. El barco de Oseberg fue construido entre los años 815 y 820 y sus formas alargadas –que le daban poca estabilidad– muestran que se trata de un barco para paseos costeros. En su interior se encontraron muebles, utensilios de cocina, comida e incluso animales, perros y caballos, para el viaje al otro mundo de su ocupante, puesto que los vikingos también creían en una vida tras la muerte.
El de Gokstad, más estable, pudo haberse usado como embarcación marina de alta mar. Construido alrededor del año 890 se cree que sirvió como última morada a un jefe.
Hay un tercer barco, de Tune, muy deteriorado.
Historia vikinga
Los paneles cuentan la historia pero no podemos dejar de pensar en Vickie el Vikingo. En ellos aprendemos que los vikingos no cocinaban en sus barcos, llevaban comida seca para las travesías, ni dormían en ellos. Llevaban útiles para cocinar cuando atracaban, donde también dormían. Eso sí, llegar a Groenlandia, Huelva, Roma, Estambul (Bizancio) y América supone pasar una cuantas jornadas en el barco sin poder atracar… de vez en cuando harían una excepción, al menos para dormir.
El museo también muestra un carro, relacionado con las leyendas de Thor, y un trineo.
¿Llegarían los vikingos a América antes que Colón? Todo parece indicar que sí, pero…